La medicina es algo que ha acompañado al hombre tal vez desde sus orígenes. En siglos pasados, los doctores no podían hacer nada más que sentarse junto a sus pacientes y verlos morir poco a poco. Pero las curas no son el destino final. Estamos en el principio de una era de predicción y prevención de enfermedades. ¿No es paradójico que la gente promueva la idea de gastar más dinero en el cuidado de su salud del lado “alternativo” en tiempos en los que la medicina y la farmacología están teniendo tan buenos resultados? ¿Debemos permitir que el misticismo en lo referente a la salud se quede con nosotros todavía más tiempo?

Al paso de los años se ha hecho un considerable esfuerzo para validar la naturaleza curativa de las terapias no ortodoxas. Aquí hay un ejemplo:

En 1986, “The Lancet” (el diario oficial de la Asociación Médica Británica) publicó los resultados de una prueba doble-ciega de los pólenes homeopáticos 30C (el término “30C” se refiere al grado de dilución más popular empleado para preparar mezclas homeopáticas. En éste caso significa que una medida por peso de polen ha sido mezclado con 1000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000 ó 1060 ó un novemdecillón de partes de agua destilada. Esto es equivalente a tomar un grano de sal y mezclarlo con la cantidad de agua que llenaría 10,000’000,000 ó diez mil millones de esferas del diámetro de nuestro sistema solar planetario.) En este caso, aparecía una reducción significativa en los síntomas del grupo homeopático, comparado con el grupo placebo. Sin embargo, un segundo examen del protocolo (por el Dr. Henri Broch, prominente autor y escéptico francés) reveló que el primer grupo había tomado antihistamínicos. El mismo año, otro estudio placebo-controlado intentó establecer la eficacia real de la homeopatía utilizando de Opio 15C y de Rábano 5C, mostró que los remedios eran efectivos solo en términos de signos no verificables. No se observó ninguna diferencia significativa entre el grupo homeopático, el grupo placebo, y los pacientes a los que no se les dio nada.

Esta no fue la primera desacreditación científica contra la homeopatía. Hubo, por ejemplo, un intento a gran escala para dar credibilidad a las teorías de Samuel Hahnemann en 1930 en Alemania. Para abrir el congreso de la Sociedad Homeopática y en el nombre del Fürer, el 8 de Agosto de 1937 Rudolf Hess ofreció el siguiente discurso en defensa de la homeopatía:

“La nueva Alemania considera políticamente necesario proceder con la verificación de todos los fenómenos. Sin embargo, ciertos científicos no han tenido empacho en atacar y rechazar no solo las nuevas terapias sino también otras cuyos orígenes vienen desde un distante pasado –como es el caso hoy en día con la homeopatía –sin siquiera hacer el esfuerzo de someter estas terapias a exámenes serios. Por esta razón, he tenido bajo mi protección el XII Congreso Internacional de Homeopatía en Berlín, para expresar el interés del Estado Nacional Socialista en todos los modos de terapias que sirven para la salud de las personas.”

Como resultado de esta intervención de alto-grado, aparecería un bien conocido homeópata, el Dr. Fritz Donner (asistido por un farmacólogo y un internista), le fue ordenado encontrar la prueba necesaria. Sin embargo, sus hallazgos no fueron publicados, y se retuvieron de la comunidad médica por muchos años. No fue sino hasta 1969 que una traducción del reporte Donner apareció en una revista francesa, y los resultados jamás fueron publicados en Alemania.

El Dr. Henri Broch, quien fue responsable por el reporte que salió a la luz, cita, entre otras cosas, dos cartas de Fritz Donner a, respectivamente, E. Unseld, presidente de la Asociación Alemana de Médicos Homeópatas, y H. Schöler, editor en jefe de la Allgemeine homöpathische Zeitung (Diarios General Homeopático). Estas confirman que todos los hallazgos de Donner fueron negativos, y que bajo presión tuvo que retener los resultados de su investigación. Como Donner mismo dijo (traducido del francés): “uno no puede informar a los homeópatas sobre la naturaleza real de la homeopatía, ni puede uno publicarlo en un diario homeopático. En la mejor tradición homeopática, cualquiera puede salir con las más brillantes absurdidades y serán publicadas; en contraste, los fundamentos de un importante remedio contra la difteria jamás serán publicados, y el investigador quien trabaja en estas fuentes será amenazado con su despido inmediato.”

El Reporte Donner habla por sí mismo, aunque su autor confiesa “he evitado al máximo mencionar en mi reporte cualquier cosa que pudiera ser demasiado fatal para la homeopatía”

Quienes respaldan la homeopatía contienden que este acercamiento “alternativo” puede hacer lo que las drogas no: el dar una sensación de confidencia y autoestima, el beneficio del cual será sentido tiempo después de que los “alópatas” (un término derogatorio aplicado por los homeópatas para los doctores ortodoxos) hayan tirado la toalla. Pero aún los análisis críticos de la teoría siguen fallando.

Muy citado es un estudio publicado en The Lancet en 1997, “¿Son los efectos clínicos de la homeopatía debidos a los efectos placebo? Un meta-análisis de las pruebas placebo-controladas”. Este parecía identificar un efecto positivo de los tratamientos homeopáticos comparados con los placebos. ¿Fue esto, al fin, una validación de la homeopatía? Una extensiva revisión Belga de las más recientes publicaciones en homeopatía, incluyendo ese meta-análisis en The Lancet, reveló serias debilidades en todos los estudios. En Octubre de 1998 un prominente grupo de investigación representando a los directores de las facultades de Medicina de Bélgica y los miembros de las Reales Academias de Medicina, concluyó en un reporte al gobierno nacional que su análisis de la literatura internacional en pruebas placebo-controladas de productos homeopáticos no muestran ninguna clara superioridad de los tratamientos homeopáticos sobre el placebo. Los estudios sujetos a requerimientos de calidad mínimos fueron constados ya sea como negativos o positivos pero el peso recaía en los defectos metodológicos que no permitieron conclusiones definitivas. Además, un número de resultados positivos no pudo ser confirmado por equipos independientes –un importante factor en la evaluación objetiva de la ciencia en general y particularmente de la medicina. La revisión publicada en The Lancet, aunque siguió una metodología rigurosa, no permitió tampoco ninguna conclusión, porque no respetó el principio de la homogeneidad patológica y de tratamiento que es esencial para el meta-análisis.

En su “Position Paper on Homeopathy” de 1994, el Dr. William T. Jarvis, profesor de medicina preventiva en la Universidad de Loma Linda y presidente del Consejo Nacional Contra el Fraude hacia la Salud de los Estados Unidos (NCAHF – U.S. National Council Against Health Fraud) escribió:

“La homeopatía fue divisada por el médico alemán Samuel Hahnemann (1755-1843) como una reacción a las prácticas basadas en la antigua teoría humoral la cual él llamó “alopatía”. Este término ha sido incorrectamente empleado para llamar a la medicina regular desde entonces. Los principios cardinales de la homeopatía incluyen que:

1) La mayoría de las enfermedades son causadas por un desorden infeccioso llamado el psora.
2) La vida es una fuerza espiritual (el vitalismo) la cual dirige la curación del cuerpo.
3) Los remedios pueden ser discernidos notando los síntomas que las substancias producen en sobredosis (probación), y aplicándolos en condiciones con síntomas similares en dosis de altas diluciones (Ley de la Similitud).
4) Los remedios se hacen más efectivos con mayor grado de dilución (Ley de los Infinitesimales) y se vuelven más diluidos cuando los contenedores son golpeados con la talón de la palma de la mano o con una almohadilla de piel (potencialización).

“Los principios de la homeopatía han sido refutados por las ciencias básicas como la química, la física, la farmacología, y la patología. La homeopatía pertenece junto con las definiciones del diccionario de una secta o un culto –las características de las cuales previenen los avances que podrían cambiar los principios de Hahnemann. La mayoría de los estudios homeopáticos son de pobre calidad metodológica, y son sujetos a prejuicios por quienes los conducen. Las etiquetas de los productos homeopáticos no proveen información suficiente para juzgar sus dosis. Aunque generalmente se piensa que los remedios homeopáticos son no-tóxicos debido a sus altas diluciones, algunas preparaciones han sido probadas como peligrosas. El ostensible valor de los productos homeopáticos puede ser más que un efecto placebo porque algunos de sus productos han contenido cantidades efectivas de medicamentos regulares o han sido adulterados. El mercado de los productos y servicios homeopáticos cabe perfectamente en la definición de curanderismo establecida por un comité de la Casa de Representantes de los Estados Unidos que investigó el problema (o sea, la promoción de “esquemas o remedios médicos conocidos como falsos, o que no han sido probados, por ganancias monetarias”.) El Acto de Comida, Droga, y Cosmética de los Estados Unidos lista a la Farmacopea Homeopática de los Estados Unidos como un compendio reconocido, pero este estatus fue debido a influencia política y no por mérito científico (tal y como lo menciono en otro escrito anterior en este mismo foro.) La Administración de Droga y Comida de los Estados Unidos no ha requerido que los productos homeopáticos cumplan la eficacia de los requerimientos aplicados a todas las otras drogas, creando así un inaceptable doble estándar para el mercadeo de medicinas. La Federal Trade Comission no ha tomado acción contra la promoción y comercialización de los productos homeopáticos, aún así que claramente no cumplen con los estándares de publicitarse sin engañar que se aplican generalmente a las medicinas. Las autoridades postales no han enjuiciado por fraude a los promotores de productos de órdenes por correo que hacen afirmaciones no comprobadas. Tres estados de los EEUU han establecido consejos de licenciatura homeopática. Algunos de estos han sido administrados por médicos sueltos con un historial de dificultades con previos consejos de licenciaturas médicas.”

Los proponentes de métodos de curación alternativa han usado todo tipo de técnicas para ganar lo que ellos creen es una bien merecida credibilidad científica por sus disciplinas. Algunos de ellos han tratado de hacer estudios doble-ciegos de la efectividad de la homeopatía, con variados grados de éxito. La mayoría se ha basado en testimonios de pacientes. Pero, por la mayor parte, han hecho esto haciéndolo parecer científico mediante el uso de jerigonza científica para explicarlo.

Uno de los ejemplos clásicos de esto fueron los experimentos hechos por la revista Nature en 1988 sobre la “memoria molecular del agua”. Básicamente, el INSERM, un laboratorio francés, buscó investigar si el agua pudiese de alguna manera “recordar” los compuestos con los que fue mezclada y luego diluida. Esto podría, claro está, proveer una base “científica” para la “Ley de la Sucusión,” la cual como algunos científicos apuntan, conduce al cientificismo absurdo, ya que como alguien ha dicho, “el remedio más efectivo podría ser el tomar una gota de la sustancia y entonces mezclarlo en el Lago Erie.”

Este laboratorio particular, cuyo trabajo ha sido patrocinado por homeópatas franceses (de hecho, la Boiron Pharmaceutical Company, el productor principal de productos homeopáticos), buscaron investigar si el agua podría de alguna manera recordar compuestos después de haber sido mezclada con ellos y luego diluída, y se dieron a la tarea de hacer una serie de pruebas “in vitro” del agente anti-IgE (un anticuerpo) en la sangre humana. Sus resultados fueron publicados en la revista Nature con la provisión de que el editor, Sir John Maddox, pudiera enviar un equipo de investigadores para ver la realización de unas series típicas de las pruebas anti-IgE en el laboratorio. Otros laboratorios independientes subsecuentemente fallaron en el intento de duplicar este resultado pero ya era demasiado tarde porque la nota ya había sido publicada en Nature, así que después se publicó un artículo señalando el fallo de los demás laboratorios de replicar el experimento, como nota final sobre el asunto. Esta pieza desacreditadora se escribió después de que el equipo de tres investigadores enviado por Nature demostró que tampoco el laboratorio francés pudo tener éxito al aplicarse correctamente las pruebas doble-ciegas. Otro articulo subsecuente publicado en Nature mostró el fallo de duplicar el exitosamente experimento por un prominente laboratorio independiente.

Estos días de empresarios de la salud vienen y van, y muchos de ellos amasan increíbles fortunas antes de que dejen el teatro de la pseudo ciencia. Existen más de 1,300 entradas en la siempre cambiante lista de terapias ofrecidas por estos autoproclamados gurus, que van desde la “curación ausente” y la “aromaterapia” hasta la “curación por amor” y la “saludteología”, “Mahikaro” y “Ciencia Marma”, “análisis de la red espinal”, “medicina psiónica”, “radiestesia”, “renacimiento”, la “medicina vibracional”, el “Zen”, la “Técnica Alexander”, y muchas más.

El método tradicional para hacer diluciones homeopáticas es mediante la sucesiva dilución del “ingrediente activo” 1 a 10, y repetir. Una dilución de una a diez podría ser referida como “1X” pero NUNCA es utilizada.

Diluir una parte de una solución 1X es 10 partes de agua, nos dará una en cien, o una dilución “2X”.

Entonces por ejemplo, una dilución “6X” tiene una parte de ingrediente activo diluida en 1,000,000 de partes de agua.

Sin embargo, el método más popular y “moderno” de dilución es poner una parte de ingrediente activo en 100 partes de agua para obtener una solución “1C”, y luego proceder como se indica arriba.

Diluir nuevamente la solución 1C, nos da una dilución “2C”, o lo que es lo mismo, 1 parte de ingrediente activo con 10,000 partes de agua. Y por supuesto, una dilución “3C” es 1 por 1,000,000 de partes de agua. Y así sucesivamente.

Entonces las diluciones “6C” y “30C” son respectivamente, 1 parte por 1,000,000,000,000 partes de agua, y 1 parte por 1,000,000,000,000,000,000,000,000,000, 000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000 partes de agua.

Los que no somos entendidos en estos menesteres pensamos que una dilución 6C es igual a una dilución 12X, pero esto no es así, porque se hacen de diferente manera. La misma cantidad de “ingrediente activo” está ahí (o más bien no está ahí) pero las afirmaciones terapéuticas no son las mismas.

Por esta razón, la mayoría de las preparaciones homeopáticas se hacen hoy en día con “potencias” de 10X, y 30X, y 100X para CADA INGREDIENTE.

Esto significa que parte de la preparación tiene una concentración de una parte del “ingrediente activo” en 10,000,000,000 partes de agua y otra parte tiene una concentración de 1 parte en 1,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000 partes y una tercera parte tiene una concentración de 1 parte en 10,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000, 000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000 partes de agua!!

Claro que después de 23 de tales diluciones (1 parte por 100,000,000,000,000,000,000,000 partes) solo hay posibilidad de que un átomo/molécula de ingrediente esté presente(el número de Avogadro mencionado en el mensaje original)…por eso el arsénico, el plomo, y el mercurio, muchas veces son usados como “ingredientes activos” en preparaciones homeopáticas. ¡¡Simplemente no están presentes!!

El “Oscillococcinum”, como lo mencioné también, tiene una dilución de 1 parte de ingrediente activo con 10,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000, 000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000, 000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000, 000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000, 000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000, 000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000, 000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000, 000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000 partes de agua!!!!

Fuente: Pendiente