HOY ENCONTRE UN ARTICULO EN UN PERIODICO LOCAL DE MI CIUDAD
QUE ME PARECIO MUY INTERESANTE PARA COMPARTIRLO
SOBRE, COMO ES QUE LA AUTORIDAD PERMITE LAS ESTAFAS YA TAN COMUNES EN TV.
BUENO NO LE DOY MAS VUELTAS.
Supercherías
Jose Woldenberg
Todos los días, con una insistencia digna de mejores causas, se anuncian estafas por televisión. “Amira lee su futuro” (“a tu marido... te lo están sonsacando”), “Walter Mercado resuelve sus problemas”, “los horóscopos le dicen qué hacer y qué no hacer”. Usted habla a un número telefónico (por supuesto con costo) y su vida se ilumina. Se trata de charlatanes que aprovechan la desesperación o la ignorancia de la gente para realizar, a la luz del día, grandes operaciones fraudulentas.
Sin el menor rubor engañan, timan, mienten. ¿Y las autoridades?... bien, gracias.
Alguien, desde un liberalismo estrecho y elemental, podrá afirmar que se trata de una simple consecuencia del ejercicio de las libertades: de expresión, de comercio, de empresa. Se trataría de una simple oferta y si alguien desea adquirirla nadie tiene derecho para bloquearla. Ninguna autoridad tendría, según esa visión, facultades para intervenir porque violaría garantías individuales.
Pero me temo que el tema resulta más complejo y que la política de “dejar hacer dejar pasar” en esta materia tiene derivaciones perversas que están a la vista.
1. Se trata de operaciones abusivas, mentirosas y dolosas, porque se engaña a la población más desprotegida. Se vende un producto –el conocimiento del futuro– que simple y llanamente constituye una estafa.
2. Se inunda el espacio público de supercherías sin fin que genera un clima no solamente anti-ilustrado, sino plagado de prejuicios, consejas oscurantistas y tonterías recurrentes. Se fomentan creencias irracionales que empobrecen (y en ocasiones degradan) las relaciones sociales.
3. Se erosionan los valores fundamentales que la escuela intenta poner en circulación como base de una convivencia mejor informada y medianamente racional. Recordemos que el artículo tercero constitucional establece que “la educación... (estará) basada en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios”.
Es decir, se trata de campañas que engañan a los televidentes, que explotan y fomentan la ignorancia y que sabotean los objetivos que constitucionalmente tiene asignada la educación. Y por ello, la autoridad no debería ser omisa.
Habría que recordar que el ejercicio de todas las libertades (verdaderas construcciones civilizatorias que es menester cuidar y fortalecer) tiene límites. Y que dos de los más relevantes son los derechos de terceros y el impacto en la convivencia social. Nadie puede meterse al comedor de su vivienda aduciendo la libertad de tránsito ni realizar un concierto de rock a las puertas de un hospital proclamando su libertad de reunión.
Pues algo similar sucede con esas operaciones fraudulentas que inundan el espacio televisivo. La libertad de comercio y de empresa se encuentran reguladas (o deberían estarlo) para impedir fraudes (entre otros, el de dar gato por liebre). De tal suerte que la inacción de las autoridades resulta inexcusable.
Abriendo el campo de visión estaríamos ante un debate que tiene décadas, siglos: ¿Cómo deben conjugarse los valores del liberalismo (las libertades individuales) con los de la ilustración (el afán por abatir las falacias y supercherías de todo tipo con base en el conocimiento y el ejercicio de la razón)? Y subrayo la noción de “conjugarse” porque entre ambas plataformas e idearios suele existir una tensión permanente que es necesario modular, “administrar”, no abolir.
Habrá quien sólo valore el ejercicio de las libertades y sea ciego ante las consecuencias y derivaciones de su explotación. Y en el extremo opuesto, no faltará quien a nombre de la ilustración esté convencido de la conveniencia de cercenar algunas o todas las libertades. Pero en ambos casos la balanza tiende a descuadrarse y a suprimir una cara virtuosa en el siempre complejo equilibrio entre la libertad y la responsabilidad.
Me temo, sin embargo, que en el caso que comentamos, el liberalismo más irresponsable es el que se está imponiendo: aquel que a nombre de la libertad de comercio es capaz de borrar cualquier consideración que se encuentre más allá de las que impone la mecánica de mercado... sin reglas.
Pero además, si se toma en cuenta que las empresas de televisión son concesiones que, por acción u omisión, cumplen un muy destacado papel en la modulación del espacio público, el tema debería situarse en algún punto de la agenda política nacional. La centralidad (política, cultural, social) de los medios en la construcción y reproducción de los valores y las nociones a través de las cuales se “comprende” la vida en sociedad es tal que la peor política es la del avestruz, que supuestamente esconde la cabeza para no ser vista.
Hace ya algunos años Alain Finkielkraut escribió: “Si ha vencido al despotismo, pero no al oscurantismo” (La derrota del pensamiento. Anagrama. Barcelona. 1987. p. 128), en alusión al largo camino recorrido por las ideas ilustradas. Y tiene razón: al parecer, resultó más fácil construir a lo largo del tiempo las normas y las instituciones que hacen posible acotar al poder, fragmentarlo y equilibrarlo, que cerrarle el paso a las engañifas, supersticiones y ficciones producto de la ignorancia y de quienes medran con ella.
Los hombres de la ilustración creían que “para el ignorante la libertad es imposible”. No se nacía individuo, no aparecía el ciudadano por arte de magia, sino que se llegaba a serlo trascendiendo “la tiranía de los apriorismos” (Ibid. p. 130). Me temo que aún estamos en eso.
El autor es Doctor en Ciencias por la UNAM.
PARA PONER A CONSIDERACION
Moderador: Moravec
- Roberto
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Estoy completamente de acuerdo con el Dr. Woldenberg, es inaceptable para un país que pretende ser democrático y defensor de los derechos de los individuos que no legisle adecuadamente sobre estos negocios basados en la fe de las personas, por lo menos, deberían exigir que esta publicidad lo acompañe un “notable” anuncio que diga “Solo es entretenimiento, no esta probado su uso”
Solo es entretenimiento
No esta probado su uso
El maquillaje es real
Solo es entretenimiento
No esta probado su uso
El maquillaje es real
"Todo aquel que crea en la telequinesis, que por favor levante mi mano.– James Randi."
- Moravec
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Excelente comentario Juk.
Solo quiero agregar el infame bombardeo de sandeces y estupideces que se escuchan, se ven o se leen en estos dias ya sea en la radio, la tv y los diarios referente a "consejos" para que "nos vaya mejor en el año nuevo"
De verdad, es el colmo de la desinformacion!!!!!
Solo quiero agregar el infame bombardeo de sandeces y estupideces que se escuchan, se ven o se leen en estos dias ya sea en la radio, la tv y los diarios referente a "consejos" para que "nos vaya mejor en el año nuevo"
De verdad, es el colmo de la desinformacion!!!!!
Ipsa scientia potestas est.
Amicus Plato, sed magis amica veritas.
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- GunnerRoland
- Forista
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¿Y si en lugar de que los noticieros "serios" sacaran notas sobre las supersticiones y "rituales" de fin de año, mejor pusieran algo util, como reportajes para educar a la gente en como hacer una buena planeación profesional/financiera/de salud/etc. para el nuevo año?
Eso le ayudaría a muuuuuucha gente . .
Ah! Los ratings . . . lo olvidaba
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