Caminar sobre brasas ¿milagro o termodinámica?

Muchas personas en todo el mundo están convencidas del gran poder mental que poseen aquellos que caminan sobre las brasas sin quemar sus pies. La realidad, sin embargo, es bastante distinta. Todos podemos andar sobre ellas siempre que no superemos un límite de tiempo.

El acto de caminar sobre las brasas viene de antiguo. Desde hace miles de años, se venía realizando como un ritual o acto religioso practicado por diversas culturas, desde la hindú hasta la bosquimana. Con los años, su significado ha ido cambiando en la mayor parte del globo y, en la actualidad, se recurre a tan extraña caminata como simple espectáculo, como demostración de un fenómeno paranormal o en extraños y acientíficos cursos de superación personal mediante Programación Neurolingüística.

El mito básico que rodea al acto de caminar sobre las brasas es esencialmente el mismo: El poder de la mente o del cuerpo humano impiden que se produzcan daños en los pies al pasar sobre el ardiente camino. Por tanto, de no tener el suficiente poder, los pies sufrirían las dolorosas consecuencias en forma de quemaduras.

La realidad, sin embargo, es menos romántica que la idea de los supuestos poderes de la mente humana. Las más básicas leyes de la física nos indican que lo que ocurre cuando alguien camina sobre las brasas no es un acontecimiento paranormal sino una simple y rutinaria lección de termodinámica. En esencia, todos hemos experimentado algo parecido alguna vez. Todos sabemos, por experiencia propia, que no es lo mismo tocar un metal caliente que un trozo de madera caliente. Nos quemamos mucho antes al tocar el metal que el trozo de madera. Esta propiedad de los materiales se denomina conductividad térmica o, lo que es lo mismo, la capacidad para transmitir el calor a otros materiales (como pueden ser los pies) puestos en contacto.

Además de la conductividad térmica, hay que tener en cuenta también la capacidad calorífica que es la cantidad de calor que necesita un determinado material para elevar su temperatura. De esta forma, hay materiales que necesitan más calor para aumentar su temperatura y otros que necesitan menos para la misma masa.

Cuando alguien camina sobre las brasas se dan varias circunstancias ideales que evitan que aparezcan quemaduras, siempre que el tiempo de contacto no sea lo suficientemente largo, por supuesto. Por un lado, las brasas de carbón poseen una conductividad térmica baja. Dicho de otra forma, las brasas de carbón tienen una capacidad pobre para transmitir el calor a otros objetos que entren en contacto con ellos y, por tanto, tardarán más en elevar la temperatura de éstos.

Por otro lado, más del 60% cuerpo humano (y eso incluye los pies) se compone de agua. El agua tiene una capacidad calorífica específica relativamente elevada o, lo que es lo mismo, necesita bastante calor para aumentar su temperatura. A eso también hay que añadir que el carbón vegetal es justo lo contrario, necesita poco calor para aumentar su temperatura.

De esta manera, cuando pies y brasas se ponen en contacto, lo que ocurre es que las brasas transmiten “torpemente” el calor (aunque estos ronden los 500 ºC), mientras que los pies (al ser en su mayor parte agua) necesitan bastante calor para aumentar su temperatura. La unión de estos dos factores principales lleva a una lógica conclusión: Puedes estar en contacto con las brasas durante un breve lapso de tiempo (unos cuantos segundos) hasta que los pies llegan a la suficiente temperatura como para provocar quemaduras.

Definir el tiempo exacto a partir del cual se producen quemaduras por el contacto con las cenizas ardientes es difícil de determinar, pues depende de otros muchos factores: Temperatura de las brasas, presencia de callos en los pies , sudoración, superficie de contacto… Pero, por lo general, prácticamente cualquier persona puede recorrer una distancia de 4 a 5 metros a la velocidad de una caminata normal. Eso sí, hay que procurar no correr o ejercer demasiada presión sobre las brasas, lo que puede hacer que los pies se hundan entre ellas, aumentando así la superficie de contacto y provocando que las quemaduras no tarden en aparecer en los pies. Los Cazadores de Mitos no tuvieron reparos en experimentar por ellos mismos este fenómeno termodinámico.

Hace unos años, un programa de la BBC llamado Tomorrow’s World se planteó comprobar los supuestos poderes paranormales de gente que alegaba ser capaz de no quemarse nunca al caminar sobre las brasas (sus explicaciones eran de lo más variopintas, desde ángeles protectores a superpoderes mentales…) Para ello, construyeron un sendero de brasas ardientes a 600ºC y de 18 metros de longitud. ¿El resultado? Todos los que caminaron sobre ellas se salían del camino a los 8 metros porque se quemaban. Y es que desconocer lo más básico de la termodinámica no sólo puede hacer que te creas un superhombre, también te puede dejar en ridículo ante millones de personas y provocarte unas hermosas quemaduras en los pies.

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Fotografían a “Nessie”… en Google Earth

Fotografían a “Nessie”… en Google Earth

Un usuario de Internet googleó al monstruo del Loch Ness, en Escocia, y lo habría encontrado gracias a las imágenes satelitales de Google Earth. Por el momento, se sabe que es una silueta de 19 metros, que tiene una suerte de aletas y cola, como las de un dinosaurio marino.

Al parecer, “Nessie”, como apodan a la mítica criatura, se habría asomado a la superficie del gélido lago escocés justo Jason Cooke, un guardia de seguridad, estaba navegando por Google Earth, según informó hoy el sitio inglés Daily Mail.

“No lo podía creer. Era tal cual las descripciones”, aseguró Cooke al sitio inglés The Sun.

nessyMientras tanto, los investigadores siguen desde 1933 el caso de la supuesta criatura prehistórica que habita en las profundidades del lago y se interesaron por las imágenes al considerarlas un documento que apoya la teoría.

“Es intrigante. Hay que hacer más estudios”, declaró Adrian Shine, un investigador del “Proyecto Lago Ness”. Por ahora, las imágenes pueden verse al ingresar la latitud 57º 12’52 13” N y la longitud 4°34’14.16 al oeste.

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Fotografían a “Nessie”… en Google Earth

Cómo no divulgar la ciencia: el caso de Rodolfo Garrido

La labor dentro de la divulgación de la ciencia requiere un buen entrenamiento. Es necesario conocer al menos una disciplina científica con la suficiente profundidad. El dominio básico de algunas de las técnicas periodísticas (prensa escrita, por ejemplo) es indispensable para poder comunicar al público de una manera efectiva el quehacer científico. Estos son al menos algunos de los requisitos básicos para poder aspirar a ser un buen comunicador.

En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) existe un diplomado en divulgación de la ciencia que ha tenido mucho éxito. Nunca lo he cursado, pero seguramente enseñen que un futuro divulgador científico debe leer las fuentes originales en cuanto a información científica se refiere (leer directamente los artículos originales publicados en las revistas especializadas). Otra de las cosas que seguramente han de enseñar es que un divulgador debe entender las limitaciones de la disciplina que comunica a su público, así como saber distinguir los conceptos científicos de los que no lo son.

Me han contado que en el diplomado se leen textos de divulgadores científicos famosos para conocer la manera adecuada para comunicar al público la ciencia. Asimismo, se consideran textos en los cuales se comunica de una manera pobre o poco adecuada la labor científica para que los futuros divulgadores sepan cómo no divulgarla. Con respecto a lo anterior, una posible recomendación para los encargados de dicho diplomado sería revisar los textos y espacios radiofónicos en que participa el ingeniero Rodolfo Garrido.

dfnwkxq3_160cqt4htc7_bGarrido mantiene un programa radiofónico titulado Fronteras del Conocimiento. En este espacio su conductor ofrece al público las últimas noticias científicas referentes a las más variadas disciplinas (Biología, Química, Física, Astronomía, etc.). A su vez se ofrecen entrevistas con científicos sobre algún tema en particular. Hasta aquí todo parecería ser miel sobre hojuelas.

Uno de los principales problemas es que Garrido no consulta las fuentes originales (los artículos científicos originales conocidos como papers), sino que accede directamente a las notas periodísticas resumidas por vaya a saber qué periodista. Si quien escribió la nota entendió mal el artículo original, el ingeniero y conductor del mencionado programa divulgará directamente la información con los errores de la fuente secundaria. Otro de los problemas es que para divulgar, por ejemplo, los últimos avances en Biología, el conductor no posee las credenciales necesarias: eso de intentar divulgar absolutamente toda la ciencia trae irremediablemente el problema de dar a conocer al público información parcialmente errónea debido a la falta de comprensión de quien divulga. En ese sentido, Garrido falla como divulgador: no intenta dar a conocer al público cómo funciona la ciencia o informar a su auditorio que hay muchas ideas pseudocientíficas que son un verdadero peligro.

El último punto anterior se explica bien: el señor Garrido trabaja para Jaime Maussán. La gente de ciencias considera abiertamente que este último señor trabaja con información pseudocientífica. Si realmente deseara convencer a la comunidad científica, sus trabajos deberían ofrecerse a revistas científicas especializadas para su revisión, discusión y aceptación o rechazo. Esto no ocurre. Las supuestas evidencias de visitas extraterrestres se transmiten en espacios televisivos comerciales que desean obtener mucho raiting. Así no podemos aceptar nada: los casos presentados de OVNIs se ven muy sospechosos y generan todo tipo de dudas. Bien sabe el ingeniero que si denunciara a los traficantes de la información pseudocientífica tendría que denunciar al propio Maussán.

En el programa de Los Grandes Misterios del Tercer Milenio, Garrido regularmente presenta reportajes sobre ciencia. El formato en el que éstos se presentan también deja mucho que desear. Hablar sobre astronomía requiere que un divulgador brinde la información de una manera breve y substanciosa, con palabras sencillas sin revolver la información. El error de Garrido es hablar sobre ciencia intentando utilizar un lenguaje maquillado que pretende ser poético sin conseguirlo. Aunado a este error, mezclar conceptos científicos con temas pseudocientíficos como las Profecías Mayas termina con toda esperanza de obtener un buen reportaje de corte científico.

Divulgar la ciencia requiere de talento y algo de maña. No tener las nociones precisas para llevar a cabo tan loable labor condena a la ciencia y al propio divulgador a una pobre o nula comprensión de la información por parte del público no especializado.

Publicado originalmente en http://piedrasfalacesdemarrakech.blogspot.com/

El mito de la combustión humana espontánea

El mito de la combustión humana espontánea

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Uno de los eventos que mayor entusiasmo provocan en los devotos de lo paranormal es la Combustión Humana Espontánea (CHE). Un cuerpo humano, vivo o no, espontáneamente comienza a arder, sin que se conozca el motivo, hasta consumirse casi por completo. A pesar de lo extraño que puede parecer, desde el siglo XVII hasta hoy se han documentado decenas de casos de Combustión Humana Espontánea. ¿Tiene la ciencia una explicación satisfactoria para este evento?

La Combustión Humana Espontánea (CHE, aunque muy frecuentemente se la cita como SHC, por Spontaneous Human Combustion), es uno de los eventos favoritos de los que se hablan en las reuniones de aficionados a lo paranormal. Por lo general, un evento CHE consiste en una víctima que, de forma inesperada, estalla en llamas. El fuego aparece bruscamente y sin que haya una causa evidente del origen del mismo. Suele afirmarse que es muy intenso pero extremadamente localizado y que, en muy poco tiempo (minutos o incluso segundos), destruye casi por completo el cuerpo, que queda reducido a un pequeño montón de cenizas grisáceas. Todo ocurre tan rápido que, en general, la víctima no tiene siquiera posibilidad de pedir o de recibir alguna clase de ayuda de otra persona.

Una de las cuestiones más inquietantes que condimentan las historias relacionadas con la Combustión Humana Espontánea es que los objetos ubicados en al proximidad del cuerpo que arde resultan casi siempre indemnes, incluyendo algunos tan combustibles como muebles de madera, periódicos o incluso cajas de cerillas. En algunos casos, ni siquiera la ropa que viste la persona en el momento de entrar en combustión resulta totalmente quemada. Otra particularidad de esta clase de eventos es que el fuego parece concentrarse en tórax de la víctima y, por lo general, las piernas, los pies y en ocasiones los brazos, son relativamente poco dañados. En el lugar del hecho suele encontrarse una capa hollín grasiento depositada sobre las paredes y el techo.

El primer caso registrado data de 1673. Un ciudadano de París, cuyo nombre no ha sido incorporado a los anales de la historia, “fue reducido a una pila de cenizas y unos pocos huesos de los dedos, pero la cama de paja en la que murió quedó intacta”, tal como cita Garth Haslam en su libro Spontaneous Human Combustion: Brief Reports in Chronological Order. Todo resulta tan impresionante que, como no podría ser de otra forma, Hollywood ha utilizado la CHE como parte del argumento de muchas películas.

Si bien el origen de las llamas, que aparecen espontáneamente, puede ser a priori bastante difícil de explicar, más complicado aún resulta que un cuerpo se queme hasta quedar reducido a cenizas. El cadáver de una persona es muy difícil de quemar ya que -recordemos- el 70% de nuestro organismo no es otra cosa que agua. Podemos tomar como referencia lo que ocurre dentro de un horno crematorio: dispositivos que, aun funcionando a temperaturas comprendidas entre los 760 y los 1100 °C a lo largo de dos a tres horas, no logran destruir por completo un cadáver. En estos hornos queda, en general, algunos kilogramos de residuos sólidos y trozos de huesos que necesitan ser sometidos a un tratamiento del tipo mecánico para integrarlos con las cenizas. Lógicamente, todo esto conspira para que la gente se imagine fuerzas oscuras y aterradoras como causa del fenómeno.

Sin embargo, y por difícil que parezca, la mayoría de los casos de Combustión Humana Espontánea (al menos los que están correctamente documentados) tienen una explicación satisfactoria desde el punto de vista científico. Cuando decimos “correctamente documentado” estamos descartando aquellos casos que solo contienen información de segunda, tercera o cuarta mano, y muy vaga. Lo primero que hay que destacar es que nadie jamás vio una persona comenzar a arder espontáneamente. A lo largo de la larga historia de este fenómeno, siempre se han reportado casos en que la víctima está sola y -en consecuencia- no hay testigos. El efecto existe, y hasta se ha reproducido a voluntad, utilizando cadáveres de animales, pero jamás el fuego comienza sin un agente externo.

Uno de los casos históricos más recordados es el que ocurrió a la condesa Cornelia Di Bandi de Cesena, de 62 años de edad, en 1731. Los restos de esta mujer fueron descubiertos por su doncella, en el piso de su dormitorio, cuando fue a despertarla por la mañana. La condesa había sido reducida a una pila de cenizas “grasientas y malolientes”, pero sus piernas y los brazos estaban prácticamente intactos. Las paredes de la habitación, como ocurre casi siempre en estos casos, estaban cubiertas de hollín, y la cama que se encontraba en el cuarto no había sufrido daños. En el piso se encontró una lámpara de aceite vacía, también cubierta de cenizas. Este caso se hizo famoso al ser citado posteriormente por Charles Dickens, y contiene prácticamente todos los elementos que luego se repetirán (una y otra vez) en casi todos los casos de combustión humana espontánea.

A lo largo de los siglos XVIII y XIX hubo pocos casos de CHE. A mitad del siglo XX, la combustión humana espontánea fue puesta nuevamente sobre el tapete a partir del caso de Mary Reeser, que tuvo lugar en St. Petersburg (Florida) el 2 de julio de 1951. La señora era una viuda de 37 años de edad, bastante obesa, que fue encontrada reducida a cenizas. Lo único que se mantenía en pie era… su pie izquierdo (je). También se habían quemado el sillón donde estaba sentada y una mesa y lámpara cercanas. El resto del departamento no sufrió daños. Un detalle interesante fue aportado por su hijo: la noche anterior Reeser tomó dos cápsulas de Seconal (un barbitúrico) y fumaba un cigarrillo. El caso se conoció como “el misterio de la mujer-ceniza”, y el reporte policial determinó que “una vez que el cuerpo empezó a arder, la casi completa destrucción ocurrió por la combustión de sus propios tejidos grasos”.

En casi todos los casos registrados, la combustión espontánea ocurre dentro de lugares cerrados. Generalmente en el dormitorio de la víctima, que se encuentra sola (y ha permanecido así durante varias horas). Nunca se han reportado testigos, y nadie ha llegado en el instante preciso para ver a la persona arder. Las quemaduras son mucho más severas que en un incendio normal, y casi siempre las víctimas terminan reducidas a cenizas. Además, las quemaduras por Combustión Humana Espontánea no se distribuyen uniformemente en el cuerpo. Los objetos situados alrededor suelen quedar relativamente indemnes, aunque los que se encuentran un metro o más por el nivel del piso (como las tapas plásticas de los interruptores eléctricos), son los que resultan más dañados. Y, como dijimos, el piso, techo y paredes de la habitación están frecuentemente cubiertos por una capa de “un hollín grasiento y maloliente”.

Las víctimas también constituyen un grupo con características interesantes. La gran mayoría son mujeres, casi siempre obesas o con sobrepeso. Una gran proporción son alcohólicas, de edad avanzada o con enfermedades crónicas. Muchas de las víctimas son fumadoras, y fumadoras de hábitos desordenados. Da la impresión que son personas que naturalmente poseen un gran riesgo de morir, ya sea por combustión o por cualquier otra causa.

La mitología que rodea la SHC dice que la víctima estalla en llamas bruscamente y que es consumida en un lapso de tiempo muy corto. Sin embargo, la ausencia de testigos contradice este hecho. Es posible que los entusiastas de la combustión consideren como prueba de esto que la víctima no llega a pedir ayuda, pero si la persona que va a ser quemada se encuentra alcoholizada o inconsciente por culpa de los barbitúricos, o cualquier otra causa, es altamente improbable que pueda pedir auxilio de modo efectivo. En caso de que logre pedir ayuda y ésta llegue a tiempo, descubriendo por ejemplo que la persona estaba fumando en la cama, es obvio que nadie pensará en Combustión Humana Espontánea.

Una de las teorías más aceptadas que pueden explicar la Combustión Humana Espontánea es el “efecto mecha”. En ella, la ciencia afirma que una persona puede resultar completamente quemada utilizando su propia grasa corporal como combustible, luego de que ha sido encendida de forma intencional o por accidente. El cuerpo humano vestido es básicamente una vela en la que la fuente de combustible (grasa) está dentro y mecha (las ropas de la víctima) en el exterior. Al comenzar la combustión, se produce un suministro constante de combustible originado en la grasa que se derrite y empapa las ropas. Las cadenas hidrofóbicas contenidas en la grasa animal contienen una gran cantidad de energía.

La BBC utilizó un cerdo muerto envuelto en una manta como “modelo” para probar la teoría del efecto mecha. Colocaron el animal dentro de una habitación simulada y se vertió una pequeña cantidad de combustible sobre la manta para que actúe como acelerante. Una vez encendida, los investigadores registraron una temperatura de unos 800ºC que se mantuvieron a lo largo de todo el experimento. A medida que las llamas quemaban la piel del cerdo, su grasa subcutánea se derretía y escurría hacia la manta. El mobiliario de alrededor no sufrió prácticamente daños, aunque el calor alcanzó a fundir la carcasa de plástico de un televisor situado sobre un mueble. El fuego, apagado de forma manual para dar final al experimento, duro más de 7 horas, a lo largo de las cuales la mayor parte del cuerpo del cerdo había sido reducido a cenizas.

La BBC demostró que las llamas nunca superaron los 50 centímetros de alto, por lo que el fuego no afecto los muebles cercanos. El fuego, a pesar de su relativamente baja temperatura (menor a la de un horno crematorio), ardió durante un largo período de tiempo al ser alimentado por la propia grasa corporal de la “víctima”. Además, explica por qué los electrodomésticos situados sobre algunos muebles se queman: el fuego calienta continuamente el aire y produce una corriente de convección, lo suficientemente caliente como para derretir plástico.

El mito de la Combustión Humana Espontánea es uno que muestra lo sencillo que resulta crear una fábula paranormal. Basta con suprimir algunos datos y falsear, exagerar e interpretar sesgadamente otros. Como diría Mulder, “la verdad está afuera”, pero a veces es más cómodo inventarse una que molestarse en buscarla. Una verdadera lástima.

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El MoD desclasifica archivos ovni

A mediados de la década de los años 90, el número de reportes sobre la observación de ovnis aumentó considerablemente. Muchos dijeron que vieron luces extrañas moviéndose en el cielo, eventos que parecían desafiar cualquier explicación científica.

En uno de los incidentes, aviones de combate fueron enviados al norte del Bélgica para interceptar una serie de raras luces divisadas entre 1989 y 1990. Los radares detectaron algo, pero hasta ahora nadie ha podido explicar de qué se trataba.

Sin embargo, en los documentos desclasificados los investigadores británicos concluyen que detrás de algunos de los casos había una razón lógica.

David Clark, un experto de la Universidad Hallam de Sheffield que tuvo acceso a los archivos del ministerio de Defensa, dijo a la BBC que, por ejemplo, el avistamiento de un ovni en Cosford (sur de Inglaterra) en 1993 fue atribuido a una nave rusa.

“Lo que la gente vio fue el fragmento de un cohete Cosmos 2238 que colocó un satélite en órbita y reingresaba a la atmósfera. La NASA (la agencia espacial estadounidense) recreó el evento y quedó claro que sucedió así”, dijo Clark.

El “Roswell británico”
En cambio, los documentos no arrojan nueva luz sobre el más famoso avistamiento de ovnis en el Reino Unido, ocurrido en 1980 en Rendlesham Forest, en el sudeste de Inglaterra, y que ha sido comparado con el famoso caso Roswell en Estados Unidos.

En aquel momento, miembros de la fuerza aérea estadounidense divisaron fuertes luces y detectaron radiactividad en sus instrumentos. Pero el reporte oficial del ministerio de Defensa británico, finalizado en 1995, concluyó que el incidente no representaba amenaza alguna para la seguridad del país.

Esa serie (“Los expedientes X”) jugó un papel importante (…) contribuyó a que las autoridades recibieran más reportes
David Clark, Universidad Hallam de Sheffield
“Llegaron a esa conclusión simplemente porque el avistamiento fue reportado dos semanas después de sucedido. No se indagó qué pasó realmente”, explicó Clark.

De hecho, muy pocos de los incidentes fueron investigados por las autoridades del Reino Unido, a pesar que su número se disparó de 117 en 1995 a 609 en 1996.

Según Clark, el aumento en la cifra de avistamientos se debió más al éxito de un programa de televisión, “The X-Files” (“Los expedientes X”), que a un creciente interés de los alienígenas en conquistar la Tierra.

“Esa serie jugó un papel importante, porque hizo que el público estuviera más enterado del fenómeno ovni y del hecho real de que el gobierno estaba investigando secretamente el tema. Sin duda, contribuyó a que las autoridades recibieran más reportes de ovnis”, dijo el investigador de la Universidad Hallam de Sheffield.

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Platillos volantes de color plata oscuro y parte inferior incandescente, extraterrestres con cabeza en forma de limón, un ovni sobre el escenario del Festival de Glastonbury… El Ministerio de Defensa británico ha desclasificado una nueva entrega de sus archivos secretos relacionados con la visión de objetos voladores no indentificados y el supuesto contacto con alienígenas desde 1993 a 1996. Frente a esos fantásticos relatos, Defensa mantiene que “no hay evidencia en absoluto que sugiera que vida inteligente del espacio exterior o naves alienígenas han aterrizado en nuestro planeta”.
En 1995, dos jóvenes irrumpieron por la noche en una comisaría rural de Inglaterra. Habían visto un ovni volando sobre un campo. “Su piel se puso de un rojo vivo”, escribió el inspector en su informe, “vieron un objeto plateado oscuro con forma de platillo invertido, que estaba incandescente por debajo. El objeto tenía un altura de cuatro casas y estaba a 40 pies sobre ellos. Entonces, aunque reacios, siguieron andando hasta que una voz que procedía de una cabeza con forma parecida a un limón que apareció por debajo de la máquina, les dijo ‘os queremos, venid con nosotros’”. Los jóvenes marcharon corriendo. Cuando al día siguiente los agentes fueron al lugar del supuesto aterrizaje se encontraron con un granjero que aseguró haber estado todo el tiempo trabajando en el campo sin haber visto nada inusual.
Éste es uno de los más de 800 casos extraños registrados entre 1993 y 1996, con informes que superan el total de cuatro mil páginas, publicados ahora por el Ministerio de Defensa y los Archivos Nacionales. Desde mayo del año pasado, las autoridades británicas han realizado ya cuatro entregas de este tipo de documentación.
¿El cine estimula la imaginación?
El año en que más testimonios se recogieron fue 1996 (se avistaron ovnis en 609 ocasiones, frente a las 117 del año anterior), precisamente cuando se produjo el estreno de la película “Independence Day” y la serie “Expediente X” alcanzaba las mayores cotas de popularidad en el Reino Unido. Algo parecido ya había sucedido en 1978, coincidiendo con la proyección en los cines de “Encuentros en la tercera fase”, de Spielberg.
Entre los incidentes registrados están el testimonio de dos chicas que en 1994 aseguraron haber visto un ovni sobre el escenario del Festival de Glastonbury. Cuando se volvieron a las personas que estaban a su lado para verificar lo que habían visto, “nadie se había fijado o no le habían dado importancia”.
Durante más de seis horas, una treintena de personas en el centro de Inglaterra vieron en 1993 una serie de luces brillantes, lo que llevó al Ministerio de Defensa a abrir una investigación. Finalmente se concluyó que había sido un cohete ruso que volvía a la atmósfera después de haber puesto en órbita un satélite.
Otra investigación trató de encontrar explicación a la visión que varias personas habían tenido en 1993 y 1994 de un objeto oval sobre Londres. Quedó establecido que se había tratado de un avión de Virgin que había sobrevolado la ciudad para nunciar el lanzamiento de Ford Mondeo.

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Extraterrestres con cabeza en forma de limón o misteriosos resplandores sobre un cementerio son algunas de las historias más peculiares que se pueden encontrar en los dosiers sobre ovnis que el Ministerio de Defensa británico ha desclasificado este lunes.

Los archivos desclasificados corresponden a casos ocurridos entre 1981 y 1996, los cuales demuestran que el número de avistamientos aumentó significativamente tras el estreno de películas de ciencia ficción como Independence Day o la de la serie Expediente X.

De entre los 800 avistamientos y encuentros registrados en el mencionado periodo, uno de los relatos más intrigantes es el de dos niños que afirmaron hablar con un marciano con cabeza en forma de limón, el cual apareció de repente frente a los jóvenes el 4 de mayo de 1995 en una nave más grande “que cuatro casas”. “Os queremos, venid con nosotros”, son las supuestas palabras que pronunció el ser de otro planeta.

Rayos láser

Otro incidente registrado en los archivos, ocurrido el 15 de julio de 1996, es el de un ovni que planeaba encima de un cementerio en Widnes, en el noroeste de Inglaterra, el cual emitía rayos láser hacia el suelo.

Así pues, según los archivos, en el 1995 se registraron en el Reino Unido 117 casos de avistamientos, mientras que al año siguiente y coincidiendo con el estreno de Independence Day, el número aumentó hasta los 609.

“Es evidente que hay una relación entre las historias que aparecen en los medios de comunicación y el número de casos sobre avistamientos”, ha comentado el experto en ovnis David Clarke. Antes de 1996, el año más productivo en este tipo de sucesos fue 1978, cuando se estrenó Encuentros en la tercera fase.

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En fechas recientes el Departamento Nacional de Archivos y el Ministerio de Defensa Nacional de Gran Bretaña publicaron documentos sobre avistamientos de OVNI (objetos voladores no idefntifcados) por parte de civiles y militares.

Según se informa, las autoridades ingleses han publicado archivos que constan de 4 mil páginas y 800 casos, registrando los avistamientos de OVNI entre 1981 y 1996. El rotativo alemán Gráficas publica los siguientes extractos:

El 4 de mayo de 1995 dos jóvenes en la zona Chasetown fueron atraídos por un gran oleaje caliente de aire. Al llegar cerca a la fuente del oleaje descubrieron un objeto rojo en forma de disco. Según registro de la policía, un extraterrestre con la cabeza en forma de limón salió del disco y dijo a estos dos jóvenes: “Los queremos, vengan con nosotros.”

El 15 de julio de 1996, un joven en la zona de Widnes vió en un necrópolis un OVNI volando en el aire y emitiendo una estela amarilla. El OVNI produjo sonidos hirientes y emitió haces de luces.

Aparte de las visualizaciones por parte de civiles, publican muchos avistamientos convincentes por parte de militares.

De noviembre de 1989 a abril de 1990 las Fuerzas Aéreas de Belga enviaron su caza F-16 a patrullar el espacio con objeto de captar mensajes de ondas de OVNI. El general belga Wilfried de Brouwer pidió ayuda al departamento correspondiente de Gran Bretaña diciendo que “el enigma aún no está aclarada.”.

En diciembre de 1980 en la zona Woodbridge, las fuerzaas aéreas de EEUU informaron varias visualizaciones de OVNI, diciendo que habían visto volar cerca de una base aérea de Gran Bretaña un objeto triángular metálico. El comandante de esas fuerzas ordenó a sus subordinados que trataran con seriedad el avistamiento.

En mayo de 1993 en Wales y en el sur de Gran Bretaña 70 testigos, incluidos policías y militares, vieron un gran OVNI que voló a baja altura y emitió sonidos. La gente especulaba que se trataba de Aurora, avión espía de EEUU. Pero este tipo de avión es un aparato supersónico que vuela a gran altura y no a ras de tierra.

Gráficas informó que después de muchos avistamientos el Ministerio de Defensa Nacional de Gran Bretaña emitió en la década 80 un orden confidencial de derribar los OVNI. (Pueblo en línea)

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El gobierno británico puso el lunes a disposición pública todos los documentos relacionados con uno de los artículos más famosos de avistamiento OVNI en Gran Bretaña, el llamado “Incidente del Bosque de Rendlesham”, de diciembre de 1980.

Los documentos forman parte de más de 4 mil páginas colocadas en la internet por los Archivos Nacionales, una agencia del ministerio de Justicia, en las que se habla de 800 avistamientos en las décadas de 1980 y 1990.

En los últimos tres años, el Ministerio de Defensa ha estado divulgando gradualmente documentos previamente secretos sobre el fenómeno OVNI, ante solicitudes presentadas bajo la ley de Libertad de Información.

Los archivos sobre Rendlesham contienen el recuento del teniente coronel de la Fuerza Aérea estadounidense Charles Halt sobre el hecho, que ha sido conocido por el público desde hace años.

Incluye las conclusiones de una investigación oficial británica y una carta de un ex jefe de las fuerzas armadas en la que pidió a las autoridades a tomar mas seriamente el asunto OVNI.

Halt reportó que dos soldados había notado “luces inusuales” aproximadamente a las 3 a.m. en los bosques en las afueras de la entrada de RAF Woodbridge, una base militar estadounidense en el este de Inglaterra. Escribió que las patrullas enviadas a investigar dijeron haber visto “un extraño objeto encendido” en el bosque.

El objeto triangular metálico “iluminaba todo el bosque con una luz blanca”, escribió Halt.

Al día siguiente, los investigadores encontraron depresiones en el suelo y una radiación inusual. Esa noche, muchos testigos, incluyendo el propio Halt, vieron una “luz pulsante como un sol rojo” entre los árboles, la que se dividió en cinco objetos blancos iluminados que desaparecieron de inmediato.

El ministerio de Defensa no pudo ofrecer una explicación definitiva sobre lo que reportaron los miembros de la Fuerza Aérea, pero tampoco encontró evidencia de “una amenaza a la defensa del Reino Unido”.

Nada se registró en los radares y “no hubo evidencia de que algo hubiese violado el espacio aéreo estadounidense y aterrizado cerca de RAF Woodbridge”.

Una misiva de 1983 en el expediente dado a conocer propone una posible explicación que involucra una combinación del faro de Orford Ness, cercano al lugar, una bola de fuego y estrellas brillantes.

En lo que corresponde al ministerio británico, el caso quedó resuelto, pero no todo el mundo está de acuerdo.

Una carta de 1985 firmada por Lord Hill-Norton, ex jefe de las fuerzas armadas británicas, al entonces ministro de Defensa Michael Heseltine, se quejó de que el “desconcertante e inquietante episodio” no hubiese recibido una explicación apropiada.

Hill-Norton dijo que si el avistamiento era genuino, “el espacio aéreo y el territorio británico son vulnerables a intrusiones de un nivel perturbador”.

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El gobierno del Reino Unido, se dispone, este lunes, dar a conocer documentos donde se pueden comprobar posibles Objetos Voladores No Identificados, llamados comúnmente, ovnis.

En los años ´90 fueron observados gran número de ovnis, describiéndolos de distintas maneras, pero la más coincidente fue “el movimiento de extrañas luces girando de distintas maneras en el cielo”, y que científicamente fue imposible explicar las apariciones.

En Bélgica, dentro de la misma década, se enviaron aviones de combate hacia el norte del país para investigar luces que detectaron los radares, es el día de hoy, que no se dio ninguna explicación al respecto, aunque expertos británicos manifestaron que “había una razón lógica”.

David Clark, de la Universidad Hallam de Sheffield, logró acceder a los archivos del Ministerio de Defensa declarando a un medio de comunicación que “el avistamiento de un ovni en Cosford, al sur de Inglaterra, en 1993 fue atribuido a una nave rusa”.

“Lo que la gente vio fue el fragmento de un cohete Cosmos 2238 que colocó un satélite en órbita y reingresaba a la atmósfera. La NASA recreó el evento y quedó claro que sucedió así”.

Sin embargo documentaciones del más famoso avistamiento de ovnis en el Reino Unido, ocurrió en el año 1980 en Rendlesham Forest, al sudeste de Inglaterra, y que fue comparado con el caso Roswell en Estados Unidos.

Miembros de la fuerza aérea de los Estados Unidos observaron luces muy potentes y radioactividad en los instrumentos. En 1995, el ministerio de Defensa británico, en su reporte informó que “el incidente no representaba amenaza alguna para la seguridad del país”.

David Clark indicó que “Llegaron a esa conclusión simplemente porque el avistamiento fue reportado dos semanas después de sucedido. No se indagó qué pasó realmente”.

Clark, continuó manifestando que “el aumento en la cifra de avistamientos se debió más al éxito de un programa de televisión, “The X-Files”, “Los expedientes X”, que a un creciente interés de los alienígenas en conquistar la Tierra”.

Y que “Esa serie jugó un papel importante, porque hizo que el público estuviera más enterado del fenómeno ovni y del hecho real de que el gobierno estaba investigando secretamente el tema. Sin duda, contribuyó a que las autoridades recibieran más reportes de ovnis”.

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