by Jorge Armando Romo Bonilla | Ago 22, 2009 | Opiniones
La labor dentro de la divulgación de la ciencia requiere un buen entrenamiento. Es necesario conocer al menos una disciplina científica con la suficiente profundidad. El dominio básico de algunas de las técnicas periodísticas (prensa escrita, por ejemplo) es indispensable para poder comunicar al público de una manera efectiva el quehacer científico. Estos son al menos algunos de los requisitos básicos para poder aspirar a ser un buen comunicador.
En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) existe un diplomado en divulgación de la ciencia que ha tenido mucho éxito. Nunca lo he cursado, pero seguramente enseñen que un futuro divulgador científico debe leer las fuentes originales en cuanto a información científica se refiere (leer directamente los artículos originales publicados en las revistas especializadas). Otra de las cosas que seguramente han de enseñar es que un divulgador debe entender las limitaciones de la disciplina que comunica a su público, así como saber distinguir los conceptos científicos de los que no lo son.
Me han contado que en el diplomado se leen textos de divulgadores científicos famosos para conocer la manera adecuada para comunicar al público la ciencia. Asimismo, se consideran textos en los cuales se comunica de una manera pobre o poco adecuada la labor científica para que los futuros divulgadores sepan cómo no divulgarla. Con respecto a lo anterior, una posible recomendación para los encargados de dicho diplomado sería revisar los textos y espacios radiofónicos en que participa el ingeniero Rodolfo Garrido.
Garrido mantiene un programa radiofónico titulado Fronteras del Conocimiento. En este espacio su conductor ofrece al público las últimas noticias científicas referentes a las más variadas disciplinas (Biología, Química, Física, Astronomía, etc.). A su vez se ofrecen entrevistas con científicos sobre algún tema en particular. Hasta aquí todo parecería ser miel sobre hojuelas.
Uno de los principales problemas es que Garrido no consulta las fuentes originales (los artículos científicos originales conocidos como papers), sino que accede directamente a las notas periodísticas resumidas por vaya a saber qué periodista. Si quien escribió la nota entendió mal el artículo original, el ingeniero y conductor del mencionado programa divulgará directamente la información con los errores de la fuente secundaria. Otro de los problemas es que para divulgar, por ejemplo, los últimos avances en Biología, el conductor no posee las credenciales necesarias: eso de intentar divulgar absolutamente toda la ciencia trae irremediablemente el problema de dar a conocer al público información parcialmente errónea debido a la falta de comprensión de quien divulga. En ese sentido, Garrido falla como divulgador: no intenta dar a conocer al público cómo funciona la ciencia o informar a su auditorio que hay muchas ideas pseudocientíficas que son un verdadero peligro.
El último punto anterior se explica bien: el señor Garrido trabaja para Jaime Maussán. La gente de ciencias considera abiertamente que este último señor trabaja con información pseudocientífica. Si realmente deseara convencer a la comunidad científica, sus trabajos deberían ofrecerse a revistas científicas especializadas para su revisión, discusión y aceptación o rechazo. Esto no ocurre. Las supuestas evidencias de visitas extraterrestres se transmiten en espacios televisivos comerciales que desean obtener mucho raiting. Así no podemos aceptar nada: los casos presentados de OVNIs se ven muy sospechosos y generan todo tipo de dudas. Bien sabe el ingeniero que si denunciara a los traficantes de la información pseudocientífica tendría que denunciar al propio Maussán.
En el programa de Los Grandes Misterios del Tercer Milenio, Garrido regularmente presenta reportajes sobre ciencia. El formato en el que éstos se presentan también deja mucho que desear. Hablar sobre astronomía requiere que un divulgador brinde la información de una manera breve y substanciosa, con palabras sencillas sin revolver la información. El error de Garrido es hablar sobre ciencia intentando utilizar un lenguaje maquillado que pretende ser poético sin conseguirlo. Aunado a este error, mezclar conceptos científicos con temas pseudocientíficos como las Profecías Mayas termina con toda esperanza de obtener un buen reportaje de corte científico.
Divulgar la ciencia requiere de talento y algo de maña. No tener las nociones precisas para llevar a cabo tan loable labor condena a la ciencia y al propio divulgador a una pobre o nula comprensión de la información por parte del público no especializado.
Publicado originalmente en http://piedrasfalacesdemarrakech.blogspot.com/
by Jorge Armando Romo Bonilla | Jul 29, 2009 | Opiniones
No hay manera más sencilla de refutar los conceptos pseudocientíficos más que divulgando la verdadera ciencia. Esta es una actividad que proporciona conocimiento confiable acerca del Universo en el que vivimos.
Existe en canal 34 de Televisión Mexiquense un programa que se anuncia como un espacio para la entrevista y el debate conducido por Carlos Ramos Padilla. Va en Serio, que es como se titula este espacio televisivo, presenta en cada transmisión algún especialista para hablar sobre temas políticos, económicos, sociales, así como cualquier tópico que pueda desencadenar la anécdota interesante o el debate ardiente. Siendo una persona versada en ciencia, mi crítica viene directamente al escaso respeto que se le ha dado a esta actividad humana y al público en general por parte de este espacio.
Hace algunos programas, el señor Ramos ofrecía a su público una entrevista con arqueólogos teniendo como objetivo hablar sobre las zonas arqueológicas en México. El espacio de discusión prometía mucho. Los últimos descubrimientos en cuanto a los restos de culturas precolombinas deberían haber fascinado al público nocturno que esperaba disfrutar de un espacio cultural digno de toda persona. Sin embargo, el debate se arruinó por completo: el conductor sólo insistió en el origen extraterrestre de las mencionadas ruinas construidas hace cientos de años sin darle una buena oportunidad a los especialistas para contarle al público sobre la labor diaria que realizan.
En otra emisión del programa, el mismo conductor anunciaba una emisión para hablar sobre el tema de la vida extraterrestre. Sus invitados: la astrobióloga Antígona Segura Peralta, investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM y Max Schiaffino: un joven entusiasta que no era ni científico ni especialista en el tema. El posible debate (que fue inexistente), prometía mucho. Hablar sobre las últimas investigaciones científicas en torno a la búsqueda de vida en otros mundos se venía venir como el tema de la noche. El problema surgió cuando el conductor no paró de mencionar argumentos estrictamente pseudocientíficos en torno a que los seres humanos somos visitados por seres extraterrestres y otros asuntos relacionados. La mencionada científica se llevó un gran coraje de su vida al ver que el aspecto científico había sido sustituido por la parafernalia esotérica.
El problema con el mencionado programa es que su conductor deja mucho que desear en cuanto a su labor como periodista. Más allá de ser un presentador imparcial, Carlos Ramos Padilla aparece como un fanático que lo único que desea es justificar su fe invitando de vez en cuando a personas que manejan temas de corte sobrenatural. Es una verdadera lástima que espacios como este, que bien podrían convertirse en una de las transmisiones de mejor calidad en la televisión mexicana en cuanto a barra de opinión se refiere, es simplemente el espacio en el que un creyente manifiesta abiertamente la imposición al público de sus creencias.
El ejemplo anterior ilustra los peligros de la incultura científica. Un televidente que no sepa distinguir entre los conocimientos científicos y las ideas que tratan de aparentar ser ciencia cuando en realidad no lo son, puede ser víctima de todo tipo de abusos por parte de charlatanes. De ahí la necesidad de espacios para la divulgación científica.
Realicemos el siguiente experimento. Les haré dos afirmaciones: 1) Se ha descubierto que las pirámides fueron construidas por seres extraterrestres. 2) Se han descubierto nuevas cámaras ocultas en las pirámides gracias al uso de partículas subatómicas. ¿Cuál afirmación es científica y cuál no lo es?
Si usted mencionó la segunda opción, lo felicito. Hay estudios actuales usando partículas subatómicas para descubrir cámaras ocultas dentro de las pirámides de Teotihuacan. Esto es ciencia realizada por investigadores del Instituto de Física de la UNAM. En cambio, no hay evidencia sustentable que nos haga pensar que seres extraterrestres construyeron las antiguas zonas arqueológicas. El ser humano siempre ha sido capaz de ingeniárselas para realizar todo tipo de construcciones. Si seres inteligentes provenientes de otros planetas hubiesen realmente visitado a nuestros antepasados, una fuerte evidencia de ello sería la conservación de algún instrumento tecnológico muy avanzado para aquella época o el hallazgo de algún cuerpo con características que nos hicieran pensar que no es de este mundo.
No hay evidencia sustentable que nos indique que seres extraterrestres anclados en naves interplanetarias con forma de platillo volante visiten actualmente nuestro planeta. Si realmente esto sucediera, la comunidad científica no se mostraría reacia ante los dudosos vídeos o los tramposos testimonios de gente que desea su minuto de fama en la televisión. La evidencia contundente vendría a ser el hecho de poder tener enfrente de nosotros a la nave extraterrestre y a sus tripulantes. Sin embargo, esto nunca ha ocurrido.
A diferencia de lo anterior, existe mucho investigación alrededor de la posibilidad de vida en otros planetas. Los científicos buscan señales de vida extraterrestre a través de la detección de elementos y compuestos químicos (oxígeno, metano, agua, etc.) que pudiera delatar la presencia de esta en los llamados planetas extrasolares (planetas que giran alrededor de otras estrellas). La búsqueda de indicios de vida pasada o presente en el planeta Marte mediante los robots de exploración enviados a aquel mundo puede darnos la sorpresa de nuestras vidas. Asimismo, los astrónomos, a través de una red de radiotelescopios, buscan posibles señales de civilizaciones fuera de nuestro planeta.
No hay manera más sencilla de refutar los conceptos pseudocientíficos más que divulgando la verdadera ciencia. Esta es una actividad que proporciona conocimiento confiable acerca del Universo en el que vivimos. Aunque conductores como Carlos Ramos sigan cerrándose ante este hecho y prefieran la fe ciega, la ciencia es la herramienta más efectiva que tenemos los seres humanos para arrebatarle a la naturaleza sus secretos. Créanme, va en serio.
Publicado originalmente en Las Piedras Falaces de Marrakech (http://piedrasfalacesdemarrakech.blogspot.com/)
by Jorge Armando Romo Bonilla | Ene 10, 2009 | Noticias, Noticias Científicas y Tecnológicas
De acuerdo con los defensores del apocalipsis en 2012, algo grande llegará hasta nosotros. Algo grande significa una entidad cósmica incontrolable (por ejemplo el Planeta X, Nibiru o una llamarada solar “asesina”), y “nosotros” significa todo el planeta Tierra. Fechar escenarios apocalípticos en 2012 sobre la base del último día antiguo calendario maya parece estar creciendo entre autores, sitios web, documentales y videos en Youtube
De acuerdo con ellos, algo malo sucederá alrededor del 21 de diciembre de 2012. Probablemente la diferencia más interesante entre las situaciones apocalípticas de 2012 y las profecías apocalípticas del pasado es que casi todos los posibles portadores del apocalipsis (y los imposibles, o improbables) se han sugerido como asesinos del planeta.
¿Un apocalíptico cometa viene justo hacia nosotros en 2012?
Por tanto, en este artículo se abordará otra situación apocalíptica astronómica: un vistazo a la teoría de que un cometa, actualmente en el espacio profundo, hará una lenta aproximación final en su órbita parabólica hacia la Tierra. Pero antes de crear preocupación, tendrá la alegría de escuchar que la teoría del impacto cometario en 2012 es tan sólida como un saquito de té; no existe ningún objeto observado allí fuera, y ciertamente no existe ninguna prueba que sugiera que podría haber un impacto cometario en 2012, y aquí está el por qué.
Vendiendo el Apocalipsis
En cuatro años a partir de ahora, el 12 de diciembre de 2012, el mundo llegará a su fin de acuerdo con unos pocos individuos equivocados. Los anunciantes del Apocalipsis siempre comienzan sus argumentos usando un antiguo calendario (además de una fuerte dosis de Códigos de la Biblia, I Ching y algunas escrituras cuneiformes sumerias) para respaldar sus nuevas e ingeniosas formas en que el mundo puede acabar. Desgraciadamente, la mayor parte de las teorías están basadas en malinterpretaciones científicas sobrepromocionadas y simples mentiras. Normalmente hay algún libro en venta o algún sitio web que promocionar. Después de todo, no hay nada más rentable que el miedo.
Es interesante apuntar que Ian O’Neil comenzó a escribir para Universe Today hace justo un año, exactamente cinco años antes del día final del Calendario Maya. No interesa mucho este pequeño hecho, pura coincidencia, pero creo que le vino bien escribir un artículo sobre 2012 exponiendo los mitos alrededor de esta idea.
Probablemente ha visto los prolíficos anuncios de “Cometa de 2012” en una amplia gama de sitios web, y por eso se indagará esta teoría en particular para ver si hay algo de verdad detrás de las afirmaciones de que un cometa (o “planeta cometa”) se está aproximando a la Tierra en ruta de colisión. Para acortar una larga historia, se puede decir categóricamente que no hay ningún impacto cometario inminente. Cualquier acusación de encubrimiento por parte del gobierno sirve para esconder la pobre ciencia que citan los anunciantes del Apocalipsis (al igual que en la conexión Planeta X/Nibiru). Si quiere conocer la historia larga, siga leyendo.
La sonda Deep Impact de la NASA golpea el Comet Tempel 1
La amenaza del cometa
Antes de revisar las afirmaciones detrás de esta situación apocalíptica, primero debemos estudiar el riesgo de que la Tierra sea realmente impactada por un cometa. Sabemos que en el pasado han impactado comentas, y casi con seguridad nos impactarán en el futuro, pero el horizonte está despejado de un cometa o asteroide amenazador durante al menos unas pocas décadas. De hecho, los meteoroides en forma de trozos de roca son mucho más numerosos que los cometas helados, y nos impactan varios meteoroides rocosos de tamaño considerable cada año (tome como ejemplo el 2008 TC3, el primer impacto de meteoroide atmosférico pronosticado).
Aunque raros, los impactos de cometas sobre planetas ocurren. Como nos lo demostró el Shoemaker-Levy 9 en 1994 cuando fragmentos de 2 km de diámetro del cometa bombardearon la atmósfera joviana, no debemos ser complacientes al considerar un gran evento de impacto por cometas o asteroides. El deslumbrante espectáculo de luz del Shoemaker-Levy 9 en realidad estimuló los esfuerzos para incrementar los estudios del cielo buscando posibles eventos catastróficos. Aunque se ha identificado una gran cantidad de objetos cercanos a la Tierra (NEO), un número muy pequeño se ha considerado riesgoso.
Fragmentos del Shoemaker-Levy 9
El asteroide de 270 metros de diámetro 99942 Apophis (en inglés) provocó un gran revuelo en 2006 cuando se convirtió en el asteroide con mayor valoración en la Escala Torino de peligro de impacto. Ahora se espera que Apophis haga un paseo seguro cerca de la Tierra en 2029, pero dependiendo del desvío gravitatorio provocado por la Tierra en 2029, Apophis podría pasar a través de un “ojo de cerradura” gravitatorio, creando otra posibilidad de impacto el 13 de abril de 2036. Aún así, aportar por esas posibilidades no vale la pena; ¿pondría su dinero en una posibilidad entre 45.000 de impacto del Apophis en 2036?
Existen otros trozos de roca allí afuera, pero la mayor parte son benignos, y ciertamente no son una amenaza para la vida cotidiana en 2012. No obstante, debemos ser conscientes de que los asteroides son una amenaza muy real para la humanidad en el futuro. Como resultado de este aumento de consciencia, se han descubierto y rastreado otros NEO. Objetos tales como 2007 VK184, un asteroide de 130 metros de diámetro, puede causar problemas en un futuro lejano pero la probabilidad de impacto aún es extremadamente baja. Los astrónomos del Sonde del Cielo Catalina (en inglés) estiman unas pocas fechas de impacto para 2007 VK184, pero las posibilidades nunca superan el 0,037% de impacto con la Tierra en los próximos 100 años. Otros asteroides están siendo actualmente rastreados y pueden causar cierta preocupación dentro de un siglo (aunque ninguno sobrepasa un nivel 1 en la Escala Torino, y si lo hacen, todos tienden a caer al “Nivel Normal” 0).
Para abreviar, los cielos están despejados de cualquier impacto inminente (con seguridad en los próximos 4 años) de un asteroide. Los cometas no suponen tampoco un riesgo significativo. No existen evidencias astronómicas que respalden otra opción.
Esto no detiene a las organizaciones tales como la Fundación B612 del ex-astronauta de la NASA Rusty Schweickart, que planifican posibles amenazas futuras de asteroides/cometas. Aunque las películas de Hollywood nos habrían hecho creer que hacer estallar un cometa con una bomba nuclear es una buena idea, la Fundación B612 no está de acuerdo. De hecho, podría ser una muy mala idea. La clave es recordar que cuando leemos estudios sobre NEO o técnicas de desvío de asteroides/cometas, necesitamos un gran periodo de tiempo de adelanto para tener alguna esperanza de desviar el posible evento catastrófico de impacto. Esto no indica una preocupación en un futuro cercano, es simplemente una prudente precaución para salvaguardar el futuro lejano de nuestro planeta.
Evidencia de un cometa… o Planeta X… o lo que sea.
El vacío en Google Sky, ¿están escondiendo algo?
La conspiración de Google del Cometa de 2012
Entonces, parece que estamos a salvo de cualquier impacto astronómico. No es lo mismo que decir que no nos impactará un pequeño meteoroide, grandes bolas de fuego que ocurren regularmente (recuerde el bólido del 21 de noviembre en Canadá, y el más reciente del 6 de diciembre ene Colorado, el mayor de los cuales posiblemente fuera causado por un meteoroide rocoso de 10 toneladas). Tampoco significa decir que no descubriremos más NEO en el curso de los próximos cuatro años (mañana, alguien podría observar un objeto amenazador, después de todo), sino que el punto es que no existe absolutamente ninguna evidencia de que un impacto cometario que acabe con nuestra civilización tendrá lugar en 2012. Cualquier afirmación de lo contrario es totalmente falsa.
Entonces, ¿por qué vemos tantos anuncios tratando de vender la teoría del “Cometa de 2012”? Hasta donde se puede decir, está basado en pruebas muy poco sólidas. De modo que vamos a cargar Google Earth para ver dónde está el problema.
Si tiene instalado Google Earth en su ordenador, habrá visto la capacidad de mirar hacia “arriba” y no sólo hacia la superficie de la Tierra. Cambiando el software hacia el cielo nocturno, podemos ver las constelaciones y nos guiará en un deslumbrante tour por el universo observable. A pesar de esta sobrecarga de información, ¿acaso Google oculta algo? ¿Está esta compañía basada en un descomunal motor de búsqueda intentando activamente ocultarnos las observaciones de un cometa que se dirige hacia nosotros?
Usando la información de Google Earth para sondeos ópticos,
por infrarojo (IRAS) y microondas (WMAP).
Ponga Google Earth en RA:5h 54m 00s, Dec: -6° 00′ 00” y amplíe. Si no tiene Google Earth, esta región puede también encontrarse en la versión on-line de Google Sky. Verá un ominoso vacío rectangular (también conocido como la “Anomalía de Google” en las imágenes arriba) justo al lado de la Nebulosa de Orión, al sur del Cinturón de Orión.
Nota: La constelación de Orión y por tanto la “Anomalía de Google” está en una posición muy conspicua del cielo nocturno, observable desde los hemisferios norte y sur.
Este vacío es sólo aparente en los datos ópticos; si cambias el conjunto de datos al estudio de microondas llevado a cabo por la Sonda de Anisotropía de Microondas Wilkinson (WMAP), encontrarás este vacío reemplazado con datos. También los datos infrarrojos cubren la región bastante bien.
Nota: Esta visión infrarroja del cielo fue observada con el Satélite Astronómico Infrarrojo (IRAS).
Por lo que la teoría es que Google está ocultando observaciones de un cometa que se acerca. Pero existe otra vuelta de tuerca en la teoría de la conspiración del cometa; el cometa también es conocido a veces como el “planeta cometa” y por tanto un candidato a Planeta X (¿pero se creía que el Planeta X era un candidato a enana marrón?). Sí, el Planeta X parece ser la raíz de todos los escenarios apocalípticos.
Un resumen rápido
Una imagen popular den los sitios web del Planeta X.
¿Es éste el Planeta X, o es simplemente una galaxia joven?
1) Datos de IRAS
El Satélite Astronómico Infrarrojo (IRAS) era un telescopio orbital que duró 10 meses en 1983. Realizó un estudio infrarrojo de todo el cielo, dando como resultado algunas fantásticas observaciones de galaxias jóvenes ultra-luminosas y de “cirros” intergalácticos. No obstante, antes de que estos objetos fuesen identificados formalmente, los medios (en particular el Washington Post) apuntaron que algunos de estos ellos podrían ser el legendario Planeta X en las inmediaciones de nuestro Sistema Solar. Ésta es una de las teorías clave que los anunciantes apocalípticos citan como un hecho de que el Planeta X existe. Usando una dudosa lógica, varios autores afirman que estas observaciones iniciales demuestran que el Planeta X es, de hecho, el planeta sumerio “Nibiru”. Nibiru es por tanto una enana marrón. En esta teoría, muerte y destrucción siguen rápidamente, incluyendo la aparición de una raza alienígena conocida como Annunaki (nuestros ancestros alienígenas) que quieren que se les devuelva el planeta. Maravillosa ciencia-ficción, sin ninguna raíz en hechos científicos.
Entonces, ¿es este “cometa del 2012” realmente el Planeta X? Si es así (pasando por alto el hecho obvio de que un cometa no es un planeta, mucho menos una enana marrón), ¿por qué la Anomalía de Google sólo es una mancha en los datos ópticos? Si Google y la NASA están intentando ocultar las pruebas de un “cometa” (eliminando una región de datos ópticos), ¿seguramente también habrían eliminado los datos del IRAS? En cualquier caso, los datos del IRAS no muestran ningún objeto en la anomalía. Además, ¿por qué Google dejaría un parche tan obvio de datos ópticos, cuando podrían haber eliminado el objeto del conjunto de datos?
En conclusión, la Anomalía de Google es de hecho un conjunto de datos perdidos, pura y simplemente. No hay allí ningún cometa, y simplemente debido a que faltan datos, no demuestra la existencia de nada siniestro.
2) Simplemente mire hacia arriba
En caso de que necesite algo más para convencerse de que la teoría del cometa/Planeta X de 2012 es un completa estupidez, piense en la posición propuesta para este cometa. La Anomalía de Google está a plena vista para la mayor parte del planeta a lo largo del año, dado que está en la constelación de Orión, justo en la vecindad de algunas de las estrellas y nebulosas mejor estudiadas (la Nebulosa de la Cabeza del Caballo o la Gran Nebulosa de Orión, por ejemplo). Si alguien tiene sospechas sobre la Anomalía de Google, ¿por qué no mirar directamente? Los astrónomos aficionados tienen acceso a ópticas muy avanzadas, por lo que si hubiese alguna sospecha del “planeta cometa” en la región, habría sido observado ya (sin la ayuda de Google).
En conclusión
La verdad es que la teoría conspirativa sobre el Planeta X es errónea, pero la teoría del cometa de 2012 es aún peor. Las posibilidades de que un gran planeta pase a través del Sistema Solar interior en 2012 son las mismas de las de un impacto cometario en esa fecha: ninguna.
No podemos predecir el futuro, y ninguna antigua profecía demostrará la existencia de un escenario astronómico moderno del “fin del mundo”. Con seguridad, 2012 será un año significativo por razones espirituales y religiosas, no hay duda. No obstante, que los anunciantes del Apocalipsis usen la ciencia moderna para demostrar sus imprecisas creaciones apocalípticas para su lucro personal no sólo es irresponsable, sino que puede ser muy dañino.
Fuente: Universe Today. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard
Fuente: www.axxon.com.ar
by Jorge Armando Romo Bonilla | Nov 24, 2008 | De Religión y Ateísmo, Noticias sobre Religión y Ateísmo
“Probablemente no hay dios, así que deja de preocuparte y disfruta de la vida”. Este eslogan lucirá en los autobuses de Londres a mediados de enero. Se trata de la primera campaña ateísta en Reino Unido financiada con donaciones de contribuyentes anónimos. Y ha sido un éxito. Preveían recaudar 5.500 libras (6.500 euros) y en tan sólo dos días reunieron 10 veces más. No es algo aislado. Esta semana se ha puesto en marcha una iniciativa similar en Washington. Los ensayos que arremeten contra la religión se convierten en superventas y, en España, aumentan las solicitudes de apostasía. Parece que la hora de los no creyentes ha llegado. ¿Está el ateísmo tomando una nueva conciencia más activa en la sociedad?
No es fácil confesar que uno es ateo, es decir, que niega la existencia de Dios, según señala el biólogo Richard Dawkins, conocido como el rottweiler de Darwin por su férrea defensa de la teoría evolucionista. “La situación de los ateos hoy en día en América es comparable a la de los homosexuales 50 años atrás”, escribe Dawkins en el ensayo El espejismo de Dios (Espasa Calpe), que ha vendido 1,5 millones de ejemplares. “Los ateos son mucho más numerosos, sobre todo entre la élite educada, de lo que muchos creen”, prosigue. El problema es que, a diferencia de otros grupos religiosos, no están organizados. “Un buen primer paso podría ser generar una masa crítica con aquellos que desean salir a la luz y así animar a otros a hacer lo mismo. Pueden hacer mucho ruido”.
Ruido considerable es el que ha conseguido la citada campaña del autobús ateísta británico. La gestiona la British Humanist Association -una organización que promueve acabar con la privilegiada posición de la religión en la ley, la educación y los medios de comunicación- a través de la web www.justgiving.com/atheistbus. Su patrocinador más ilustre es el propio Dawkins. Iniciada el 21 de octubre, se propuso recaudar 5.500 libras (6.500 euros, el coste de un mes de los anuncios en 30 autobuses) y sólo necesitó dos horas para conseguirlos. En dos días, ya tenían 58.900. La cuenta ya va por 143.200 euros.
“Los donantes sienten que no tienen voz, que el Gobierno y la sociedad presta demasiada atención a la religión y a sus líderes, mientras que a los que no son religiosos se les ignora”, señala desde la capital británica Hanne Stinson, directora de la British Humanist Association. Al otro lado del Atlántico, la American Humanist Association ya ha organizado una campaña similar para los autobuses de Washington con el lema ¿Por qué creer en un dios? Sé bueno por la propia bondad. Se puso en marcha la semana pasada con una previsión de 200 autobuses (www.whybelieveinagod.org). En España, la Unión de Ateos y Librepensadores estudia unirse a la campaña.”Aunque las condiciones en España no son las mismas que en el mundo anglosajón, donde las alternativas de ateos y agnósticos son mucho mas respetadas, y su prestigio social es consecuencia de su permanente presencia en el mundo de las ideas”, señala la asociación en su web, ateos.org.
Este nuevo ateísmo también ha irrumpido en las librerías. Una ilustre alineación de científicos e intelectuales ha emprendido la batalla dialéctica a gran escala contra la religión. Sus ensayos se han convertido en superventas. En El espejismo de Dios (10.000 ejemplares vendidos en España), Dawkins expone su hipótesis de que Dios no existe, sostiene que no necesitamos la religión para ser morales y que podemos explicar las raíces de la religión y la moralidad en términos no religiosos. El ensayista Christopher Hitchens argumenta en Dios no es bueno (Debate) que la religión da una explicación errónea del origen del ser humano y del cosmos, que causa una peligrosa represión sexual y que se basa en ilusiones. Ha vendido cerca de 150.000 ejemplares en Reino Unido y 12.000 en España. En EE UU, el filósofo Sam Harris, autor de The end of faith (W.W. Norton) pone de vuelta y media a las grandes confesiones: el judaísmo, el cristianismo y el
islam. Las tacha de locuras socialmente aprobadas, cuyos credos son irracionales, arcaicos y mutuamente incompatibles (200.000 vendidos).
En Italia, el matemático Piergiorgio Odifreddi ha escrito ¿Por qué no podemos ser cristianos? (RBA), que ha colocado 200.000 ejemplares en su país. En Francia, Michel Onfray se situó en 2005 entre los más vendidos con Tratado de Ateología (Anagrama), un alegato a favor del pensamiento hedonista y contra la religión. Vendió 209.700 ejemplares. Las cifras parecen indicar que aumenta el interés por la crítica a las religiones. Odifreddi, aun así, es cauto: “Hay una buena parte de la población que valora la razón y la ciencia, pero es una minoría sin mucho acceso a los medios de comunicación”.
La razón de este nuevo movimiento está, irónicamente, en los propios fundamentalistas religiosos, según sostienen varios especialistas. “La beligerancia de las religiones lleva a la gente a tocar a rebato”, explica el teólogo de la Universidad Carlos III Juan José Tamayo. “Las religiones han despertado de un modo social y culturalmente agresivo, porque reclaman una presencia en el espacio público; quieren intervenir en la vida privada y tener un peso político. En definitiva, quieren que los Estados sean confesionales”. Una idea con la que coincide el filósofo Reyes Mate, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): “La crítica a la religión resurge cada vez que la religión se quiere convertir en principio moral de la democracia”.
Cuando se habla de integrismo se suele pensar en los países musulmanes, pero también se encuentra en el corazón de Occidente. “Pienso en Estados Unidos”, sigue el teólogo Tamayo. “En la campaña electoral de 2004, entre John Kerry y George W. Bush, la politización de la religión fue notable: los dos candidatos recordaban constantemente que creían en Dios”. Es el caso, por ejemplo, de las escuelas de algunas zonas de Estados Unidos que quieren introducir en las aulas la enseñanza del creacionismo y del diseño inteligente (que equivale a la interpretación literal de la Biblia). Los líderes religiosos occidentales, como el papa Benedicto XVI, o los grupos evangélicos en EE UU, pretenden influir en la política porque “consideran que necesita una legitimación religiosa”, señala Tamayo. Además exigen “que la ética se fundamente en un ser trascendente, ya que no reconocen a los políticos como guías morales”, e imponen que los textos sagrados,
que son míticos y simbólicos, sean considerados como histórica y científicamente válidos.
Esa intervención de la religión en la vida privada es la que pidió el cardenal Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal Española, en octubre en el sínodo de los obispos de Roma. Criticó el laicismo, es decir, que las personas, la sociedad y, sobre todo, el Estado, sean independientes de cualquier organización o confesión religiosa. Lo dejó claro: “El Estado moderno, en su versión laicista radical, desembocó en el siglo XX en las formas totalitarias del comunismo soviético y del nacional-socialismo”. Por eso llama a que la Iglesia participe en la vida privada e incluso en los debates legislativos.
Muchos ciudadanos en España han reaccionado. Las solicitudes de apostasía en los seis primeros meses de 2008 han sido 529, lo que supera a las de todo 2007 (287) y a las de 2006 (47), según la Agencia Española de Protección de Datos. El Ayuntamiento de Rivas, en Madrid, abrió en marzo una oficina para facilitar los trámites de apostasía. En menos de un mes recibió más de 1.100 consultas de toda España. Entre los principales motivos: la reelección de Rouco como presidente de la Conferencia Episcopal. Y no son sólo las apostasías. La práctica religiosa también desciende. Si en 1998 los españoles que se consideraban católicos eran el 83,5%, 10 años después son el 78%, según el barómetro de enero de 2008 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Las cifras, sin embargo, podrían quedarse cortas. “Ese 78% que dice que es católico, lo es por el bautismo y otros símbolos introducidos en la infancia”, señala el teólogo Tamayo. “Esa educación puede que continúe o que se interrumpa y dé lugar a la apostasía o a la indiferencia, que es el fenómeno mayoritario”, añade. Los datos se elevan entre los jóvenes. El 46% de los chicos entre 15 y 24 años se consideran agnósticos, ateos o indiferentes, según un informe de la Fundación Santamaría de 2005 (en 1994, eran el 22%). El 39% se define como católico no practicante y tan sólo el 10%, como católico practicante. Las razones del descenso: la “impopular” postura de la Iglesia “en temas como la ley que regula el matrimonio homosexual, el aborto o la sexualidad”, según uno de los autores del informe, el sociólogo Juan González-Anleo.
Este nuevo ateísmo lucha contra la religión en la arena dialéctica. “Esa hostilidad que yo y otros ateos expresamos ocasionalmente contra la religión está limitada a las palabras. No voy a poner una bomba a nadie, ni a decapitarlo, ni a lapidarlo, ni a quemarlo en la hoguera ni a crucificarlo ni a estrellar aviones contra sus rascacielos”, escribe Dawkins. De hecho, el propio lema del bus ateísta británico se aleja del dogmatismo. El probablemente reconoce que igual que no hay pruebas de la existencia de Dios, tampoco las hay de lo contrario. “No es necesario mantener una relación hosca con la religión”, considera el filósofo Jesús Mosterín, miembro del CSIC. “Se puede conservar sin creérsela pero con curiosidad y simpatía, como una tradición folclórica más”. Eso sí, aunque dialéctica, es una batalla sin cuartel.
La crítica a la religión es antigua pero, sobre todo desde el siglo XIX, cuenta con una aliada crucial: la ciencia. Así lo ha expuesto el premio Nobel de física estadounidense Steven Weinberg en The New York Review of Books: “Creo que entre la ciencia y la religión existe, si no una incompatibilidad, por lo menos lo que la filósofa Susan Haack ha llamado una tensión, que gradualmente ha ido debilitando la creencia religiosa, especialmente en Occidente, donde la ciencia ha avanzado más”. La ciencia, enumera el Nobel, explica mejor el funcionamiento del mundo que la religión y refuta el papel del hombre como protagonista de la creación. Otro de los físicos más prestigiosos del mundo, Stephen Hawking, lo suscribe: Las leyes por las que se rige el universo “no dejan mucho espacio para milagros ni para Dios”.
Ciencia y religión no pueden convivir en paz, añade el matemático Odifreddi. “La ciencia acepta verdades basadas en confirmaciones empíricas y deducciones matemáticas y lógicas. La religión, al menos la católica, se refiere a un libro de hace 2.000 años y a pronunciamientos dogmáticos de concilios y del Papa. Es difícil imaginar métodos más opuestos”.
Pero ¿podemos vivir sin Dios? La respuesta de los científicos, filósofos y teólogos no es unánime. El Nobel Weinberg confiesa que no es fácil no creer, pero está convencido de que la creencia declina inevitablemente en Occidente. Y añade que aunque las prácticas religiosas se mantengan durante siglos, no está tan seguro de que la creencia perviva. “Hay que distinguir la religión, que es construcción social, de la experiencia religiosa, que es personal”, matiza Tamayo. “Las iglesias son instituciones, con un atractivo político y social, que incluso hoy pocas veces implican creencias profundas”, añade Odifreddi, “por lo que pueden sobrevivir aunque la fe languidezca”. “En el futuro seguiremos creyendo, porque lo llevamos de fábrica”, argumenta el físico Jorge Wagensberg. “La psicología del desarrollo, la antropología cognitiva y la neurociencia señalan que evolutivamente estamos programados para creer”.
Otros están convencidos de que la ciencia es la respuesta. “¡Todos creemos en algo!”, concede el matemático Odifreddi. “La cuestión es qué debemos creer; yo creo que la ciencia puede ofrecer incluso una concepción espiritual del mundo, al mostrar cómo tras el aparente caos del cosmos descansa un orden profundo”. Su conclusión es clara: “La ciencia es hoy la religión verdadera, mientras que la vieja religión es sólo superstición. Así que si alguien quiere creer en algo, puede creer en la ciencia y su manera de ver el mundo”.
Los mandamientos de Dawkins
En ‘El espejismo de Dios’, el biólogo Richard Dawkins presenta una lista de principios morales laicos válidos universalmente. La elaboró a partir de una lista encontrada al azar en Internet, para demostrar que son unos valores comunes que no necesitan legitimación religiosa. Estos son algunos.
– No hagas a otros lo que no quieras que te hagan.
– No pases por alto la maldad ni te acobardes al administrar justicia, pero disponte siempre a perdonar el mal hecho si media el arrepentimiento.
– Prueba todas las cosas: revisa tus ideas frente a los hechos y prepárate para descartar incluso las creencias más arraigadas.
– Respeta el derecho de los demás a estar en desacuerdo contigo.
– Fórmate opiniones independientes basadas en tu razón y en tu experiencia: no permitas ser manejado.
– Cuestiónalo todo.
– Disfruta de tu vida sexual (en tanto no hagas daño a nadie) y deja a los demás que disfruten de la suya.
– No adoctrines a tus hijos. Enséñales cómo pensar por sí mismos y cómo estar en desacuerdo contigo.
by Jorge Armando Romo Bonilla | Oct 25, 2008 | Noticias, Noticias interesantes
“Dios probablemente no existe, deje de preocuparse y disfrute de su vida”
“Dios probablemente no existe, deje de preocuparse y disfrute de su vida”. Éste es el provocador eslogan que pretende colocar en los autobuses del Reino Unido una campaña a favor del ateísmo impulsada por el famoso biólogo darwinista Richard Dawkins, autor de ‘best-sellers’ como ‘El gen egoísta’ y ‘El espejismo de Dios.’
La campaña está siendo un gran éxito, ya que sus organizadores han logrado recaudar cinco veces los fondos que necesitaban para su puesta en marcha. El objetivo inicial era conseguir 7.000 euros para imprimir carteles con el eslogan ateo, y colocarlos durante cuatro semanas en 30 autobuses urbanos que circulan por el distrito londinense de Westminster.
La campaña ya lleva recaudados más de 35.000 euros en donativos de particulares y empresas, y se prevé la aportación de otros 7.000, que se ha comprometido a donar Richard Dawkins.
“La religión está acostumbrada a que todo le salga gratis, incluyendo el derecho a lavar el cerebro de los niños. Esta campaña colocará eslóganes alternativos en los autobuses y hará pensar a la gente”, opina el prestigioso biólogo de la Universidad de Oxford.
La campaña ha sido promovida por la periodista Ariane Sherine, quien sugirió el pasado mes de junio en un blog del diario The Guardian que “hacer una campaña en autobuses con un mensaje tranquilizador sobre el ateísmo, sería una buena forma de contrarrestar los mensajes de ciertas organizaciones religiosas que amenazan con el infierno a los no cristianos.”
“Nuestro mensaje es divertido pero tiene un fondo serio: los ateos queremos un país, una escuela y un gobierno laico. El importante apoyo que ha recibido nuestra campaña muestra que muchas personas están de acuerdo con estas ideas”, asegura la escritora.
La Asociación Humanista del Reino Unido se encargará de gestionar los donativos, y el dinero sobrante se destinará a financiar una nueva campaña publicitaria más ambiciosa.
Los líderes religiosos británicos han respondido de modo favorable a esta iniciativa. La Iglesia de Inglaterra ha manifestado que defenderá el derecho de cualquier grupo que represente una posición religiosa o filosófica a promover sus ideas a través de los canales apropiados, aunque matizan que las ceencias cristianas no tienen que ver con preocuparse o no disfrutar la vida, sino más bien lo contrario.
“Nuestra fe nos libera para considerar esta vida con la perspectiva apropiada”, aseguró un portavoz.
Por su parte la Iglesia Metodista Británica considera positivo el “continuo interés” que autores como Dawkins prestan a los temas relacionados con Dios, ya que esto anima a la sociedad a pensar más sobre este asunto.
Fuente: El Mundo. Aportado por Gustavo A. Courault