Bajas Vibraciones XXV: GENESIS DEL MITO OVNI

Los lectores de Bajas Vibraciones ya saben de mi denodada lucha contra el engaño y de mi heroico esfuerzo para extender el pensamiento racional y crítico; así que no me hecho más flores y voy al grano.

A partir de mediados del siglo XX se extendió por el mundo la paranoia ovni. A pesar de que los fraudes descubiertos demuestran hasta la saciedad la falsedad del mito extraterrestre, éste está tan enraizado en nuestra sociedad que no he podido resistir la tentación de aguarles la fiesta a quienes creen en los hombrecillos verdes. 

Sí, ya lo se; soy malo malísimo, pero recuerden que fueron engañados por multitud de charlatanes con chalecos multi-bolsillos, revistas pseudocientíficas, malos programas de TV y, por supuesto, el cine. Yo sólo me limito desfacer el entuerto; a lanzar un salvavidas a quienes quieran regresar a tierra firme, en donde la imaginación, aunque deseable y necesaria, no debe conducirnos al delirio. 

LAS AUTORIDADES ESPIRITUALES ADVIERTEN QUE LA MEJOR PRUEBA DE QUE HAY VIDA INTELIGENTE EN EL UNIVERSO, ES QUE JAMÁS NOS HAN VISITADO. 

Todo indica que el fenómeno ovni se ha desarrollado como un mito perfectamente adaptado a la segunda mitad del siglo XX. Antes aparecían las hadas, los gnomos…, ahora, cuando gozamos de una civilización tecnológica, aparecen unos ingenios en el cielo que dejan nuestros conocimientos en ridículo. 

Normalmente es casi imposible rastrear los orígenes de los mitos, pero el caso que nos ocupa, al ser un mito moderno, puede ser rastreado con más facilidad. Podríamos remontarnos a Schiaparelli, el astrónomo aficionado, que creyó ver canales en Marte; podríamos hablar de Sir Percival Lowell, que estaba convencido de que los canales descubiertos por Schiaparelli eran artificiales; podríamos mencionar a Madame Blavastky, la teosofía y sus atlantes; sin olvidarnos del pánico que causó la emisión, en 1938, de la obra de H. G. Wells titulada “La guerra de los mundos”; también están las obras de ciencia ficción de los años 30 y 40 en las que las naves extraterrestres eran argumentos cotidianos … Pero tratar todo ello daría lugar a un texto demasiado extenso y, probablemente, aburrido. Por ello, partiremos de la década de los 40 en la cuna del mito: Estados Unidos. 

La década de los 40 está marcada por la Segunda Guerra Mundial y el lanzamiento de las primeras bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Tampoco debemos olvidar la creciente paranoia anticomunista que desembocaría en la caza de brujas del Senador McCarthy. Estos dos temas tienen una importancia capital a la hora de entender el nacimiento del mito ovni y la muy recurrente conspiración gubernamental para ocultar todas las evidencias. 

PRUEBAS ATÓMICAS Y SECRETISMO 

El 16 de julio de 1945, en el campo de tiro de la Fuerza Aérea en Alamogordo, Oppenheimer da la orden para detonar la primera bomba atómica de la historia. Es la culminación del “proyecto Manhattan”; el resultado de algo más de dos años de trabajo en el laboratorio de Los Álamos, en Nuevo México. 

A principios de 1943, Los Álamos no era nada más que una escuela de Exploradores. Unos meses después, tres mil personas del ejército empezaban la construcción de un laboratorio de investigación nuclear. Allí todo era secreto; el trabajo que realizaban, su localización e incluso su existencia. Oficialmente Los Álamos no existían, por tanto todos los trabajadores recibían su correspondencia en el apartado de correos 1663 de Santa Fe. Las cartas e incluso las llamadas telefónicas eran censuradas. 

En sus ratos libres, el personal de los Álamos podía bajar a Santa Fe a comprar, pero siempre bajo la estrecha vigilancia del G2, cuyos miembros eran fácilmente detectables, ya que todos ellos llevaban sombreros de ala ancha, de paja en verano, de fieltro en invierno. Los hombres del G2 cuidaban de que no se hablase con los lugareños más de lo estrictamente necesario, vigilaban que no se echara ninguna carta al correo, y hasta te seguían al interior de La Cantina (el bar de La Fonda). 

Por otra parte, la climatología era fundamental. La prueba debía realizarse en un día calmado para evitar que los vientos transportasen la radioactividad a las poblaciones vecinas. Por ello, durante los días anteriores a la detonación los meteorólogos se enviaban globos meteorológicos cada pocas horas, y una vez al día un avión lleno de instrumentos volaba hacia el nordeste para intentar predecir el tiempo. 

Había grupos de científicos esparcidos por todo el sur de Nuevo de México para medir la precipitación radioactiva. Con ellos había grupos de policías militares cuyo trabajo sería evacuar a la población si los niveles de radiactividad se hacían demasiado altos. Para practicar el lanzamiento de la bomba, todos los días despegaba un B-29 de la cercana base aérea de Roswell y efectuaba pruebas de tiro simulado. 

Al finalizar la guerra el laboratorio de los Álamos siguió construyendo bombas atómicas y las pruebas continuaron en Alamogordo. Roswell continuó siendo una Agrupación con armas atómicas. Se continuaron realizando pruebas de cohetes y de misiles dirigidos. En toda la zona  circulaban los rumores y se respiraba un cierto ambiente de secreto y confidencialidad. 

El gran temor de los americanos era el que los rusos fueran capaces de desarrollar la bomba. Había sospechas de que gran parte de la información secreta sobre la misma había sido filtrada a los soviéticos. Los americanos empezaron varios proyectos cuyo propósito era conocer rápidamente cualquier explosión atómica que pudieran realizar los soviéticos. Uno de ellos se basaba en la detección de las ondas de choque generadas por las posibles explosiones nucleares, el proyecto Mogul. En él se utilizaban grandes globos con detectores de ondas. Los globos eran de neopreno o de polietileno y, por tanto, transparentes para las señales de los radares. Por ello debían llevar una estructura revestida con una fina hoja metálica que reflejase los impulsos del radar. En el verano de 1947 se estuvieron haciendo muchas pruebas con estos dispositivos. 

EL AVISTAMIENTO DE ARNOLD 

El 24 de junio de 1947, Kenneth Arnold, un hombre de negocios de Boise (Idaho) volaba, como de costumbre, de Chehalis a Yakima (Washington) en un avión privado. Cuando estaba cerca del Monte Rainier, empezó a ver lo que parecía un grupo de aviones de apariencia poco familiar volando muy cerca de las montañas. 

“Podía ver su perfil muy claramente contra la nieve según de acercaban a la montaña. Volaban muy cerca de las cumbres, directamente en dirección sur sudeste hacia los cerros escarpados de la cordillera, volaban como gansos en una línea diagonal similar a una cadena.”… “Estaban a una distancia de unas 20 ó 25 millas, y no pude ver ninguna cola en ellos. Miré aproximadamente durante tres minutos una cadena de cosas de una longitud de cinco millas, virando bruscamente hacia los altos picos de las montañas o alejándose de ellos con la misma brusquedad. Eran planos como moldes para hacer tartas y tan brillantes que reflejaban el sol como un espejo. Nunca vi nada tan rápido”. 

Hay varias hipótesis que dan perfecta cuenta de lo que vio Arnold. Cuando el viento sopla en los picos escarpados cubiertos de nieve muchas veces ésta se levanta y revolotea; a cierta altura y bajo cierto ángulo de visión, la luz se refleja en ella como si fuera un espejo. El agua es transparente, sin embargo, cuando el sol está muy bajo en el horizonte, las diferentes densidades del agua y del aire hacen que la luz se refleje en esta última como en un espejo; la propia niebla o calima tiene un comportamiento similar. El fenómeno es el mismo cuando se trata de dos masas de aire con diferente densidad. El sol, el avión de Arnold y los picos estaban en la posición y altura correcta para percibir el reflejo de la luz que daba una apariencia sólida e incluso metálica al fenómeno. 

Si recordamos las palabras de Arnold, los "platillos" se movían al unísono muy cerca de las cumbres escarpadas. Esa es la característica del viento soplando contra la cordillera. En las puntas se formarían los remolinos de nieve que serían los que reflejarían la luz. En cada pico un "platillo". Como las cumbres de los alrededores del Monte Rainier forman una línea recta, lo que vería Arnold sería un conjunto de "platillos" moviéndose al unísono, como si formaran una cadena. Las embestidas del viento marcarían los saltos que los alejarían o acercarían a la cordillera. 

Arnold, informó de lo que había visto. En sus declaraciones a los periodistas dijo que “volaban como lo haría un plato si lo lanzas para que salte sobre el agua” (no que tuviesen forma de platos). En la mayor parte de los países de habla hispana se tradujo por "platillo volante" La historia del platillo captó el interés del público y, aunque los periódicos al principio tuvieron tendencia a mofarse del cuento, según se incrementaban otras informaciones de avistamientos, los platillos se convirtieron en noticias de primera página en todas partes. Con posterioridad, Kenneth Arnold publicó su historia en el número 1 de la revista Fate Magazine, dirigida por Ray Palmer. En ella, el relato es mucho más fantástico que el ofrecido en el informe oficial.

 
La noticia fue extendiéndose por todo el país, y con ella surgieron nuevos avistamientos que inundaron la nación. Semanas después empezaron a producirse en Inglaterra y en otros países. El hecho de que algunos de estos avistamientos ocurrieran en Finlandia y en Suecia, cerca del Telón de Acero, causó algunas preocupaciones a los paranoicos americanos que contemplaban la posibilidad de que estos fenómenos tuvieran algo que ver con acciones militares de los soviéticos. Algunos de estos avistamientos, como el de Peenemunde (antiguo centro alemán de investigación y fabricación de cohetes en manos rusas), recibieron tratamiento de alto secreto. 

EL TIMO DE CHRISMAN Y DAHL

 
En seguida aparecieron los bromistas y los falsificadores que querían sacar tajada del asunto. Quizá el caso más dramático por sus dolorosas consecuencias fue el ocurrido en julio, unos pocos días después del caso Arnold, Fred Chrisman y Harold A. Dahl, dijeron haber visto seis discos mientras patrullaban en una lancha cerca de la isla de Maury, en Washington. Dijeron que uno de los disco se inclinó y se desintegró y que sus restos cayeron al mar; habían logrado recoger algunas muestras. Dahl y Chrisman trataron de vender su historia a una revista de aventuras de Chicago. Dos oficiales de Inteligencia de la Armada se entrevistaron con ellos y recogieron los supuestos fragmentos del "platillo" para un análisis técnico. Al día siguiente, el avión que los traslada estalló en pleno vuelo. Los dos oficiales murieron, aunque los otros dos tripulantes saltaron en paracaídas y se salvaron.
 

Poco después, los periódicos de Tacoma empezaron a recibir llamadas anónimas donde se decía que el avión había sido disparado o saboteado para ocultar los fragmentos extraterrestes. Realmente el accidente se había producido por un incendio fortuito. Los análisis demostraron que los fragmentos del "platillo" no eran nada más que restos de unas formaciones rocosas muy inusuales que existen en la isla de Maury. En un interrogatorio posterior, al enfrentarles a las pruebas, Dahl confesó que sólo querían publicidad para vender su artículo. No obstante, a pesar de la confesión, este desgraciado incidente avivó la teoría de la conspiración gubernamental. 

EL CASO ROSWELL 

El 8 de julio de 1947 varios periódicos publicaban la noticia de que en Roswell un granjero había recogido un “disco volante”. En el Chronicle, de San Francisco, se reproduce la declaración emitida por el oficial de relaciones públicas de la base de Roswell, en la que se afirma que “El objeto volador aterrizó en un rancho cerca de Roswell en algún momento de la última semana”… “el Ejército, fue lo suficientemente afortunado de tomar posesión de un disco mediante la cooperación de uno de los rancheros locales y de la oficina del Sheriff del condado de Chaves”. 

Debemos tener en cuenta que, en 1947, “disco o platillo volador” aun no eran sinónimos de nave extraterrestre tripulada. Esto queda claro con la descripción de los restos que hace el propio granjero, W. W. ‘Mac’ Brazel , para la edición del día 9 del Roswell Daily Record: 

“…El globo que lo sostenía, si es que funcionaba así, debía tener alrededor de 12 pies [3,65 m.]”… “El caucho tenía un color gris ahumado y se había esparcido sobre un área de 200 yardas [182,9 m.] de diámetro. Cuando los restos fueron reunidos el papel de plata, el papel, la cinta adhesiva y los palitos hicieron un paquete de aproximadamente tres pies [0,91 m.] de largo y 7 u 8 pulgadas [entre 18 y 20 cm.] de grueso. En total, estimó, que todo el lote podría haber pesado unas cinco libras [2,27 Kg.]. En el área no había ningún signo de ningún metal que hubiera podido usarse para un motor ni propelente de ningún tipo”… “En su construcción se había usado abundantemente cinta adhesiva y algunas cintas con flores impresas sobre ellas”. 

Brazel dijo que él había encontrado globos meteorológicos en el rancheen otras ocasiones, pero que éste no se parecía a aquellos” (¿Proyecto Mogul?). Incluso se publicó la foto del mayor Marcel con los restos del “disco volador” y el ejército reconoció que se trataba de un globo. En muy poco tiempo el tema cayó en un olvido total. Por increíble que parezca, este irrelevante caso, adecuadamente inflado y manipulado, llegaría a ser uno de los pilares del mito OVNI y daría origen al cuento de los platillos estrellados. 

LA MARCIANITIS TOTAL 

La mera existencia de la psicosis "platillo" hizo que se publicaran nacionalmente sucesos que, de otro modo, se habrían quedado en los periódicos locales, como por ejemplo, observaciones de estrellas fugaces de brillo inusual, o de globos meteorológicos. Bajo circunstancias normales apenas serían noticia, pero bajo la tensión reinante cualquier fenómeno, se convertía automáticamente en "platillos" o "discos voladores". 

Hasta entonces, para la gran mayoría de la gente "platillo" no significaba nada en concreto; se trataba de algo extraño, no aclarado, que algunos relacionaban con la actividad militar de los rusos. Es a partir de la publicación del libro The Flying Saucers Are Real (1950), del mayor de infantería de marina Donald Keyhoe, cuando se populariza la idea de que los "platillos" son de origen marciano y que existe una conspiración del gobierno para ocultar las pruebas. 

También, en 1950, un escritor de variedades llamado Frank Scully escribe un libro fantasioso y lleno de errores titulado Behind the Flying Saucers. En esta obra se habla de un “platillo” estrellado en un pueblo de Nuevo México. Según el autor, los militares habrían encontrado tripulantes extraterrestres muertos que habrían sido llevados a alguna base secreta. En su libro mantenía que los militares, mediante una gigantesca labor de encubrimiento, se las habrían arreglado para que nadie se enterase de aquel hecho. La obra de Scully era tan mala, que fue crucificada por la crítica y cayó en el desprestigio. 

No obstante, en 1978, la muy sensacionalista revista National Inquirir, mezcla las historias de Scully y la del ‘platillo’ estrellado de Roswell, y da forma a la leyenda de la nave extraterrestre estrellada en aquella población. Lo que en 1950 había sido considerado un cuento de hadas, incluso por los investigadores de ovnis más crédulos, ahora 28 años después salta a las revistas de información general y es jaleado por el numeroso ejército de ufólogos asilvestrados que se había ido formando durante este tiempo. 

A partir de aquí se disparan especulaciones más fantasiosas: No sólo hubo un aterrizaje sino dos, y, además, en uno de ellos un tripulante todavía vivía, se lo llevaron a Alamogordo, o a White Sands, y allí estuvo viviendo durante varios años en una “casa segura”, hasta que murió. En unos casos se han recogido seis tripulantes, en otras catorce e incluso hay una versión que habla de 34 seres del espacio. El lugar del aterrizaje no está claro, es en Aztec, es en Roswell, es en Corona, es a 50 millas de Roswell,…. Se llegan a decir cosas tan peregrinas como que las pruebas de radar que se hacían en la zona perturbaron los sistemas de navegación del ovni y que por eso se estrelló, que el ovni chocó con el globo, que la cinta de papel con dibujos era “una escritura jeroglífica de otro planeta”… Con los años, pudimos disfrutar incluso de la hilarante filmación de la autopsia a un muñeco de goma relleno de casquería, que pretendía ser un alienígena. Y lo mejor, no era una producción de Barrio Sésamo. 

LAS ABDUCCIONES 

El fenómeno de las abducciones es otro de los pilares del mito ovni. El tema no se puede zanjar tachando sistemáticamente de locos, mentirosos o exhibicionistas a los 100 millones de personas que, según datos de los ufólogos, afirman haber sido secuestrados por los extraterrestres (aunque sus vecinos no notaron nada extraño). Entre ellas hay también personas honradas que proclaman su “verdad” a pesar de las burlas. Para analizar y comprender el fenómeno debemos ser conscientes de la fragilidad de la mente humana. 

El fenómeno de las abducciones comienza en septiembre de 1961, cuando el matrimonio Hill cree ser perseguidos por una extraña luz y deciden desviarse por carreteras secundarias para esquivarla. Inexplicablemente, llegaron a su casa dos horas más tarde. En los días siguientes, Betty Hill empieza a leer libros sobre ovnis y a sufrir pesadillas. Preocupados, acuden al psiquiatra y, bajo hipnosis, relatan una historia terrorífica: habían sido sometidos a un examen médico en un platillo volante y, tras borrarles la memoria, fueron liberados. 

Cinco años después un periodista se hizo eco del caso, y la aventura de los Hill se convirtió en la receta maestra para las abducciones: luces extrañas en el cielo nocturno, carreteras secundarias, extraterrestres jugando a médicos, borrado de memoria y tiempo inexplicablemente perdido. Hoy se sabe que la historia de los Hill, obtenida bajo hipnosis, está inspirada en la ciencia-ficción de la época. Por ejemplo, el aspecto de los extraterrestres es idéntico al de los que aparecían en la serie de televisión The outer limits. 

En general, los abducidos no representan una muestra clásica de la población desde el punto de vista del convencionalismo en el estilo de vida. La mayoría son muy inventivos, creativos y originales. Suelen ser personas más sensibles a “realidades no ordinarias” y tienen una mayor tendencia a la disociación. También existe una relación bastante estrecha entre ver ovnis y tener creencias esotéricas. 

Un detalle a tener en cuenta es que los abducidos suelen ser personas que han “recuperado” su memoria bajo hipnosis; y psiquiatras como Wilson y Barber encontraron que las personas que son fáciles de hipnotizar suelen pasar una gran parte de su tiempo fantaseando, tienen sueños muy vívidos, reciben mensajes de fuerzas desconocidas… Alrededor del 4% de la población muestran estos rasgos en su personalidad. Cuanto más intensas son las experiencias de contacto con ovnis, mayor es la tendencia a fantasear. 

Otro aspecto a considerar es que los “recuerdos” obtenidos bajo hipnosis podrían ser explicados por Elaboración Hipnótica o por simple sugestión. Los expertos han demostrado que lo que en realidad sucede es que se crean falsos recuerdos que, sin ninguna duda, aparecen como verdaderos para el sujeto. Bajo hipnosis puedes aceptar y responder a una realidad sugerida. Los terapeutas pueden ignorar que están creando las experiencias que van a tener que tratar. Cualquier “recuerdo”, sea cierto o no, es capaz de provocar un profundo impacto emocional. 

Quienes han “recobrado” el recuerdo de un abuso sexual en la niñez como aquellos que creen haber sido secuestrados –e incluso violados- por extraterrestres, presentan una mayor incidencia de la Parálisis del Sueño. Todo sucede durante la fase REM; cuando soñamos y nuestros cuerpos están paralizados, evitando de esta forma que podamos dañarnos. Pero puede ocurrir que la fase REM no se desarrolle correctamente y empecemos a despertarnos antes de que se pase la parálisis. El pánico que provoca esta situación se puede ver acrecentado por alucinaciones hipnopómpicas, que aparecen de manera natural en el despertar (cuando éstas tienen lugar mientras empezamos a dormir se llaman  hipnagógicas). 

La parálisis del sueño le sucede al 30% de la población, del cual el 5% la tiene acompañada de alucinaciones visuales, táctiles y auditivas. Su cerebro le proporcionará todos detalles necesarios, ya sea extrayéndolos de una película que vio, de un libro que haya leído o de un relato escuchado. La experiencia será absolutamente real para el sujeto. Que se trate de extraterrestres, vampiros, familiares muertos o simples ladrones, sólo depende de los gustos literarios y cinematográficos de cada cual, o de la última estupidez que los medios de comunicación sensacionalistas hayan puesto de moda. 

A pesar de todo, y aunque el fenómeno ovni está pasado de moda, son muchos los que están convencidos de que existe una agenda sexual alienígena, cuyos objetivos serían violar, extraer óvulos, succionar semen e introducir sondas rectales. Es curioso que unas civilizaciones con tanto desarrollo tecnológico sean tan torpes y agresivos en sus experimentos médicos. Parece como si no supieran nada de clonación o biotecnología. Pero más llamativo aun es ese interés de los alienígenas por el sexo y no por facultades puramente humanas no compartidas por el resto de las especies del planeta. 

De la moda de los hombrecillos verdes sólo han quedado unas cuantas ideas esperpénticas: como que estamos siendo visitados por doce razas distintas de extraterrestres; que algunas de ellas han llegado a un acuerdo con ciertos gobiernos, de modo que les permiten secuestrar a sus conciudadanos a cambio de tecnología; alienígenas que viven en bases secretas en el interior de la Tierra o en la cara oculta de la Luna y a los que les encanta el helado de fresa y la música tibetana. 

Los ovnis, lo mismo que sucedió con las brujas en el siglo XVIII y los espíritus en el XIX, han pasado a formar parte del imaginario colectivo. Fueron el mito de moda del siglo XX y, como todos los mitos, han acabado constituyendo un sistema de creencias, casi en una religión.

Bajas Vibraciones XXIV: SÓCRATES

A lo largo de la historia encontramos algunas personas excepcionales, sin las cuales todos seríamos algo diferentes. Me refiero a seres de la talla de Buda, Jesús, Lao Tse, Gandhi, … 

Sin embargo, mientras que en muchos de los casos existe la sospecha de que sus seguidores hayan exagerado sus virtudes, cuando no han inventado fantásticas historias, existe uno que destaca por su normalidad como hombre. En efecto, Sócrates, el filósofo ateniense, era una persona extremadamente sencilla; no lanzaba programas de redención y ni pretendía arrastrar tras sí turbas de seguidores. Hasta tenía la costumbre de asistir a los banquetes, de beber, y si se presentaba la ocasión, de hacer el amor con una hetera.

Sócrates es quizás el personaje más enigmático de toda la historia de la filosofía. No escribió nada en absoluto. Y sin embargo, es uno de los filósofos que más influencia ha ejercido sobre el pensamiento europeo. Afortunadamente, nuestras raíces culturales son greco-latinas; lo del judeo-cristianismo fue algo así como una enfermedad venérea que nos contagiaron un mal día. 

La vida de Sócrates se conoce sobre todo a través de Platón, que fue su alumno. No podemos estar completamente seguros de que las palabras que Platón pone en boca de Sócrates fueran verdaderamente pronunciadas por él. Este problema también surge con otros personajes históricos que no dejaron ningún escrito. El ejemplo más conocido es Jesucristo; no hay forma de saber si el Jesús histórico (si es que existió) dijo verdaderamente lo que ponen en su boca Mateo o Lucas. Sin embargo, es la imagen que nos proporciona Platón de Sócrates la que ha inspirado a los pensadores de Occidente durante casi 2.500 años. 

De pequeña estatura, vientre prominente, ojos camaleónicos y nariz exageradamente respingona, la figura de Sócrates era motivo de chanza. Platón consideraba digno de ser rememorado el día que se lavó los pies y se puso sandalias, y Antifón, el solista, decía que ningún esclavo querría ser tratado como él se trataba a sí mismo. Llevaba siempre la misma capa, y comía y bebía lo más barato. Pero lo sorprendente es que un feo de remate acabara siendo considerado por los griegos, que creían que la belleza del alma armoniosa se reflejaba en la armonía del cuerpo, como modelo del decoro filosófico. 

Por todo ello, dedico a Sócrates la presente entrega de Bajas Vibraciones, en testimonio de mi más profunda admiración.  

LAS AUTORIDADES ESPIRITUALES ADVIERTEN QUE, INDUDABLEMENTE, EL RELATO DE PLATÓN QUE HABLA SOBRE LA ATLÁNTIDA (“CRITIAS”), SÓLO ES UNA OBRA DE FICCIÓN. A PESAR DE ELLO, DESDE ENTONCES, HA HABIDO PERSONAS QUE HAN CREIDO EN LA EXISTENCIA DEL CONTINENTE PERDIDO Y HAN ELABORADO TODO GÉNERO DE ABSURDAS TEORIAS. 

Acrópolis significa "ciudad sobre la colina". En esa colina ha vivido gente desde la Edad de Piedra. Era un lugar alto, fácil de defender de posibles enemigos. Además, tenía una magnífica vista sobre uno de los mejores puertos del Mediterráneo: El Pireo. 

En la primera mitad del siglo V a.C., se libró una cruenta guerra contra los persas, y en el año 480, el rey persa, Jerjes, saqueó Atenas y quemó todos los viejos edificios de madera de la Acrópolis. Al año siguiente, los persas fueron vencidos, y comenzó la Edad de Oro de Atenas. La Acrópolis volvió a construirse más hermosa que nunca. 

Fue justamente en esa época cuando Sócrates anduvo por calles y plazas, conversando con los atenienses. Así, pudo seguir la reconstrucción de la Acrópolis y la construcción de edificios tan maravillosos como el Partenón, o "Morada de la Virgen", que fue levantado en honor a Atenea, la diosa patrona de Atenas. 

Alrededor de la antigua plaza de Atenas hubo templos, palacios de justicia y otros edificios públicos, comercios, una sala de conciertos e incluso un gran gimnasio. En ese pequeño recinto, se pusieron los cimientos de toda la civilización europea. Palabras como política, democracia, economía, historia, biología, física, matemáticas, lógica, teología, filosofía, ética, psicología, teoría, método, idea, sistema, y muchas, muchas más, proceden de un pequeño pueblo que vivía en torno a esta plaza. 

En Atenas se estaba desarrollando una democracia con asamblea popular y tribunales de justicia. Una condición previa de la democracia era que el pueblo recibiera la enseñanza necesaria para poder participar (NOTA: También hoy deberíamos aspirar a una buena enseñanza para el correcto funcionamiento de la democracia). Desde las colonias griegas, acudieron a Atenas profesores y filósofos que se llamaban a sí mismos sofistas (persona sabia o hábil). En Atenas los sofistas vivían de enseñar a los ciudadanos. 

Los sofistas viajaron mucho por el mundo, y habían visto muchos regímenes distintos. Podían variar mucho, de un lugar a otro, las costumbres y las leyes de los Estados. De ese modo, los sofistas crearon un debate en Atenas sobre qué era lo que estaba determinado por la naturaleza y qué creado por la sociedad. Así pusieron los cimientos de una crítica social en la ciudad-estado de Atenas. 

Sócrates nació en 469 en el demos de Alopece, un suburbio a media hora de camino de Atenas. La suya era una familia perteneciente a la clase de los zeugitas (la tercera y última, en orden de importancia entre las clases de Atenas que contaban para algo). Su padre, Sofronisco, era un escultor, o quizá sólo un chapucero de periferia, y su madre, Fenarete, una comadrona. De su infancia no sabemos prácticamente nada, pero podemos suponer que, siendo de familia más o menos acomodada, siguió los estudios regulares como todos los muchachos de Atenas, que a los dieciocho años hizo el servicio militar y que a los veinte llegó a ser hoplita después de haber conseguido una armadura adecuada. 

Seguramente, en su juventud, ayudó en el taller de su padre, hasta que un buen día Critón, "enamorado de la gracia de su alma," se lo llevó para iniciarlo en el amor al conocimiento. También tuvo como maestros a Anaxágoras, Damón y Arquelao, de quien fue amante.  

Hay que advertir que, desde la mentalidad judeo-cristiana, difícilmente podemos comprender el asunto de los amores homosexuales de los filósofos griegos, éstos no tienen nada que ver con lo que hoy llamaríamos gays. De hecho, Sócrates se casó con Jantipa y (según Aristóteles) tuvo también una segunda mujer, una tal Mirto. 

Fue un buen soldado. En 432 lo embarcan junto con otros dos mil atenienses y lo envían a combatir a Potidea . Ocho años después del asedio de Potidea, lo encontramos combatiendo contra los Beocios. A los cuarenta y siete años lo llaman nuevamente a las armas y participa en la campaña de Anfípolis. A pesar de su valor militar, Sócrates, era un sujeto de grandes convicciones morales que le llevaban a situarse muy lejos de la violencia. 

La humanidad se encuentra ante una serie de preguntas importantes a las que no encontramos fácilmente buenas respuestas. Ante ello, las personas, o fingen estar segurísimas de todo, o se muestran indiferentes. Es como cuando divides una baraja en dos; se ponen las cartas rojas en un montón, y las negras en otro. Pero, de vez en cuando, sale de la baraja un comodín, una carta que no es ni trébol, ni corazón, ni rombo, ni pica. Sócrates fue ese comodín. No estaba ni segurísimo, ni se mostraba indiferente. Solamente sabía que no sabía nada, y eso le inquietaba. 

Para Sócrates era muy importante encontrar una base segura para nuestro conocimiento. Él pensaba que esta base se encontraba en la razón. La búsqueda de Sócrates fue interpretada por Aristóteles como la búsqueda por lo universal dentro del ámbito de los problemas y conceptos morales. Al contrario que los sofistas, él pensaba que la capacidad de distinguir entre lo que está bien y lo que está mal se encuentra en la razón, y no en la sociedad. Mientras los sofistas mantenían que no había normas absolutas sobre lo que es correcto o erróneo, Sócrates, intentó mostrar que sí existen algunas normas absolutas y universales. 

«Quien sepa lo que es bueno, también hará el bien», decía. Los conocimientos correctos conducen a acciones correctas. Por eso es tan importante que aumentemos nuestros conocimientos. Sócrates llega a esta conclusión por la analogía con las técnicas: un buen artesano debe conocer las técnicas de su trabajo para alcanzar un buen resultado. 

Lo mismo vale en el ámbito ético-político: una persona que sabe qué es el bien, no puede evitar hacer el bien. El bien tiene una fuerza de atracción muy grande. Esto no significa que Sócrates no reconociera la importancia de las pasiones y de las emociones, sino que es el saber el único instrumento útil para llevar un buen comportamiento en cualquier ámbito de la vida humana. 

Hay muchos que constantemente mienten, y roban, y hablan mal de los demás. Seguramente saben que eso no está bien, o que no es justo. ¿Pero eso les hace felices? Sócrates pensaba que no; que es imposible ser feliz si uno actúa en contra de sus convicciones. Y el que sepa cómo se llega a ser feliz, intentará serlo. Por ello, quien sabe lo que está bien, también hará el bien, pues ninguna persona querrá ser infeliz. 

En el fondo, la posición de Sócrates es una forma de hedonismo, porque su objetivo fundamental es la búsqueda de la felicidad. Este saber es capaz de valorar los placeres, considerando las consecuencias buenas o malas que puedan resultar de ellos. Éste es el saber que Sócrates persiguió durante toda su vida. Para él no tenía sentido distinguir entre las diferentes virtudes; la virtud es una sola: el conocimiento. 

Sócrates no cobraba por sus enseñanzas. Es más, él nunca pretendió enseñar. Él no adoctrinaba, sino que conversaba. Más bien, da la impresión de que aprendía de las personas con las que hablaba. Sobre todo, al principio, solía simplemente hacer preguntas, dando a entender que no sabía nada. En el transcurso de la conversación, solía conseguir que su interlocutor viera los fallos de su propio razonamiento. Y entonces, podía suceder que el otro se viera acorralado y, al final, tuviera que darse cuenta de sus propios errores. 

La madre de Sócrates era comadrona, y él comparaba su propia actividad con la del arte de la comadrona para ayudar al parto. Así, Sócrates consideraba su misión ayudar a las personas a parir la debida comprensión. Así como la capacidad de parir hijos es una facultad natural, Sócrates mantenía que todas las personas pueden llegar a entender las verdades filosóficas cuando utilizan su razón. Porque el verdadero conocimiento tiene que salir del interior de cada uno. No puede ser impuesto por otros. Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento. 

Precisamente haciéndose el ignorante, Sócrates obligaba a la gente con la que se topaba a utilizar su sentido común. De esa manera, podía constantemente señalar los puntos débiles de la manera de pensar de los atenienses. Esto solía suceder en plazas públicas. Un encuentro con Sócrates podía significar quedar en ridículo ante un gran público. 

Por lo tanto, no es de extrañar que Sócrates, a la larga, pudiera resultar molesto e irritante, sobre todo para los que sostenían los poderes de la sociedad. Pero no era con intención de torturar a su prójimo por lo que Sócrates les incordiaba continuamente. Había algo dentro de él que no le dejaba elección. 

Sócrates protestaba, por ejemplo, contra condenar a alguien a muerte. Además, se negaba a delatar a adversarios políticos. Asimismo, parecía poner en tela de juicio la vieja religión, por lo que muchos conservadores atenienses pensaban que era impío. También, su amistad con Alcibíades (uno de los Treinta Tiranos de Grecia) le valió la enemistad de muchos. Cuando los Tiranos dejaron el gobierno, sus enemigos aprovecharon la ocasión para deshacerse de él. 

Así, en el 399 a. de C., Sócrates fue acusado de "introducir nuevos dioses" y de "llevar a la juventud por caminos equivocados". Sócrates comparece sereno; parece como si se dirigiese a un banquete en lugar de a un proceso por impiedad: sonríe, se detiene hablar con los amigos y saluda a todos los que ve. Cuando comienza el juicio escucha con asombro a sus acusadores (Meleto, Anito y Licón) hasta que el canciller le da la palabra para que se defienda. 

-No sé qué impresión habéis experimentado vosotros, atenienses, al oír las razones de mis acusadores. Lo cierto es que ha sido tal y tan grande la persuasión de éstos que, si no se tratase de mi persona, también yo creería en sus palabras. El caso es que estos ciudadanos no han dicho absolutamente nada que tenga que ver con la verdad. Y ahora me perdonaréis si no os hago un discurso adornado con bellas frases. Hablaré como estoy acostumbrado a hacerlo, sin ceremonias, pero en compensación procuraré decir siempre lo justo, y vosotros debéis fijaros sólo en esto: ¡si lo que estoy por decir es justo o no! 

Quiero contaros un extraño episodio que le ocurrió a Querefonte. Un día se marchó a Delfos y osó hacer al oráculo esta extraña pregunta: ¿Hay alguien en el mundo más sabio que Sócrates? ¿Y sabéis qué respondió Apolo Pitio? “No hay nadie en el mundo más sabio que Sócrates”. Imaginaos mi sorpresa cuando Querefonte me relató la respuesta; ¿qué habrá querido decir el dios? Yo sé que no sé ni poco ni mucho. 

Y para comprender el mensaje del dios, me puse en acción y fui a ver a uno de esos que tienen fama de ser sabios. Era uno de nuestros políticos que tenía aire de sabio, pero que, en realidad, no lo era en absoluto. Entonces procuré hacérselo entender y él, por esta causa, me cobró odio. Inmediatamente después fui a ver a algunos poetas: cogí algunas de sus mejores poesías, y les pregunté qué querían decir. Ciudadanos…, me da vergüenza deciros la verdad… ¡Quien peor razona, sobre una composición poética cualquiera, es justamente su autor! Después de los políticos y los poetas me dirigí a los artesanos y… ¿a qué no adivináis qué descubrí? Que ellos, conscientes de ejercer bien su profesión, pensaban que eran sabios también en otras cosas, incluso más importantes y difíciles. 

A esa altura comprendí lo que había querido decir el oráculo:"Sócrates es el más sabio de los hombres porque es el único que sabe que no sabe".Entre tanto, sin embargo, me había atraído el odio de los poetas, de los políticos y de los artesanos; y no es casualidad que hoy me vea acusado en el tribunal por Meleto que es un poeta, por Anito que es un político y artesano y por Licón que es un orador. 

-Lo que has dicho, Sócrates, son sólo insinuaciones -rebate Meleto-. Defiéndete más bien de la acusación de corromper a los jóvenes. 

-¿Y cómo piensas, Meleto, que puedo corromper a los jóvenes? 

-Diciéndoles que el Sol es una piedra y que la Luna está hecha de tierra -responde Meleto. 

-Creo que me has confundido con otro: los jóvenes pueden leer todo eso cuando lo deseen, comprándose por una dracma los libros de Anaxágoras de Clazomene en cada esquina del ágora. 

-¡Tú no crees en los dioses! -grita Meleto, poniéndose de pie y amenazándolo con el dedo índice- ¡Tú crees sólo en los Daímones! 

-¿Y quiénes serían éstos? -pregunta Sócrates- ¿Hijos malvados de los dioses? Así pues, afirmas que no creo en los dioses, sino sólo en la existencia de los hijos de los dioses. Es como decir que creo en los hijos de los caballos, pero no en los caballos. 

Una carcajada del público cubre durante unos instantes su voz. El filósofo espera que el auditorio preste de nuevo atención, y se vuelve hacia segundo acusador. 

-Y tú, Anito, que solicitas mi muerte, ¿por qué no has traído aquí, ante los jueces, a todos esos jóvenes a los que yo habría llevado a la perdición? Tal vez, Anito, podría apaciguarte si prometiera marchar al exilio y no hacerme ver más por aquí. Pero créeme: si actuara así sería sólo para hacerte un favor, dado que en verdad estoy convencido de que eso dañaría mucho a los atenienses. En cambio no dejaré de estimularos, de persuadiros, de reprocharos uno por uno, de no daros tregua todo el día, donde sea que os halléis, como un tábano que pica los flancos de una yegua de buena raza que quiere dormir. Ciudadanos, la yegua de la que estoy hablando es Atenas, y sí me condenáis a muerte no encontraréis tan fácilmente otro tábano que pueda mantener despierta vuestra conciencia. 

En este momento debería hacer entrar a los amigos, los parientes y mis hijos más pequeños para invocar vuestra piedad, según es costumbre de muchos. Yo también tengo familia: tengo tres hijos, pero no los muestro porque está en juego mi reputación y la vuestra. El juez no debe indultar a quien lo conmueve, sino que debe solo hacer caso a las Leyes. 

Cae la última gota de agua de la clépsidra que marca el tiempo para la intervención, y Sócrates da por terminado su discurso. Sus amigos más queridos, con un tímido aplauso, intentan revocar el acuerdo del público, pero la tentativa cae en medio del desinterés general.  

Dan comienzo las votaciones. Al parecer, el jurado se ha dividido en dos partidos casi iguales: los que odian a Sócrates y los que sostienen que es el mejor hombre del mundo. Cada uno, mientras espera su turno ante las urnas, defiende la propia tesis. Finalmente se escrutan las urnas. 

-¡Ciudadanos de Atenas! -proclama con solemnidad el canciller-.Ésta es la sentencia emitida por los Heliastas: votos blancos, 220; votos negros, 280. ¡Sócrates, hijo de Sofronisco, es condenado a muerte! Y ahora, según la ley de Atenas, pedimos al condenado que proponga él mismo una pena alternativa.  

-¿Una pena alternativa? ¿Y qué he hecho para merecer una pena? Durante toda la vida he descuidado mis intereses personales, mi familia y mi casa. Nunca he aspirado a mandos militares ni a honores públicos. No he participado en conjuras ni en otras formas de sedición. ¿Qué penas corresponden a quien ha hecho esto? No quisiera equivocarme, pero creo tener derecho sólo a un premio, el de ser alojado y mantenido en el Pritaneo (edificio sagrado donde se mantenía a costas del estado, a los ciudadanos que habían conquistado el laurel olímpico). 

Un coro de protestas cubre estas últimas palabras. La absurda solicitud del filósofo, para muchos jueces, suena como una tomadura de pelo o una verdadera provocación. Sócrates mismo se da cuenta de que ha exagerado. Vuelve a tomar la palabra y procura apaciguar al auditorio. 

-De acuerdo, mis queridos conciudadanos, me hago cargo de que me habéis entendido mal. Algunos han tomado mi sentido de la justicia por un acto de arrogancia. Pero decidme con franqueza: ¿qué podría haber propuesto como pena? ¿La cárcel? ¿El exilio? ¿Una multa en dinero? ¿Y qué multa podría pagar yo, que nunca he enseñado por dinero? Como mucho, estaría en condiciones de ofrecer una mina de plata. 

La protesta se hace más rabiosa. Una mina de plata es poco más que nada como alternativa a una sentencia de muerte. Parece como si Sócrates estuviera haciendo lo imposible por ser condenado. 

-Está bien -suspira Sócrates, señalando a Critón y a sus otros discípulos-. Aquí están mis amigos que insisten para que me multe a mi mismo por treinta minas. Ellos mismos, según parece, se ofrecen como garantes. 

Comienza así la segunda votación: condena a muerte o multa por treinta minas. Lamentablemente, la primera "pena" propuesta por el filósofo (la de ser alojado y mantenido en el Pritaneo a expensas del estado) ha irritado de tal modo a los jueces, que muchos de los que en un primer momento se habían puesto de su parte, ahora se le ponen en contra. Esta vez los guijarros de la urna negra son mucho más numerosos: 360 contra 140. 

-Ciudadanos atenienses -concluye Sócrates-, temo que hayáis asumido una gran responsabilidad ante la Polis. Era viejo; bastaba con esperar y la muerte habría llegado por sí misma, de modo natural. Actuando así no tenéis ni siquiera la seguridad de haberme castigado. ¿Sabéis por ventura qué es morir? Con seguridad, una de estas dos cosas: o un caer en la nada, o trasmigrar a otra parte. …Pero ha llegado la hora de partir: yo a morir y vosotros a vivir. Quien de nosotros ha tenido mejor destino es oscuro para todos, fuera de los dioses. 

Sócrates no fue ajusticiado inmediatamente después del proceso. Justamente en esos días había partido la embajada a Delos y la tradición quería que durante el viaje de la Nave Sagrada se prohibieran las ejecuciones capitales. Después de unos veinte días lo encontramos aun en la cárcel.  

Antes de que se ejecutara la sentencia Sócrates fue invitado a evadirse por sus amigos, pero se negó hacerlo. Él realmente observaba las leyes y pensaba que una ley puede ser criticada, pero no violada. Cuando una ley es injusta no debe desobedecerse, sino que debe emprenderse algo para cambiarla.  

Podría haber salvado el pellejo si hubiera accedido a abandonar Atenas. Pero si lo hubiera hecho, no habría sido Sócrates. Él caso es que valoraba su conciencia y la verdad más que su propia vida. Poco tiempo después, vació la copa de veneno en presencia de sus amigos más íntimos y cayó muerto. 

Sus enemigos pensaron que se habían deshecho de Sócrates matándole, pero en verdad, para deshacerse de él, tendrían que haberle vencido con argumentos. Quisieron asustar a Sócrates, pero consiguieron lo contrario. Días después, los atenienses se arrepienten de haber condenado a Sócrates: cierran en señal de duelo los gimnasios, los teatros y las palestras, destierran a Anito y Licón y condenan a muerte a Meleto.  

La vida de Sócrates fue absolutamente coherente con su pensamiento. De hecho, no hizo más que buscar la verdad en cada persona con la que logró entrar en contacto: rastreó a los hombres como un perro de caza, los detuvo en las esquinas de las calles, los atormentó a preguntas y los obligó a mirar en su interior, en lo más profundo de su espíritu.

Bajas Vibraciones XXIII: MUCHAS MENTIRAS MOJADAS

Tengo pendiente al menos una entrega más sobre las grandes cuestiones de la humanidad. Pero como soy un auténtico ventoleras, este Bajas Vibraciones no tiene nada que ver con lo anterior, e inaugura una serie de un número indeterminado de escritos (no necesariamente consecutivos) que dedicaré a los PRODUCTOS ENGAÑOSOS. 

Desde los hombrecillos verdes que nos abducen para implantarnos vaya usted a saber qué y por dónde, hasta los listillos que van por ahí fardando de poderes telepáticos; todos habrán de enfrentarse a la cólera de Réficul; y, sin más contemplaciones, serán condenados a mí infierno particular.  

Una vez allí, les daré a elegir su castigo para toda la eternidad. Les mostraré la primera sala con la típica barbacoa infernal repleta de humanos en espetones, pasaremos al moderno Caca-Park (un complejo con toboganes, piscinas llenas de excrementos y con olas artificiales), de ahí al Putada-Wordl (con las entrañables torturas clásicas de toda la vida) y, por último, visitaremos una sala con cómodos divanes, donde verán, en uno de ellos, a Osama Bin Laden atado, con Mónica Lewinsky sobre él, haciendo lo que ella sabe hacer mejor. Obviamente elegirán este castigo. Entonces yo, disimulando la risa como pueda, diré: ¡Mónica, ya llegó tu relevo! 

En “MUCHAS MENTIRAS MOJADAS” vamos a ocuparnos del agua. Conoceremos a ese genio de la “zienzia” que es Masaru Emoto y sus magníficas “imbestigaciones”, mediante las cuales ha descubierto que el agua alberga sentimientos; vamos, que es un mar de lágrimas. 

Y por último, que levanten la mano aquellos que no hayan oído hablar de las propiedades curativas, equilibrantes, energetizantes, holográficas y repanpinflantes del agua imantada o magnetizada. 

¡Cómo suponía! ¡Ninguna mano levantada! 
 

LAS AUTORIDADES ESPIRITUALES (y Georg C. Lichtenberg) ADVIERTEN QUE, ES CASI IMPOSIBLE LLEVAR LA ANTORCHA DE LA VERDAD A TRAVÉS DE UNA MULTITUD SIN CHAMUSCARLE LA BARBA A ALGUIEN. 
 

Nadie ignora la importancia del agua. Seguro que todos hemos escuchado más de una vez que nuestro cuerpo está formado en un 70% por este líquido, y que, aunque podemos ayunar durante semanas, moriremos en cuestión de días si no bebemos. 

La vida surgió en el agua y, de hecho, las células, unidad básica de toda vida, no son otra cosa que moléculas disueltas en agua. La molécula de H2O tiene una débil carga eléctrica repartida irregularmente: el oxígeno tiene carga negativa y los átomos de hidrógeno cargas positivas. Esto explica que las moléculas de agua se atraigan entre si y, también, a otras moléculas con cargas positivas o negativas, de ahí el poder disolvente y las demás propiedades de este elemento. 

Si analizamos con detenimiento los conocimientos disponibles sobre el tema, veremos que es fácil maravillarse con las propiedades del agua. La comprensión de la realidad nos llena de gozo en tanto que sacia nuestra sed de saber, y nos sitúa en el camino de la realización individual y del progreso colectivo. 

No hay ninguna necesidad de recurrir a la fantasía, y mucho menos en un tema que está tan claro como el agua. Nuestra fascinación por ella debe ceñirse a lo tangible, y no hay explicación o disculpa alguna para que, seres civilizados del siglo XXI, involucionen hacia una adoración de tipo animista o cualquier otra forma de barbarie. 

Con todo esto vengo a referirme a la creciente sarta de sandeces que se dedican a divulgar insensatos que juegan a los médicos (alternativos) y que se disfrazan de investigadores sólo para vivir a costa del crédulo. Esta superchería ya ha llegado a degenerar en culto organizado. 

Uno de los máximos exponentes de esta absurda moda es, sin duda, Masaru Emoto, Auto-Presidente del “Proyecto de Amor y Gracias al Agua”. Este señor, que acostumbra a presentarse como un reputado investigador, no es otra cosa que un charlatán más, con una esmerada propaganda a sus espaldas. Sus únicos estudios académicos acreditados son los de Relaciones Internacionales, cursados en la Universidad de Yokohama. Como comprenderán, no vamos a tomar en serio su licenciatura de “la señorita Pepi” en Medicina Alternativa, expedida por una de esas pseudo-universidades para magufos. 

Carente de una mínima base científica, Emoto acostumbra a hacer públicos todo tipo de disparates relacionados con el agua. Afirmaciones como que el agua tiene memoria y que su estructura molecular puede verse alterada por los pensamientos, sonidos, emociones, etc., no tienen nada que ver con la ciencia, y sí con las más primitivas e infantiles creencias. 

De hecho, sostiene que los humanos no somos de este planeta; en consonancia con la mitología de su cultura y, más concretamente, con la idea de que los japoneses provienen de las Pléyades. Por lo visto, ignora que el resto de los humanos somos descendientes de una pareja que fabricó en barro un señor con barba blanca, zapatillas a cuadros, y que llevaba sobre la cabeza un triángulo con un ojo dentro. 

En esta misma línea, no tiene reparos en hablar de un Dragón (dios del agua) que, al parecer, está muy cabreado con los humanos y que sería responsable, entre otros desastres acuáticos, del tsunami que asoló Indonesia aquel fatídico 26 de diciembre. 

Es un magnífico ejemplo de neo-flagelante a la japonesa, ya que propone que, para evitar que ocurra algo “terriblemente atroz”, “enviemos nuestras energías hacia el agua local o de las cercanías y a toda el agua del mundo. Si todos nos unimos y enviamos esa energía positiva al universo, la furia del dragón se atemperará durante un tiempo”.

 
“Agua, te amamos”

“Agua, te agradecemos.”

“Agua, te respetamos.” 

Los delirios de Emoto se apoyan, además de en su verborrea incoherente, en una serie fotografías que jamás podrán ser contrastadas científicamente; ya que, como él mismo se apresura a advertir, los resultados dependen de algo tan subjetivo como el estado anímico-espiritual del investigador. Es decir, la típica coartada de los magufos, según la cual, las “bajas vibraciones” de un científico de verdad arruinarían el experimento. 

Creo que los orientales son gente inteligente, aunque admito que esa idea puede ser un estereotipo totalmente infundado. Claro, como tienen esa mirada que parece una sospecha… Pero puede ser que, de tanto sospechar y tirar fotos (como los espías), se hayan dado cuenta de lo crédulos e irracionales que podemos llegar a ser los occidentales. Esto explicaría el auge de los “TODO A CIEN”. Porque, si has comprado una bolsita con 20 bolígrafos, por sólo 100 de las prehistóricas pesetas, ¿qué esperabas? ¿qué pintasen? ¡Joder, además de rácano, eres muy exigente! 

Podríamos analizar pormenorizadamente cada una de las estúpidas elucubraciones del Sr. Emoto, pero créanme; sería una lamentable pérdida de tiempo y un aburrimiento, tan sólo comparable con el más largo de los discursos del camarada Fidel. 

Simplemente razonemos un poco: Una molécula de agua no puede tener memoria, ni albergar sentimientos; primero, porque no es un ser vivo y; en segundo lugar, porque carece de cerebro. Si el término “memoria” es una licencia poética y, en realidad, se refiere a algún tipo de reacción ante estímulos externos, habría que decir que el agua es de lo más desmemoriado que pueda existir, ya que por su propia naturaleza, cualquier efecto desaparece de forma inmediata cuando cesa el estímulo. Por no retener, no retiene ni tan siquiera la forma del recipiente como no sea en estado sólido; es decir, congelada.  

Por lo tanto, todas esas afirmaciones, según las cuales el agua se puede activar, energetizar, dinamizar, magnetizar, polarizar, solarizar, sonorizar, etc., no son más que una infumable sarta de tonterías que podrían suscitar hilaridad, de no ser, por sus repercusiones sobre la salud de los creyentes en imaginarias cualidades terapéuticas. 

El irresponsable Sr. Emoto asegura que sus hallazgos "pueden hacer factible el descubrimiento temprano de enfermedades, incluso con anterioridad a que se manifiesten de manera física; o a que, ya en su estado avanzado, se hagan visibles en un análisis de sangre". 

Me parece muy mal que se gane la vida estafando a hipocondríacos sanos con el cuento de enfermedades supuestas que ningún médico de verdad podrá detectar, pero se me ponen los pelos de punta sólo de pensar que un auténtico enfermo pueda llegar a ponerse  en manos de un curandero chiflado como éste. 

Un vaso de agua expuesto a música Heavy Metal es tan sano como otro expuesto a cantos gregorianos. Sus moléculas son exactamente iguales y, si se congelan en las mismas condiciones, darán lugar a cristales idénticos. Las variaciones en la formación de los cristales sólo pueden provenir de las impurezas y de las condiciones de congelación. Todo esto está más claro que el agua. 

Ya se ha dicho que el agua no se puede magnetizar, pero, dado que se ha organizado un considerable negocio en base a esa creencia, merece la pena tratar el asunto más a fondo y dar explicaciones precisas al respecto. 

El agua es diamagnético. Por lo tanto, ante la presencia de un campo magnético, genera una repulsión que no es del todo proporcional al campo que ejerce la acción (este es muy leve). El hidrógeno tiene una estructura atómica en la cual solo hay un sólo electrón orbitando el núcleo; de ahí, la imposibilidad de que combinar y generar dominios magnéticos. 

Sólo el oxígeno, con 8 electrones, realiza alguna formación temporal de dominios; los cuales DESAPARECEN instantáneamente al dejar de estar actuando sobre él. La fuerza del campo magnético terrestre no es capaz de organizar dominios en el oxígeno de forma natural. Por lo tanto, no puede haber agua magnetizada; pues basta que la alejes del imán para que regrese a su estado original. 

Sólo mantienen imanación los cuerpos que son capaces de mantener retención magnética; es decir, donde la curva de histéresis tiene una marcada definición. 

O como nos explica la Wikipedia de forma más sencilla: 

“El agua magnética sería el agua sometida a un proceso por el cual quedaría "magnetizada", lo que según algunos haría crecer mejor a las plantas, la potabilizaría, etcétera. 

El agua magnética se conseguiría haciendo pasar el agua por un serpentín donde se han adosado un par de imanes con los polos enfrentados. 

Estas afirmaciones carecen de toda base científica, y son, por tanto, pura pseudociencia. En cuanto el agua sale del "aparato magnetizador", vuelve a ser exactamente igual en todos los aspectos a la que entró, sin adquirir propiedad alguna, ni experimentar ningún cambio físico. 

Históricamente, pueden encontrarse "milagros" semejantes a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando se vendían "cinturones eléctricos" y otros dispositivos similares que pretendían reducir dolores crónicos, mejorar la salud, y otros efectos similares. 

Algunas personas sin escrúpulos venden artilugios similares para los depósitos de gasolina asegurando un mejor rendimiento del motor con fines claramente lucrativos. 

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En resumen: 

a) El agua no se puede magnetizar. 

b) El porcentaje de minerales metálicos que se podrían magnetizar en el agua es irrisorio y carece de cualquier efecto sobre la salud. 

c) El lucrativo  negocio que algunos listillos se han montado con eso del agua magnetizada y sus hipotéticas virtudes curativas infringe la normativa sobre productos medicinales y constituye una estafa sobre la que debería actuar la Justicia con toda rotundidad.

Bajas Vibraciones XXII: CON ORGULLO, MODESTIA Y GRATITUD

Este Bajas Vibraciones, que toma prestado el título del “Manifiesto del 75º aniversario de la proclamación de la II República Española”, está enteramente dedicado a mostrar mi agradecimiento personal a esos hombres y mujeres excepcionales que tuvieron el coraje de hacer realidad sus sueños de libertad, justicia y progreso.

Me refiero, por supuesto, a esa generación de españoles que lo dieron todo, y mantuvieron hasta el final su fidelidad a II República. Pero,… ¿qué decir de aquellos 60.000 valientes, verdaderos creyentes en la fraternidad humana, que vinieron de tierras lejanas y, sin pedir nada a cambio, pusieron a nuestra disposición sus vidas, para la defensa de nuestros sueños? ¡Y sólo porque también eran los suyos! 

No encuentro palabras que hagan justicia a semejante acto de coherencia y altruismo; por eso, recurro a las de Dolores Ibárruri y, como segunda parte de esta entrega, reproduzco su “Mensaje de despedida a los voluntarios de la Brigadas Internacionales”. 
 

LAS AUTORIDADES ESPIRITUALES ADVIERTEN (y también Jaume Perich) QUE, NO SÓLO ES MÁS FÁCIL QUE UN POBRE ENTRE EN EL REINO DE LOS CIELOS, SINO QUE TAMBIÉN TIENE MUCHAS MÁS POSIBILIDADES DE HACERLO ANTES. 
 

Muchos pueblos del mundo mostraron su inequívoca solidaridad con el orden legal, constitucional y democráticamente establecido en España. Sin embargo, no todos los gobiernos mostraron el mismo entusiasmo.  

Repasemos algunos casos: 

La URSS cobró cada bala y cada suministro, unas veces a precios irrisorios y otras a precios abusivos. Los partidarios de las teorías conspiranóicas sobre los diabólicos planes del comunismo internacional, se olvidan siempre de que en esa época, la política exterior de la Unión Soviética consistía en buscar pactos con las democracias europeas para salvaguardarse de la amenaza nazi, y que la toma de partido a favor de la República Española, en principio, perjudicaba esta paciente política mantenida desde finales de los años veinte. Tanto es así, que sólo la petición urgente de ayuda del PCE, y tras largas reflexiones, llevó a Stalin a prestar ayuda. Y de paso, bien es cierto, a mangonear a la República y a, en lo posible, deshacerse de los enemigos (declarados o supuestos) del comunismo heterodoxo. La Unión Soviética, no dio nada gratis, se cobró su precio monetario y político. 

Francia vendió a la República aviones y alquiló los servicios de sus pilotos, por lo que cobró unos 150 millones de dólares. Cabe mencionar que, al igual que Inglaterra, desalentó jóvenes simpatizantes con la causa republicana para que no se unieran a la Brigadas Internacionales. No obstante, muchos franceses e ingleses, como Malraux y Orwell, participaron individualmente como voluntarios. Además, Francia, dispensó un trato inhumano a miles a los refugiados republicanos; los rodeó con alambres de espino en una playa y los dejó morir de hambre, frío y enfermedad sin los cuidados médicos más elementales. 

EEUU vendió aviones a la República, y gasolina a Franco. 

Alemania ayudó a Franco enviando a España la Legión Cóndor
Aprovechó la guerra para probar sus nuevos modelos de armas y tácticas. Se probaron los cazas
Messerschmitt Bf 109 y los bombarderos Junkers Ju 52 y Heinkel He 111. Estrenó en España sus tácticas de bombardeo sobre ciudades. Aunque no fue el único, el más famoso fue el bombardeo de Guernica representado por Picasso en su cuadro Guernica. 

La Italia fascista envió a España al Corpo Truppe Voluntarie
Ayudó al bloqueo del armamento enviado desde la URSS a España con acciones puntuales de su propia Armada. Aportó cuatro “submarinos legionarios” a la flota de Franco y le vendió cuatro destructores y dos submarinos.
 

Irlanda apoyó a los sublevados con la brigada del general Eoin O’Duffy, y Portugal con tropas de voluntarios y permitiendo el paso de suministros alemanes por sus puertos. 

México fue, al parecer, la única nación que apoyó la causa republicana de una forma completamente desinteresada, proveyendo de rifles y comida al legítimo gobierno de una nación amenazada de muerte por una rebelión militar. Además, junto a Yugoslavia, reconoció hasta 1.977 a las diversas instituciones republicanas en el exilio, como legítimas representantes del pueblo español. Por ello, expreso mi sincera admiración y agradecimiento hacia los mexicanos con los que siempre me sentiré en fraternal deuda. 

España está regada por la sangre de los mejores, y ese sacrificio debe ser honrado por todos, ahora y siempre. Hagámonos dignos de él trabajando con determinación y coraje por un mundo mejor. 
 

CON ORGULLO, MODESTIA Y GRATITUD

MANIFIESTO DEL 75º ANIVERSARIO DE LA II REPÚBLICA 

El 14 de abril de 1931, España tuvo una oportunidad. La proclamación de la II República Española encarnó el sueño de un país capaz de ser mejor que sí mismo, y reunió en un solo esfuerzo a todos los españoles que aspiraban a un porvenir de democracia y de modernidad, de libertad y de justicia, de educación y de progreso, de igualdad y de derechos universales para todos sus conciudadanos. 

Hoy, setenta y cinco años después, los firmantes de este manifiesto evocamos aquel espíritu con orgullo, con modestia y con gratitud, y reivindicamos como propios los valores del republicanismo español, que siguen vigentes como símbolos de un país mejor, más libre y más justo.  

Frente al colosal impulso modernizador y democratizador que acometieron las instituciones republicanas –siempre con la desleal oposición de quienes creían, y siguen creyendo, que este país es de su exclusiva propiedad–, todavía se nos sigue intentando convencer de que la II República fue un bello propósito condenado al fracaso desde antes de nacer por sus propios errores y carencias. 

Los firmantes de este manifiesto rechazamos radicalmente esta interpretación, que sólo pretende absolver al general Franco de la responsabilidad del golpe de estado que interrumpió la legalidad constitucional y democrática de una república sostenida por la voluntad mayoritaria del pueblo español, con las trágicas consecuencias que todos conocemos. Y exigimos que las instituciones de la actual democracia española rompan de manera definitiva los lazos que la siguen uniendo –desde los callejeros de los municipios hasta los contenidos de los libros de texto– con un estado ilegítimo, que surgió de una agresión feroz contra sus propios ciudadanos y se sostuvo en el poder durante treinta y siete años mediante el abuso sistemático e indiscriminado de los siniestros recursos que caracterizan la pervivencia de los regímenes totalitarios. 

Después de treinta años de democracia, resulta vergonzoso tener que recordar aún donde estaba la ley y donde estuvo el delito. A estas alturas, es intolerable, y muy peligroso para la salud moral y política de nuestro país, que todavía se pretenda equiparar al gobierno legítimo de una nación democrática con la facción militar que se sublevó contra el estado al que, por su honor, había jurado defender, y cuya victoria sólo fue posible gracias a la ayuda de los regímenes fascista y nazi que preparaban una invasión de Europa que acabaría provocando una guerra mundial y, aún más decisivamente, gracias a la culpable indiferencia de las democracias occidentales, que, antes de convertirse en víctimas de las mismas potencias en cuyas manos habían abandonado a España, eligieron parapetarse tras el hipócrita simulacro de neutralidad que representó el comité de No Intervención de Londres. 

El 14 de abril de 1931, España tuvo una oportunidad, y los españoles la aprovecharon. Pese a la brevedad de su vida, la II República desarrolló en múltiples campos de la vida pública una labor ingente, que asombró al mundo y situó a nuestro país en la vanguardia social y cultural. Entre sus logros, bastaría citar la reforma agraria, el sufragio femenino, los avances en materia legislativa de toda índole, la separación efectiva de poderes, las constantes y modernísimas iniciativas destinadas a difundir la cultura hasta en las comarcas más remotas, el decidido impulso de la investigación científica o el florecimiento ejemplar no sólo de la educación, sino también de la asistencia sanitaria pública, para demostrar que aquel bello propósito generó bellísimas realidades, que habrían sido capaces de cambiar la vida de un pueblo condenado a la pobreza, la sumisión y la ignorancia por los mismos poderes –los grandes propietarios, la facción más reaccionaria del Ejército y la jerarquía de la Iglesia Católica– que se apresuraron a mutilarlo de toda esperanza. 

La República dotó a los sectores más débiles y desprotegidos de la sociedad de entonces, las mujeres y los niños, de un estatuto jurídico privilegiado en su época. El retroceso fue tan brutal, que el cambio de régimen supuso para ellas, para ellos, la pérdida de todo derecho y su consagración como subciudadanos dependientes de la buena voluntad de los cabezas de sus respectivas familias. 

La República apostó por la defensa de los espacios públicos como escenario fundamental de la vida española, asumiendo la necesidad de equiparar las condiciones de vida de las poblaciones rurales y urbanas, y desarrollando políticas de igualdad no sólo entre los individuos, sino también entre las regiones más y menos prósperas. El retroceso fue tan brutal, que el cambio de régimen consolidó las desigualdades históricas tanto individuales como colectivas, y abandonó la promoción de los servicios públicos para crear un déficit que en algunos sectores, como la educación primaria y secundaria, seguimos padeciendo todavía. 

La República fomentó el auge de la cultura española en todos los terrenos de la creación artística y de la investigación científica, el debate intelectual y la vida universitaria, hasta el punto de que su nombre y su destino estarán unidos para siempre a la memoria del máximo esplendor cultural del que ha gozado nuestro país en la era moderna. El retroceso fue tan brutal, que el cambio de régimen supuso la pérdida más trágica que, a su vez, ha soportado nunca la cultura española, el exilio masivo de los mejores, que dejaron las aulas y los laboratorios, los talleres y las redacciones, las editoriales y los museos, la autoridad y el prestigio intelectual de nuestro país, en manos de una improvisada cosecha de oportunistas y segundones, que redujeron la vida cultural española a una lamentable manifestación de mediocres oscuridades. 

Hoy, setenta y cinco años después, los firmantes de este manifiesto no queremos seguir lamentando la triste brutalidad de aquel retroceso, sino celebrar la emocionante calidad de los logros que le precedieron, y agradecer la ambición, el coraje, el talento y la entrega de una generación de españoles que creyó en nosotros al creer en el futuro de su país. Reivindicar su memoria es creer en nuestro propio futuro, que será proporcionalmente mejor, más libre, más justo, más feliz, en la medida en que seamos capaces de estar a la altura de la tradición republicana que hemos heredado. 

Por una España verdaderamente moderna, laica, culta, igualitaria, por su definitiva normalización democrática, y por el progreso armónico del bienestar de todos sus ciudadanos, hoy, setenta y cinco años después, queremos celebrar el 14 de abril de 1931, y proponer que esta fecha se celebre en lo sucesivo como un reconocimiento oficial a todos los ciudadanos españoles que lucharon activamente por la libertad, la justicia y la igualdad, valores comunes que tienen que seguir orientando la construcción democrática de la sociedad española. 

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MENSAJE DE DESPEDIDA A LOS VOLUNTARIOS DE LAS BRIGADAS INTERNACIONALES 

Es muy difícil pronunciar unas palabras de despedida dirigidas a los héroes de las Brigadas Internacionales, por lo que son y por lo que representan. Un sentimiento de angustia, de dolor infinito, sube a nuestras gargantas atenazándolas…Angustia por los que se van, soldados del más alto ideal de redención humana, desterrados de su patria, perseguidos por la tiranía de todos los pueblos…Dolor por los que se quedan aquí para siempre, fundiéndose con nuestra tierra y viviendo en lo más hondo de nuestro corazón, aureolados por el sentimiento de nuestra eterna gratitud. 

De todos los pueblos y de todas las razas, vinisteis a nosotros como hermanos nuestros, como hijos de la España inmortal, y en los días más duros de nuestra guerra, cuando la capital de la República Española se hallaba amenazada, fuisteis vosotros, bravos camaradas de las Brigadas Internacionales, quienes contribuisteis a salvarla con vuestro entusiasmo combativo y vuestro heroísmo y espíritu de sacrificio. Y Jarama, y Guadalajara, y Brunete, y Belchite, y Levante, y el Ebro, cantan con estrofas inmortales el valor, la abnegación, la bravura, la disciplina de los hombres de las Brigadas Internacionales. 

Por primera vez en la historia de las luchas de los pueblos se ha dado el espectáculo, asombroso por su grandeza, de la formación de las Brigadas Internacionales, para ayudar a salvar la libertad y la independencia de un país amenazado, de nuestra España. 

Comunistas, socialistas, anarquistas, republicanos, hombres de distinto color, de ideología diferente, de religiones antagónicas, pero amando todos ellos profundamente la libertad y la justicia, vinieron a ofrecerse a nosotros, incondicionalmente. 

Nos lo daban todo, su juventud o su madurez; su ciencia o su experiencia; su sangre y su vida; sus esperanzas y sus anhelos…Y nada nos pedían. Es decir, sí: querían un puesto en la lucha, anhelaban el honor de morir por nosotros. 

¡Banderas de España! ¡Saludad a tantos héroes, inclinaos ante tantos mártires! 

¡Madres! ¡Mujeres! Cuando los años pasen y las heridas de la guerra se vayan restañando; cuando el recuerdo de los días dolorosos y sangrientos se esfumen en un presente de libertad, de paz y de bienestar; cuando los rencores se vayan atenuando y el orgullo de la patria libre sea igualmente sentido por todos los españoles, hablad a vuestros hijos; habladles de estos hombres de las Brigadas Internacionales. 

Contadles cómo, atravesando mares y montañas, salvando fronteras erizadas de bayonetas, vigilados por perros rabiosos que ansiaban clavar en ellos sus dientes, llegaron a nuestra patria como cruzados de la libertad, a luchar y a morir por la libertad y la independencia de España, amenazadas por el fascismo alemán e italiano. Lo abandonaron todo: cariño, patria, hogar, fortuna, madre, mujer, hermanos, hijos y vinieron a nosotros a decirnos: !Aquí estamos!, vuestra causa, la causa de España, es nuestra misma causa, es la causa común de toda la humanidad avanzada y progresiva. 

Hoy se van muchos; millares se quedan, teniendo como sudario la tierra de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles. 

¡Camaradas de las Brigadas Internacionales! Razones políticas, razones de estado, la salud de esa misma causa por la cual vosotros ofrecisteis vuestra sangre con generosidad sin límites, os hacen volver a vuestra patria a unos, a la forzada emigración a otros. Podéis marchar orgullosos. Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia, frente al espíritu vil y acomodaticio de los que interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de caudales, o hacia las acciones industriales, que quieren salvar de todo riesgo. 

No os olvidaremos; y cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República Española, ¡volved! 

Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y mañana gritará con entusiasmo: 

¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales! 
 

Dolores Ibárruri, La Pasionaria

Barcelona, 1 Noviembre, 1938 
 

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DIRECCIONES DE INTERÉS: 

http://www.nodo50.org/republica/ 

http://www.guerracivil.org/ 

http://www.ugt.es/index1.html

Bajas Vibraciones XXI: AL RICO ARMAGEDÓN

Con la presente entrega se pretende dar por zanjado el tema recogiendo algunos aspectos que, por motivos de espacio, no pudieron tratarse antes. Veremos las que las terribles predicciones del fin del mundo siempre resultaron fallidas a la par que patéticas, no así el magnífico negocio que hacen algunas organizaciones a costa de ellas, y comprobaremos que no hay “señales” o componente sobrenatural en las catástrofes de los últimos años. Por último, espero confortar a los lectores con una revelación en absoluta primicia: EL FIN DEL MUNDO YA PASÓ. 

 

LAS AUTORIDADES ESPIRITUALES (y Jacinto Octavio Picón) ADVIERTEN QUE DIOS PERDONARÁ A LOS QUE LE NIEGAN, PERO ¿QUÉ HARÁ CON LOS QUE COMENTEN MALDAD EN SU NOMBRE? 

Los cristianos de los ciento cincuenta primeros años esperaban la llegada del Reino como algo inminente. Tenían razones de peso para pensar así; las “palabras de Jesús” eran claras al respecto, el segundo avenimiento NO PASARÍA DE ESA GENERACIÓN (Véase Lucas 21:32, Mateo 24: 31 y Marcos 13:30) 

Jesús también profetizó la destrucción de Jerusalén y, como esto ocurrió en el año 70 DC, era lógico pensar que la segunda venida también ocurrirá. Los oprimidos serían liberados, los justos gobernarían la Tierra y los malos serían eliminados. Pero lo cierto es que los evangelios se escribieron después que Jerusalén fuese destruida, y que Jesús hubiese muerto (si es que existió realmente), por lo que todos los milagros, la promesa de su segundo advenimiento, su resurrección, y la predicción de la destrucción de Jerusalén fueron cosas agregadas. 

Con el paso del tiempo, estas esperanzas se fueron reinterpretando. Así, para el año mil, vendría el “fin del tiempo”. Pero llegó la fecha señalada y seguía sin pasar absolutamente nada. 

¿Creen que eso sirvió para achantar a los agoreros? Pues se equivocan; desde entonces y hasta nuestros días han sido muchos los que han disfrutado inyectando miedo, angustia y desasosiego en sus semejantes. 

Interpretando el libro de revelaciones, Michael Stiftel, un ministro de Lochau (ahora Alemania), profetizó que el mundo llegaría a su fin el 18 de octubre de 1533. Como no sucedió así, los habitantes del pueblo le propinaron una paliza. Pero se ve que esta reacción popular fue algo excepcional; de otra forma no se explica la creciente e insistente cantidad de charlatanes que se atreven a hacer pronósticos que, como es lógico, siempre se resultan falsos. 

El ambiente deprimido que sufrieron los emigrantes europeos en Estados Unidos fue el caldo de cultivo para que surgiera un personaje como Guillermo Miller, quien basándose en una interpretación del libro de Daniel, profetizó el Fin del Mundo para el año 1843. Al fracasar, Miller anunció el Fin del Mundo para el 21 de marzo de 1844, después para el 18 de abril de 1844 y, más tarde, para el 22 de octubre de 1844. A pesar de todos estos fracasos, la fe pudo más que la razón, por lo que paradójicamente, fue este último fracaso el que dio origen a las iglesias adventistas.  

El 23 de octubre de 1844, uno de los creyentes, llamado Hiram Edson, comentó que había experimentado una visión en la que  había contemplado cómo Cristo llegaba hasta un altar en el cielo. De esto se dedujo que Miller no se había equivocado en cuanto a la fecha, sino que sólo había errado en el lugar hacia el que se dirigiría Cristo. En otras palabras, se creó otro mito para suplir el patinazo anterior. ¡Mentiras para cubrir mentiras! 

El personaje que vendría a organizar la Iglesia Adventista fue la metodista Elena G. de White, quien, a la vista del “éxito” de Millar, se abstenía de dar fechas, pero no cesaba de reprochar a los creyentes que pensasen que la venida del “Señor” ocurriría dentro de mucho tiempo.  

Así, en la página 6 de sus Primeros Escritos (Early Writing) podemos leer: “Vi que los que han aceptado la verdad últimamente tendrían que saber lo que es sufrir por amor de Cristo,(…) Pero ahora el tiempo está casi agotado, y lo que hemos tratado años en aprender, ellos tendrán que aprenderlo en pocos meses (…)” 

Y en la página 58: “El Señor me ha mostrado el peligro en que estamos de dejar que nuestra mente se llene de pensamientos y congojas mundanales….Algunos sitúan demasiado lejos en su expectación la venida del Señor. El tiempo ha durado algunos años más de lo que habían esperado , y por lo tanto piensan que puede continuar algunos años más, y de esta manera su atención se desvía de la verdad presente hacía el mundo” 

En 1870, un joven llamado Charles Taze Russell, quedó muy impresionado por una conferencia sobre el segundo regreso de Jesús, y por una charla con el adventista Jonas Wendell, razón por la que comienza a interpretar la Biblia con un grupo de amigos. Este grupo, que en principio se denominaría “Los Estudiantes de La Biblia”, llegaría a conocerse como “Los Testigos de Jehová” 

A pesar de que la segunda venida de Jesús había demostrado ser una falsedad, tanto en las esperanzas de los primeros cristianos como en las profecías fallidas de Guillermo Miller y Elena G. De White, los grupos adventistas siguen creciendo. 

Es más, en la actualidad las iglesias que predican un segundo advenimiento de Jesús y el pronto fin del mundo, están creciendo en dinero y feligresía en países latinoamericanos, africanos, de la ex-unión soviética y del sudeste asiático. La pobreza, la ignorancia y  la frustración parecen ser los ingredientes básicos para que las esperanzas de los seres humanos se trasladen del ámbito de lo real al mundo de la fantasía. 

En muchos lugares del mundo estas organizaciones mafioso-religiosas tienen “obras misioneras” en las cuales hacen lavados de cerebros a cientos de jóvenes y, sin escrúpulos de ningún tipo, extorsionan a los más humildes para que paguen los “diezmos”. Muchos creyentes esperan la venida del Señor, viviendo en una situación de provisionalidad. Algunos se niegan a tomar medicamentos y otros no envían a los niños a las escuelas ni a la universidad porque, según dicen: “El tiempo es corto, y la verdadera educación es el campo, la Biblia y el “Espíritu de Profecía”, es decir, los escritos de Elena G. De White. 

“La Segunda Venida” y el “Armagedón” se han convertido en uno de los mejores negocios de los últimos tiempos. El cobro de diezmo y la venta del material propagandístico que editan reportan enormes beneficios año tras año. Para hacernos una idea del suculento pastel religioso, pensemos que en 1997 la Iglesia Adventista recaudó mil millones de dólares sólo en concepto de diezmos; y cincuenta millones más en una de sus recolectas del mismo año (los "Fondos para las Misiones Mundiales"). A todo esto hay que sumar los beneficios la venta de panfletos y libros, testamentos, legados y donaciones para proyectos específicos. 

Sin embargo, no sería justo decir que todos son unos estafadores movidos por el afán de lucro, o unos pobres ignorantes a los que les han lavado el cerebro. Los neo-flagelantes también pueden ser personas con cierto grado de cultura, sinceras aunque equivocadas y completamente independientes de cualquier organización religiosa. 

Entre los amantes del desastre es común el argumento de que las catástrofes naturales de los últimos años son señales de tremendo castigo que se avecina a causa de la maldad de los hombres. Pero lo cierto es que no hay ningún componente sobrenatural de por medio. No se trata de un castigo divino, sino la ley de causa-efecto que se explica sobradamente, unas veces por las fuerzas de la naturaleza, otras por la disparatada acción del ser humano y su falta de previsión, aunque quizá sería más correcto hablar de su empecinamiento suicida. 

A continuación vamos distinguir entre CATÁSTROFES NATURALES y la GESTIÓN CATASTRÓFICA; es decir, lo puede ser achacado a la acción del hombre. 

CATÁSTROFES NATURALES 

Los científicos prevén décadas de invierno continuado como consecuencia de la erupción de un gigantesco volcán. En el mundo hay 1.511 volcanes que permanecen activos, y muchos otros que "duermen" y pueden despertar en cualquier momento. Pero hay una amenaza aún mayor: los "supervolcanes", cuyas erupciones amenazan la vida en todo el planeta. En los últimos dos millones de años hubo dos "supererupciones" cada 100.000 años. La última ocurrió en la isla de Sumatra (Indonesia), hace unos 74.000 años, y dejó a la humanidad al borde de la extinción. 

En los próximos 20 o 30 años se espera un fuerte terremoto en la falla de San Andrés con una estimación de hasta 18.000 muertos. Otro gran terremoto podría devastar Tokio en los próximos 20 años. El último sismo de gran magnitud que sufrió esta ciudad tuvo lugar en 1923 y dejó 200.000 muertos. También está previsto que dentro de la próxima década se repita en México un sismo similar al que en 1985. 

Además, los científicos advierten sobre un gran tsunami que podría originarse por el hundimiento de parte de la isla de La Palma (una de las Canarias), que se produciría a consecuencia de erupciones volcánicas. Esto, a su vez, produciría olas de 40 kilómetros de largo y 650 metros de alto, que viajarán a 800 kilómetros por hora. No sólo llegarán hasta el oeste de Europa y parte de Gran Bretaña, sino también hasta Caribe y el este de Estados Unidos, donde golpearán todo lo que existe a menos de 20 kilómetros de la costa. Importantes ciudades como Boston, Nueva Cork, Miami, etc., podrían quedar bajo el agua. 

Pero hay una amenaza todavía más escalofriante, y proviene del espacio. Se cree que algunos de los grandes cambios climáticos del planeta, e incluso extinciones masivas como las de los dinosaurios, fueron provocados por cometas o asteroides que chocaron contra la Tierra. Los científicos calculan que existen entre 500 y 1.000 asteroides de más de un kilómetro de diámetro, cuyas órbitas se cruzan con la terrestre. Tarde o temprano, uno de ellos chocará contra nuestro planeta. La probabilidad de que una tragedia de este tipo tenga lugar es de una entre un millón, pero si ocurre, podría devastar una gran superficie, provocar tsunamis o desatar un largo invierno. La civilización quedaría destruida y podría desaparecer el 90% de la población mundial.  

GESTIÓN CATASTRÓFICA 

Si hablamos de aumento de las temperaturas y de la influencia directa de la mano del hombre, tenemos que referirnos al efecto invernadero. Esto ya no es tema de discusión para ningún científico. El calentamiento global es un hecho inevitable; la acumulación de contaminación que ya se ha producido lo garantiza. Lo más que puede hacer el mundo es reducir su ritmo con la esperanza de que resulte controlable. Si las actuales emisiones continúan, el mundo afrontará el índice más rápido de cambio climático en los últimos 10.000 años. Esto puede alterar la circulación de las corrientes oceánicas y cambiar radicalmente las pautas climáticas existentes. 

Los resultados probables más frecuentes serán olas de calor, sequías, episodios de precipitaciones extremas y otros acontecimientos relacionados, como incendios forestales, cambios de vegetación y aumento del nivel del mar. Entre las consecuencias que se prevén figura la extinción de muchas especies que no podrán adaptarse tan rápidamente, y la fundición parcial de las placas de hielo de Groenlandia y la Antártida, que elevará el nivel de los océanos con la subsiguiente inundación de zonas costeras. 

Otro aspecto de la gestión catastrófica es la generalizada falta de previsión. Cada año ocurren más de 600 desastres naturales en el planeta y más de la mitad de la población mundial (unos 3400 millones de personas) vive en zonas donde su vida puede resultar gravemente afectada por alguna de las catástrofes previstas.  

Con el conocimiento actual, se podrían realizar medidas que evitarían muchos problemas. Sin embargo, en muchas ocasiones se toman decisiones que no es que vayan en contra del conocimiento científico, sino incluso contra el sentido común. Al contrario del conocimiento, que es limitado, la capacidad de hacer las cosas mal no conoce límites ni fronteras. 

Sabemos que todo esto ocurrirá, sólo es cuestión de tiempo. Las consecuencias dependerán de que la humanidad afronte al reto y adopte las oportunas medidas correctoras y de previsión; lo cual, no será posible sin una mayor cooperación internacional. Una vez más se demuestra que, o vamos juntos, o no vamos a ninguna parte. 

En resumen, los seres humanos hemos envenenado el planeta, despilfarrado sus recursos y provocado un cambio climático que amenaza nuestro futuro. La población mundial se ha multiplicado por siete y la mitad de la humanidad vive en puntos de riesgo (áreas de actividad sísmica, volcánica o con probabilidad de Tsunamis). Por si esto fuera poco existe la posibilidad de que un supervolcán entre en erupción o que un gran meteorito colisione con la Tierra y acabe con nuestra civilización. 

Cualquiera en su sano juicio puede sentirse abrumado por la cantidad y gravedad de las amenazas que se ciernen sobre humanidad, pero claro, esto excluye a los neo-flagelantes. Ellos son unos insaciables de la tragedia que necesitan más sufrimiento, mucho más. Por eso no dejan de aparecer chuscas predicciones de todo tipo, ya sea a cuento del “código secreto de la Biblia”, de canalizaciones o de encuentros en la novena fase en el puticlub de la esquina.

 
Pero pueden estar tranquilos, porque el Fin del Mundo ya pasó. Para ser exactos ocurrió en la noche del 31 de diciembre de 1999. En algún lugar deshabitado del planeta se abrió la tierra y, entre lenguas de fuego, surgieron los cuatro jinetes del Apocalipsis. Para cuando llegaron a una ciudad importante la gente ya estaba tan pasada de copas que, entre risas, decían: ¡Joder, que pedazo de colocón llevo! ¡Estoy viendo los dos jinetes del Apocalipsis! Entonces ellos exclamaban: ¡Qué somos cuatro! Pero la gente pensaba que estaban viendo doble y no les creían, entre otras cosas porque a las alucinaciones no hay que hacerles mucho caso.
 

Así, con la moral por los suelos, decidieron intentarlo en otros lugares. Y por más que se esforzaron en producir tormentas de fuego y nubes de azufre, obtuvieron resultados similares o incluso peores. Total, que los jinetes agarraron una depresión de caballo, y los caballos una de jinete. 

Actualmente, jinetes y caballos están en tratamiento psicológico, y con sólo mencionarles “el fin del mundo” se ponen a gimotear y a relinchar respectivamente. 

¡Es que no hay formalidad!