El cuerpo astral es un concepto proveniente de tradiciones místicas y esotéricas que describe una supuesta forma etérea o inmaterial que coexiste con el cuerpo físico y puede separarse de este durante experiencias como los sueños, la meditación profunda o los llamados viajes astrales. Según los creyentes, el cuerpo astral permite a las personas explorar otros planos de existencia o dimensiones espirituales. Sin embargo, desde una perspectiva científica, no hay evidencia de la existencia de un cuerpo astral, y las experiencias asociadas a este concepto se explican mejor a través de fenómenos psicológicos y neurológicos bien documentados.

Origen y evolución del concepto

La idea del cuerpo astral tiene raíces en las antiguas tradiciones espirituales de diversas culturas. En la filosofía hindú, se le relaciona con el concepto de “sukshma sharira”, un cuerpo sutil que trasciende lo físico. De manera similar, en el esoterismo occidental, el cuerpo astral fue popularizado por la Teosofía en el siglo XIX, particularmente en las obras de Helena Blavatsky. En este contexto, se le atribuye la capacidad de interactuar con planos superiores de existencia.

Con la llegada de la nueva era, el concepto de cuerpo astral se integró en narrativas modernas, combinándose con ideas pseudocientíficas como la energía cuántica o las vibraciones espirituales. Esto ayudó a perpetuar su popularidad, aunque sin aportar evidencia empírica.

Análisis crítico y perspectiva científica

Desde el punto de vista científico, las experiencias atribuidas al cuerpo astral, como los viajes astrales, se explican mejor mediante fenómenos psicológicos y neurológicos. Una explicación común es que estas experiencias son formas de sueños lúcidos o alucinaciones hipnagógicas, estados en los que el cerebro genera vívidas percepciones sin estimulación sensorial externa. Estudios con electroencefalogramas (EEG) han mostrado que los patrones cerebrales durante estas experiencias corresponden a estados de sueño o relajación profunda.

Otro fenómeno relacionado es la disociación, que ocurre cuando una persona percibe su cuerpo desde una perspectiva externa. Esto puede suceder en estados de estrés extremo, durante episodios de epilepsia del lóbulo temporal o incluso bajo los efectos de ciertas drogas. Estas experiencias suelen interpretarse como evidencia del cuerpo astral, pero los estudios han demostrado que son resultado de actividades cerebrales anómalas.

El concepto de cuerpo astral refleja el deseo humano de trascender las limitaciones físicas y encontrar significado en experiencias subjetivas. Sin embargo, la falta de evidencia reproducible y las explicaciones alternativas basadas en la neurociencia y la psicología refuerzan la conclusión de que el cuerpo astral es una construcción cultural y no un fenómeno real.