La clarividencia es una supuesta habilidad psíquica que permite a una persona ver o percibir cosas más allá del alcance de la visión natural o asistida por tecnología. A menudo se asocia con fenómenos como la precognición (anticipar eventos futuros), la retrocognición (percibir eventos pasados) o la visión remota (observar lugares o eventos distantes). Aunque ampliamente aceptada en círculos espirituales y paranormales, la clarividencia carece de evidencia científica y se explica mejor mediante sesgos cognitivos, interpretaciones subjetivas y, en algunos casos, fraude.
Conceptos relacionados y confusión terminológica
La clarividencia se mezcla frecuentemente con otros términos relacionados con la percepción extrasensorial (PES), como la telepatía o la precognición. Por ejemplo, no existe una manera experimentalmente sólida de distinguir entre:
- Telepatía: Comunicación directa entre mentes.
- Retrognición: Percepción de eventos ya ocurridos.
- Precognición: Percepción de eventos futuros.
- Visión remota: Observación de lugares o eventos distantes sin medios físicos.
Estas distinciones son complicadas por la falta de pruebas replicables y por la naturaleza ambigua de las afirmaciones. Algunos proponentes, como Dean Radin, sugieren que muchos fenómenos atribuidos a la clarividencia podrían explicarse mejor como precognición, aunque esta también carece de validación científica.
Perspectiva científica y explicaciones racionales
Desde mediados del siglo XIX, los científicos han intentado validar la clarividencia mediante experimentos controlados, como los ganzfeld experiments, que buscaban detectar señales de percepción extrasensorial en condiciones específicas. Sin embargo, la evidencia no ha sido concluyente ni replicable. A continuación, se presentan algunas explicaciones para la creencia en la clarividencia:
- Validación subjetiva: Las personas tienden a interpretar declaraciones vagas o generales como altamente específicas y relevantes para su situación.
- Sesgos cognitivos: El sesgo de confirmación lleva a recordar las “acertadas predicciones” y a descartar las fallidas, creando la ilusión de precisión.
- Pareidolia cognitiva: La tendencia del cerebro humano a buscar patrones significativos en estímulos ambiguos puede contribuir a la percepción de “visiones” o mensajes clarividentes.
- Fraude deliberado: En algunos casos, las afirmaciones de clarividencia han sido desmentidas como engaños, utilizando técnicas como la lectura en frío para crear la impresión de habilidades sobrenaturales.
- Deseo de creer: La necesidad emocional de esperanza, conexión espiritual o control frente a la incertidumbre impulsa la aceptación de la clarividencia sin pruebas sólidas.
Creencias populares y su persistencia
A pesar de la falta de evidencia, las encuestas sugieren que entre el 25% y el 40% de las personas creen que la clarividencia es real. Este fenómeno refleja la influencia de factores culturales, narrativas populares y la fascinación humana por lo desconocido. Los relatos históricos y modernos de personas con “segundo vistazo” son a menudo exageraciones mitológicas o interpretaciones erróneas.
El hecho de que ningún individuo haya demostrado consistentemente la capacidad de describir eventos remotos con precisión bajo condiciones controladas es una señal clara de que la clarividencia, como fenómeno real, es poco probable.