by Lalo Márquez | Sep 27, 2013 | Artículos Escépticos, Curas y Terapias Alternativas, Destacados, Portada
Vamos a dejarlo bien claro:
La Homeopatía no es ciencia. Tampoco es medicina. Es magia. Es fraude.
De hecho está totalmente basada en el concepto de la “magia simpática” (ref 1) que viene desde las creencias de los chamanes cromañones de hace 10-40 mil años que suponían que lo similar afectaba lo similar, por ejemplo: los muñecos de vudú que supuestamente transmiten daño al representado, o el anillo de Saurón de la novela El Señor de los Anillos, que si era destruido de alguna manera afectaría al mismo Saurón.
Pero antes que nada: ¿qué afirma la homeopatía?
Los proponentes de la homeopatía afirman que las enfermedades pueden ser tratadas con diluciones extremas preparadas, por medio de rituales específicos, de una sustancia que produce síntomas similares a la enfermedad. Los remedios homeopáticos usualmente no contienen ni un solo átomo o molécula de dicha sustancia.
Ahora un poco de historia
El término “alopatía” fue acuñado hace 2 siglos por el inventor de la homeopatía, el alemán Samuel Hahnemann, y lo usó para describir todo aquello que no fuera homeopatía, pero principalmente para las técnicas médicas de su tiempo, cuando que se creía erróneamente en la teoría humoral (ref 2). Desde Hipócrates y los antiguos filósofos se había adoptado la creencia de que el cuerpo humano era recorrido por 4 humores: la sangre, la bilis amarilla, la bilis negra, y la flema, y que cada uno de esos cuatro humores estaba relacionado con el temperamento de las personas, con su estado de salud, con los que entonces creían que eran los 4 elementos que componían toda la materia: el aire, el fuego, la tierra, y el agua respectivamente, así como otras correlaciones, incluyendo varios órganos importantes del cuerpo.
El término alopatía inventado por Hahnemann lo tomó de dos raíces griegas: alos = otros, distinto, y pathos = sufrimiento, padecimiento, y lo aplicó para los tratamientos médicos de aquel entonces que utilizaban procedimientos distintos o contrarios a los síntomas percibidos para aliviar los padecimientos. Usó el término alopatía para diferenciar dichos tratamientos de su homeopatía, término que también compuso de dos raíces griegas, homoios = similar y pathos = sufrimiento, ya que sus tratamientos se basaban en el uso de terapias que causaban efectos similares en personas sanas, para aliviar padecimientos que causaban los mismos síntomas correspondientes en personas enfermas.
Las técnicas usadas por los antiguos “alópatas” correspondían a las creencias antipáticas o enantiopáticas que trataban de aliviar los padecimientos con lo contrario. Por ejemplo, en una persona con fiebre, los síntomas eran “templado y húmedo”, y estas “cualidades” correspondían a la sangre, que era uno de los cuatro humores. Entonces los médicos y chamanes del pasado consideraban que había un exceso de sangre en el cuerpo que estaba ocasionando la fiebre, y entonces procedían a hacer una sangría que consistía en cortar una vena para dejar salir un poco de ese supuesto exceso de sangre. Como anexo cultural, les comento que en aquellos tiempos los barberos solían también llevar a cabo estos procedimientos, ya que estaban equipados con navajas y vendajes. Las vendas teñidas de color rojo sangre las lavaban y las ponían a secar enrollándolas en las columnas afuera de sus negocios. De ahí viene el clásico cilindro blanco con rojo de las barberías actuales.
Hahnemann, al igual que los médicos de su tiempo, creía que estos procedimientos sí eran efectivos pero solo temporalmente y que además “dañaban el espíritu” de las personas. Hahnemann, como la mayoría de sus contemporáneos, era vitalista. El vitalismo es la doctrina metafísica de que existe una fuerza, energía o impulso vital no físico que permea toda la vida. Ejemplos de esta creencia es el chi o qi chino, el ki japonés, el prana hindú, etc. En este pensamiento mágico se basa no sólo la homeopatía, sino la gran mayoría de las llamadas terapias alternativas, como la acupuntura, el reiki, la ayurveda, y muchos más.
La medicina actual no tiene nada en absoluto que ver con la descripción de alopatía, y el término es usado solamente por aquellos que están desinformados.
Los ingredientes en la Homeopatía
Mucha gente cree que la homeopatía contiene sólo plantas naturales, y si bien esa es una pequeña parte del gran arsenal homeopático, la realidad es que Hahnemann y sus ayudantes probaron (comieron, chuparon, bebieron, masticaron) toda clase de sustancias que se encontraban, desde cortezas de árboles, flores y minerales y el grupo de los sarcodes que incluye estructuras biológicas sanas como colesterol, bilirrubina, urea, ácido úrico y órganos de porcinos, bovinos y humanos sanos, hasta componentes naturalmente tóxicos como la belladona, opio, arsénico, venenos, materiales radiactivos, sustancias desagradables como los que los laboratorios de hoy en día comercializan usando leche y sangre de conejo, excremento de perro (ref 29), y grupos de sustancias como los nosodes que están hechos de productos de enfermedades humanas como el medorrhinum, que es la descarga o pus de la uretra de hombres con gonorrea (ref 3), moco, sangre, heces y partes de piel, así como otro grupo de ingredientes muy curioso llamado imponderables en los que se encuentran cosas tales como la electricidad, tormentas de rayos, rayos-x, y luz de Sol. Incluso hay un producto de los laboratorios Helios en el Reino Unido llamado Berlin Wall y cuyo ingrediente principal es, precisamente, fragmentos del Muro de Berlín, y se usa para aquellos que se sienten oprimidos o que se encuentran teniendo que mediar entre dos partes conflictivas. Este producto no fue “probado” usando el método clásico de Hahnemann, sino que al igual que muchos otros en la farmacopea homeopática, se probó mediante “probación meditativa” que se lleva a cabo por indistintos grupos de homeópatas que se reúnen a veces hasta por años, en los que cada miembro del grupo toma un remedio en particular y entonces procede a meditar sobre sus efectos por un periodo de entre 3 y 5 horas y luego se escribe en un diario homeopático la descripción al mismo modo característico de la homeopatía clásica (ref 31), es decir, qué estado de ánimo tenía, cómo se sintió, qué sintió, qué estaba haciendo cuando sintió, etc.. La probación de el Berlin Wall puede leerse en el diario Prometheus Unbound (The Guild of Homeopaths Journal) Spring 1995, Vol1, No 2.
La probación
A la práctica de probar cada sustancia Hahnemann la llamó “probación”. Tanto él como sus ayudantes iban anotando en un libro que llamó Materia Médica, los efectos que cada una de estas sustancias provocaba en ellos estando sanos, incluyendo su estado mental, social y emocional, entre otros, y consideró que dicho efecto curaría los padecimientos cuyo síntoma principal fuera similar.
Por ejemplo, después de probar (comer) medorrhinum (pus de hombre gonorréico), Hahnemann y sus ayudantes escribieron en Materia Médica todo lo que creyeron relevante y relacionado con el consumo, sin importar que las condiciones psicológicas y sociales de cada uno de ellos no estuviera de ninguna manera relacionadas con la ingesta de la medhorrhinum. De esta forma, entre todos los que probaron esta sustancia reunieron una lista en la que se describieron a sí mismos como con una memoria débil, melancólicos, alguno con pensamientos suicidas, algún otro con miedo a la oscuridad y la sensación de sentir alguien detrás, algunos nerviosos, inquietos, otros con miedo a volverse locos, sensibilidad, exaltación, dificultad para concentrarse, desesperanza de sanar, con mucha prisa, sensación de que el tiempo pasa lento, pérdida del hilo de la conversación, no poder hablar sin llorar, caspa, comezón en el cuero cabelludo, cabello seco, dolor en los ojos, párpados irritados, mucha sed, antojos de licor, sal, dulces, bebidas tibias, intensa comezón en el ano, supuración de humedad fétida, la posibilidad de poder dejar salir el excremento sólo si se recarga uno muy hasta atrás, cólico menstrual intenso, olor a pescado, uretritis, impotencia, prurito intenso en las mujeres, dolor en los ovarios, peor del lado izquierdo o de ovario a ovario, senos fríos, doloridos y sensibles, emisiones nocturnas en los hombres seguidos por una gran debilidad, mucha opresión al respirar, tos seca incesante durante la noche, asma, laringe irritada, sueños de estar bebiendo, posicionarse con las rodillas en el pecho al dormir, querer que le estén echando aire todo el tiempo, y una larga lista más.
En Materia Médica cada remedio homeopático contiene una larga lista similar de lo que en su momento sintió Hahnemann y cada uno de quienes hicieron las probaciones y que hasta el día de hoy es usada por los homeópatas, junto con otras recopilaciones más recientes, para encontrar el supuesto tratamiento que cubre lo que el paciente le describe de su vida al homeópata, para de esta manera “personalizar” supuestamente el tratamiento, basándose en lo que hace dos siglos alguien quizá con problemas psicológicos describió mientras probaba, por ejemplo, un grano de café verde.
El primer índice sintomático recopilado fue Materia Médica, por Hahnemann, pero poco después uno de sus estudiantes, Clemens von Bönninghausen, creó otro repertorio llamado El Libro Terapéutico de Bolsillo (ref 39). Otro repertorio publicado primero en alemán en 1835 por Georg Jahr y luego traducido al inglés tres años después por Constantine Hering, fue Symptomenkodex.
Hahnemann describe claramente en su obra el Organon de la Medicina cómo llevar a cabo las probaciones, y al leerlo podemos apreciar las condiciones y presión que se exigía a los probadores de encontrar alguna sensación. Si al principio no detectaban nada, se seguía aumentando la dosis durante días hasta encontrar algo que anotar. Si durante días sometemos a una persona “delicada, irritable y sensible” a la presión de encontrar algo a algún medicamento, efectivamente la persona logrará encontrar algo, aunque realmente no esté relacionado con lo que está tomando:
“Al experimentar los medicamentos para averiguar sus efectos en el organismo sano, debemos retener en la mente que las sustancias fuertes, llamadas heroicas, son capaces aún en pequeñas dosis de producir cambios en la salud hasta de las personas robustas. Los de poder más suave deben darse, en estos experimentos, en cantidad más considerable; y con el fin de observar la acción de los más débiles, los sujetos en experimentación deben ser personas exentas de toda enfermedad y que sean delicadas, irritables y sensibles […] La persona que experimenta deberá ser fidedigna en extremo y concienzuda, y durante todo el tiempo del experimento evitar todo esfuerzo exagerado mental y físico, toda clase de disipación y pasiones perturbadoras. No deberá tener negocios urgentes que le distraigan la atención; deberá entregarse a una observación cuidadosa de sí misma y nos ser molestada durante ella; deberá estar en buena salud y poseer una dosis suficiente de inteligencia para ser capaz de expresar y describir sus sensaciones en términos exactos. Los medicamentos deben experimentarse tanto en los hombres como en las mujeres, para que revelen también las alteraciones de la salud que producen en la esfera sexual […] el mejor modo de investigar el poder medicinal aún de las sustancias estimadas débiles, y el plan adoptado es dar al experimentador, con el estómago vacío, de cuatro a seis glóbulos muy pequeños diariamente a la trigésima potencia, humedecida en un poco de agua o disuelta en más o menos cantidad de agua y completamente incorporada o dejarle que continúe este método por varios días. Si los efectos que resultan de semejantes dosis son ligeros, puede tomar algunos glóbulos más diariamente hasta que se sean más claros y más fuertes, y más notable la alteración de la salud. No todas las personas son afectadas por un medicamento en un grado de intensidad igual: al contrario, existe una variedad inmensa al respecto, de modo que un individuo aparentemente débil, apenas pueda ser afectado por una dosis moderada de medicamento conocido como muy activo, mientras que otros medicamentos mucho más débiles obran en él con bastante energía. Por otra parte, hay personas muy robustas que manifiestan síntomas morbosos muy importantes debido a medicamentos aparentemente suaves y sólo manifiestan síntomas más ligeros por drogas fuertes. Ahora bien, como esto no puede saberse de antemano, es prudente comenzar en cada caso con una pequeña dosis de la droga, y donde fuese conveniente y necesario aumentar de día en día la dosis, cada vez más […] A menudo basta una dosis muy moderada para el experimento, con tal de que el experimentador esté dotado de una sensibilidad suficientemente delicada y esté muy atento a sus sensaciones.”
Entre homeópatas te veas
Entre los mismos homeópatas hay varias discordancias. Por ejemplo, la “homeopatía clásica” usualmente lleva exámenes detallados de la historia de los pacientes y dosis poco frecuentes de un solo remedio mientras la mejoría de los síntomas del paciente se monitorean constantemente. Por otro lado, la “homeopatía clínica” usa combinaciones de remedios para tratar los varios síntomas de un padecimiento.
Hay homeópatas que usan “remedios de papel”, donde la sustancia y la dilución son escritas en pedazos de papel y luego colocadas en el bolsillo del paciente o aseguradas a su ropa con un alfiler, o incluso puestas debajo de vasos con agua que luego el paciente bebe, en los tres casos supuestamente adquiriendo las “energías” de la sustancia activa (ref 40). Así como hay personas que juran sobre la efectividad de la homeopatía tradicional, también hay personas que juran sobre la misma efectividad de la homeopatía de papel. Pero ambas son consideradas igualmente absurdas.
Basándose en esta larga lista de supuestos síntomas no relacionados listados en Materia Médica y en los diversos repertorios de síntomas recopilados desde entonces es como los homeópatas durante siglos y a la fecha recetan los remedios a sus pacientes. Incluso los pacientes mismos pueden recetarse a sí mismos utilizando herramientas en línea (ref 32) tan solo con ir seleccionando los síntomas y condiciones que están experimentando.
La magia simpática
“Similia similibus curantur”, o lo similar cura lo similar, es el motto de la homeopatía y es su primer principio, la Ley de Similares que escribió en su obra El Organon del Arte de la Sanación.
La Ley de Similares está basada en el concepto de la Magia Simpática, también conocida como magia imitativa. Magia, en este caso, se refiere a la magia o hechicería practicada en muchas culturas desde tiempos antiguos. El principio de similitud, también conocido como “asociación de ideas”, ha sido por mucho tiempo parte esencial de la magia y es la creencia que si un cierto resultado sigue cierta acción, entonces esa acción debe ser responsable por el resultado. Entonces, si uno realizara esta acción nuevamente, debemos esperar obtener el mismo resultado.
Por ejemplo, después de que el gallo canta, sale el Sol. Siguiendo las creencias de la magia simpática, el gallo causa que el Sol salga. Entonces, si de alguna manera pudiéramos controlar que el gallo cantara, entonces también podríamos controlar el momento en que el Sol saldría.
Otro ejemplo es el muñeco de vudó, el cual teniendo una semejanza con la víctima, es posible transmitir un daño a distancia a la persona si se daña al muñeco.
Esta correspondencia basada en la idea de que uno puede influir algo basado en su relación o semejanza a otra cosa. Muchas creencias populares con respecto a las propiedades de las plantas, frutas y vegetales son sostenidas por diversos sistemas de sanación, incluyendo la homeopatía, y ven a por ejemplo a la nuez como fortalecedor del cerebro por su semejanza física a este órgano, el jugo rojo de betabel es benéfico para la sangre debido a su color, las raíces de formas fálicas curan la impotencia, etc.
La Ley de Similares de la homeopatía se basa entonces en la creencia de que los efectos que causan ciertas sustancias, al ser usadas en personas enfermas, estas sustancias van a aliviar padecimiento que causan síntomas similares a los efectos de la sustancia.
Magia.
La ilusión de la dilución
Debido a que muchas de estas sustancias son tóxicas, por seguridad Hahnemann y sus ayudantes experimentaron diluyendo la cantidad que ingerían. Sin embargo, aún cuando reducían cada vez más las cantidades, creyeron notar no solo el mismo efecto que si comieran la dosis completa de la sustancia, sino supuestamente un efecto más rápido y profundo (ref 42).
Este fenómeno, que ya no sucede cuando se manejan análisis rigurosamente científicos con técnicas doble-ciegas (que nadie involucrado sepa qué está probando), plagó la experimentación de Hahnemann y sus ayudantes porque de antemano sabían qué efectos iban a sentir y los esperaban al grado de creer sentirlo. Esto es conocido como el efecto placebo, que es causado por el condicionamiento clásico o Pavloviano, que es una forma de aprendizaje y expectación basada en la experiencia de asociación entre estímulo y respuesta (ref 4).
Hahnemann entonces dió con su segundo principio: la Ley de Infinitesimales, que dice que entre más se diluye un ingrediente activo, mayor será su efectividad.
Sin embargo, si el supuesto efecto observado no desaparece cuando la concentración se reduce a cero, es obvio que el efecto no tiene nada que ver con la sustancia que se está diluyendo.
Un tercer principio en el cual está basada la homeopatía, es la sucusión o dinamización, que no es otra cosa más que agitar vigorosamente 100 veces la dilución, supuestamente causando que la hipotética energía de la sustancia sea soltada por esta y “memorizada” por el agua.
Haneman escribió:
“La dinamización libera la calidad y virtualidad de una sustancia medicinal, liberando estas de la cantidad”
– Organon de l’art de guérir.
Pero mejor hagamos homeopatía
Para ilustrar cómo funcionan estas creencias, voy a poner como ejemplo la cafeína. Uno de los efectos secundarios de la cafeína es que provoca dificultad para dormir (ref 5). En la homeopatía, el ingrediente Coffea (Coffea Cruda y Coffea Rosta o café verde y café tostado) supuestamente cura lo similar, es decir, cura el insomnio causado por no poderse desconectar, por ansiedad, por emoción, por alegría, por “exceso de café” (ref 6), etc. Por ejemplo, los laboratorios de homeopatía Boiron USA, uno de los fabricantes más grandes del mundo, comercializan la coffea cruda para curar el insomnio con hiperactividad mental (ref 7).
Hahnemann escribió que él, cuando ingería infusiones hecha con bayas tostadas del cafeto, sentía vértigo, empeorando cuando se ponía a pensar, mejorando si cambiaba de posición, todo le parecía dar vueltas en círculos en la cabeza en un sentido y en otro, con ruidos y posiblemente con dolor en los oídos. A veces soñaba con la muerte o con amigos muertos, pero lo veía con total indiferencia. En la noche le daba calor excesivo y se destapaba, sudaba frío y pegajoso, sobre todo en las palmas de las manos. Tenía una expresión facial de gran ansiedad, palpitaciones, taquicardia, etc. Todo esto lo escribió en su obra (ref 8) y hoy en día los padecimientos que causan cualquiera de lo que experimentó Hahnemann o alguno de sus ayudantes, son tratados por los homeópatas con las recomendaciones de Hahnemann, es decir, con una dilución que contiene como ingrediente activo la sustancia que les ocasionó precisamente esos síntomas (o que creyeron que se los ocasionó) hace dos siglos.
Volviendo al ejemplo del café, de acuerdo a los preceptos de la homeopatía, se ha de diluir la sustancia activa a cantidades infinitesimales, al grado de que en el compuesto final no quede ni una sola molécula de, en este ejemplo, café.
La “dilusión” homeopática
El procedimiento es el siguiente: Se toma una parte de café y se pulveriza. Luego se mezcla 1 parte de café con 99 partes de lactosa, y se pulveriza por una hora. A la dilución de 1:99 los homeópatas le llaman 1C. Este es el típico método Korsakov (más sobre esto más adelante), en el que se diluye de vez por vez de 1:100. El método tradicional es de 1:1. La homeopatía usa 3 sufijos para sus diluciones: X para las diluciones en escala decimal (1X = 10:1) o que 1 parte de ingrediente activo se ha diluido en 10 partes de diluyente. A la escala X también se le llama escala D, de Decimal, de modo que 1X = 1D. La escala C es para la diluciones centecimales (1C = 100:1), y M para las diluciones milesimales o escala LM (también conocidas como potencias quincuagintamilesimales o Q (1M ó 1Q = 1000:1).
A las diluciones se les llama “potencias” y son clasificadas como bajas, medianas y altas. Una potencia baja incluye todo desde Q hasta 12C, una potencia mediana incluye desde 12C hasta 200C y una potencia alta va desde 200C hasta DM, MM, y DMM
Si se desea hacer el preparado más meticulosamente, se toma entonces 1 parte de café por 1 parte de lactosa y a la mezcla resultante de 1:1 se le llama 1X. Cuando se hace este proceso 100 veces, obtendremos también con una dilución de 1C. Si desde este punto continuamos 100 veces más, resultará una dilución de 2C. De la misma manera, si tomamos una parte de la mezcla de 1C del principio, y la trituramos por 1 hora junto con 99 partes de lactosa, también obtendremos una potencia de 2C. Tomemos nuevamente 1 parte de la mezcla anterior y mezclémosla triturándola nuevamente 100 veces más de 1:1 ó 1 vez más de 99:1 y obtendremos una potencia 3C.
Y ahora viene la magia
Vamos a tomar 1 parte de esa mezcla de 3C y la vamos a diluir en 99 partes de algún diluyente, digamos que alcohol etílico o alcohol y agua como “preservador”. Agitamos violentamente la dilución 100 veces en el lapso de un minuto (ref 9) y luego golpeamos 40 veces el tubo de ensayo que la contiene contra una almohadilla de piel o el forro de piel de la Biblia de Hahnemann (ref 10) para que el ingrediente activo “suelte su energía” (recordemos la creencia en el vitalismo y animismo de los tiempos Hahnemann que mencioné arriba).
Este paso de golpear el contenedor de la solución sobre un objeto duro elástico es esencial (ref 11) y se sigue utilizando actualmente tanto de manera manual (ref 12) como de manera automatizada (ref 13).
Al proceso de agitar violentamente la mezcla (o pulverizarla en un mortero entre diluciones) a razón de 100 por minuto, Hahnemann le llamó “Sucusión”, y a la supuesta liberación de la “energía espiritual” de la materia prima, le llamó “Dinamización”. Existen aparatos llamados “Dinamizadores” que automatizan la “sucusión” (ref 14).
El número de Avogadro
Un físico y químico italiano contemporáneo de Hahnemann, Amedeo Avogadro, descubrió que las leyes de química dictan un límite de dilución que puede realizarse sin perder la sustancia original. Este límite, que se conoce como el Número de Avogadro, es de 6.023 a la 10e-23 y corresponde a las potencias 12C ó 24X (102e-4:1 ó 1 parte de ingrediente activo en 10e-24 partes de diluyente) (ref 15). Debido a este “pequeño contratiempo”, Hahnemann explicó que el proceso de “sucusión” hacía que el ingrediente activo dejara una “esencia espiritual” que cura la enfermedad reviviendo la “fuerza vital” del cuerpo (ref 16).
Hasta este punto en el proceso hemos obtenido una mezcla diluida a 4C, o lo que es lo mismo, de 400:1 que es 1 parte del ingrediente activo en 400 partes de diluyente. Si tomamos nuevamente 1 parte de dicha mezcla y realizamos el proceso 100 veces más a un radio de 1:1 obtendremos una potencia de 5C.
El remedio homeopático Coffea Cruda de los laboratorios Boiron tiene una dilución de 30C (ref 17), por lo que necesitaríamos continuar este mismo proceso de dilución 250 veces más. Este remedio homeopático de Boiron, con una dilución clásica de la homeopatía de 30C, supuestamente tiene 1 parte de café verde diluido en 1,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000
partes de diluyente (¡son 60 ceros!) o más o menos una molécula de café en un contenedor de un tamaño 30,000,000,000 veces mayor a la Tierra lleno de diluyente.
Esta locura que creen los usuarios de la homeopatía es como creer que poner una gota de tinta roja en tal contenedor, dispersándola uniformemente, va a pintar mucho mejor que la pintura sin diluir.
Las dilusiones korsakovianas
En 1829, Simon Nicolaievitch von Korsakov, canciller del estado bajo Nicolas I, se ingenió la idea de usar un método de un solo frasco como modo de preparación. No era médico, pero le preparaba los remedios homeopáticos al Tsar. Desarrolló este método para poder reducir el número de frascos que tenía que traer al país.
“Durante una serie de ensayos conducidos para definir el grado de dilución donde la acción cesa en el organismo humano, rápidamente me di cuenta que para hacer diluciones en centesimales, era necesario tener a la disposición de uno una enorme cantidad de frascos y corchos. Por esto, yo quise encontrar un procedimiento más fácil y económico para este fin, y llegué a la idea de usar el mismo vaso varias veces. Después de vaciar los contenidos del vaso (el primero a una dilución de 99 a 1) para que solo una gota quedara en el frasco. Se agrega nuevo líquido al vaso (99 gotas), y esto es repetido hasta que se alcance el grado de dilución deseado. La experiencia muestra que un vaso que ha contenido medicina en solución, aún cuando sea enjuagado, retiene suficiente sustancia en los lados del vaso para impartir completamente las propiedades medicinales a la siguiente dilución.”
– APB (association pharmaceutique belge), compendium d’homéopathie, 1983.
Habiendo consultado a Hahnemann sobre este método, y una vez que el “maestro” dio su aprobación, Korsakov lo desarrolló.
Las diluciones obtenidas de esta forma son llamadas diluciones korsakovianas, ó K (refs 18 y 42).
El sorprendente oscillococcinum
Los laboratorios Boiron tienen una preparación homeopática muy vendida para los síntomas similares al resfriado común. Su nombre es Oscillococcinum y contiene extracto de hígado y corazón congelados de Anas barbariae (un pato salvaje) diluido a una potencia de 200CK, medida centesimal del método Korsakov.
Los homeópatas venden este producto a quienes presentan síntomas de influenza, gripe, resfriado, y H1N1.
La dilución del oscillococcinum es tan extrema (1 x 10e-400, un 1 seguido por 400 ceros) que, matemáticamente, para poder tener una oportunidad razonable de obtener al menos una molécula del extracto original, el paciente tendría que consumir una cantidad del remedio más o menos equivalente a 10e321 (un 1 seguido por 321 ceros) del número de átomos en el universo observable (que se calcula es de entre 10e78 y 10e82).
De hecho, cuando se le preguntó a la portavoz del Boiron, Gina Casey, si un producto hecho de corazón e hígado de pato era seguro, ella contestó: “Claro que es seguro. No contiene nada.” (ref 19)
La homeopatía funciona como las vacunas ¿o no?
Muy pocas personas que hacen esta afirmaciones saben realmente lo que están diciendo. Suelen ser los usuarios de la homeopatía quienes hacen esta afirmación, sin embargo, esta idea solo aplica para ciertos grupos de sustancias utilizadas en la homeopatía: los nosodes.
La comparación que se hace de los nosodes con la homeopatía es la de que al poner directamente un agente infeccioso o indirectamente con un tejido o supuración de un enfermo en una solución, es posible “inmunizar” a una persona contra dicho agente infeccioso.
Sin embargo, ni las bacterias ni los virus son moléculas, y las llamadas “estructuras cristalinas” del agua que los homeópatas proponen están a una escala mucho menor, órdenes de magnitud menor. No hay forma posible que, por ejemplo, la bacteria del ántrax pueda interactuar con las diminutas moléculas de agua y que quede grabada en esa supuesta memoria.
¿Por qué parece la homeopatía parece funcionar?
Después de miles de millones de años de evolución, los organismos vivos actuales, incluyendo al Ser Humano, han encontrado diversas formas para poder sobrevivir y reproducirse. Nuestro cuerpo es una maravilla natural: nuestro sistema inmunológico está siempre creando anticuerpos para luchar contra los invasores foráneos. En todo momento estamos regenerando y renovando nuestras células, y es posible que nuestro cuerpo se recupere por sí solo del 90% de las enfermedades, de las cuales, muchas son cíclicas y vienen y van por temporadas. Las alergias vienen y van, los resfriados se curan solos después de una o dos semanas, la varicela se comienza a curar a partir de la primera semana, etc. Muchas veces nos recetan medicamentos tan sólo para disminuir nuestros malestares, ya que probablemente nuestro cuerpo se curará efectivamente de la enfermedad.
Además de tener la capacidad para sanarse a sí mismo, nuestro cuerpo puede reaccionar mejor si la persona se siente con más confianza y con un buen humor. Hubo un tiempo en el que se les daba pastillas de azúcar o lactosa con alcohol a las personas sin ningún medicamento tan sólo para mantener a los pacientes contentos creyendo que estaban recibiendo medicamento. Se comenzó a notar que estos pacientes afirmaban que se sentían mejor y algunos incluso parecía que se aliviaban más rápido. Hoy esta técnica se usa como control de efecto placebo en los experimentos clínicos. Y es el mismo efecto que causa en muchos casos la homeopatía.
Quienes han usado alguna vez alguna terapia alternativa, incluyendo por supuesto la homeopatía, probablemente han sentido funcionar el efecto placebo y erróneamente le atribuyen una y otra vez su aparente mejoría a la terapia que están utilizando sin darse cuenta que es su propio organismo el que está curándose a sí mismo y que la terapia sólo está teniendo un efecto sicológico en ellos.
Falacias lógicas
Tanto los médicos homeópatas, los vendedores de homeopatía, y los usuarios de homeopatía creen erróneamente que la homeopatía funciona debido a varios errores de razonamiento.
Hipótesis ad hoc
Una de estas falacias de razonamiento o de lógica es crear una hipótesis ficticia para tratar de explicar por qué parece funcionar la homeopatía si, en efecto, sus remedios no contienen ni una sola molécula de ingrediente activo. Los homeópatas cometen una falacia ad hoc (ref 20) cuando dicen que aunque el agua no tiene ya la sustancia activa, de alguna manera aún no descubierta por la ciencia, el agua puede “recordar” lo que estuvo en contacto con ella, sobre todo después de la dinamización homeopática en la que queda esa “esencia espiritual” del ingrediente activo que se utilizó.
Sesgo de confirmación
Usualmente las personas que creen en las terapias alternativas, tienen una esperanza y confianza en ellas y su opinión está sesgada, de modo que cuando utilizan su terapia, creyendo que esta va a funcionar, tienden a interpretar sesgadamente los resultados, recordando de manera selectiva lo que le pareció positivo, y obviando y olvidando lo que vaya en contra de sus creencias (ref 21). Por ejemplo, de acuerdo a algunas referencias, el Sicólgo Raymond S. Nickerson escribió en su libro de 1998 «Confirmation bias; a ubiquitous phenomenon in many guises», culpa al sesgo de confirmación de los tratamientos médicos ineficaces que se usaron durante siglos hasta la llegada de la medicina científica. Si se notaba mejoría en un paciente, los médicos consideraban el tratamiento como exitoso, en vez de buscar explicaciones alternativas, como que la enfermedad había agotado su curso natural. Esto sigue siendo verdadero aún hoy en día con las terapias alternativas, incluyendo a la homeopatía.
Refuerzo comunal
Sucede también que cuando una idea o concepto es afirmada repetidamente en una comunidad, sin importar si se ha presentado o no suficiente evidencia empírica para respaldarla, con el tiempo se convertirá en una fuerte creencia en la mente de las personas y puede llegar a ser considerada como un hecho real. Frecuentemente la idea puede ser reforzada todavía más por publicaciones en los medios masivos, libros, y otros medios de comunicación. La frase “millones de personas no pueden estar equivocadas” es un indicativo claro de la tendencia común de aceptar sin chistar una idea aceptada comunalmente. En el caso de la homeopatía, sus defensores afianzan más su fe al saber que muchas personas, incluso celebridades y famosos, la utilizan en muchos países del mundo.
Post hoc ergo propter hoc
Los creyentes en la homeopatía hacen una correlación falsa cuando asumen que sintieron mejoría después de tomar homeopatía o alguna otra terapia alternativa, sin detenerse a considerar que quizá la explicación más acertada es que su medicamento científico que estaban tomando al mismo tiempo finalmente terminó haciendo efecto o que su padecimiento está llegando al fin de su curso natural. La falacia post hoc ergo propter hoc describe la falsa creencia de que sólo porque una cosa sucede después de otra, la primera tiene relación directa con la segunda (ref 22).
Pensamiento selectivo
Parte del sesgo de confirmación, el pensamiento selectivo en el caso de la homeopatía hace que tanto el paciente como el doctor refuercen sus creencias seleccionando la evidencia favorable e ignorando lo que esté en contra o no coincida ni confirme sus expectativas.
Falacia regresiva
Cuando un usuario en homeopatía ha creído notar que después de dar homeopatía para tratar la alergia de su hijo, usualmente continúa usándola cada vez que nota que la alergia está peor, y después usualmente esta comienza a disminuir naturalmente. Si para entonces ya comenzó a utilizar su tratamiento homeopático, el usuario atribuirá la mejoría al remedio. Suele suceder que en las ocasiones que el remedio no funcione, el usuario no lo culpará por su ineficacia, sino creerá que no la comenzó a usar a tiempo, no la usó como debiera haberla usado, notará alguna pequeña mejoría perceptible algunos días, o dirá que la medicina científica hubiera funcionado menos efectivamente.
Racionalización y Autoengaño
Los usuarios de la homeopatía y otras terapias alternativas, automáticamente tratan de racionalizar la relevancia, significancia, o importancia de la evidencia opuesta y los argumentos lógicos, convenciéndose a sí mismos de sus creencias creándose una disonancia cognitiva utilizando excusas y explicaciones post hoc (ref 23). Si el proceso se hace conscientemente se conoce como racionalización, y si se hace inconscientemente, como autoengaño.
Validación subjetiva
Siendo parte tanto del autoengaño, la falacia regresiva, y el pensamiento selectivo, este sesgo cognitivo sucede al aceptar como correcta, en algunos casos ciegamente, una afirmación o una información que tenga cualquier significado personal. Una persona cuya opinión es afectada por la validación subjetiva percibirá dos eventos no relacionados como relacionados.
Pensamiento ilusorio
Muchos creyentes en las terapias alternativas interpretan hechos, reportes, eventos, percepciones, etc. de acuerdo a lo que les gustaría que fuera en vez de acuerdo a la evidencia real (ref 24).
¿Homeopatía en bebés y animales?
Muchas defensores de la homeopatía afirman que el efecto placebo no tiene nada que ver porque ésta funciona incluso en bebés y en veterinaria, es decir, homeopatía en animales. Por supuesto que, no siendo conscientes de que se les está dando medicina, sería imposible que mostrasen mejoría si no saben que están recibiendo tratamiento.
Lo que los seguidores de la homeopatía parecen ignorar, algunos quizá a propósito, es que el efecto placebo no sólo funciona en quien recibe el placebo, sino también en quien lo administra. Por ésta razón es que se crearon los experimentos doble-ciegos, en los que ni el paciente ni el administrador saben qué es lo que están experimentando, o sea, si son el grupo de control recibiendo placebo o el grupo de ensayo que recibirá el producto a probar.
En el caso de la homeopatía en los bebés, en los animales, e incluso en las plantas (ref 25), el efecto psicológico del placebo no opera en el paciente, sino en el papá/dueño/médico del paciente.
Quien aplica la homeopatía está esperando que el tratamiento funciona, y “notan” supuestas mejorías basándose en los errores de razonamiento arriba descritos. Entre más motivado esté la persona que aplica la terapia, mayor será el efecto placebo, sobre todo si su creencia personal está reforzada por haber invertido tiempo, dinero y credibilidad en ella.
También sucede que, a excepción de las plantas, el paciente puede tener una mejoría real derivada del comportamiento y el estado emocional del padre, dueño o médico, quien estará menos ansioso al creer que está aplicando una terapia que en su mente funciona. Los bebés y animales pueden percibir este cambio y ellos mismos se relajan y reducen el estrés que en muchos casos puede complicar los síntomas del padecimiento.
Así mismo, los animales pueden condicionarse a los rituales de terapia y mostrar mejoría derivada no de un medicamento inexistente, sino de la espectativa de alivio (ref 27)
Junto con el tratamiento homeopático, muchas veces el padre/dueño/médico proporciona cuidados y atenciones extras al bebé/animal/planta, como cambios de dieta, patrones de sueño, mayores descansos, etc. que pueden mejorar los síntomas y aliviar más rápidamente el padecimiento.
Similarmente, si el tratamiento homeopático se aplica en conjunto con medicina real, el padre/dueño/médico atribuirá el éxito de la curación a la terapia alternativa en vez de al tratamiento.
Todo esto sin olvidar los reportes condicionados del padre/dueño/médico que dará testimonio de lo que él cree que fue lo que funcionó, también basándose en los errores de percepción y racionalización arriba descritos.
La evidencia anecdótica
Los testimonios anecdóticos son en gran parte una de las razones por las cuales las personas siguen dando validez a la supuesta efectividad de los tratamientos alternativos. Suelen ser en extremo convincentes para muchas personas que creen fácilmente en lo sobrenatural, en lo paranormal, y lo pseudocientífico, aún cuando ofrecen poco o nulo valor para establecer su probabilidad.
Este tipo de evidencia es poco confiable porque las historias contadas son propensas a ser contaminadas por creencias, sesgos y experiencias posteriores, además de que suelen distorsionarse cuando se cuentan una y otra vez. Los eventos se exageran, los detalles se confunden y se pierden, y los tiempos y secuencias se desfasan.
Hay montones de testimonios anecdóticos con los que tratan de respaldar el supuesto funcionamiento de la homeopatía, y que se tomaron como hechos reales sin considerar otras posibles explicaciones:
- Quizá el paciente nunca estuvo enfermo. Muchos hipocondriacos y personas que se preocupan de manera exagerada por su salud, sufren de padecimientos imaginarios (ref 27)
- El padecimiento tenía un ciclo de vida natural y el paciente se iba a recuperar de cualquier manera.
- El paciente, sintiéndose enfermo, se tomó algunos días de descanso del trabajo y dejó algunas otras actividades que lo ayudó a recuperarse.
- El diagnóstico original estaba equivocado.
- El padecimiento es cíclico o episódico, de manera que si el paciente comenzó a tomar la terapia homeopática cuando los síntomas estaban en su punto máximo y estos comenzaron a ceder naturalmente, el paciente lo atribuirá a la terapia.
- Los homeópatas y otros terapeutas alternativos suelen animar a sus pacientes a hacer cambios en sus estilos de vida, tales como una mejor dieta tanto en su calidad como en sus horarios, hacer más ejercicio, descansar y dormir más, beber menos, y otras cosas obvias que casi todos sabemos pero que no hacemos hasta que alguien nos lo dice, y que pueden hacer la diferencia para una recuperación más rápida.
- El paciente combina la terapia alternativa con medicina real y al final, cuando la medicina lo cura, le atribuye su mejoría a la terapia alternativa.
- Usualmente las visitas al médico real son breves y el paciente va con la esperanza de recibir una terapia que alivie su padecimiento. Los médicos ven casos de enfermedades cíclicas, de temporada, y de fin natural prácticamente todos los días y saben que el paciente se curará solo. Sin embargo, también saben que lo que menos quieren sus pacientes es que les digan que se vaya a su casa y que eventualmente se le va a pasar, sino que esperan recibir un tratamiento. De modo que el médico suele recetar para los síntomas. En cambio, los homeópatas suelen consultar hasta por más de una hora preguntando sobre el estilo de vida y otras cosas personales del paciente para compararlo con lo que Hahnemann y sus ayudantes escribieron hace 2 siglos atrás, y así encontrar una coincidencia entre las terapias homeopáticas y afirmando que el tratamiento “está personalizado” para el paciente. Esto hace que el paciente tenga mucha mayor confianza y un mejor humor, y se condiciona a sentirse mejor, aún cuando esté tomando solo agua azucarada.
- Existe también un efecto placebo condicionado que después de aprenderse se vuelve inconsciente. Los pacientes aprenden una respuesta de mejoría a los rituales de tratamiento. Hay varios estudios en los que se muestra cómo en experimentos con ratones a los que por un tiempo se les da un tratamiento, al cambiarse el tratamiento por placebo (agua salina), estos continúan teniendo alguna mejoría (ref 26)
- Se ha hablado también de otro supuesto efecto placebo inconsciente llamado “fase de respuesta aguda” que se da después de una lesión y que hace que el mismo cuerpo inflame y sensibilice la parte afectada para inmovilizar la lesión y ponernos en alerta para cuidar no hacer más daño en la zona. Una vez que esta fase pasa, el dolor y la inflamación ya no son necesarios (ref 28).
- Existe un efecto placebo consciente que es el más conocido y mencionado cuando la gente habla de “efecto placebo”: la creencia de que va uno a mejorar, y mejora. Este efecto es real y aún se sigue estudiando.
- También está el efecto de inversión: las personas que han invertido confianza, tiempo y dinero en un tratamiento, suelen estar muy motivadas en que funcione, al grado de que llegan a convencerse a sí mismas que sí ha funcionado.
- En muchas ocasiones, los homeópatas recomiendan a sus pacientes dejar su tratamiento médico actual, el cual puede estar causando desagradables efectos secundarios. Suele suceder que se atribuye entonces a la homeopatía una mejoría percibible precisamente de esos efectos secundarios ya que era el tratamiento médico el que lo estaba causando en primera instancia, sin embargo, la enfermedad no se ha curado y el paciente ha dejado de recibir la terapia que lidiaba con esta.
La memoria del agua
Desde que el trabajo de Avogadro, las extremas diluciones en la homeopatía han sido un dolor de cabeza para sus defensores, al grado de que se han inventado todo tipo de supuestas soluciones ad hoc para tratar de explicar su supuesta eficacia, con tal de no aceptar los problemas de razonamiento arriba mencionados.
Una de las teorías más conocidas es la de la supuesta memoria del agua: como es imposible que a esas diluciones exista una molécula del ingrediente activo, entonces lo que debe suceder es que de alguna manera el agua “recuerda” la molécula que estuvo en ella y el efecto que el ingrediente causaba, continúa presente en el agua sola.
Los homeópatas modernos argumentan que durante el proceso de sucusión supuestamente imparte el recuerdo del ingrediente activo y solo el ingrediente activo, ya que ninguna de las impurezas contenidas tanto en el ingrediente como en el agua parecen ser “recordadas” por el vital líquido. Este recuerdo espiritual de la sustancia activa que alguna vez estuvo en contacto con esa agua es lo que supuestamente curaría al enfermo.
A pesar de que esta teoría va en contra de todo lo que actualmente es conocido por la Ciencia, se ha dado la oportunidad a los homeópatas de comprobarla. Una larga lista de publicaciones que a simple vista parecían demostrar esta supuesta memoria del agua, eventualmente han sido refutadas.
La Fundación Educativa James Randi ha emitido un reto a todas los fabricantes de homeopatía y a las farmacias que venden productos homeopáticos a demostrar que la homeopatía funciona y/o que el agua tiene memoria y ofrece un premio de $1 millón de dólares si lo logran (ref 33).
En 1988, el inmunólogo francés Jacques Benveniste publicó un controversial estudio en el prestigioso diario científico Nature describiendo la acción de diluciones extremadamente altas de el anticuerpo anti-IgE que activaron unas células blancas llamadas basófilos, que controlan la reacción del cuerpo a los alérgenos, para producir una respuesta inmune. Los biólogos estaban perplejos por los resultados de Benveniste ya que en la dilución no existía ni una sola molécula del anticuerpo, lo que aparentemente indicaba que el agua de alguna manera transmitía el efecto de estos a pesar de ya no estar presentes.
Como condición para publicar este estudio en Nature, su editor el físico John Maddox pidió a Benveniste que sus resultados fueran reproducidos por laboratorios independientes. El estudio fue publicado eventualmente llevando como autores adjuntos a cuatro laboratorios en Canadá, Italia, Israel y Francia (ref 35).
Después que el artículo fue publicado, se inició una investigación por un equipo que incluía a Maddox mismo, al escéptico James Randi y al experto en fraudes Walter Stewart, quienes con la cooperación del mismo equipo de Benveniste y aplicando estrictos controles para evitar fraudes, no fue posible reproducir los resultados publicados. Desde entonces otros equipos en varias partes del mundo también trataron de reproducir los supuestos efectos sin lograrlo. Sin embargo, el estudio publicado en Nature jamás fue retractado (ref 34).
No obstante no existe evidencia alguna de que el agua tenga memoria, los homeópatas se han enfocado en tratar de explicar cómo es que el agua pudiera tener memoria. Algunas de estas teorías incluyen la hipótesis del sílice, el oxígeno activo, la homeopatía cuántica (ref 36) muy criticada (ref 37) y “matemáticas homeopáticas” que consisten en buscar “comprobar” cómo es que funciona la memoria del agua (aún cuando aún no se ha comprobado que exista), mediante complejas y trucadas ecuaciones matemáticas que ya han sido refutadas (ref 38).
Más estudios sobre Homeopatía
Citando a la NCAHF, se han realizado estudios controlados que han incluido remedios homeopáticos y aunque los resultados no apoyan su uso, algunos ensayos bien diseñados han rendido algunos hallazgos positivos. Sin embargo, varios de estos estudios positivos han sido llevados a cabo precisamente por homeópatas, y sus reportes contienen retórica que refleja un sesgo lo suficientemente fuerte para socavar la confianza en su veracidad. Los mejores de estos estudios deben ser repetidos por investigadores objetivos con análisis independientes de las formulaciones homeopáticas empleadas para asegurarse que no han sido adulteradas con medicamentos activos (fuente).
En 1984, A.M. Scofield concluyó después de una revisión exhaustiva de la investigación experimental sobre homeopatía, que era obvio que, a pesar de tanto trabajo experimental y clínico, no hay suficiente evidencia que sugiera que la homeopatía es efectiva. Esto es debido a malos diseños, ejecuciones, reportes, análisis, y particularmente la falla en repetir los trabajos experimentales que lucen prometedores.
Un meta-análisis más reciente de 107 ensayos controlados sobre homeopatía que aparecieron en 96 reportes publicados también encontró que la evidencia es positiva pero no es suficiente para obtener conclusiones definitivas debido a que la mayoría de dichos análisis son de baja calidad metodológica y por el sesgo de publicación.
Otro análisis continuamente citado por los homeópatas es el de la combinación de resultados y meta-análisis de tres ensayos clínicos controlados y aleatorizados sobre homeopatía para niños con diarrea publicado en Marzo 22 de 2003 por J. Jacobs, W.B. Jonas, M. Jiménez Pérez y D. Crothers, que llegaron a la conclusión de que dichos estudios confirman que los tratamientos individualizados de homeopatía disminuyen la duración de diarrea aguda infantil y sugieren que sean utilizadas muestras más grandes en el futuro de la investigación homeopática para asegurar un poder estadístico más adecuado (ref 45). Sin embargo, los investigadores Altunç U, Pittler MH y Ernst E. revisaron estos tres ensayos junto con otros 323 y concluyeron que la evidencia de los ensayos clínicos rigurosos de cualquier tipo de terapéutica o intervención preventiva para probar la homeopatía para afecciones en niños y adolescentes no es suficientemente convincente para recomendaciones en cualquier condición (ref 46). Más aún, un estudio publicado el 12 de Octubre de 2006 por Jacobs J, Guthrie BL, Montes GA, Jacobs LE, Mickey-Colman N, Wilson AR, DiGiacomo R. sobre la combinación de remedios homeopáticos en el tratamiento de diarrea infantil aguda en Honduras, encontró que no había diferencia significativa en la posibilidad de resolución de los síntomas diarréicos entre los grupos de tratamiento y los grupos de placebo y que la terapia homeopática probada en este estudio no redujo significativa la duración o severidad de diarrea aguda en niños hondureños (ref 47).
Discutiendo sobre homeopatía
Pruébala por ti mismo
Al discutir sobre homeopatía con alguno de sus defensores, inmediatamente te vas a ver confrontado con la demanda de que tú mismo hagas la prueba, es decir, que tomes algún remedio homeopático y sientas el efecto por ti mismo. Usualmente argumentarán que mientras no hayas hecho esto, no tendrás derecho a discutir sobre homeopatía. Sin embargo, uno de los puntos en contra de la homeopatía es precisamente que desde el punto de vista científico, la percepción subjetiva de un individuo no es evidencia válida. El que tomes un remedio homeopático y sientas o no sientas algún efecto, es básicamente irrelevante. Incluso, si de todas formas llegas a tomarlo y no sientes nada, y expones tu resultado, probablemente te acusarán de mentir.
Estudia homeopatía
Similarmente, algunos argumentarán que debes estudiar homeopatía para entenderla y poder discutir sobre ella. Sin embargo, desde el punto de vista del creyente, entender es creer, y si no crees, entonces te debe faltar entendimiento.
Hay estudios que avalan su funcionamiento
Como dije anteriormente, sí han habido diversos estudios científicos aparentemente bien diseñados que parecieran avalar la homeopatía. Desafortunadamente, por lo menos para los homeópatas, la falta de poder reproducir los resultados independientemente, los pobres métodos de control, los sesgos con los que se tratan las conclusiones, y muchos otros problemas más, no han permitido que de entre todos resulte suficiente evidencia para sostener a la homeopatía en cualquier modo. Y esto debería de sorprender a una persona racional, ya que 200 años tanto de homeopatía como de avances científico no ha sido suficiente tiempo para encontrar una comprobación válida, sino por el contrario, desde Avogadro a la fecha la Ciencia se ha alejado cada vez más de las teorías homeopáticas al grado de colocarlas en el reino de las pseudociencias.
Steven Novella nos dice que los estudios individuales no son la forma correcta para comprender la evidencia base para ninguna afirmación médica. Las diferencias en metodología, rigor, y fluctuaciones estadísticas asegurarán una dispersión aleatoria de resultados. Mientras tanto, el sesgo del investigador y el sesgo de publicación tienden a sesgar esa dispersión aleatoria hacia un extremo positivo. Por esta razón, si manipulas escogiendo a conveniencia los estudios en cualquier tema que haya sido ampliamente estudiado, podrás encontrar apoyo para cualquier posición que desees tomar. Sólo mediante la revisión sistemática de toda la evidencia en búsqueda en un patrón general, es como podrás ver lo que realmente está diciendo la ciencia (ref 43).
Los estudios clínicos de la homeopatía no son homeopatía
Algunos homeópatas suelen recurrir a desestimar los estudios científicos sobre la homeopatía, argumentando que la mayoría de ellos no son estudios apropiados y que sólo los tratamientos individualizados por un homeópata son homeopatía válida, y no el tratamiento estandarizado en la mayoría de los ensayos clínicos. Sin embargo, los resultados de la homeopatía individualizada son similares a los de la homeopatía estandarizada. Un análisis reciente concluyó que los resultados de los ensayos aleatorizados disponibles sugieren que la homeopatía individualizada tiene un efecto sobre el placebo. La evidencia, sin embargo, no es convincente debido a deficiencias e inconsistencias. Las investigaciones futuras deberían enfocarse en la reproducción de los estudios existentes que parecen prometedores. Los nuevos estudios aleatorizados deben ser precedidos por estudios piloto (ref 44).
La homeopatía no causa efectos secundarios
Esta es una afirmación parcialmente cierta: la homeopatía no causa efectos secundarios porque tampoco tiene efectos primarios más allá del efecto placebo.
Pero no es del todo correcta, ya que los pacientes que prefieren utilizar la homeopatía en vez de la medicina real, se están arriesgando a recibir un diagnóstico y un tratamiento efectivos, pudiendo empeorar así una condición seria.
Conclusión y Recomendaciones
No sólo no existe ninguna base científica que respalde la homeopatía, sino que además los preceptos centrales de la homeopatía están en contra de mucho de lo actualmente conocido en física, química, farmacología, patología, biología, etc.. Si la homeopatía es correcta, entonces mucho de lo que sabemos actualmente está equivocado.
Los remedios homeopáticos no requieren tener los mismos estándares de efectividad que la medicina real. No están aprobados legalmente como medicamentos, sino que se registran y se venden como suplementos alimenticios. Por esta razón encontrarás leyendas que dicen que su consumo es responsabilidad de quien lo toma y de quien lo recomienda (COFEPRIS sobre suplementos alimenticios).
Todos los homeópatas, tanto médicos como “especialistas” (ref 41) y vendedores, operan por debajo de los estándares de la medicina responsable. Si tu médico practica homeopatía, no deberías le deberías confiar tu salud ni la de tu familia.
A pesar de que hay carreras de homeopatía en varias universidades en el mundo y se ha incluido o tratado de incluir a la homeopatía tanto en los servicios de salud pública como en las aseguradoras privadas, esto ha sido por política, nexos, y favores, ya que la homeopatía es científicamente indefendible.
Las terapias alternativas son imanes para charlatanes y defraudadores, y la homeopatía no es la excepción. Poner tu salud en manos de alguien que ha abandonado la razón para dedicarse a la sanación con magia, no parece ser una idea muy inteligente. El cuidado de la salud irracional nunca está libre de peligros y es sumamente irresponsable crear una falsa confianza en los pacientes en una pseudomedicina.
Es difícil que un médico pueda tener confianza simultánea tanto en la homeopatía como en la medicina científica, y por esta razón los médicos que también practican la homeopatía suelen alejarse más de la ciencia para poder conciliar la disonancia cognitiva provocada por el choque entre la ciencia y la pseudociencia, al grado de tener que encontrar racionalizaciones que pueden incluso rayar en lo absurdo. No puede ser seguro colocar nuestra confianza y salud en un médico que cree en fuerzas vitales y el agua con memoria. Mucho menos si ni siquiera es médico.
Si has leído hasta aquí, quizá ahora veas de manera distinta estas mismas afirmaciones que hice en un inicio:
La Homeopatía no es ciencia. Tampoco es medicina. Es magia. Es fraude.
Referencias:
1) http://es.wikipedia.org/wiki/Magia_simp%C3%A1tica
2) http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_los_cuatro_humores
3) http://www.herbs2000.com/homeopathy/medorrhinum.htm
4) http://es.wikipedia.org/wiki/Condicionamiento_cl%C3%A1sico
5) http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002445.htm
6) http://www.abchomeopathy.com/r.php/Coff/sleep
7) http://www.boironusa.com/products/coffea-cruda/
8) http://www.homeovet.cl/BRIONES/Tratado%20de%20Materia%20Medica.pdf
9) http://www.geosalud.com/medicinanatural/homeopatia.htm
10) http://www.naturalworldhealing.com/homeopathyenergytheory.htm
11) Aforismo 270 del Organon de Hahnemann: http://www.homeopathyhome.com/reference/organon/64.html
12) http://www.youtube.com/watch?v=vMK_wLYKpF0
13) Máquina potenciando en los laboratorios homeopáticos Helios del Reino Unido: http://www.helios.co.uk/technical.html
14) http://www.homeocangallo.com/prod-dinamiza.html
15) http://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%BAmero_de_Avogadro
16) http://healthy-ojas.com/systems/homeopathy-principles.html
17) http://www.amazon.com/Boiron-Homeopathic-Medicine-Coffea-Pellets/dp/B00014EK9C
18) http://www.boiron.es/nuestros-medicamentos/productos/1000275001301/oscillococcinum.1.html
19) http://www.usnews.com/usnews/biztech/articles/970217/archive_006221_2.htm
20) http://es.wikipedia.org/wiki/Ad_hoc
21) http://es.wikipedia.org/wiki/Sesgo_de_confirmaci%C3%B3n
22) http://es.wikipedia.org/wiki/Post_hoc_ergo_propter_hoc
23) http://es.wikipedia.org/wiki/Autoenga%C3%B1o
24) http://es.wikipedia.org/wiki/Pensamiento_ilusorio
25) http://www.abchomeopatia.com/homeopatia-para-plantas-agrohomeopatia/
26) http://thoreking.free.fr/zetetique/media/press/McMillan_ThePlaceboEffectInAnimals.pdf
27) http://news.bbc.co.uk/2/hi/health/7001436.stm
28) http://books.google.com.mx/books?id=GDUuMHQO6nMC&lpg=PA45&pg=PA44#v=onepage&q&f=false
29) http://www.helios.co.uk/download/20042011.pdf
30) https://www.helios.co.uk/cgi-bin/store.cgi?action=link&sku=LMBerl&uid=128
31) http://www.biolumanetics.net/cases/BerlinWall.htm
32) http://www.abchomeopathy.com/go.php
33) http://www.randi.org/site/index.php/jref-news/1208-feb5video.html
34) http://www.nature.com/news/2004/041004/full/news041004-19.html
35) http://adsabs.harvard.edu/abs/1988Natur.333..816D
36) http://www.karger.com/Article/Abstract/93662
37) http://scienceblogs.com/insolence/2006/06/30/your-friday-dose-of-woo-its-no/
38) http://scienceblogs.com/goodmath/2007/08/16/bad-homeopathic-differential-e/
39) http://www.worldcat.org/title/boenninghausens-characteristics-materia-medica-repertory-with-word-index/oclc/46785916
40) http://tschinka.wordpress.com/2013/02/15/beyond-homeopathic-paper-remedies/
41) http://training.boironusa.com/ct/basics/
42) http://www.homeodel.com/tout-savoir-sur-homeopathie-en.aspx#historique
43) http://theness.com/neurologicablog/index.php/debating-homeopathy-part-ii/
44) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/9884175
45) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12634583
46) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17285788
47) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17034278