Durante los últimos años, pero en particular en los últimos meses, los mexicanos hemos sido invadidos de publicidad de productos para la salud, y vemos con tristeza cómo, mientras miles de galenos estudian por años, se preparan constantemente y tratan de ofrecer la mejor medicina a sus pacientes, unos pillos charlatanes engañan al público y ofrecen la curación instantánea de muchas enfermedades con remedios tan caros como inútiles, sin que haya al parecer nadie que ponga coto a esta publicidad nociva.El mes pasado se informó que la Cámara de Diputados analizaba reformas legales para sancionar tanto a los fabricantes y distribuidores de estos productos como a quienes los comercializan; una diputada, Cristina Díaz, señaló: “la mayoría de estos anuncios tienen formato de programa de televisión, e incluso presentan testimonios de personajes conocidos que magnifican las propiedades de esos productos… se genera confusión y el público consumidor no sabe la verdad de estos productos”, de ahí que se planteen cambios a la Ley de Salud.
Y si se revisa la Ley de Salud, hay sanciones administrativas que van de mil a 4 mil salarios mínimos, el secuestro del producto y tal vez el retiro del mercado, a quienes cometan tales atropellos, pero esto está solamente en el papel, porque hay empresas que pagan por adelantado las multas y siguen proyectando su publicidad engañosa en los medios, y otras que buscan resquicios legales para seguir timando a los mexicanos.
Desde octubre se señalaron algunos productos “milagro” que debían ser retirados del mercado porque no sirven para nada o no tienen los efectos maravillosos que prometen: Aminolife, Body Light, Cicatrisan, Diet Sen, Dream Bust, Goicochea, Linaza Extrem de Sluet 40, Men force, Power Sex, Sin Hambre, Siluet 40, y se nombraron a las empresas que tienen mayor espacio en la televisión: Genoma Lab, Biotanic, Naturezza Latinoamericana, Innova System, Suave y Fácil, Golden Harvest.
¿Qué ha sucedido?, nada o casi nada, porque un mes después de la noticia, las cosas siguen igual, y no solo eso, sino que uno de los laboratorio, Genoma Lab, encontró un resquicio para seguir timando al público: mostró que la Secretaría de Salud dio el visto bueno, lo que sólo es cierto en parte, porque algunos productos -que pueden ser preventivos o auxiliares- pero no tienen efecto farmacológico, se anuncian como medicamentos milagrosos. Al mostrar esas autorizaciones, se evidencia una de tres situaciones: o hay corrupción en la Secretaría de Salud, o los reglamentos son tan elásticos que permiten que pillos como esos sigan estafando a los consumidores, o ambas.
El asunto no es de legalidad, sino de ética: no es cierto que haya un medicamento que baje siete kilos en siete días, no es cierto que haya otros medicamentos que desaparezcan las várices, que curen las hemorroides, que consigan el vigor sexual perenne, se eliminen las cicatrices, o que limpien el intestino para siempre, eso es falta de ética, simple falta de ética, aunque se escuden en legalismos los comerciantes, los anunciantes, la Secretaría de Salud o las estrellitas que promueven tales productos.
Sé, estimado lector, que usted no cree en los milagros, en especial esos que aparecen en la prensa, la radio o la televisión, pero vale la pena recordar que siempre habrá pillos que quieren esquilmar a quien se deja.(Notimex) (el autor es médico y escritor)
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