La terapia de aura es una práctica pseudocientífica basada en la creencia de que el aura, un supuesto campo energético que rodea a los seres vivos, puede ser manipulada para mejorar la salud física, emocional y espiritual. Según sus proponentes, esta terapia utiliza técnicas como la imposición de manos, el reiki, la meditación y el uso de cristales para “limpiar”, “equilibrar” o “reparar” el aura. Desde un punto de vista científico, la terapia de aura carece de fundamento empírico y las mejoras reportadas por sus practicantes pueden explicarse por el efecto placebo y factores psicológicos.
Origen y fundamentos de la terapia
La terapia de aura tiene sus raíces en prácticas espirituales y curativas tradicionales, como las que se encuentran en la medicina energética y el reiki. El auge de la nueva era en el siglo XX popularizó estas ideas, combinándolas con conceptos pseudocientíficos de energía cuántica y vibraciones universales. Según esta práctica, el aura refleja la salud y el equilibrio interno de una persona, y las perturbaciones en el aura pueden causar enfermedades o malestar.
Los métodos utilizados en la terapia de aura varían ampliamente. Algunos terapeutas afirman “ver” o “sentir” las irregularidades en el aura y usar técnicas manuales o herramientas como cristales y péndulos para restaurar el equilibrio. También se promueve el uso de meditación guiada y visualización como herramientas para limpiar el aura.
Perspectiva científica y crítica
Desde una perspectiva escéptica, la terapia de aura no tiene base en principios científicos verificables. Los campos energéticos que supuestamente forman el aura no han sido detectados mediante instrumentos o métodos científicos confiables. Además, las técnicas utilizadas en esta terapia no muestran efectos superiores al placebo en estudios controlados.
El efecto placebo, combinado con la atención personal y el ambiente relajante proporcionado por los terapeutas, puede explicar las sensaciones de bienestar reportadas por los practicantes. La relajación y la reducción del estrés, elementos comunes en las sesiones de terapia de aura, son beneficios que pueden lograrse igualmente mediante métodos comprobados como el ejercicio, la meditación o la psicoterapia.
La terapia de aura también enfrenta críticas por desviar a las personas de tratamientos médicos efectivos en favor de métodos no comprobados. Promover este tipo de prácticas como alternativas legítimas a la medicina basada en evidencia puede tener consecuencias negativas para la salud, especialmente en casos de enfermedades graves.