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En mi caso , con respecto a la apuesta , primero me cercioraría de que no tenga que sacar de mi bolsillo mucho dinero para apostar

Luego saldría a apostar por la no existencia.

Pd : Creí que me identificaba con el agnosticismo , pero ahora veo que tampoco.

starmans escribió:En mi caso , con respecto a la apuesta , primero me cercioraría de que no tenga que sacar de mi bolsillo mucho dinero para apostar

Luego saldría a apostar por la no existencia.

Pd : Creí que me identificaba con el agnosticismo , pero ahora veo que tampoco.

Nada de eso, esta apuesta es tan "apuesta" que no necesitas dinero para apostar. Sólo elegir entre SI o NO. Por supuesto, cada persona puede realizar una única apuesta. Y además, para animar a los creyentes, se garantizará el anonimato; ni dios se va enterar de qué opción elegistes.

Sobre el premio,¿os parece suficiente 10 millones de €uros para cada acertante? O mejor, ¿nos repartimos la inmensa fortuna de la Iglesia? Je je je Ya veo a los curas en el púlpito exhortando a los fieles para que apuesten contra dios y dejen en premio en el cepillo.

REFICUL escribió:Por curiosidad, AlejR, ¿apostarías o te quedarías en casa?

Creo que me quedaría en casa. Pero si tuviera la obligación de votar por algo, entonces mi voto dependería de mi opinión en ese momento, siempre cambiante.

Algunas veces me pongo a pensar en la inteligencia humana y se me dificulta concluir que ésta haya surgido de "la nada", entonces tiendo a creer en dios. Cabe aclarar que cuando hablo sobre dios no me refiero a un señor barbudo sentado en un trono de nubes, sinó mas bien a una conciencia mayor, una matriz, de donde provienen las demás inteligencias. Pero esto es una especulación, una intuición, nada más, y por lo tanto no me satisface del todo.

Las que tampoco me terminan de satisfacer son las explicaciones científicas sobre la probabilidad de la no existencia de dios.

En ambos casos me quedo con cierta sensación de incomodidad. Es como si a un feto, dentro del vientre materno, se le pidiera que explicase qué hay fuera del lugar donde está, o cómo será su vida luego de "nacer" (es decir, luego de abandonar el único lugar que conoce).

Esa es, pues, mi humilde opinión. Y no te asombres si mañana te digo otra cosa. Lo más probable es que así suceda. Saludos y gracias por preguntar.

AlejR escribió:En ambos casos me quedo con cierta sensación de incomodidad. Es como si a un feto, dentro del vientre materno, se le pidiera que explicase qué hay fuera del lugar donde está, o cómo será su vida luego de "nacer" (es decir, luego de abandonar el único lugar que conoce).

Esa es, pues, mi humilde opinión. Y no te asombres si mañana te digo otra cosa. Lo más probable es que así suceda. Saludos y gracias por preguntar.

Ésto me recordó "El mito de la caverna" de....no me acuerdo quién.

rcb64 escribió: Ésto me recordó "El mito de la caverna" de....no me acuerdo quién.

Del filosofo griego Platón.

Je, Je, sí, después de escribir eso investigué en la wiki y lo encontré pero ya me dió flojera aclarlarlo aquí, pero gracias de todos modos.

Si, el hombre sabio al que se refiere Platón es quien se aventura a salir de la caverna para mirar la luz de frente. Y en el caso del feto, la "iluminación" se da a partir del nacimiento (debe ser por eso que se suele decir de las madres que "dan a luz"...)

Gracias por tu aporte, rcb64. Este mito sobre qué podría pensar el feto en el útero materno es viejo pero la verdad es que no recuerdo de dónde lo saqué. Resulta interesante compararlo con el mito de la caverna.

Yo como agnóstico, me quedaría en casa, en realidad no me interesa si Dios existe o no, me basta lo que esta demostrado o lo que veo, y lo primero que concibo es que de existir Dios este es indiferente a la condición humana y lo segundo es que el concepto de Dios es una invención humana, como dice el abad del monasterio de dragón dorado, “Dios es una invención del hombre, por lo tanto no hay misterio en la naturaleza de Dios, el verdadero misterio es la naturaleza del hombre” y esa naturaleza o la mayoría de los seres humanos necesitan ese concepto para “socializar”, que es uno de los aspectos en que los agnósticos estamos concientes, de la necesidad sicológica de la religión.