Lo que más ridículo de algunos creyentes es esta…yo diría esquizofrenia, en el sentido literal de la palabra, al tratar de querer cumplir con las ridículas normas de la iglesia que se contraponen con su estilo de vida. Es ciertamente ridículo, en muchos sentidos, esta obsesión de la expareja presidencial de contraer matrimonio eclesiástico, me supongo que tiene un fin político: el presidente de los demócratas cristianos de Latinoamérica (una entelequia) no puede vivir en “pecado”, ¿Cómo si fuera pecaminoso estarse tirando una chaparra arribista? Y no lo fuera vivir en la insultante opulencia en la que viven, que si bien no está demostrado, ni se demostrará, que sea de procedencia ilícita, si es completamente inmoral que se halla obtenido de su desempeño como un pésimo presidente.
También es curiosa la decisión del Vaticano de “amargarle” la vida a uno de sus esbirros, también supongo que quiere demostrar “que todavía las puede”.
Y por último la confirmación de lo que todos sabían, escogimos como presidente a un desequilibrado mental
