el que me causó la euforia fue este :
Química: A Jacques Benveniste (premio Ig Nobel de Química en 1991), de Francia, "por su importante descubrimiento en Homeopatía, que indica que el agua no sólo tiene memoria, sino que esta información se puede transmitir a través de la Red Telefónica y de Internet".
( que no lo sepan los homeopatas )
Claro que lo saben. De hecho, los laboratorios homeópaticos promovían los trabajos de Benveniste; hasta el punto en que, de alguna forma, le imponían a determinados investigadores como miembros destacados de su equipo. Dos de los miembros del equipo de Benveniste eran pagados directamente por la empresa de productos homeopáticos Boiron. El mismo Benveniste, ya unos años antes, había sido miembro del consejo de administración de otra empresa similar. Además, todos los experimentos que dieron resultados positivos se realizaron por o en presencia de E. Davenas, una de las doctoras pagadas directamente por Boiron.
A pesar de los informes desfavorables, el INSERM (Instituto Nacional Francés de la Salud y la Investigación Médica), renovó a Benveniste al frente de la unidad 200, con la condición de que despidiese a esos investigadores "comprometidos" con los intereses comerciales de los laboratorios.
Benveniste no solo no cumplió esa condición, sino que, a partir de entonces, se quita el disfraz y aparece como un magufo hecho y derecho en el “Foro de las medicinas alternativas y de la vida natural” celebrado en Toulouse en Octubre de 1989.
A mediados de 1990 aparece una encuesta sobre OVNIs, realizada por Jean-Pierre Petit en la que se difunde el ya manido argumento magufo de que la ciencia “oficial” y los “poderes fácticos” sólo pretenden enterrar el problema, y que el poder político, el ejército y el mundo científico han lanzado una campaña de desinformación “por razones de estado”. En realidad, el libro que contiene esta encuesta es el primero de una colección titulada “En los márgenes de la ciencia”, dirigida por el propio Benveniste. El INSERM no tuvo más remedio que actuar, cerrando la unidad 200 a finales de 1993.
Jacques Benveniste rehusó el millón de Francos que le ofrecía la revista Science & Vie si podía reproducir los resultados de su experimento bajo el riguroso control de un jurado presidido por el profesor Jean Dry, presidente de la Unión Terapéutica Internacional. La respuesta de Benveniste, publicada el 31 de Diciembre de 1988 en Le Monde fue que “La investigación médica no se realiza en teatros de feria. Rehúso, evidentemente, presentarme ante no sé qué tribunal compuesto por periodistas y científicos que no poseen, entre todos, el nivel suficiente para ser ni siquiera bedeles en el INSERM”.
Así mismo, el comité de evaluación compuesto por J. Madox (editor de Nature), W. Stewart (científico experto en estudio de errores), y James Randi (conocido mago), determinó que no existía razón para suponer los efectos pretendidos por J. Benveniste. Este hecho fue respaldado por otros muchos investigadores independientes que intentaron repetir los experimentos de Benveniste, sin ningún resultado positivo.