Aunque con toda seguridad, algunos de los foristas ya hayan leído al respecto, lo dejo como información para nuestros visitantes.
LA MECÁNICA CUÁNTICA Y USTED
Por: Mario Méndez Acosta
En un puente peatonal de la Ciudad de México situado frente al Centro Médico Siglo XXI del IMSS, se anuncia en mantas diversos cursos que se imparten en el auditorio de ese centro hospitalario; entre ellos llama la atención uno sobre mecánica cuántica -rama de la física que describe el comportamiento de las partículas elementales- una supuesta forma de aplicarla en la vida diaria de cada persona.
Nociones como ésta han estado circulando desde hace varias décadas, sobre todo cuando se puso de moda la idea de que, como resultado de algunos experimentos relacionados con el comportamiento de las partículas subatómicas, se podía llegar la conclusión de que el observador estaba en posibilidad de determinar, a distancia, el estado energético o la posición de la partícula por el mero hecho de realizar la observación.
De tal noción se dedujo, sin base experimental alguna, que una persona podía llegar a alterar la realidad con sólo desearlo. Así, el médico y gurú indostano Deepak Chopra asevera que es posible prevenir o hasta curar el cáncer de una persona simplemente haciendo que todos sus familiares y amigos se reúnan y deseen intensamente la salud del enfermo. A esto llama Chopra curación cuántica y, supuestamente, aprovecha el efecto que el observador tiene según la mecánica cuántica en los fenómenos analizados por él, aseverando que el paciente puede ser afectado de la misma forma.
Desafortunadamente, no hay evidencias de que fenómenos microscópicos complejos, como los presentes en una enfermedad -en particular el cáncer- se vean influidos por los esfuerzos mentales de otros seres humanos; sin embargo, afirma Chopra que los casos llamados por los médicos de remisión espontánea del cáncer (cese de la reproducción de las células y eliminación de las ya existentes), son atribuibles a este tipo de efectos milagrosos; pero lo cierto es que el fenómeno de la reproducción de las células cancerosas es de naturaleza aleatoria y estadística, y muestra variaciones, a veces muy notables, en cada caso. El comportamiento aleatorio permite así que se presenten ocasionalmente hechos muy poco frecuentes como la remisión espontánea del cáncer, cuyo número de casos es muy pequeño y nunca rebasa el límite esperado por el comportamiento estadístico de la enfermedad, aunque resulta inevitable que tales remisiones se presenten en niveles de baja frecuencia en poblaciones muy numerosas.
Los fenómenos cuánticos sólo inciden de manera significativa en partículas muy pequeñas -menores que el átomo-, y es en este universo en el que son apreciables; no obstante, ello no significa que no afecten nuestra vida cotidiana; lo hacen, sobre todo, a través de la tecnología (aparatos) que nos rodea y utilizamos cotidianamente para comunicamos y entretenemos. Esto ocurre porque la electrónica moderna se basa en los descubrimientos fundamentales sobre el comportamiento de la materia y sus efectos, los cuales dependen de la física cuántica como sucede, por ejemplo, con el transistor o el láser. Prácticamente todos los aparatos, como radios, celulares y televisores funcionan con transistores, y el láser se utiliza en la grabación y reproducción de discos compactos y DVD.
Existen en efecto fenómenos extraños que describen la mecánica cuántica en la escala microscópica; un ejemplo es esa supuesta acción a distancia que se observa en algunos casos (como el célebre experimento de Alain Aspect)* en los que parejas de partículas subatómicas originadas en un mismo punto, pero alejadas entre sí por distancias muy grandes, se mantienen íntimamente relacionadas ante cambios inducidos por un observador en una de ellas, actuando como si estuvieran aún unidas.
Hay que reconocer que la acción del observador sí influye en los resultados observados a través de mediciones realizadas en el átomo, pero no los predetermina ni mucho menos permite controlarlos o hacer que el resultado coincida con los deseos del experimentador, en especial si se trata de un objeto macroscópico integrado por innumerables partículas subatómicas, como lo es un organismo vivo.
No se ha expuesto, además, algún método para lograr que fenómenos cuánticos apreciables en diversas partículas diminutas puedan ser sincronizados con el fin de obtener un efecto visible a escala macroscópica.
Quienes proponen estos efectos maravillosos de la mecánica cuántica tampoco explican cuál es el mecanismo eficiente a partir del cual los deseos de una o varias personas van a afectar partículas subatómicas ubicadas fuera del cerebro o del cuerpo de quienes intentan modificar la realidad; de hecho, con certeza, no hay experimentos sistemáticos de laboratorio que demuestren tales resultados.
Desde luego, se requiere un mayor entendimiento entre el público sobre la mecánica cuántica y lo que realmente ésta implica, pero aplicada a la vida íntima de cada persona tiene tanto sentido como proponer aplicar la termodinámica a la vida anímica de las personas. En verdad, lo único que logran los cursos de superación personal basados en una supuesta mecánica cuántica es separar a sus estudiosos de su dinero.
* Victor J. Stenger. The Unconscious Quantum. NY; Prometehus Books, 1995, pp 117-119.
BIBLIOGRAFÍA
• Chopra, Deepak. Quantum Healing: Exploring the Frontiers of Mind/Body Medicine. NY: Bantam Books, 1990.
• Lindley, David. Where Does the Weirdness Go? New York: Basic Books, 1996.
• Peat, F. David. Einstein's Moon: Bells Theorem and the Curious Quest for Quantum Reality. Chicago: Contemporary Books, 1990.
• Stenger, Victor J. Quantum Quackery. <http://www.csicop.org/si/9701/quantum-quackery.html>.