No se si sea teoría alternativa pero encontré una teoría de un loco que dice que las moléculas de agua entinden el japonés o algo así. ahí les va.
http://www.milmilenios.org.ar/escdanzas2.htm
No sé si sea teoría alternativa
Moderador: Moravec
No sé si sea teoría alternativa
La única iglesia que ilumina es la que arde.
Txus di Fellatio
Txus di Fellatio
Mmmm, interesante, interesante. Es la primera vez que leo dos líneas de un párrafo y al instante descubro que el mensaje del texto será una sarta de babosadas y misticismo.
Soy un curioso en mi universidad y me meto en todos los laboratorios de investigación científica que me voy encontrando. He encontrado expertos que han trabajado muchísimos años con fluidos (incluyendo por supuesto, agua) y nunca jamás les han podido demostrar que el agua ni otras sustancias tienen sentimientos o reacciones ante éstos.
El problema es que sustancias como el agua no son entes, sino compuestos químicos comunes y corrientes. Estos tipos como Emoto afirman que el amor, el coraje y todo lo que los humanos expresamos son propiedades energéticas del Universo que pueden ser manipuladas y enviadas a favor o en contra de algo. La verdad es que todos esos sentimiento humanos son producto de una gran gama de sustancias neuroqiímicas que produce nuestro organismo. Hasta ahí.
Muchas de las fotos de estos tipos son otra cosa: imágenes microscópicas hasta de copos de nieve o modelos que explican cierto tipo de fractales. Todo esto no es teoría alternativa, sino sandez alternativa.
Saludos
Soy un curioso en mi universidad y me meto en todos los laboratorios de investigación científica que me voy encontrando. He encontrado expertos que han trabajado muchísimos años con fluidos (incluyendo por supuesto, agua) y nunca jamás les han podido demostrar que el agua ni otras sustancias tienen sentimientos o reacciones ante éstos.
El problema es que sustancias como el agua no son entes, sino compuestos químicos comunes y corrientes. Estos tipos como Emoto afirman que el amor, el coraje y todo lo que los humanos expresamos son propiedades energéticas del Universo que pueden ser manipuladas y enviadas a favor o en contra de algo. La verdad es que todos esos sentimiento humanos son producto de una gran gama de sustancias neuroqiímicas que produce nuestro organismo. Hasta ahí.
Muchas de las fotos de estos tipos son otra cosa: imágenes microscópicas hasta de copos de nieve o modelos que explican cierto tipo de fractales. Todo esto no es teoría alternativa, sino sandez alternativa.
Saludos
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
- REFICUL
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Ya somos dos, amigo LaKer. Planteé este mismo tema recien incorporado al foro. Con el fruto del debate y de otras informaciones que fui recogiendo, hace poco elaboré un "Bajas Vibraciones" (que pronto colgaré), MUCHAS MENTIRAS MOJADAS.
Espero que te sea de interés el siguiente fragmento:
Uno de los máximos exponentes de esta absurda moda es, sin duda, Masaru Emoto, Auto-Presidente del “Proyecto de Amor y Gracias al Agua”. Este señor, que acostumbra a presentarse como un reputado investigador, no es otra cosa que un charlatán más, con una esmerada propaganda a sus espaldas. Sus únicos estudios académicos acreditados son los de Relaciones Internacionales, cursados en la Universidad de Yokohama. Como comprenderán, no vamos a tomar en serio su licenciatura de “la señorita Pepi” en Medicina Alternativa, expedida por una de esas pseudo-universidades para magufos.
Carente de una mínima base científica, Emoto acostumbra a hacer públicos todo tipo de disparates relacionados con el agua. Afirmaciones como que el agua tiene memoria y que su estructura molecular puede verse alterada por los pensamientos, sonidos, emociones, etc., no tienen nada que ver con la ciencia, y sí con las más primitivas e infantiles creencias.
De hecho, sostiene que los humanos no somos de este planeta; en consonancia con la mitología de su cultura y, más concretamente, con la idea de que los japoneses provienen de las Pléyades. Por lo visto, ignora que el resto de los humanos somos descendientes de una pareja que fabricó en barro un señor con barba blanca, zapatillas a cuadros, y que llevaba sobre la cabeza un triángulo con un ojo dentro.
En esta misma línea, no tiene reparos en hablar de un Dragón (dios del agua) que, al parecer, está muy cabreado con los humanos y que sería responsable, entre otros desastres acuáticos, del tsunami que asoló Indonesia aquel fatídico 26 de diciembre.
Es un magnífico ejemplo de neo-flagelante a la japonesa, ya que propone que, para evitar que ocurra algo “terriblemente atroz”, “enviemos nuestras energías hacia el agua local o de las cercanías y a toda el agua del mundo. Si todos nos unimos y enviamos esa energía positiva al universo, la furia del dragón se atemperará durante un tiempo”.
“Agua, te amamos”
“Agua, te agradecemos.”
“Agua, te respetamos.”
Los delirios de Emoto se apoyan, además de en su verborrea incoherente, en una serie fotografías que jamás podrán ser contrastadas científicamente; ya que, como él mismo se apresura a advertir, los resultados dependen de algo tan subjetivo como el estado anímico-espiritual del investigador. Es decir, la típica coartada de los magufos, según la cual, las “bajas vibraciones” de un científico de verdad arruinarían el experimento.
Podríamos analizar pormenorizadamente cada una de las estúpidas elucubraciones del Sr. Emoto, pero créanme; sería una lamentable pérdida de tiempo y un aburrimiento, tan sólo comparable con el más largo de los discursos del camarada Fidel.
Simplemente razonemos un poco: Una molécula de agua no puede tener memoria, ni albergar sentimientos; primero, porque no es un ser vivo y; en segundo lugar, porque carece de cerebro. Si el término “memoria” es una licencia poética y, en realidad, se refiere a algún tipo de reacción ante estímulos externos, habría que decir que el agua es de lo más desmemoriado que pueda existir, ya que por su propia naturaleza, cualquier efecto desaparece de forma inmediata cuando cesa el estímulo. Por no retener, no retiene ni tan siquiera la forma del recipiente como no sea en estado sólido; es decir, congelada.
Por lo tanto, todas esas afirmaciones, según las cuales el agua se puede activar, energetizar, dinamizar, magnetizar, polarizar, solarizar, sonorizar, etc., no son más que una infumable sarta de tonterías que podrían suscitar hilaridad, de no ser, por sus repercusiones sobre la salud de los creyentes en imaginarias cualidades terapéuticas.
El irresponsable Sr. Emoto asegura que sus hallazgos "pueden hacer factible el descubrimiento temprano de enfermedades, incluso con anterioridad a que se manifiesten de manera física; o a que, ya en su estado avanzado, se hagan visibles en un análisis de sangre".
Me parece muy mal que se gane la vida estafando a hipocondríacos sanos con el cuento de enfermedades supuestas que ningún médico de verdad podrá detectar, pero se me ponen los pelos de punta sólo de pensar que un auténtico enfermo pueda llegar a ponerse en manos de un curandero chiflado como éste.
Un vaso de agua expuesto a música Heavy Metal es tan sano como otro expuesto a cantos gregorianos. Sus moléculas son exactamente iguales y, si se congelan en las mismas condiciones, darán lugar a cristales idénticos. Las variaciones en la formación de los cristales sólo pueden provenir de las impurezas y de las condiciones de congelación. Todo esto está más claro que el agua.
Espero que te sea de interés el siguiente fragmento:
Uno de los máximos exponentes de esta absurda moda es, sin duda, Masaru Emoto, Auto-Presidente del “Proyecto de Amor y Gracias al Agua”. Este señor, que acostumbra a presentarse como un reputado investigador, no es otra cosa que un charlatán más, con una esmerada propaganda a sus espaldas. Sus únicos estudios académicos acreditados son los de Relaciones Internacionales, cursados en la Universidad de Yokohama. Como comprenderán, no vamos a tomar en serio su licenciatura de “la señorita Pepi” en Medicina Alternativa, expedida por una de esas pseudo-universidades para magufos.
Carente de una mínima base científica, Emoto acostumbra a hacer públicos todo tipo de disparates relacionados con el agua. Afirmaciones como que el agua tiene memoria y que su estructura molecular puede verse alterada por los pensamientos, sonidos, emociones, etc., no tienen nada que ver con la ciencia, y sí con las más primitivas e infantiles creencias.
De hecho, sostiene que los humanos no somos de este planeta; en consonancia con la mitología de su cultura y, más concretamente, con la idea de que los japoneses provienen de las Pléyades. Por lo visto, ignora que el resto de los humanos somos descendientes de una pareja que fabricó en barro un señor con barba blanca, zapatillas a cuadros, y que llevaba sobre la cabeza un triángulo con un ojo dentro.
En esta misma línea, no tiene reparos en hablar de un Dragón (dios del agua) que, al parecer, está muy cabreado con los humanos y que sería responsable, entre otros desastres acuáticos, del tsunami que asoló Indonesia aquel fatídico 26 de diciembre.
Es un magnífico ejemplo de neo-flagelante a la japonesa, ya que propone que, para evitar que ocurra algo “terriblemente atroz”, “enviemos nuestras energías hacia el agua local o de las cercanías y a toda el agua del mundo. Si todos nos unimos y enviamos esa energía positiva al universo, la furia del dragón se atemperará durante un tiempo”.
“Agua, te amamos”
“Agua, te agradecemos.”
“Agua, te respetamos.”
Los delirios de Emoto se apoyan, además de en su verborrea incoherente, en una serie fotografías que jamás podrán ser contrastadas científicamente; ya que, como él mismo se apresura a advertir, los resultados dependen de algo tan subjetivo como el estado anímico-espiritual del investigador. Es decir, la típica coartada de los magufos, según la cual, las “bajas vibraciones” de un científico de verdad arruinarían el experimento.
Podríamos analizar pormenorizadamente cada una de las estúpidas elucubraciones del Sr. Emoto, pero créanme; sería una lamentable pérdida de tiempo y un aburrimiento, tan sólo comparable con el más largo de los discursos del camarada Fidel.
Simplemente razonemos un poco: Una molécula de agua no puede tener memoria, ni albergar sentimientos; primero, porque no es un ser vivo y; en segundo lugar, porque carece de cerebro. Si el término “memoria” es una licencia poética y, en realidad, se refiere a algún tipo de reacción ante estímulos externos, habría que decir que el agua es de lo más desmemoriado que pueda existir, ya que por su propia naturaleza, cualquier efecto desaparece de forma inmediata cuando cesa el estímulo. Por no retener, no retiene ni tan siquiera la forma del recipiente como no sea en estado sólido; es decir, congelada.
Por lo tanto, todas esas afirmaciones, según las cuales el agua se puede activar, energetizar, dinamizar, magnetizar, polarizar, solarizar, sonorizar, etc., no son más que una infumable sarta de tonterías que podrían suscitar hilaridad, de no ser, por sus repercusiones sobre la salud de los creyentes en imaginarias cualidades terapéuticas.
El irresponsable Sr. Emoto asegura que sus hallazgos "pueden hacer factible el descubrimiento temprano de enfermedades, incluso con anterioridad a que se manifiesten de manera física; o a que, ya en su estado avanzado, se hagan visibles en un análisis de sangre".
Me parece muy mal que se gane la vida estafando a hipocondríacos sanos con el cuento de enfermedades supuestas que ningún médico de verdad podrá detectar, pero se me ponen los pelos de punta sólo de pensar que un auténtico enfermo pueda llegar a ponerse en manos de un curandero chiflado como éste.
Un vaso de agua expuesto a música Heavy Metal es tan sano como otro expuesto a cantos gregorianos. Sus moléculas son exactamente iguales y, si se congelan en las mismas condiciones, darán lugar a cristales idénticos. Las variaciones en la formación de los cristales sólo pueden provenir de las impurezas y de las condiciones de congelación. Todo esto está más claro que el agua.