Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
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Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
En el antiguo testamento abundan las narraciones de hechos bárbaros, crueles e incluso matanzas espantosas. Por ejemplo, esa narración donde se relata la violación de Dina, hija del patriarca Jacob. Los hijos de Jacob, patriarcas de las tribus de Israel, en venganza, exterminaron a quienes violaron a su hermana, robandole sus bienes. Este es el relato:
1 Dina, la hija que Lía había dado a Jacob, salió una vez a mirar a las mujeres del país.
2 Cuando la vio Siquém –que era hijo de Jamor, el jivita, príncipe de aquella región– se la llevó y abusó de ella.
3 Pero después se sintió atraído por la muchacha y se enamoró de ella, de manera que trató de ganarse su afecto.
4 Además, dijo a su padre Jamor: "Consígueme a esa muchacha para que sea mi esposa".
5 Jacob, por su parte, se enteró de que Siquém había violado a su hija Dina, pero como sus hijos estaban en el campo, cuidando el ganado, no dijo nada hasta su regreso.
6 Entonces Jamor, el padre de Siquém, fue a encontrarse con Jacob para conversar con él.
7 En ese momento, volvieron del campo los hijos de Jacob, y cuanto tuvieron noticia de lo ocurrido, se disgustaron profundamente y se enfurecieron, porque al abusar de la hija de Jacob, Siquém había cometido una infamia contra Israel, y eso no se debe hacer.
8 Pero Jamor les habló en estos términos: "Mi hijo Siquém está realmente enamorado de esta muchacha. Permítanle casarse con ella.
9 Conviértanse en parientes nuestros: ustedes nos darán a sus hijas, y obtendrán en cambio las nuestras.
10 Así podrán vivir entre nosotros y tendrán el país a su disposición para instalarse en él, para recorrerlo libremente y adquirir propiedades".
11 Después Siquém dijo al padre y a los hermanos de la muchacha: "Si me hacen este favor, yo les daré lo que me pidan.
12 Aunque me exijan a cambio de ella un precio muy elevado, les pagaré lo que ustedes digan. Pero dejen que me case con la muchacha".
13 Sin embargo, como su hermana había sido ultrajada, los hijos de Jacob resolvieron engañar a Siquém y a su padre Jamor, 14 diciéndoles: "No podemos hacer semejante cosa, porque sería para nosotros una vergüenza entregar nuestra hermana a un incircunciso.
15 Aceptaremos solamente con esta condición: que ustedes se hagan iguales a nosotros, circuncidando a todos sus varones.
16 Entonces podremos darles a nuestras hijas y casarnos con las de ustedes, vivir entre ustedes y formar un solo pueblo.
17 Si no llegan a un acuerdo con nosotros en lo que se refiere a la circuncisión, tomaremos a nuestra hermana y nos iremos".
18 La propuesta pareció razonable a Jamor y a su hijo Siquém, 19 y el joven no dudó un instante en satisfacer esa demanda, tanto era el cariño que sentía por la hija de Jacob. Además, él era el más respetado entre los miembros de su familia.
20 Entonces Jamor y su hijo Siquém se presentaron en la puerta de la ciudad, y hablaron a todos sus conciudadanos en los siguientes términos: 21 "Estos hombres son nuestros amigos. Dejen que se instalen en el país y que puedan recorrerlo libremente; aquí hay bastante espacio para ellos. Nosotros nos casaremos con sus hijas, y les daremos en cambio a las nuestras.
22 Pero esta gente accederá a permanecer con nosotros y a formar un solo pueblo, únicamente con esta condición: que todos nuestros varones se hagan circuncidar, igual que ellos.
23 ¿Acaso no van a ser nuestros su ganado, sus posesiones y todos sus animales? Pongámonos de acuerdo con ellos, y que se queden con nosotros".
24 Todos los que se reunían en la puerta de la ciudad accedieron a la propuesta de Jamor y de su hijo Siquém, y todos se hicieron circuncidar.
La venganza de Simeón y Leví contra Siquém
25 Al tercer día, cuando todavía estaban convalecientes, Simeón y Leví, dos de los hijos de Jacob, hermanos de Dina, empuñaron cada uno su espada, entraron en la ciudad sin encontrar ninguna resistencia, y mataron a todos los varones.
26 También pasaron al filo de la espada a Jamor y a su hijo Siquém, rescataron a Dina, que estaba en la casa de Siquém, y se fueron.
27 Los hijos de Jacob pasaron sobre los cadáveres y saquearon la ciudad, en represalia por el ultraje cometido contra su hermana Dina.
28 Se apoderaron de sus ovejas, de sus vacas, de sus asnos, y de todo lo que había dentro y fuera de la ciudad, 29 y de todos sus bienes. Se llevaron cautivos a todos los niños y a las mujeres, y saquearon todo lo que había en las casas.
30 Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: "Ustedes me han puesto en un grave aprieto, haciéndome odioso a los cananeos y perizitas que habitan en este país. Yo dispongo de pocos hombres, y si ellos se unen contra mí y me atacan, seré aniquilado con toda mi familia".
31 Pero ellos replicaron: "Y nuestra hermana, ¿debía ser tratada como una prostituta?".
Génesis, 34, 1-31
Aquí tenemos un tipo muy raro de santos. Estos santos al parecer eran ladrones y asesinos, exterminando a los varones del clan rival.
1 Dina, la hija que Lía había dado a Jacob, salió una vez a mirar a las mujeres del país.
2 Cuando la vio Siquém –que era hijo de Jamor, el jivita, príncipe de aquella región– se la llevó y abusó de ella.
3 Pero después se sintió atraído por la muchacha y se enamoró de ella, de manera que trató de ganarse su afecto.
4 Además, dijo a su padre Jamor: "Consígueme a esa muchacha para que sea mi esposa".
5 Jacob, por su parte, se enteró de que Siquém había violado a su hija Dina, pero como sus hijos estaban en el campo, cuidando el ganado, no dijo nada hasta su regreso.
6 Entonces Jamor, el padre de Siquém, fue a encontrarse con Jacob para conversar con él.
7 En ese momento, volvieron del campo los hijos de Jacob, y cuanto tuvieron noticia de lo ocurrido, se disgustaron profundamente y se enfurecieron, porque al abusar de la hija de Jacob, Siquém había cometido una infamia contra Israel, y eso no se debe hacer.
8 Pero Jamor les habló en estos términos: "Mi hijo Siquém está realmente enamorado de esta muchacha. Permítanle casarse con ella.
9 Conviértanse en parientes nuestros: ustedes nos darán a sus hijas, y obtendrán en cambio las nuestras.
10 Así podrán vivir entre nosotros y tendrán el país a su disposición para instalarse en él, para recorrerlo libremente y adquirir propiedades".
11 Después Siquém dijo al padre y a los hermanos de la muchacha: "Si me hacen este favor, yo les daré lo que me pidan.
12 Aunque me exijan a cambio de ella un precio muy elevado, les pagaré lo que ustedes digan. Pero dejen que me case con la muchacha".
13 Sin embargo, como su hermana había sido ultrajada, los hijos de Jacob resolvieron engañar a Siquém y a su padre Jamor, 14 diciéndoles: "No podemos hacer semejante cosa, porque sería para nosotros una vergüenza entregar nuestra hermana a un incircunciso.
15 Aceptaremos solamente con esta condición: que ustedes se hagan iguales a nosotros, circuncidando a todos sus varones.
16 Entonces podremos darles a nuestras hijas y casarnos con las de ustedes, vivir entre ustedes y formar un solo pueblo.
17 Si no llegan a un acuerdo con nosotros en lo que se refiere a la circuncisión, tomaremos a nuestra hermana y nos iremos".
18 La propuesta pareció razonable a Jamor y a su hijo Siquém, 19 y el joven no dudó un instante en satisfacer esa demanda, tanto era el cariño que sentía por la hija de Jacob. Además, él era el más respetado entre los miembros de su familia.
20 Entonces Jamor y su hijo Siquém se presentaron en la puerta de la ciudad, y hablaron a todos sus conciudadanos en los siguientes términos: 21 "Estos hombres son nuestros amigos. Dejen que se instalen en el país y que puedan recorrerlo libremente; aquí hay bastante espacio para ellos. Nosotros nos casaremos con sus hijas, y les daremos en cambio a las nuestras.
22 Pero esta gente accederá a permanecer con nosotros y a formar un solo pueblo, únicamente con esta condición: que todos nuestros varones se hagan circuncidar, igual que ellos.
23 ¿Acaso no van a ser nuestros su ganado, sus posesiones y todos sus animales? Pongámonos de acuerdo con ellos, y que se queden con nosotros".
24 Todos los que se reunían en la puerta de la ciudad accedieron a la propuesta de Jamor y de su hijo Siquém, y todos se hicieron circuncidar.
La venganza de Simeón y Leví contra Siquém
25 Al tercer día, cuando todavía estaban convalecientes, Simeón y Leví, dos de los hijos de Jacob, hermanos de Dina, empuñaron cada uno su espada, entraron en la ciudad sin encontrar ninguna resistencia, y mataron a todos los varones.
26 También pasaron al filo de la espada a Jamor y a su hijo Siquém, rescataron a Dina, que estaba en la casa de Siquém, y se fueron.
27 Los hijos de Jacob pasaron sobre los cadáveres y saquearon la ciudad, en represalia por el ultraje cometido contra su hermana Dina.
28 Se apoderaron de sus ovejas, de sus vacas, de sus asnos, y de todo lo que había dentro y fuera de la ciudad, 29 y de todos sus bienes. Se llevaron cautivos a todos los niños y a las mujeres, y saquearon todo lo que había en las casas.
30 Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: "Ustedes me han puesto en un grave aprieto, haciéndome odioso a los cananeos y perizitas que habitan en este país. Yo dispongo de pocos hombres, y si ellos se unen contra mí y me atacan, seré aniquilado con toda mi familia".
31 Pero ellos replicaron: "Y nuestra hermana, ¿debía ser tratada como una prostituta?".
Génesis, 34, 1-31
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- starmans
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
Cualquier parecido con la novela de las once... es mera coincidencia.
La biblia es uno de mis libros de horror favorito.
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Un creyente se vuelve ateo cuando pierde la fe.
Un ateo se vuelve creyente cuando pierde la razón.
"Las explicaciones místicas pasan por profundas: la verdad es que no son siquiera superficiales." (Nietzsche)
Un ateo se vuelve creyente cuando pierde la razón.
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Mas masacres
Cuando murió Moisés, dejó el mando a Josué para conducir al pueblo elegido a la tierra prometida, pero al llegar a esta se encontró con un pequeño problema, ya estaba habitada. las siguientes citas narran de que forma resolvió el problema:
20 Entonces el pueblo lanzó un fuerte grito y se tocaron las trompetas. Al oir el sonido de las trompetas, el pueblo prorrumpió en un griterío ensordecedor, y el muro se desplomó sobre sí mismo. En seguida el pueblo acometió contra la ciudad, cada uno contra lo que tenía adelante, y la tomaron.
21 Luego consagraron al exterminio todo lo que había en ella, pasando al filo de la espada a hombres y mujeres, niños y ancianos, vacas, ovejas y asnos.
Josué, 6, 20-21
14 Al ver esto, el rey de Ai se apresuró a salir con toda su gente para combatir contra Israel en la bajada, frente a la Arabá, sin saber que le habían tendido una emboscada detrás de la ciudad.
15 Josué y todo Israel fingieron caer derrotados delante de ellos y huyeron por el camino del desierto.
16 Entonces se convocó a toda la gente que estaba en la ciudad para que saliera a perseguirlos, y todos persiguieron a Josué, alejándose así de la ciudad.
17 No hubo un solo hombre en Ai o en Betel que no saliera en persecución de Israel. Y cuando lo hicieron, dejaron abiertas las puertas de la ciudad.
18 Entonces el Señor dijo a Josué: "Apunta hacia Ai con la jabalina que tienes en la mano, porque yo te entrego la ciudad". Josué apuntó contra la ciudad con la jabalina que tenía en la mano; 19 y tan pronto como extendió su brazo, los hombres que estaban emboscados salieron rápidamente de su escondite, entraron a la carrera en la ciudad, la tomaron y la incendiaron sin perder un instante.
20 Cuando los hombres de Ai volvieron la vista hacia atrás y vieron la humareda que subía de la ciudad hacia el cielo, ya no pudieron escapar ni por un lado ni por el otro, porque la gente que huía hacia el desierto se volvió contra sus perseguidores.
21 En efecto, al ver que los hombres emboscados habían tomado la ciudad y que el humo subía de ella, Josué y todo Israel volvieron atrás y acometieron contra los hombres de Ai.
22 Los que habían tendido la emboscada también salieron de la ciudad para atacarlos, de manera que la gente de Ai quedó atrapada en medio de los israelitas, que avanzaban unos por un lado y otros por el otro. Así los derrotaron sin dejar ningún sobreviviente o fugitivo.
23 Al rey de Ai, en cambio, lo capturaron vivo y lo condujeron ante Josué.
24 Cuando Israel terminó de matar a los habitantes de Ai en campo abierto, en el desierto donde los habían perseguido, y cuando cayó hasta el último de ellos bajo los golpes de las espadas, todo Israel se volvió contra Ai y la pasó al filo de la espada.
25 Los que murieron aquel día, entre hombres y mujeres, fueron doce mil, o sea, todos los habitantes de Ai.
26 Y Josué no retiró la mano con que sostenía la jabalina hasta que consagró al exterminio a todos los habitantes de Ai.
27 Israel retuvo como botín solamente el ganado y los despojos de la ciudad, según la orden que el Señor había dado a Josué.
28 Este, por su parte, puso fuego sobre Ai y la redujo para siempre a un montón de ruinas, a una devastación, que permanece hasta el día de hoy.
Josué, 8, 14-28
28 Aquel mismo día, Josué se apoderó de Maquedá y pasó al filo de la espada a la ciudad y a su rey, consagrándolos al exterminio junto con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó a nadie con vida, y trató al rey de Maquedá como había tratado al rey de Jericó.
29 Luego Josué, con todo Israel, pasó de Maquedá a Libná y la atacó.
30 El Señor puso a la ciudad y al rey en manos de Israel, que la pasó al filo de la espada con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó a nadie con vida, y trató a su rey como había tratado al rey de Jericó.
31 Después Josué, con todo Israel, pasó de Libná a Laquís, la asedió y la atacó.
32 El Señor puso también a Laquís en manos de Israel, que la conquistó al segundo día, y la pasó al filo de la espada con todos los seres vivientes que había en ella, exactamente como había hecho con Libná.
33 Mientras tanto, Horám, rey de Guézer, subió en ayuda de Laquís; pero Josué lo derrotó, a él y a su ejército, hasta no dejar ningún sobreviviente.
34 Luego Josué, con todo Israel, pasó de Laquís a Eglón. La sitiaron, la atacaron, 35 y ese mismo día la tomaron y la pasaron al filo de la espada. Aquel día Josué consagró al exterminio a todos los seres vivientes que había en la ciudad, exactamente como había hecho con Laquís.
36 Después Josué, con todo Israel, subió de Eglón a Hebrón. La atacaron, 37 la tomaron, y pasaron al filo de la espada a la ciudad, a su rey, a sus otras ciudades y a todos los seres vivientes que había en ella. Josué no dejó a nadie con vida, sino que hizo con ella lo mismo que había hecho con Eglón: consagró al exterminio a la ciudad y a todos los seres vivientes que había en ella.
38 Luego Josué, con todo Israel, volvió atrás hasta Debir, la atacó, 39 y se apoderó de la ciudad, de su rey y de todas sus otras ciudades. Los israelitas los pasaron al filo de la espada, y consagraron al exterminio a todos los seres vivientes que había en la ciudad, sin dejar a nadie con vida. Josué trató a Debir como había tratado a Hebrón y a su rey, y como había tratado a Libná y a su rey.
40 Así Josué conquistó toda la región: la Montaña, el Négueb, la Sefelá y los declives de la Montaña, con todos sus reyes. No dejó a nadie con vida, sino que consagró al exterminio a todos los seres vivientes, como el Señor, el Dios de Israel, le había ordenado.
41 Josué conquistó desde Cades Barné hasta Gaza, y toda la región de Gosen hasta Gabaón.
42 En una sola campaña se apoderó de todos estos reyes y de sus territorios, porque el Señor, el Dios de Israel, combatía a favor de los israelitas.
43 Finalmente, Josué regresó al campamento de Guilgal, acompañado de todo Israel.
Josué, 10, 28-43
11 1 Cuando Iabín, rey de Jasor, se enteró de lo que había sucedido, envió mensajeros al rey Iobab de Madón, al rey de Simrón y al de Acsaf; 2 a los reyes que estaban al norte, en la zona montañosa, y en la Arabá, al sur de Genesaret, en la región baja y sobre las alturas de Dor, hacia el oeste.
3 Los cananeos se encontraban al este y al oeste; los amorreos, los jivitas, los perizitas y los jebuseos, en la Montaña; y los hititas, al pie del Hermón, en el territorio de Mispá.
4 Los cinco reyes salieron con todas sus tropas –que formaban una multitud tan numerosa como la arena que está a la orilla del mar– y con una enorme cantidad de carros de guerra y caballos.
5 Y una vez reunidos en el lugar fijado, fueron a acampar todos juntos cerca de las aguas de Meróm, para combatir contra Israel.
6 Pero el Señor dijo a Josué: "No les tengas miedo, porque mañana, a esta misma hora, yo haré que estén todos muertos delante de Israel. Tú mutilarás sus caballos y quemarás sus carros de guerra".
7 Entonces Josué, con todos sus combatientes, marchó contra ellos hasta las aguas de Meróm, atacándolos sorpresivamente.
8 El Señor los puso en manos de Israel, que los derrotó y los persiguió hasta Sidón –la Grande– y hasta Misrefort Maim; y por la parte oriental, hasta el valle de Mispá. La derrota que les infligió Israel fue tal que no dejaron ningún sobreviviente.
9 Y Josué los trató como el Señor se lo había mandado: mutiló a sus caballos y quemó sus carros de guerra.
10 En aquel tiempo, Josué volvió atrás, se apoderó de Jasor y mató a su rey con la espada, porque Jasor había sido antiguamente la cabeza de todos aquellos reinos.
11 También pasó al filo de la espada a todos los seres vivientes que había en ella, consagrándolos al exterminio total. No quedó nada con vida, y Jasor fue incendiada.
12 Josué tomó asimismo todas las ciudades de aquellos reyes, y a estos últimos los capturó y los pasó al filo de la espada, consagrándolos al exterminio, como Moisés, el servidor del Señor, se lo había ordenado.
13 Pero Israel no quemó ninguna de las ciudades que ahora vuelven a alzarse sobre sus ruinas, a excepción de Jasor, que fue la única incendiada por Josué.
14 El botín de estas ciudades, incluido el ganado, se lo repartieron los israelitas; a las personas, en cambio, las pasaron al filo de la espada, hasta acabar con todos. No dejaron a nadie con vida.
15 Josué se atuvo exactamente a las órdenes que le había dado Moisés –el servidor del Señor– órdenes que este, a su vez, había recibido del Señor. Y al ejecutarlas, no descuidó nada de lo que el Señor había ordenado a Moisés.
16 Así Josué conquistó todo este territorio, la Montaña, todo el Négueb, toda la región de Gosen, la Sefelá, la Arabá, la montaña de Israel y sus estribaciones, 17 desde la montaña Desnuda que sube hacia Seir, hasta Baal Gad, en el valle del Líbano, al pie del Hermón. Josué capturó a sus reyes y los mandó matar.
18 Él tuvo que combatir mucho tiempo contra estos reyes; 19 y como ninguna ciudad, excepto los jivitas que habitan en Gabaón, quiso hacer las paces con los israelitas, estos tuvieron que conquistarlas a todas por la fuerza.
20 Pero el designio del Señor era que ellos se obstinaran en hacer la guerra contra Israel, a fin de que fueran consagrados sin piedad al exterminio y así fueran aniquilados, como el Señor había ordenado a Moisés.
21 En aquel tiempo, Josué hizo una campaña contra los anaquitas y los exterminó de la Montaña: de Hebrón, de Debir, de Anab, en una palabra, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel. Los consagró al exterminio con todas sus ciudades, 22 y no quedó un solo anaquita en territorio de Israel. Sólo quedaron algunos en Gaza, en Gad y en Asdod.
23 Así Josué se apoderó de todo el país, de acuerdo con lo que el Señor le había dicho a Moisés, y lo entregó como propiedad hereditaria a cada una de las tribus de Israel. Y ya no hubo más guerra en el país.
Josue, 11, 1-23
20 Entonces el pueblo lanzó un fuerte grito y se tocaron las trompetas. Al oir el sonido de las trompetas, el pueblo prorrumpió en un griterío ensordecedor, y el muro se desplomó sobre sí mismo. En seguida el pueblo acometió contra la ciudad, cada uno contra lo que tenía adelante, y la tomaron.
21 Luego consagraron al exterminio todo lo que había en ella, pasando al filo de la espada a hombres y mujeres, niños y ancianos, vacas, ovejas y asnos.
Josué, 6, 20-21
14 Al ver esto, el rey de Ai se apresuró a salir con toda su gente para combatir contra Israel en la bajada, frente a la Arabá, sin saber que le habían tendido una emboscada detrás de la ciudad.
15 Josué y todo Israel fingieron caer derrotados delante de ellos y huyeron por el camino del desierto.
16 Entonces se convocó a toda la gente que estaba en la ciudad para que saliera a perseguirlos, y todos persiguieron a Josué, alejándose así de la ciudad.
17 No hubo un solo hombre en Ai o en Betel que no saliera en persecución de Israel. Y cuando lo hicieron, dejaron abiertas las puertas de la ciudad.
18 Entonces el Señor dijo a Josué: "Apunta hacia Ai con la jabalina que tienes en la mano, porque yo te entrego la ciudad". Josué apuntó contra la ciudad con la jabalina que tenía en la mano; 19 y tan pronto como extendió su brazo, los hombres que estaban emboscados salieron rápidamente de su escondite, entraron a la carrera en la ciudad, la tomaron y la incendiaron sin perder un instante.
20 Cuando los hombres de Ai volvieron la vista hacia atrás y vieron la humareda que subía de la ciudad hacia el cielo, ya no pudieron escapar ni por un lado ni por el otro, porque la gente que huía hacia el desierto se volvió contra sus perseguidores.
21 En efecto, al ver que los hombres emboscados habían tomado la ciudad y que el humo subía de ella, Josué y todo Israel volvieron atrás y acometieron contra los hombres de Ai.
22 Los que habían tendido la emboscada también salieron de la ciudad para atacarlos, de manera que la gente de Ai quedó atrapada en medio de los israelitas, que avanzaban unos por un lado y otros por el otro. Así los derrotaron sin dejar ningún sobreviviente o fugitivo.
23 Al rey de Ai, en cambio, lo capturaron vivo y lo condujeron ante Josué.
24 Cuando Israel terminó de matar a los habitantes de Ai en campo abierto, en el desierto donde los habían perseguido, y cuando cayó hasta el último de ellos bajo los golpes de las espadas, todo Israel se volvió contra Ai y la pasó al filo de la espada.
25 Los que murieron aquel día, entre hombres y mujeres, fueron doce mil, o sea, todos los habitantes de Ai.
26 Y Josué no retiró la mano con que sostenía la jabalina hasta que consagró al exterminio a todos los habitantes de Ai.
27 Israel retuvo como botín solamente el ganado y los despojos de la ciudad, según la orden que el Señor había dado a Josué.
28 Este, por su parte, puso fuego sobre Ai y la redujo para siempre a un montón de ruinas, a una devastación, que permanece hasta el día de hoy.
Josué, 8, 14-28
28 Aquel mismo día, Josué se apoderó de Maquedá y pasó al filo de la espada a la ciudad y a su rey, consagrándolos al exterminio junto con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó a nadie con vida, y trató al rey de Maquedá como había tratado al rey de Jericó.
29 Luego Josué, con todo Israel, pasó de Maquedá a Libná y la atacó.
30 El Señor puso a la ciudad y al rey en manos de Israel, que la pasó al filo de la espada con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó a nadie con vida, y trató a su rey como había tratado al rey de Jericó.
31 Después Josué, con todo Israel, pasó de Libná a Laquís, la asedió y la atacó.
32 El Señor puso también a Laquís en manos de Israel, que la conquistó al segundo día, y la pasó al filo de la espada con todos los seres vivientes que había en ella, exactamente como había hecho con Libná.
33 Mientras tanto, Horám, rey de Guézer, subió en ayuda de Laquís; pero Josué lo derrotó, a él y a su ejército, hasta no dejar ningún sobreviviente.
34 Luego Josué, con todo Israel, pasó de Laquís a Eglón. La sitiaron, la atacaron, 35 y ese mismo día la tomaron y la pasaron al filo de la espada. Aquel día Josué consagró al exterminio a todos los seres vivientes que había en la ciudad, exactamente como había hecho con Laquís.
36 Después Josué, con todo Israel, subió de Eglón a Hebrón. La atacaron, 37 la tomaron, y pasaron al filo de la espada a la ciudad, a su rey, a sus otras ciudades y a todos los seres vivientes que había en ella. Josué no dejó a nadie con vida, sino que hizo con ella lo mismo que había hecho con Eglón: consagró al exterminio a la ciudad y a todos los seres vivientes que había en ella.
38 Luego Josué, con todo Israel, volvió atrás hasta Debir, la atacó, 39 y se apoderó de la ciudad, de su rey y de todas sus otras ciudades. Los israelitas los pasaron al filo de la espada, y consagraron al exterminio a todos los seres vivientes que había en la ciudad, sin dejar a nadie con vida. Josué trató a Debir como había tratado a Hebrón y a su rey, y como había tratado a Libná y a su rey.
40 Así Josué conquistó toda la región: la Montaña, el Négueb, la Sefelá y los declives de la Montaña, con todos sus reyes. No dejó a nadie con vida, sino que consagró al exterminio a todos los seres vivientes, como el Señor, el Dios de Israel, le había ordenado.
41 Josué conquistó desde Cades Barné hasta Gaza, y toda la región de Gosen hasta Gabaón.
42 En una sola campaña se apoderó de todos estos reyes y de sus territorios, porque el Señor, el Dios de Israel, combatía a favor de los israelitas.
43 Finalmente, Josué regresó al campamento de Guilgal, acompañado de todo Israel.
Josué, 10, 28-43
11 1 Cuando Iabín, rey de Jasor, se enteró de lo que había sucedido, envió mensajeros al rey Iobab de Madón, al rey de Simrón y al de Acsaf; 2 a los reyes que estaban al norte, en la zona montañosa, y en la Arabá, al sur de Genesaret, en la región baja y sobre las alturas de Dor, hacia el oeste.
3 Los cananeos se encontraban al este y al oeste; los amorreos, los jivitas, los perizitas y los jebuseos, en la Montaña; y los hititas, al pie del Hermón, en el territorio de Mispá.
4 Los cinco reyes salieron con todas sus tropas –que formaban una multitud tan numerosa como la arena que está a la orilla del mar– y con una enorme cantidad de carros de guerra y caballos.
5 Y una vez reunidos en el lugar fijado, fueron a acampar todos juntos cerca de las aguas de Meróm, para combatir contra Israel.
6 Pero el Señor dijo a Josué: "No les tengas miedo, porque mañana, a esta misma hora, yo haré que estén todos muertos delante de Israel. Tú mutilarás sus caballos y quemarás sus carros de guerra".
7 Entonces Josué, con todos sus combatientes, marchó contra ellos hasta las aguas de Meróm, atacándolos sorpresivamente.
8 El Señor los puso en manos de Israel, que los derrotó y los persiguió hasta Sidón –la Grande– y hasta Misrefort Maim; y por la parte oriental, hasta el valle de Mispá. La derrota que les infligió Israel fue tal que no dejaron ningún sobreviviente.
9 Y Josué los trató como el Señor se lo había mandado: mutiló a sus caballos y quemó sus carros de guerra.
10 En aquel tiempo, Josué volvió atrás, se apoderó de Jasor y mató a su rey con la espada, porque Jasor había sido antiguamente la cabeza de todos aquellos reinos.
11 También pasó al filo de la espada a todos los seres vivientes que había en ella, consagrándolos al exterminio total. No quedó nada con vida, y Jasor fue incendiada.
12 Josué tomó asimismo todas las ciudades de aquellos reyes, y a estos últimos los capturó y los pasó al filo de la espada, consagrándolos al exterminio, como Moisés, el servidor del Señor, se lo había ordenado.
13 Pero Israel no quemó ninguna de las ciudades que ahora vuelven a alzarse sobre sus ruinas, a excepción de Jasor, que fue la única incendiada por Josué.
14 El botín de estas ciudades, incluido el ganado, se lo repartieron los israelitas; a las personas, en cambio, las pasaron al filo de la espada, hasta acabar con todos. No dejaron a nadie con vida.
15 Josué se atuvo exactamente a las órdenes que le había dado Moisés –el servidor del Señor– órdenes que este, a su vez, había recibido del Señor. Y al ejecutarlas, no descuidó nada de lo que el Señor había ordenado a Moisés.
16 Así Josué conquistó todo este territorio, la Montaña, todo el Négueb, toda la región de Gosen, la Sefelá, la Arabá, la montaña de Israel y sus estribaciones, 17 desde la montaña Desnuda que sube hacia Seir, hasta Baal Gad, en el valle del Líbano, al pie del Hermón. Josué capturó a sus reyes y los mandó matar.
18 Él tuvo que combatir mucho tiempo contra estos reyes; 19 y como ninguna ciudad, excepto los jivitas que habitan en Gabaón, quiso hacer las paces con los israelitas, estos tuvieron que conquistarlas a todas por la fuerza.
20 Pero el designio del Señor era que ellos se obstinaran en hacer la guerra contra Israel, a fin de que fueran consagrados sin piedad al exterminio y así fueran aniquilados, como el Señor había ordenado a Moisés.
21 En aquel tiempo, Josué hizo una campaña contra los anaquitas y los exterminó de la Montaña: de Hebrón, de Debir, de Anab, en una palabra, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel. Los consagró al exterminio con todas sus ciudades, 22 y no quedó un solo anaquita en territorio de Israel. Sólo quedaron algunos en Gaza, en Gad y en Asdod.
23 Así Josué se apoderó de todo el país, de acuerdo con lo que el Señor le había dicho a Moisés, y lo entregó como propiedad hereditaria a cada una de las tribus de Israel. Y ya no hubo más guerra en el país.
Josue, 11, 1-23
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
Y cuando eramos niños , nos llevaban a misa y nos hacían escuchar todo estos "méritos" del pueblo de dios,y cuando llegabamos a casa nos prohibían ver He-Man y los Amos del Universo , porque contenía mucha violencia
Esto me recordó un capítulo de Los Simpson.
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Un creyente se vuelve ateo cuando pierde la fe.
Un ateo se vuelve creyente cuando pierde la razón.
"Las explicaciones místicas pasan por profundas: la verdad es que no son siquiera superficiales." (Nietzsche)
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
Mas horrores.
En el libro de Ester, se narra como la esposa del rey Asuero de Persia, la judía Ester, influyó para que su esposo tomara medidas contra los enemigos de los judios:
1 El trece del duodécimo mes –que es el mes de Adar– día en que se debía ejecutar la orden del rey y su decreto, cuando los enemigos de los judíos esperaban dominarlos, se produjo un cambio de situación: de hecho, fueron los judíos los que se impusieron sobre sus enemigos.
2 Ellos se reunieron en sus respectivas ciudades, en todas las provincias del rey Asuero, para atacar a los que buscaban su ruina. Nadie les opuso resistencia, porque el temor a los judíos se había apoderado de todos los pueblos.
3 Todos los jefes de las provincias, los prefectos, los gobernadores y los funcionarios del rey les prestaron su apoyo, porque el temor a Mardoqueo se había apoderado de ellos, 4 ya que este ocupaba un alto cargo en el palacio real y su fama se extendía por todas las provincias: Mardoqueo, en efecto, se engrandecía cada vez más.
5 Los judíos pasaron al filo de la espada a todos sus enemigos: fue una verdadera masacre, un exterminio. Trataron como quisieron a los que los odiaban, 6 y en la ciudadela de Susa mataron y exterminaron a quinientos hombres, 7 dando muerte, especialmente, a Parsandata, Dalfón, Aspata, 8 Porata, Adalías, Aridata, 9 Parmasta, Arisai, Aridai y Vaisata, 10 los diez hijos de Amán, hijo de Hamdatá, el opresor de los judíos. Los mataron, pero no recogieron ningún botín.
11 Ese mismo día, llegó a conocimiento de rey el número de los que habían sido matados en la Ciudadela de Susa.
12 El rey dijo entonces a la reina Ester: "En la ciudadela de Susa, los judíos mataron y exterminaron a quinientos hombres y a los diez hijos de Amán. ¡Qué no habrán hecho en el resto de las provincias reales! Pero ¿qué es lo que pides? Lo que sea, te será concedido. ¿Qué otra cosa deseas? Se hará lo que tú digas".
13 Ester respondió: "Si al rey le parece bien, que a los judíos de Susa les sea permitido actuar también mañana conforme al decreto válido para hoy, y que los hijos de Amán sean colgados del patíbulo".
14 El rey ordenó que así se hiciera: en Susa se promulgó un decreto y los diez hijos de Amán fueron colgados.
15 Así, los judíos de Susa se reunieron una vez más el día catorce del mes de Adar y mataron allí a trescientos hombres, pero no recogieron ningún botín.
16 En cuanto a los demás judíos de las provincias reales, también se reunieron para defender sus vidas y así se libraron de los ataques de sus adversarios: ellos mataron a setenta y cinco mil entre sus enemigos, pero no recogieron ningún botín.
17 Esto sucedió el día trece del mes de Adar; el catorce descansaron y celebraron ese día con banquetes y alegría.
18 Pero los judíos de Susa, que se habían concentrado el trece y el catorce, descansaron el día quince y lo festejaron con banquetes y alegría.
19 Por eso los judíos de las zonas rurales celebran el día catorce del mes de Adar como un día de alegría, de banquetes y fiesta, y en él se envían regalos unos a otros.
Ester, 9, 1-19
Todavía hoy en día, los judíos celebran anualmente esta masacre, en lo que llaman la fiesta del Purim, en la que se consumen grandes cantidades de alcohol.
En el libro de Ester, se narra como la esposa del rey Asuero de Persia, la judía Ester, influyó para que su esposo tomara medidas contra los enemigos de los judios:
1 El trece del duodécimo mes –que es el mes de Adar– día en que se debía ejecutar la orden del rey y su decreto, cuando los enemigos de los judíos esperaban dominarlos, se produjo un cambio de situación: de hecho, fueron los judíos los que se impusieron sobre sus enemigos.
2 Ellos se reunieron en sus respectivas ciudades, en todas las provincias del rey Asuero, para atacar a los que buscaban su ruina. Nadie les opuso resistencia, porque el temor a los judíos se había apoderado de todos los pueblos.
3 Todos los jefes de las provincias, los prefectos, los gobernadores y los funcionarios del rey les prestaron su apoyo, porque el temor a Mardoqueo se había apoderado de ellos, 4 ya que este ocupaba un alto cargo en el palacio real y su fama se extendía por todas las provincias: Mardoqueo, en efecto, se engrandecía cada vez más.
5 Los judíos pasaron al filo de la espada a todos sus enemigos: fue una verdadera masacre, un exterminio. Trataron como quisieron a los que los odiaban, 6 y en la ciudadela de Susa mataron y exterminaron a quinientos hombres, 7 dando muerte, especialmente, a Parsandata, Dalfón, Aspata, 8 Porata, Adalías, Aridata, 9 Parmasta, Arisai, Aridai y Vaisata, 10 los diez hijos de Amán, hijo de Hamdatá, el opresor de los judíos. Los mataron, pero no recogieron ningún botín.
11 Ese mismo día, llegó a conocimiento de rey el número de los que habían sido matados en la Ciudadela de Susa.
12 El rey dijo entonces a la reina Ester: "En la ciudadela de Susa, los judíos mataron y exterminaron a quinientos hombres y a los diez hijos de Amán. ¡Qué no habrán hecho en el resto de las provincias reales! Pero ¿qué es lo que pides? Lo que sea, te será concedido. ¿Qué otra cosa deseas? Se hará lo que tú digas".
13 Ester respondió: "Si al rey le parece bien, que a los judíos de Susa les sea permitido actuar también mañana conforme al decreto válido para hoy, y que los hijos de Amán sean colgados del patíbulo".
14 El rey ordenó que así se hiciera: en Susa se promulgó un decreto y los diez hijos de Amán fueron colgados.
15 Así, los judíos de Susa se reunieron una vez más el día catorce del mes de Adar y mataron allí a trescientos hombres, pero no recogieron ningún botín.
16 En cuanto a los demás judíos de las provincias reales, también se reunieron para defender sus vidas y así se libraron de los ataques de sus adversarios: ellos mataron a setenta y cinco mil entre sus enemigos, pero no recogieron ningún botín.
17 Esto sucedió el día trece del mes de Adar; el catorce descansaron y celebraron ese día con banquetes y alegría.
18 Pero los judíos de Susa, que se habían concentrado el trece y el catorce, descansaron el día quince y lo festejaron con banquetes y alegría.
19 Por eso los judíos de las zonas rurales celebran el día catorce del mes de Adar como un día de alegría, de banquetes y fiesta, y en él se envían regalos unos a otros.
Ester, 9, 1-19
Todavía hoy en día, los judíos celebran anualmente esta masacre, en lo que llaman la fiesta del Purim, en la que se consumen grandes cantidades de alcohol.
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
Efectivamente Trhuseeker los “horrores” de la Biblia son muchísimos, por eso solo hay que verla como una epopeya completamente mítica que solo busca la justificación etnocéntrica del pueblo hebreo.
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Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
Prefiero La Ilíada y La Odisea....me gusta mucho eso de pasársela peleando con todo mundo o comiendo carne como pelón de ospicio
En cuanto a la Biblia, pues que decir, esa es la parte de "El Dios de los ejércitos", cruel y sanguinario....despues viene la parte de "Dios de misericordia", que manda a su hijo(¿Que no es él mismo?) a morir(¿murió?), y al final viene la parte "Soy Dios y estoy súper-encabronado", también conocida como el Apocalipsis...
En cuanto a la Biblia, pues que decir, esa es la parte de "El Dios de los ejércitos", cruel y sanguinario....despues viene la parte de "Dios de misericordia", que manda a su hijo(¿Que no es él mismo?) a morir(¿murió?), y al final viene la parte "Soy Dios y estoy súper-encabronado", también conocida como el Apocalipsis...
"Encontramos un gran número de libros... y ya que no contenían nada sino supersticiones y falsedades del Demonio, los quemamos a todos."—Diego de Landa, obispo católico, en 1562, después de quemar invaluables libros de historia y ciencia maya
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
En efecto, la mayoría de estos relatos no tienen mucha base histórica. La existencia de Abraham, Moisés y Josué está tan demostrada como la de Ayax, Héctor y Aquiles. Sin embargo, debemos considerar también los efectos funestos de estas narraciones.Roberto escribió:Efectivamente Trhuseeker los “horrores” de la Biblia son muchísimos, por eso solo hay que verla como una epopeya completamente mítica que solo busca la justificación etnocéntrica del pueblo hebreo.
Efectivamente Trhuseeker los “horrores” de la Biblia son muchísimos, por eso solo hay que verla como una epopeya completamente mítica que solo busca la justificación etnocéntrica del pueblo hebreo.
la diferencia entre el dios del nuevo testamento y el dios del nuevo testamento es un problema teológico nada desdeñable. Mientras el dios del antiguo testamento es vengativo e iracundo, que maldice a los enemigos de su pueblo y a su mismo pueblo en muchas ocasiones ha castigado con el látigo, el dios del nuevo testamento es todo amor y misericordia. Nada mas paradojico y contradictorio. A algunos movimientos religiosos del pasado, esta contradicción llevó a concluir que el dios del antiguo testamento y el dios del nuevo testamento son dioses distintos. Esta doctrina fue defendida por ciertos grupos al inicio de la era cristiana, a los que se les conoce hoy en dia como gnósticos. Según los gnósticos este mundo, que es esencialmente malo, fue creado por un dios malvado e inferior, al que identificaban generalmente con el dios judío del antiguo testamento.Requiem escribió:Prefiero La Ilíada y La Odisea....me gusta mucho eso de pasársela peleando con todo mundo o comiendo carne como pelón de ospicio
En cuanto a la Biblia, pues que decir, esa es la parte de "El Dios de los ejércitos", cruel y sanguinario....despues viene la parte de "Dios de misericordia", que manda a su hijo(¿Que no es él mismo?) a morir(¿murió?), y al final viene la parte "Soy Dios y estoy súper-encabronado", también conocida como el Apocalipsis...
Doctrinas semejantes fueron defendidas por el obispo Marción, fundador de la herejía marcionita. No me cabe ninguna duda de que hay mucho de verdad en el marcionismo.
Incluso pensadores mas recientes, como Schopenhauer (filosofo ateo), defendieron ideas semejantes. Según el, había mas similitud entre el budismo y el cristianismo, que entre este último y el judaismo. Señalaba la asimilación del judaismo en el cristianismo como un elemento de crisis en esta doctrina.
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
Por lo que expusiste de los dioses diferentes de la Biblia, el del antiguo testamento y el nuevo, me ha llevado a defender la “divinidad” de Cristo y me parece que el sacrificio del Jesucristo es para lavar los pecados del Padre y no de la humanidad.
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
Uno puede volverse loco leyendo la biblia, pero si la toma en serio es que ya lo está.
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
Regístrala en "Derechos de Autor", antes de que te la "ajusilen"tropicflower escribió:Uno puede volverse loco leyendo la biblia, pero si la toma en serio es que ya lo está.
"Existen dos maneras de asombrarse, descubriendo cómo funcionan las cosas, o....
aceptarlas como un misterio. ¿tú cual eliges?"
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
La verdad es que estoy segura de haber leído esa frase en algún lado, solo que no recuerdo donde...rcb64 escribió:Regístrala en "Derechos de Autor", antes de que te la "ajusilen"tropicflower escribió:Uno puede volverse loco leyendo la biblia, pero si la toma en serio es que ya lo está.
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
Para los errantistas, Padre Leo Roth dice que uno debe hallar buenos metaforos en los malso versos de este libro. ? Que son ellos?
Inerrantistas tienen racionalizaciones para los malos.
Para mi, nosostros debemos responder a esas racionalizaciones mas de mostrar las contradiciones y el malo sus mismos.
Inerrantistas tienen racionalizaciones para los malos.
Para mi, nosostros debemos responder a esas racionalizaciones mas de mostrar las contradiciones y el malo sus mismos.
Padre Griggs se queda en su ignorancia Socratica y naturaleza humilde . Es para un diaologo vigoroso con los teistas . La logica es el azote de los teistas.
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
No entendí lo que quisiste decir, explicate mejor por favor. ¿Cuales son las metáforas y racionalizaciones que explican los textos?escepticogriggsy escribió:Para los errantistas, Padre Leo Roth dice que uno debe hallar buenos metaforos en los malso versos de este libro. ? Que son ellos?
Inerrantistas tienen racionalizaciones para los malos.
Para mi, nosostros debemos responder a esas racionalizaciones mas de mostrar las contradiciones y el malo sus mismos.
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Re: Horrores y Barbaridades en el Antiguo Testamento
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