Entrevista a un Gris Abductor
Publicado: Dom Dic 16, 2007 3:03 pm
De visita en Valientes Platillos http://www.geocities.com/Area51/Comet/6574/indice.htm
encontré esta simpática
Entrevista a un Gris Abductor
Del doctor Jean Luc Tuoso, famoso teólogo, criminólogo, fontanero y ufólogo de campo, doctorado en Magufología y Letras por la prestigiosa Universidad de Sealand, autor de un clásico de la ufología científica: "Los UFOs y las hemorroides de los contactados: un estudio estadístico".
Después de recorrer más de 800.000.000.000.000 kilómetros tras los OVNIs y de no haber sacado absolutamente ninguna conclusión lógica sobre el fenómeno, por fin se me presentó la oportunidad soñada: entrevistar a una de estas misteriosas entidades que nos visitan desde tiempos remotos. La ocasión me la puso en bandeja uno de tantos contactados a los que tan injustamente vituperamos los ufólogos científicos por el simple hecho de vivir del cuento, montar un negociete a cargo de un montón de incautos y vocear todo tipo de memeces apocalípticas. En efecto, uno de estos sujetos, cuya identidad no estoy revelado a autorizar, accedió a prestarme su oui-ja 3.1 con manos libres de Microchof, medio por el que conversa habitualmente con Adefesionis, uno de esos extraterrestres cursis y horteras que se pasan el rato hablando de Hercóbulus, el Fin de los Días y otras tonterías por el estilo.
Por fin mi búsqueda se vio recompensada, pues no sólo pude hablar con un extraterrestre: mi contertulio adimensional resultó ser un Gris Abductor. ¡Tenía acceso a la clave del fenómeno más inquietante de la ufología: ¡las abducciones! No haré esperar más al lector y paso a transcribir mi revelador diálogo con la entidad extraterrestre.
Doctor Tuoso: ¿Hola? probando, probando... ¿me se oye?
Gris: ¿Sí? Adelante, adelante...
Dr. T: ¿Hola? sí... ¿quién es? ¿Sí?
G: ¿Cómo que quién es? Es usted el que llama ¿con quién hablo?
Dr. T: soy el Doctor Tuoso, el prestigioso ufólogo. ¿y usted quién es?
G: ah un ufólogo... vaya pregunta, soy un extraterrestre ¿con quién esperaba hablar a través de la oui-ja, con Telepizza?
Dr. T: un extraterrestre ¿Qué clase de extraterrestre?
G: ya empezamos con las preguntitas... como son estos ufólogos...
Dr. T: no se preocupe, no se vaya seré breve ¿contestará a mis preguntas?
G: bueno, vale, no entro a trabajar hasta dentro de dos horas, que me toca turno de abducción...
Dr. T: ¿Ha dicho abducción?
G: Sí.
Dr. T: ¿Es usted un Gris?
G: Sí, evidentemente.
Dr. T: Dios mío, tengo miles de preguntas, no sé por donde empezar...
G: Pues sí que empezamos bien... ya le digo que sólo dispongo de dos horas. Usted mismo.
Dr. T: vale vale... ¿De donde vienen ustedes? ¿Ganímedes, las Pléyades, Alfa centauri, Raticulín...?
G: no diga tonterías, somos marcianos.
Dr. T: ¿Marcianos? ¿Marcianos de Marte?
G: no, marcianos de Getafe... ¡¡Pues claro que de Marte, so merluzo!! ¿Donde le dieron el título de ufólogo? ¿son todos como usted en la profesión?
Dr T: OK, OK... vale... eeeeh ¿y por qué abducen a la gente?
G: Es nuestro trabajo.
Dr T: ya, ya, pero me refiero que para qué sirve, por qué lo hacen ¿cuál es la causa?
G: ah, ese "por qué". Bueno, al principio era por interés científico. Abducíamos poquito y selectivamente y hacíamos de todo: estudios genéticos, clonábamos piezas para nuestros robots biológicos... cosas así. Abducíamos a unas 12 personas al año, como mucho. Ocurre que se creó un negocio en Marte a cuenta de esto ¿sabe? se puso de moda importar terrícolas o llevárselos temporalmente. Toda la historia creció debido a intereses económicos de tal forma que el Gran Jefazo Marciano intentó cortar por lo sano porque ya había una especie de intervencionismo excesivo en el planeta de ustedes. Pero ya había intereses creados y demasiados puestos de trabajo en el negocio de las abducciones, por lo que el sindicato se quejó y el Gran Jefazo no tuvo más remedio que dictar la Ley de Abducción Libre, con lo cuál se disparó la fiebre: ahora la empresa, Transterretics SL, tiene 140.000 operarios que trabajan en 3 turnos de 8 horas de las de ustedes, abduciendo gente todo el rato la mayoría de las veces sin ningún motivo, sólo porque hay que dar trabajo a todos estos tipos. La verdad es que no es un mal trabajo, te ríes un montón, viajas, estás en un planeta exótico y hacen camisetas con tu cara.
Dr. T: ¿Me está diciendo que la pandemia de las abducciones se debe a un conflicto laboral marciano?
G: Si quiere verlo de ese modo...
Dr. T: pero... ¿no están creando una raza híbrida? ¿No están impulsando nuestra evolución para que pasemos a un nivel más espiritual?
G: menuda sarta de tonterías... Eso lo dicen sus colegas, Hopkins, Strieber y todos esos, que por cierto viven a costa de nuestro trabajo, esto que quede bien claro. Cualquier día la empresa les meterá un paquete, porque esto ya es excesivo ¿eh? Ya me dirá, menudo negocio el que han montado ustedes sin ninguna licencia a cuenta de nuestro trabajo: libros, películas, revistas... todo a cuenta de nuestro esfuerzo laboral.
Dr. T: Bueno, alguna compensación teníamos que sacar por la molestia... reconozca que ser abducido no es agradable... los implantes...
G: Ya estamos hablando de oídas ¿Ha sido abducido usted alguna vez? No ¿verdad? se nota. Pero se ha tragado todos los cuentos de sus amiguetes, Sierra, Zerpa y ese tipo... ¿Cómo se llama? ... el que vive en una casa como las nuestras... ¡Benítez! ese. Bueno, pues mire, entérense de una vez: NO USAMOS IMPLANTES. No los hemos usado nunca, eso se lo inventaron ustedes para vender libros. Por otra parte ser abducido no es ninguna molestia, al contrario, usted no nota nada si lo abducimos, eso lo garantiza la empresa, tenemos un código deontólogico que cumplimos rigurosamente, caballero.
Dr. T: bueno, una sonda anal no debe ser nada agradable...
G: ¡Pero no sea usted chancho, hombre! Una sonda anal... ¡por el Gran Jefazo! No es nuestro problema si a ustedes les salen a la luz sus perversiones favoritas mientras efectúan sus chapuceras regresiones hipnóticas. Nuestras abducciones se caracterizan por su alta calidad, ausencia de efectos secundarios y total delicadeza. Nos limitamos a extraer el ADN de ustedes para fabricar nuestras mascotas, los populares Terragotchis, entenderá que no le detalle el proceso, no sea que nos chafen el negocio. Los abducidos deberían estarnos agradecidos ¿cuántos de ustedes pueden presumir de haber montado en nuestras naves? Después de la extracción del ADN les damos un paseo y a veces hasta les enseñamos mapas estelares y cosas así. Pero no, prefieren salir en la tele lloriqueando y diciendo tonterías ¿Qué es eso de que atravesamos paredes para irrumpir en los dormitorios de la gente? Entramos por la puerta, como todo el mundo.
Dr. T: Cambiemos de tema... ¿y cómo funcionan las naves de ustedes? Motores de antigravedad, condensadores de antimateria, microagujeros negros, generadores de desgarros dimensionales...
G: Guárdese toda esa absurda jerigonza. Nuestras naves funcionan a vapor.
Dr T: ¡¡¡¡A vapor!!!! ¿Está de broma?
G: Si se lo digo yo, que antes de ser abductor trabajé 6 años de fogonero en mi nave nodriza y no vea... aquello sí que era duro, amigo.
Dr. T: Pero cómo a vapor, eso es absurdo.
G: no, no, no... aquí volvieron a equivocarse ustedes, cuando se volcaron por el motor de explosión, la energía nuclear y todas esas chorradas. Si hubiesen desarrollado su tecnología de vapor del siglo XIX hasta sus extremos ahora estarían ustedes viajando por el espacio interestelar. Se lo aseguro: la clave de nuestra tecnología es la máquina de vapor. Ustedes han sufrido una seria regresión tecnológica desde que dejaron de lado aquellas maravillosas locomotoras de la Pennsylvania Railroads, desde nuestro punto de vista el mayor logro tecnológico de ustedes. Si hubiesen seguido investigando en esa dirección ahora tendrían montada una línea regular de vuelos charter a Júpiter. Pero no, se empeñaron en esos ridículos reactores y esos cohetes de broma que construyeron para ir a la Luna.
Dr. T: Otra cuestión: ¿es verdad que cuentan ustedes con infiltrados entre nosotros?
G: Pues sí. Algunos de nosotros viven entre ustedes. Nosotros no los llamamos infiltrados, sino ojeadores. Su misión es señalar a los incautos o idiotas a los que vamos abducir. Procuramos que sea gente que resulte graciosa, dado que vamos a sacar a nuestras mascotas de ahí y nadie quiere una mascota aburrida ¿no? Nuestros ojeadores están perfectamente camuflados e integrados en la sociedad de ustedes. Se sorprendería.
Dr. T: ¿Podría darme algún nombre?
G: Evidentemente no. Pero para que se haga una idea, tenemos de todo, jugadores de futbol, presentadores de noticiarios, el director de una revista esotérica en Madrid, un prestigioso abogado rosarino, catedráticos, algún peculiar dirigente político caribeño... Ya le digo, hay de todo, comprenda que no pueda darle detalles, pondría en peligro a mis compatriotas.
Amigo, me temo que tendremos que dejar la charla, he de marcharme. Hasta luego.
Dr. T: ¡Un momento! ¡no se vaya, faltan cientos de preguntas! ¿Oiga? ¿oiga?
...
Dr. T: ¡Agh, me quedé sin conexión! ¡¿Cómo ?! ¿¿Que me cobran a mí la llamada??
encontré esta simpática
Entrevista a un Gris Abductor
Del doctor Jean Luc Tuoso, famoso teólogo, criminólogo, fontanero y ufólogo de campo, doctorado en Magufología y Letras por la prestigiosa Universidad de Sealand, autor de un clásico de la ufología científica: "Los UFOs y las hemorroides de los contactados: un estudio estadístico".
Después de recorrer más de 800.000.000.000.000 kilómetros tras los OVNIs y de no haber sacado absolutamente ninguna conclusión lógica sobre el fenómeno, por fin se me presentó la oportunidad soñada: entrevistar a una de estas misteriosas entidades que nos visitan desde tiempos remotos. La ocasión me la puso en bandeja uno de tantos contactados a los que tan injustamente vituperamos los ufólogos científicos por el simple hecho de vivir del cuento, montar un negociete a cargo de un montón de incautos y vocear todo tipo de memeces apocalípticas. En efecto, uno de estos sujetos, cuya identidad no estoy revelado a autorizar, accedió a prestarme su oui-ja 3.1 con manos libres de Microchof, medio por el que conversa habitualmente con Adefesionis, uno de esos extraterrestres cursis y horteras que se pasan el rato hablando de Hercóbulus, el Fin de los Días y otras tonterías por el estilo.
Por fin mi búsqueda se vio recompensada, pues no sólo pude hablar con un extraterrestre: mi contertulio adimensional resultó ser un Gris Abductor. ¡Tenía acceso a la clave del fenómeno más inquietante de la ufología: ¡las abducciones! No haré esperar más al lector y paso a transcribir mi revelador diálogo con la entidad extraterrestre.
Doctor Tuoso: ¿Hola? probando, probando... ¿me se oye?
Gris: ¿Sí? Adelante, adelante...
Dr. T: ¿Hola? sí... ¿quién es? ¿Sí?
G: ¿Cómo que quién es? Es usted el que llama ¿con quién hablo?
Dr. T: soy el Doctor Tuoso, el prestigioso ufólogo. ¿y usted quién es?
G: ah un ufólogo... vaya pregunta, soy un extraterrestre ¿con quién esperaba hablar a través de la oui-ja, con Telepizza?
Dr. T: un extraterrestre ¿Qué clase de extraterrestre?
G: ya empezamos con las preguntitas... como son estos ufólogos...
Dr. T: no se preocupe, no se vaya seré breve ¿contestará a mis preguntas?
G: bueno, vale, no entro a trabajar hasta dentro de dos horas, que me toca turno de abducción...
Dr. T: ¿Ha dicho abducción?
G: Sí.
Dr. T: ¿Es usted un Gris?
G: Sí, evidentemente.
Dr. T: Dios mío, tengo miles de preguntas, no sé por donde empezar...
G: Pues sí que empezamos bien... ya le digo que sólo dispongo de dos horas. Usted mismo.
Dr. T: vale vale... ¿De donde vienen ustedes? ¿Ganímedes, las Pléyades, Alfa centauri, Raticulín...?
G: no diga tonterías, somos marcianos.
Dr. T: ¿Marcianos? ¿Marcianos de Marte?
G: no, marcianos de Getafe... ¡¡Pues claro que de Marte, so merluzo!! ¿Donde le dieron el título de ufólogo? ¿son todos como usted en la profesión?
Dr T: OK, OK... vale... eeeeh ¿y por qué abducen a la gente?
G: Es nuestro trabajo.
Dr T: ya, ya, pero me refiero que para qué sirve, por qué lo hacen ¿cuál es la causa?
G: ah, ese "por qué". Bueno, al principio era por interés científico. Abducíamos poquito y selectivamente y hacíamos de todo: estudios genéticos, clonábamos piezas para nuestros robots biológicos... cosas así. Abducíamos a unas 12 personas al año, como mucho. Ocurre que se creó un negocio en Marte a cuenta de esto ¿sabe? se puso de moda importar terrícolas o llevárselos temporalmente. Toda la historia creció debido a intereses económicos de tal forma que el Gran Jefazo Marciano intentó cortar por lo sano porque ya había una especie de intervencionismo excesivo en el planeta de ustedes. Pero ya había intereses creados y demasiados puestos de trabajo en el negocio de las abducciones, por lo que el sindicato se quejó y el Gran Jefazo no tuvo más remedio que dictar la Ley de Abducción Libre, con lo cuál se disparó la fiebre: ahora la empresa, Transterretics SL, tiene 140.000 operarios que trabajan en 3 turnos de 8 horas de las de ustedes, abduciendo gente todo el rato la mayoría de las veces sin ningún motivo, sólo porque hay que dar trabajo a todos estos tipos. La verdad es que no es un mal trabajo, te ríes un montón, viajas, estás en un planeta exótico y hacen camisetas con tu cara.
Dr. T: ¿Me está diciendo que la pandemia de las abducciones se debe a un conflicto laboral marciano?
G: Si quiere verlo de ese modo...
Dr. T: pero... ¿no están creando una raza híbrida? ¿No están impulsando nuestra evolución para que pasemos a un nivel más espiritual?
G: menuda sarta de tonterías... Eso lo dicen sus colegas, Hopkins, Strieber y todos esos, que por cierto viven a costa de nuestro trabajo, esto que quede bien claro. Cualquier día la empresa les meterá un paquete, porque esto ya es excesivo ¿eh? Ya me dirá, menudo negocio el que han montado ustedes sin ninguna licencia a cuenta de nuestro trabajo: libros, películas, revistas... todo a cuenta de nuestro esfuerzo laboral.
Dr. T: Bueno, alguna compensación teníamos que sacar por la molestia... reconozca que ser abducido no es agradable... los implantes...
G: Ya estamos hablando de oídas ¿Ha sido abducido usted alguna vez? No ¿verdad? se nota. Pero se ha tragado todos los cuentos de sus amiguetes, Sierra, Zerpa y ese tipo... ¿Cómo se llama? ... el que vive en una casa como las nuestras... ¡Benítez! ese. Bueno, pues mire, entérense de una vez: NO USAMOS IMPLANTES. No los hemos usado nunca, eso se lo inventaron ustedes para vender libros. Por otra parte ser abducido no es ninguna molestia, al contrario, usted no nota nada si lo abducimos, eso lo garantiza la empresa, tenemos un código deontólogico que cumplimos rigurosamente, caballero.
Dr. T: bueno, una sonda anal no debe ser nada agradable...
G: ¡Pero no sea usted chancho, hombre! Una sonda anal... ¡por el Gran Jefazo! No es nuestro problema si a ustedes les salen a la luz sus perversiones favoritas mientras efectúan sus chapuceras regresiones hipnóticas. Nuestras abducciones se caracterizan por su alta calidad, ausencia de efectos secundarios y total delicadeza. Nos limitamos a extraer el ADN de ustedes para fabricar nuestras mascotas, los populares Terragotchis, entenderá que no le detalle el proceso, no sea que nos chafen el negocio. Los abducidos deberían estarnos agradecidos ¿cuántos de ustedes pueden presumir de haber montado en nuestras naves? Después de la extracción del ADN les damos un paseo y a veces hasta les enseñamos mapas estelares y cosas así. Pero no, prefieren salir en la tele lloriqueando y diciendo tonterías ¿Qué es eso de que atravesamos paredes para irrumpir en los dormitorios de la gente? Entramos por la puerta, como todo el mundo.
Dr. T: Cambiemos de tema... ¿y cómo funcionan las naves de ustedes? Motores de antigravedad, condensadores de antimateria, microagujeros negros, generadores de desgarros dimensionales...
G: Guárdese toda esa absurda jerigonza. Nuestras naves funcionan a vapor.
Dr T: ¡¡¡¡A vapor!!!! ¿Está de broma?
G: Si se lo digo yo, que antes de ser abductor trabajé 6 años de fogonero en mi nave nodriza y no vea... aquello sí que era duro, amigo.
Dr. T: Pero cómo a vapor, eso es absurdo.
G: no, no, no... aquí volvieron a equivocarse ustedes, cuando se volcaron por el motor de explosión, la energía nuclear y todas esas chorradas. Si hubiesen desarrollado su tecnología de vapor del siglo XIX hasta sus extremos ahora estarían ustedes viajando por el espacio interestelar. Se lo aseguro: la clave de nuestra tecnología es la máquina de vapor. Ustedes han sufrido una seria regresión tecnológica desde que dejaron de lado aquellas maravillosas locomotoras de la Pennsylvania Railroads, desde nuestro punto de vista el mayor logro tecnológico de ustedes. Si hubiesen seguido investigando en esa dirección ahora tendrían montada una línea regular de vuelos charter a Júpiter. Pero no, se empeñaron en esos ridículos reactores y esos cohetes de broma que construyeron para ir a la Luna.
Dr. T: Otra cuestión: ¿es verdad que cuentan ustedes con infiltrados entre nosotros?
G: Pues sí. Algunos de nosotros viven entre ustedes. Nosotros no los llamamos infiltrados, sino ojeadores. Su misión es señalar a los incautos o idiotas a los que vamos abducir. Procuramos que sea gente que resulte graciosa, dado que vamos a sacar a nuestras mascotas de ahí y nadie quiere una mascota aburrida ¿no? Nuestros ojeadores están perfectamente camuflados e integrados en la sociedad de ustedes. Se sorprendería.
Dr. T: ¿Podría darme algún nombre?
G: Evidentemente no. Pero para que se haga una idea, tenemos de todo, jugadores de futbol, presentadores de noticiarios, el director de una revista esotérica en Madrid, un prestigioso abogado rosarino, catedráticos, algún peculiar dirigente político caribeño... Ya le digo, hay de todo, comprenda que no pueda darle detalles, pondría en peligro a mis compatriotas.
Amigo, me temo que tendremos que dejar la charla, he de marcharme. Hasta luego.
Dr. T: ¡Un momento! ¡no se vaya, faltan cientos de preguntas! ¿Oiga? ¿oiga?
...
Dr. T: ¡Agh, me quedé sin conexión! ¡¿Cómo ?! ¿¿Que me cobran a mí la llamada??