LA CIENCIA POR GUSTO
Moderadores: tequileitor, ASIMOV22, Moravec
Hola. Les comparto la interesante columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Cuando nos observan
Martín Bonfil Olivera
1 de agosto de 2007
Cuando, hace poco, una personalidad pública me comentó que iba a leer regularmente esta columna, me sentí incómodo: ¿podría seguir escribiendo con libertad? Decidí ignorar en lo posible tal inquietud, pero me avergoncé un poco por mi inseguridad. Sin embargo, un artículo publicado el 27 de julio en la revista Science y comentado en MILENIO Diario revela que mi reacción fue de lo más natural.
En él, los investigadores alemanes Manfred Milinski y Bettina Rockenbach resumen distintas investigaciones que revelan que el comportamiento de los animales (peces, aves, mamíferos, humanos...) se altera cuando se saben observados. El comportamiento tiende a volverse menos egoísta que sería lo esperable normalmente y más altruista cuando algún congénere nos vigila.
Las razones tienen que ver con la "reputación": en muchas especies, el rango social de un individuo se juzga por su comportamiento. Además, ser egoísta puede ser castigado en ciertas comunidades. Por ello, fingir puede ser beneficioso para un individuo. Esto desata una "carrera armamentista" en la que quien observa a los otros intenta no ser visto, para evitar que la conducta se disfrace. El individuo observado, por su parte, intenta descubrir si lo espían, pero finge no haberlo notado, para que el espía piense que está observando un comportamiento natural.
Este juego, comentan los autores, se presenta también en comunidades humanas. Es posible que el solo hecho de tener la mirada de alguien observándonos "así sea en una foto" baste para hacer que nuestro comportamiento sea más altruista. Algo para pensar...
¡Mira!
Carlos Marín se burló ayer, en su columna de Milenio Diario, de que Marcelo Ebrard tome en serio a Al Gore. "Lo del ‘calentamiento global’ dice se ha convertido en una religión de la que Gore viene a ser el Sumo Sacerdote".
Es cierto: existen todavía escépticos acerca de que el calentamiento sea causado por los gases de invernadero de origen humano; pero ya nadie en la comunidad científica duda de que el calentamiento sea real. Si aplicamos el principio de precaución al usar el cinturón de seguridad o al exigir pruebas de que los alimentos transgénicos son inocuos, debemos aplicarlo ante la posibilidad casi certeza de que las actividades humanas estén alterando el ambiente.
Es lo más razonable, aunque sea incómodo.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
La columna "La ciencia por gusto", de Martín Bonfil Olivera, aparece todos los miércoles en el periódico Milenio Diario. Puedes leerla en http://lacienciaporgusto.blogspot.com/
Échale un ojo a ¡Mira!, el blog de Martín Bonfil Olivera con críticas, quejas, comentarios, fotos y otras cosas inútiles pero que sirven para platicar: http://mirabonfil.blogspot.com/
P.D. de ASIMOV22: Y aquí les posteoelcomentario de Carlos Marín:
http://www.milenio.com/mexico/milenio/f ... ?id=534302
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Cuando nos observan
Martín Bonfil Olivera
1 de agosto de 2007
Cuando, hace poco, una personalidad pública me comentó que iba a leer regularmente esta columna, me sentí incómodo: ¿podría seguir escribiendo con libertad? Decidí ignorar en lo posible tal inquietud, pero me avergoncé un poco por mi inseguridad. Sin embargo, un artículo publicado el 27 de julio en la revista Science y comentado en MILENIO Diario revela que mi reacción fue de lo más natural.
En él, los investigadores alemanes Manfred Milinski y Bettina Rockenbach resumen distintas investigaciones que revelan que el comportamiento de los animales (peces, aves, mamíferos, humanos...) se altera cuando se saben observados. El comportamiento tiende a volverse menos egoísta que sería lo esperable normalmente y más altruista cuando algún congénere nos vigila.
Las razones tienen que ver con la "reputación": en muchas especies, el rango social de un individuo se juzga por su comportamiento. Además, ser egoísta puede ser castigado en ciertas comunidades. Por ello, fingir puede ser beneficioso para un individuo. Esto desata una "carrera armamentista" en la que quien observa a los otros intenta no ser visto, para evitar que la conducta se disfrace. El individuo observado, por su parte, intenta descubrir si lo espían, pero finge no haberlo notado, para que el espía piense que está observando un comportamiento natural.
Este juego, comentan los autores, se presenta también en comunidades humanas. Es posible que el solo hecho de tener la mirada de alguien observándonos "así sea en una foto" baste para hacer que nuestro comportamiento sea más altruista. Algo para pensar...
¡Mira!
Carlos Marín se burló ayer, en su columna de Milenio Diario, de que Marcelo Ebrard tome en serio a Al Gore. "Lo del ‘calentamiento global’ dice se ha convertido en una religión de la que Gore viene a ser el Sumo Sacerdote".
Es cierto: existen todavía escépticos acerca de que el calentamiento sea causado por los gases de invernadero de origen humano; pero ya nadie en la comunidad científica duda de que el calentamiento sea real. Si aplicamos el principio de precaución al usar el cinturón de seguridad o al exigir pruebas de que los alimentos transgénicos son inocuos, debemos aplicarlo ante la posibilidad casi certeza de que las actividades humanas estén alterando el ambiente.
Es lo más razonable, aunque sea incómodo.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
La columna "La ciencia por gusto", de Martín Bonfil Olivera, aparece todos los miércoles en el periódico Milenio Diario. Puedes leerla en http://lacienciaporgusto.blogspot.com/
Échale un ojo a ¡Mira!, el blog de Martín Bonfil Olivera con críticas, quejas, comentarios, fotos y otras cosas inútiles pero que sirven para platicar: http://mirabonfil.blogspot.com/
P.D. de ASIMOV22: Y aquí les posteoelcomentario de Carlos Marín:
http://www.milenio.com/mexico/milenio/f ... ?id=534302
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les comparto la columna de esta semanita. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Un cerebro despierta
Martín Bonfil Olivera
8 de agosto de 2007
Para Raúl, por 15 años de amor
Somos nuestro cerebro, no cabe duda. Los constantes avances de la neurobiología lo confirman. Pacientes con alteraciones cerebrales ven afectadas, inevitablemente, las funciones mentales que consideramos más característicamente humanas: la memoria, el habla, el pensamiento.
Caso extremo es el mal de Alzheimer, que destruye el alma, entendida de la única forma en que puede entenderse. No como esencia inmaterial que anima al cuerpo, sino como la asombrosa función emergente del cerebro, esa red de redes neuronales que nos permite ser conscientes del entorno y de nosotros mismos.
Las funciones mentales superiores, como la conciencia, son producto del funcionamiento de la capa externa, evolutivamente novedosa, del cerebro: la corteza, tan arrugada en el ser humano.
Las capas más internas y antiguas del encéfalo se ocupan de funciones más básicas, como los movimientos reflejos o la respiración (y, sorprendentemente, de las emociones).
Evolutivamente, el yo, la conciencia, surge con la aparición de cerebros capaces de "despertar": hacerse conscientes, a diferencia de los cerebros que reaccionan a estímulos del entorno, sin "darse cuenta" de lo que hacen. Pero la conciencia no es permanente: la perdemos diariamente al dormir, y accidentes o enfermedades puede ocasionar su desaparición total o por periodos largos.
En un coma, no hay respuesta a ningún estímulo. En el llamado "estado vegetativo persistente" hay respuesta a ciertos estímulos, así como movimientos oculares y corporales, pero sin conciencia. En los llamados "estados mínimos de conciencia" el paciente puede mostrar momentáneamente señales de actividad organizada, pues al menos parte de su corteza llega a despertar y funcionar.
La revista Nature reportó la semana pasada ( MILENIO , 2 de agosto) el caso de un paciente en condiciones favorables que pudo despertar, luego de 6 años en un estado mínimo de conciencia, gracias a la inserción de electrodos que estimulan eléctricamente regiones de su hipotálamo que se conectan con la corteza y participan en el mecanismo del despertar.
La promesa terapéutica es grande, aunque se trata sólo de un caso, y con resultados limitados. La lección mayor es que las neurociencias comienzan a responder algunas de las preguntas que más han inquietado a los filósofos.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Un cerebro despierta
Martín Bonfil Olivera
8 de agosto de 2007
Para Raúl, por 15 años de amor
Somos nuestro cerebro, no cabe duda. Los constantes avances de la neurobiología lo confirman. Pacientes con alteraciones cerebrales ven afectadas, inevitablemente, las funciones mentales que consideramos más característicamente humanas: la memoria, el habla, el pensamiento.
Caso extremo es el mal de Alzheimer, que destruye el alma, entendida de la única forma en que puede entenderse. No como esencia inmaterial que anima al cuerpo, sino como la asombrosa función emergente del cerebro, esa red de redes neuronales que nos permite ser conscientes del entorno y de nosotros mismos.
Las funciones mentales superiores, como la conciencia, son producto del funcionamiento de la capa externa, evolutivamente novedosa, del cerebro: la corteza, tan arrugada en el ser humano.
Las capas más internas y antiguas del encéfalo se ocupan de funciones más básicas, como los movimientos reflejos o la respiración (y, sorprendentemente, de las emociones).
Evolutivamente, el yo, la conciencia, surge con la aparición de cerebros capaces de "despertar": hacerse conscientes, a diferencia de los cerebros que reaccionan a estímulos del entorno, sin "darse cuenta" de lo que hacen. Pero la conciencia no es permanente: la perdemos diariamente al dormir, y accidentes o enfermedades puede ocasionar su desaparición total o por periodos largos.
En un coma, no hay respuesta a ningún estímulo. En el llamado "estado vegetativo persistente" hay respuesta a ciertos estímulos, así como movimientos oculares y corporales, pero sin conciencia. En los llamados "estados mínimos de conciencia" el paciente puede mostrar momentáneamente señales de actividad organizada, pues al menos parte de su corteza llega a despertar y funcionar.
La revista Nature reportó la semana pasada ( MILENIO , 2 de agosto) el caso de un paciente en condiciones favorables que pudo despertar, luego de 6 años en un estado mínimo de conciencia, gracias a la inserción de electrodos que estimulan eléctricamente regiones de su hipotálamo que se conectan con la corteza y participan en el mecanismo del despertar.
La promesa terapéutica es grande, aunque se trata sólo de un caso, y con resultados limitados. La lección mayor es que las neurociencias comienzan a responder algunas de las preguntas que más han inquietado a los filósofos.
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[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les comparto la columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Bebés colonizados
Martín Bonfil Olivera
15 de agosto de 2007
El ser humano tiende a vanagloriarse de su superioridad sobre los demás organismos del planeta (herencia que en parte le debemos al cristianismo, con su mito del "rey de la creación", hoy afortunadamente rebatido por una necesaria cultura de protección de la biodiversidad).
Nuestra supervivencia depende de otras especies para obtener el oxígeno que respiramos y el alimento que consumimos. Y no sólo eso: no hay ejemplo más dramático de nuestra íntima interrelación con otros seres vivos que el de las bacterias que habitan normalmente en nuestro intestino. Uno pensaría que tener bacterias, con su fama de causar de enfermedades, colonizando nuestras tripas no es de lo más sano. Pero lo normal es que haya muchísimas: constituyen un verdadero ecosistema, formado por unos 100 billones de células bacterianas de 400 especies distintas (¡diez veces más que el número total de células humanas que conforman nuestro cuerpo!).
Gracias a ellas podemos digerir nuestra comida, producen algunas vitaminas y son incluso necesarias para el buen desarrollo de nuestro intestino y sistema inmunitario. Simplemente, no podríamos vivir sin ellas. Se puede decir, sin exagerar, que un ser humano es él y sus bacterias.
Por ello es importante el estudio realizado por un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, dirigido por Patrick Brown, y publicado en el número de julio de la revista PLOS Biology. Describe cómo el intestino de 14 bebés estudiados es colonizado por bacterias desde que son recién nacidos (el vientre materno es un ambiente estéril) y a lo largo de su primer año de vida. Sus resultados son un importante primer paso para entender la ecología de esta importante simbiosis.
Contrario a lo que afirman los libros de bacteriología, la colonización de los intestinos infantiles no es ordenada, sino caótica: la diversidad de especies de cada bebé es única, y parece depender de encuentros fortuitos del bebé con bacterias de su ambiente (en el canal vaginal de su madre, en su leche, en el aire, en sus primeros alimentos...).
Sin embargo, al cabo de un año la microbiota intestinal de los bebés comienza a parecerse a la de un adulto normal. A pesar del comienzo azaroso, al final parece que las especies mejor adaptadas a vivir en nuestro intestino predominan. La evolución de nuestra simbiosis no es, finalmente, tan azarosa.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
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Bebés colonizados
Martín Bonfil Olivera
15 de agosto de 2007
El ser humano tiende a vanagloriarse de su superioridad sobre los demás organismos del planeta (herencia que en parte le debemos al cristianismo, con su mito del "rey de la creación", hoy afortunadamente rebatido por una necesaria cultura de protección de la biodiversidad).
Nuestra supervivencia depende de otras especies para obtener el oxígeno que respiramos y el alimento que consumimos. Y no sólo eso: no hay ejemplo más dramático de nuestra íntima interrelación con otros seres vivos que el de las bacterias que habitan normalmente en nuestro intestino. Uno pensaría que tener bacterias, con su fama de causar de enfermedades, colonizando nuestras tripas no es de lo más sano. Pero lo normal es que haya muchísimas: constituyen un verdadero ecosistema, formado por unos 100 billones de células bacterianas de 400 especies distintas (¡diez veces más que el número total de células humanas que conforman nuestro cuerpo!).
Gracias a ellas podemos digerir nuestra comida, producen algunas vitaminas y son incluso necesarias para el buen desarrollo de nuestro intestino y sistema inmunitario. Simplemente, no podríamos vivir sin ellas. Se puede decir, sin exagerar, que un ser humano es él y sus bacterias.
Por ello es importante el estudio realizado por un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, dirigido por Patrick Brown, y publicado en el número de julio de la revista PLOS Biology. Describe cómo el intestino de 14 bebés estudiados es colonizado por bacterias desde que son recién nacidos (el vientre materno es un ambiente estéril) y a lo largo de su primer año de vida. Sus resultados son un importante primer paso para entender la ecología de esta importante simbiosis.
Contrario a lo que afirman los libros de bacteriología, la colonización de los intestinos infantiles no es ordenada, sino caótica: la diversidad de especies de cada bebé es única, y parece depender de encuentros fortuitos del bebé con bacterias de su ambiente (en el canal vaginal de su madre, en su leche, en el aire, en sus primeros alimentos...).
Sin embargo, al cabo de un año la microbiota intestinal de los bebés comienza a parecerse a la de un adulto normal. A pesar del comienzo azaroso, al final parece que las especies mejor adaptadas a vivir en nuestro intestino predominan. La evolución de nuestra simbiosis no es, finalmente, tan azarosa.
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[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
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MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Leer los recuerdos
Martín Bonfil Olivera
22 de agosto de 2007
La memoria es uno de los enigmas del cerebro. No hay duda de que se trata de un proceso físico pensar lo contrario sería caer en el misticismo, pero su funcionamiento detallado ha resultado elusivo.
Joe Tsien, investigador chino de la Universidad de Boston, se hizo famoso en 1999 por desarrollar una variedad de ratones que aprendían más rápido y recordaban más tiempo lo aprendido (por ejemplo, un laberinto). Lo logró manipulando sus genes para que produjeran en exceso una proteína que permite a las neuronas recibir las señales químicas (neurotransmisores) de otras neuronas.
Tsien no quedó satisfecho, y según narra en Scientific american de julio quiso saber qué es precisamente la memoria. Estudió el cerebro de ratones insertándoles electrodos para monitorear simultáneamente la actividad de más de 200 neuronas en el hipocampo, área crucial para el almacenamiento de información.
Como los recuerdos relacionados con experiencias perturbadoras son vívidos y duraderos, Tsien sometió a los ratones a caídas en un pequeño elevador o a breves temblores simulados en una jaula, mientras monitoreaba las reacciones de sus neuronas. La cantidad de datos era abrumadora, así que tuvo que utilizar avanzadas técnicas matemáticas para procesarlos e interpretarlos.
Los resultados fueron notables: Tsien pudo ver cómo ciertos grupos de neuronas (que llamó "pandillas") pasan, cuando experimentan el movimiento o al recordarlo, de un estado de reposo a estados bien definidos asociados a experiencias de "temblor" o de "caída". Estas pandillas neuronales se relacionan de forma jerárquica, piramidal: en la base están neuronas que reaccionan a cualquier movimiento brusco; en medio las que distinguen caídas y temblores, y en la punta, las que se asocian con cada experiencia particular.
Los métodos de Tsien incluso le han permitido "leer" los recuerdos de los ratones, interpretando digitalmente la actividad de sus neuronas. Así ha podido "adivinar" qué experiencia han sufrido ratones distintos.
Se comienza así a entender el código con que el cerebro de los mamíferos almacena recuerdos. Un día este conocimiento podría permitirnos mejorar el aprendizaje, combatir problemas de memoria o saber si una persona en estado vegetativo tiene actividad mental. Tal vez la lectura de la mente no esté tan lejos...
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Leer los recuerdos
Martín Bonfil Olivera
22 de agosto de 2007
La memoria es uno de los enigmas del cerebro. No hay duda de que se trata de un proceso físico pensar lo contrario sería caer en el misticismo, pero su funcionamiento detallado ha resultado elusivo.
Joe Tsien, investigador chino de la Universidad de Boston, se hizo famoso en 1999 por desarrollar una variedad de ratones que aprendían más rápido y recordaban más tiempo lo aprendido (por ejemplo, un laberinto). Lo logró manipulando sus genes para que produjeran en exceso una proteína que permite a las neuronas recibir las señales químicas (neurotransmisores) de otras neuronas.
Tsien no quedó satisfecho, y según narra en Scientific american de julio quiso saber qué es precisamente la memoria. Estudió el cerebro de ratones insertándoles electrodos para monitorear simultáneamente la actividad de más de 200 neuronas en el hipocampo, área crucial para el almacenamiento de información.
Como los recuerdos relacionados con experiencias perturbadoras son vívidos y duraderos, Tsien sometió a los ratones a caídas en un pequeño elevador o a breves temblores simulados en una jaula, mientras monitoreaba las reacciones de sus neuronas. La cantidad de datos era abrumadora, así que tuvo que utilizar avanzadas técnicas matemáticas para procesarlos e interpretarlos.
Los resultados fueron notables: Tsien pudo ver cómo ciertos grupos de neuronas (que llamó "pandillas") pasan, cuando experimentan el movimiento o al recordarlo, de un estado de reposo a estados bien definidos asociados a experiencias de "temblor" o de "caída". Estas pandillas neuronales se relacionan de forma jerárquica, piramidal: en la base están neuronas que reaccionan a cualquier movimiento brusco; en medio las que distinguen caídas y temblores, y en la punta, las que se asocian con cada experiencia particular.
Los métodos de Tsien incluso le han permitido "leer" los recuerdos de los ratones, interpretando digitalmente la actividad de sus neuronas. Así ha podido "adivinar" qué experiencia han sufrido ratones distintos.
Se comienza así a entender el código con que el cerebro de los mamíferos almacena recuerdos. Un día este conocimiento podría permitirnos mejorar el aprendizaje, combatir problemas de memoria o saber si una persona en estado vegetativo tiene actividad mental. Tal vez la lectura de la mente no esté tan lejos...
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
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MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Sexo por placer
Martín Bonfil Olivera
29 de agosto de 2007
Para las culturas de herencia católica, el sexo es tradicionalmente pecaminoso. En México la educación sexual en los libros de texto sigue siendo evaluada con criterios medievales que exaltan la abstinencia, condenan todo lo que "incite" a los jóvenes a tener relaciones sexuales (como si fuera necesario) y se resisten a mencionar la masturbación, el sexo no reproductivo, las opciones sexuales o el aborto. El sexo sólo parece ser aceptable si produce hijos.
Pero el mundo real no obedece ideologías. Los jóvenes siguen los impulsos hormonales, las mujeres recurren al aborto -aunque al menos, en el DF, pueden hacerlo con seguridad- y, en general, la gente aprovecha su sexualidad como una forma de comunicarse, de expresar amor, o de simplemente buscar un bien merecido placer.
De vez en cuando, sin embargo, el progreso científico-tecnológico revoluciona la forma en que gozamos el sexo. El condón y los antibióticos comenzaron a liberar a hombres y mujeres del temor a embarazos o infecciones. Y la píldora anticonceptiva, desarrollada en 1951 por Syntex, en México, desató una verdadera revolución sexual, que continúa hasta hoy.
Recientemente, en Costa Rica, pude escuchar una charla de Carl Djerassi, químico austriaco-norteamericano responsable de la obtención de la píldora, a partir del barbasco. Djerassi -un vital hombre de 83 años- ha reflexionado sobre la influencia de la tecnología reproductiva en la sociedad y la sexualidad. Si los anticonceptivos nos permiten tener sexo sin reproducción, afirma, hoy las técnicas de reproducción asistida, como la fertilización in vitro, nos permiten tener reproducción sin sexo.
¿Qué efecto tendrá la separación de sexo y reproducción? Djerassi predice que las mujeres jóvenes buscarán congelar sus óvulos para continuar con su vida profesional sin prisa por tener hijos y sólo más tarde, al hallar una pareja adecuada, usarán su esperma para concebir un hijo. Hay quien teme que esto pudiera dañar la institución familiar, pero Djerassi disiente: al contrario, las tecnologías reproductivas harán que disminuyan los abortos, pues no habrá tantos embarazos no deseados, carreras interrumpidas ni parejas a la fuerza. Djerassi explora estas y otras cuestiones en su obra de teatro Inmaculada concepción furtiva (Fondo de Cultura Económica, 2002). Vale la pena echarle un vistazo.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
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Sexo por placer
Martín Bonfil Olivera
29 de agosto de 2007
Para las culturas de herencia católica, el sexo es tradicionalmente pecaminoso. En México la educación sexual en los libros de texto sigue siendo evaluada con criterios medievales que exaltan la abstinencia, condenan todo lo que "incite" a los jóvenes a tener relaciones sexuales (como si fuera necesario) y se resisten a mencionar la masturbación, el sexo no reproductivo, las opciones sexuales o el aborto. El sexo sólo parece ser aceptable si produce hijos.
Pero el mundo real no obedece ideologías. Los jóvenes siguen los impulsos hormonales, las mujeres recurren al aborto -aunque al menos, en el DF, pueden hacerlo con seguridad- y, en general, la gente aprovecha su sexualidad como una forma de comunicarse, de expresar amor, o de simplemente buscar un bien merecido placer.
De vez en cuando, sin embargo, el progreso científico-tecnológico revoluciona la forma en que gozamos el sexo. El condón y los antibióticos comenzaron a liberar a hombres y mujeres del temor a embarazos o infecciones. Y la píldora anticonceptiva, desarrollada en 1951 por Syntex, en México, desató una verdadera revolución sexual, que continúa hasta hoy.
Recientemente, en Costa Rica, pude escuchar una charla de Carl Djerassi, químico austriaco-norteamericano responsable de la obtención de la píldora, a partir del barbasco. Djerassi -un vital hombre de 83 años- ha reflexionado sobre la influencia de la tecnología reproductiva en la sociedad y la sexualidad. Si los anticonceptivos nos permiten tener sexo sin reproducción, afirma, hoy las técnicas de reproducción asistida, como la fertilización in vitro, nos permiten tener reproducción sin sexo.
¿Qué efecto tendrá la separación de sexo y reproducción? Djerassi predice que las mujeres jóvenes buscarán congelar sus óvulos para continuar con su vida profesional sin prisa por tener hijos y sólo más tarde, al hallar una pareja adecuada, usarán su esperma para concebir un hijo. Hay quien teme que esto pudiera dañar la institución familiar, pero Djerassi disiente: al contrario, las tecnologías reproductivas harán que disminuyan los abortos, pues no habrá tantos embarazos no deseados, carreras interrumpidas ni parejas a la fuerza. Djerassi explora estas y otras cuestiones en su obra de teatro Inmaculada concepción furtiva (Fondo de Cultura Económica, 2002). Vale la pena echarle un vistazo.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
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La ciencia por gusto
La Iglesia en la SEP
Martín Bonfil Olivera
5 de septiembre de 2007
El 10 de agosto, Carlos Monsiváis y Jenaro Villamil deploraban en La jornada la comparación que hizo el gobernador de Jalisco entre el reparto de condones y "dar vales para el motel", y criticaron que un libro de biología para secundaria aprobado por la SEP incluya este párrafo: "Los adolescentes que han vivido de acuerdo con lo que señalan estas campañas (de abstinencia sexual) han obtenido resultados satisfactorios, retrasando o evitando el contagio por VIH y otras enfermedades".
"¿Retrasando? ¿La abstinencia puede nada más retrasar la infección? ¡Qué notable!", ironizan Monsi y Villamil. Entre los autores del libro (Cedillo, Mota, Bonfil y Garay) está mi hermana, bióloga. Investigando en internet, hallé, en la página de la Coalición para la Participación Social en la Educación (COPASE), un dictamen sobre este libro, firmado por Alejandra Huerta-Zepeda, investigadora asociada del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM. En él se incluye la siguiente "redacción alternativa": "Se han organizado a nivel internacional campañas abstinencia sexual para evitar el contagio... Los adolescentes que han vivido estas campañas han obtenido resultados satisfactorios, retrasando el contagio con VIH u otras enfermedades."
Resulta que la SEP requirió que el inquietante párrafo fuera incluido en el libro por la editorial. La COPASE, agrupación que ha hecho campaña para evitar que la educación sexual mencione el coito, la masturbación o la homosexualidad, se convierte así de hecho en asesora de la SEP.
Como pude verse claramente en su página web (www.copase.org), la intención de COPASE es incorporar los valores de la Iglesia católica en la educación secundaria. Aunque nunca menciona explícitamente la religión, un video no fechado disponible en una página paralela ( www.coalicion.net/) muestra al "investigador" Rodrigo Guerra afirmando que la finalidad de los "dictámenes técnicos" sobre los libros de texto es "generar materiales que pudieran ser útiles en un litigio". Hace referencia a "ONGs de inspiración cristiana" que forman parte de la coalición, y destaca que los dictaminadores son "peritos científicos de fe católica sólida".
Preocupa que una investigadora de la UNAM se preste a difundir como científicos conceptos erróneos basados en una moral religiosa. Preocupa que la SEP imponga a las editoriales los dictámenes de una coalición religiosa, vulnerando la educación pública laica que exige la Constitución.
POSDATA:
En la versión publicada de esta columna no hubo espacio, pero quiero incluir aquí una cita de la columna Litóbolos titulada "Cartas a la cigüeña" (El financiero, 14/agosto/2007), de mi amigo Fedro Carlos Guillén, autor de otro de los libros de biología para secundaria aprobados por la SEP:
"...Hace no mucho se armó una polémica asociada a los nuevos libros de biología para la escuela secundaria. El hecho me consta de primera mano porque soy autor de uno de los siete textos autorizados por la SEP. Durante el proceso fui mudo testigo de la forma en que grupos conservadores presionaron con el fin de que los niños mexicanos no supieran que las relaciones sexuales las puede tener gente del mismo sexo y mucho menos que se enteraran de un concepto tenebroso llamado masturbación, a través del cual el demonio posee los cuerpos débiles y los abandona a los placeres de la carne.
En algunos estados los libros de plano no se repartieron, ya que las buenas conciencias pensaron (lo anterior es un eufemismo) que la corrupción de menores empieza en la escuela y en otro estado (lo juro) se organizaron quemas de libros. Uno se pregunta si esta mochería rampante tiene cabida en un país que cabalga en pleno siglo XXI, pero la triste respuesta es afirmativa. Es por ello que desde esta humilde tribuna propongo que realicemos una expedición masiva hacia Europa y Asia (el hábitat de la cigüeña blanca) para capturar algunas docenas de estos bichos y entrenarlos en el zoológico de Chapultepec para que se encarguen de llevar a niños recién nacidos a sus nuevos hogares. Será menester que estas criaturas nazcan por medio de probetas, para así evitar contactos sexuales en la población, que, como se sabe, son un pecado de los más mortales que existen."
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
La columna "La ciencia por gusto", de Martín Bonfil Olivera, aparece todos los miércoles en el periódico Milenio Diario. Puedes leerla en http://lacienciaporgusto.blogspot.com/
Échale un ojo a ¡Mira!, el blog de Martín Bonfil Olivera con críticas, quejas, comentarios, fotos y otras cosas inútiles pero que sirven para platicar: http://mirabonfil.blogspot.com/
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La ciencia por gusto
La Iglesia en la SEP
Martín Bonfil Olivera
5 de septiembre de 2007
El 10 de agosto, Carlos Monsiváis y Jenaro Villamil deploraban en La jornada la comparación que hizo el gobernador de Jalisco entre el reparto de condones y "dar vales para el motel", y criticaron que un libro de biología para secundaria aprobado por la SEP incluya este párrafo: "Los adolescentes que han vivido de acuerdo con lo que señalan estas campañas (de abstinencia sexual) han obtenido resultados satisfactorios, retrasando o evitando el contagio por VIH y otras enfermedades".
"¿Retrasando? ¿La abstinencia puede nada más retrasar la infección? ¡Qué notable!", ironizan Monsi y Villamil. Entre los autores del libro (Cedillo, Mota, Bonfil y Garay) está mi hermana, bióloga. Investigando en internet, hallé, en la página de la Coalición para la Participación Social en la Educación (COPASE), un dictamen sobre este libro, firmado por Alejandra Huerta-Zepeda, investigadora asociada del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM. En él se incluye la siguiente "redacción alternativa": "Se han organizado a nivel internacional campañas abstinencia sexual para evitar el contagio... Los adolescentes que han vivido estas campañas han obtenido resultados satisfactorios, retrasando el contagio con VIH u otras enfermedades."
Resulta que la SEP requirió que el inquietante párrafo fuera incluido en el libro por la editorial. La COPASE, agrupación que ha hecho campaña para evitar que la educación sexual mencione el coito, la masturbación o la homosexualidad, se convierte así de hecho en asesora de la SEP.
Como pude verse claramente en su página web (www.copase.org), la intención de COPASE es incorporar los valores de la Iglesia católica en la educación secundaria. Aunque nunca menciona explícitamente la religión, un video no fechado disponible en una página paralela ( www.coalicion.net/) muestra al "investigador" Rodrigo Guerra afirmando que la finalidad de los "dictámenes técnicos" sobre los libros de texto es "generar materiales que pudieran ser útiles en un litigio". Hace referencia a "ONGs de inspiración cristiana" que forman parte de la coalición, y destaca que los dictaminadores son "peritos científicos de fe católica sólida".
Preocupa que una investigadora de la UNAM se preste a difundir como científicos conceptos erróneos basados en una moral religiosa. Preocupa que la SEP imponga a las editoriales los dictámenes de una coalición religiosa, vulnerando la educación pública laica que exige la Constitución.
POSDATA:
En la versión publicada de esta columna no hubo espacio, pero quiero incluir aquí una cita de la columna Litóbolos titulada "Cartas a la cigüeña" (El financiero, 14/agosto/2007), de mi amigo Fedro Carlos Guillén, autor de otro de los libros de biología para secundaria aprobados por la SEP:
"...Hace no mucho se armó una polémica asociada a los nuevos libros de biología para la escuela secundaria. El hecho me consta de primera mano porque soy autor de uno de los siete textos autorizados por la SEP. Durante el proceso fui mudo testigo de la forma en que grupos conservadores presionaron con el fin de que los niños mexicanos no supieran que las relaciones sexuales las puede tener gente del mismo sexo y mucho menos que se enteraran de un concepto tenebroso llamado masturbación, a través del cual el demonio posee los cuerpos débiles y los abandona a los placeres de la carne.
En algunos estados los libros de plano no se repartieron, ya que las buenas conciencias pensaron (lo anterior es un eufemismo) que la corrupción de menores empieza en la escuela y en otro estado (lo juro) se organizaron quemas de libros. Uno se pregunta si esta mochería rampante tiene cabida en un país que cabalga en pleno siglo XXI, pero la triste respuesta es afirmativa. Es por ello que desde esta humilde tribuna propongo que realicemos una expedición masiva hacia Europa y Asia (el hábitat de la cigüeña blanca) para capturar algunas docenas de estos bichos y entrenarlos en el zoológico de Chapultepec para que se encarguen de llevar a niños recién nacidos a sus nuevos hogares. Será menester que estas criaturas nazcan por medio de probetas, para así evitar contactos sexuales en la población, que, como se sabe, son un pecado de los más mortales que existen."
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
La columna "La ciencia por gusto", de Martín Bonfil Olivera, aparece todos los miércoles en el periódico Milenio Diario. Puedes leerla en http://lacienciaporgusto.blogspot.com/
Échale un ojo a ¡Mira!, el blog de Martín Bonfil Olivera con críticas, quejas, comentarios, fotos y otras cosas inútiles pero que sirven para platicar: http://mirabonfil.blogspot.com/
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Me llegó esta pequeña nota alaratoria. Más saludos
mil disculpas, por torpeza equivoqué el link al
artículo de Monsiváis y Villamil en La jornada.
Éste es el correcto:
http://www.jornada.unam.mx/2007/08/10/i ... e=017a1pol
un saludo,
martín
mil disculpas, por torpeza equivoqué el link al
artículo de Monsiváis y Villamil en La jornada.
Éste es el correcto:
http://www.jornada.unam.mx/2007/08/10/i ... e=017a1pol
un saludo,
martín
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Aquí les comparto la columna de esta semaniux. Saludos
Fuera del cuerpo
http://www.milenio.com/mexico/milenio/n ... ?id=846063
Martín Bonfil Olivera
12 de septiembre de 2007
El dualismo la idea de la existencia de un alma distinta y separable del cuerpo está presente en religiones, en la filosofía de Descartes y en charlatanerías new age. Los testimonios van desde los "viajes astrales" de místicos y chamanes o las "experiencias extracorpóreas" de personas al borde de la muerte, hasta la "exteriorización" que la Iglesia de la Cienciología vende como prueba de que "no somos nuestro cuerpo".
Existe amplia evidencia, sin embargo, de que la sensación de estar "fuera del cuerpo" puede ser provocada por estados neurofisiológicos anormales producto de cirugías, infartos, ataques epilépticos o el uso de drogas.
Y la explicación no es que el alma se salga del cuerpo, sino que la totalidad de nuestra experiencia consciente es un producto muy elaborado del procesamiento cerebral. Este procesamiento puede ser alterado por distintos factores y producir sensaciones tan sencillas como una ilusión óptica o tan extrañas como vernos desde afuera, sin que eso implique que tales experiencias sean reales.
Un reciente experimento realizado por Henrik Ehrsson, del Instituto Karolinska, en Suecia, y publicado en la revista Science (24 de agosto) muestra cómo, con estímulos visuales y táctiles, se puede lograr que una persona experimente una sensación de estar fuera de su propio cuerpo.
Se le colocó a los sujetos un visor estereoscópico conectado a un par de cámaras atrás de su cabeza: lo que veían era precisamente lo que verían si estuvieran sentados atrás de sí mismos. Aunado a esto, el investigador los tocaba en el pecho, sin que las cámaras lo vieran, y al mismo tiempo simulaba estimular el pecho del "observador virtual", debajo de las cámaras.
Resultado: los sujetos tuvieron una fuerte sensación de estar sentados donde estaban las cámaras, viéndose desde atrás. Y si se simulaba "golpear" el pecho virtual, varios de los sujetos se agachaban para evitar el golpe.
Además de comprobar el potencial que tiene nuestro cerebro para generar "realidades virtuales" (de hecho, cotidianamente vivimos en una de ellas) a partir de la información que recibe de los sentidos y de sus propias expectativas, quizá la investigación de Ehrsson sea útil para mejorar la tecnología de control remoto, por ejemplo, para cirugías a distancia. Nada mal, para una investigación que roza lo "místico".
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
Fuera del cuerpo
http://www.milenio.com/mexico/milenio/n ... ?id=846063
Martín Bonfil Olivera
12 de septiembre de 2007
El dualismo la idea de la existencia de un alma distinta y separable del cuerpo está presente en religiones, en la filosofía de Descartes y en charlatanerías new age. Los testimonios van desde los "viajes astrales" de místicos y chamanes o las "experiencias extracorpóreas" de personas al borde de la muerte, hasta la "exteriorización" que la Iglesia de la Cienciología vende como prueba de que "no somos nuestro cuerpo".
Existe amplia evidencia, sin embargo, de que la sensación de estar "fuera del cuerpo" puede ser provocada por estados neurofisiológicos anormales producto de cirugías, infartos, ataques epilépticos o el uso de drogas.
Y la explicación no es que el alma se salga del cuerpo, sino que la totalidad de nuestra experiencia consciente es un producto muy elaborado del procesamiento cerebral. Este procesamiento puede ser alterado por distintos factores y producir sensaciones tan sencillas como una ilusión óptica o tan extrañas como vernos desde afuera, sin que eso implique que tales experiencias sean reales.
Un reciente experimento realizado por Henrik Ehrsson, del Instituto Karolinska, en Suecia, y publicado en la revista Science (24 de agosto) muestra cómo, con estímulos visuales y táctiles, se puede lograr que una persona experimente una sensación de estar fuera de su propio cuerpo.
Se le colocó a los sujetos un visor estereoscópico conectado a un par de cámaras atrás de su cabeza: lo que veían era precisamente lo que verían si estuvieran sentados atrás de sí mismos. Aunado a esto, el investigador los tocaba en el pecho, sin que las cámaras lo vieran, y al mismo tiempo simulaba estimular el pecho del "observador virtual", debajo de las cámaras.
Resultado: los sujetos tuvieron una fuerte sensación de estar sentados donde estaban las cámaras, viéndose desde atrás. Y si se simulaba "golpear" el pecho virtual, varios de los sujetos se agachaban para evitar el golpe.
Además de comprobar el potencial que tiene nuestro cerebro para generar "realidades virtuales" (de hecho, cotidianamente vivimos en una de ellas) a partir de la información que recibe de los sentidos y de sus propias expectativas, quizá la investigación de Ehrsson sea útil para mejorar la tecnología de control remoto, por ejemplo, para cirugías a distancia. Nada mal, para una investigación que roza lo "místico".
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[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les comparto la columna de esta semanita. Saludos
Músculos vivos para robots
http://www.milenio.com/mexico/milenio/f ... ?id=550205
Martín Bonfil Olivera
19 de septiembre de 2007
El futuro de la tecnología parece estar irremediablemente ligado a la biología.
Hasta hace poco, eran los aparatos mecánicos y electrónicos, diseñados por ingenieros, los que auxiliaban a los sistemas biológicos: prótesis o sillas de ruedas para minusválidos; dispositivos biomecánicos para personas con daño en la médula espinal; exoesqueletos robóticos que aumentan la fuerza de un individuo mediante motores y poleas. Hasta hoy todos los robots se mueven mediante motores, cada vez más precisos, eficientes y pequeños. Pero un artículo publicado el 7 de septiembre en la revista Science permite intuir en un futuro el nacimiento de la biorrobótica.
Kevin Parker y sus colegas, de la Universidad de Harvard, describen el desarrollo de capas delgadas (películas) de células musculares de corazón de rata cultivadas sobre un material flexible llamado siloxano. Las células se aíslan, se "siembran" sobre el material, en un medio nutritivo, y se cultivan durante 4 a 6 días a 37 grados.
Cuando las células han formado una capa plana y se han conectado entre sí, como en el tejido cardiaco, la película se puede recortar, para darle formas diversas: tiras alargadas, triángulos, o formas ligeramente más complejas.
Lo interesante es que cuando se estimula eléctricamente a las células, éstas se contraen en forma sincronizada. Así, una tira larga puede enrollarse y formar un tubo en espiral; otra, en forma de serpentina, puede apretarse, lo cual permitiría aplicarla para formar conductos que muevan líquidos en su interior, en forma similar a las contracciones peristálticas que mueven el alimento dentro del intestino. Y una tira puntiaguda, con forma de hoja, se arquea hasta que sus extremos se tocan, formando el prototipo de unas pinzas sencillas.
Se diseñaron también artefactos sencillos, de unos cuantos milíme-tros, que pueden desplazarse: una tira enrollada en forma de clip que extiende un "pie" para impulsarse en una superficie, y un triángulo que puede "nadar" al contraer y extender sus puntas.
La técnica es aún primitiva, pero ¿quién sabe? Quizá con el tiempo se aprenda cómo mantener vivas y alimentar continuamente a películas musculares de este tipo para fabricar robots biomecánicos, que harán realidad las predicciones de los escritores de ciencia ficción.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
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Músculos vivos para robots
http://www.milenio.com/mexico/milenio/f ... ?id=550205
Martín Bonfil Olivera
19 de septiembre de 2007
El futuro de la tecnología parece estar irremediablemente ligado a la biología.
Hasta hace poco, eran los aparatos mecánicos y electrónicos, diseñados por ingenieros, los que auxiliaban a los sistemas biológicos: prótesis o sillas de ruedas para minusválidos; dispositivos biomecánicos para personas con daño en la médula espinal; exoesqueletos robóticos que aumentan la fuerza de un individuo mediante motores y poleas. Hasta hoy todos los robots se mueven mediante motores, cada vez más precisos, eficientes y pequeños. Pero un artículo publicado el 7 de septiembre en la revista Science permite intuir en un futuro el nacimiento de la biorrobótica.
Kevin Parker y sus colegas, de la Universidad de Harvard, describen el desarrollo de capas delgadas (películas) de células musculares de corazón de rata cultivadas sobre un material flexible llamado siloxano. Las células se aíslan, se "siembran" sobre el material, en un medio nutritivo, y se cultivan durante 4 a 6 días a 37 grados.
Cuando las células han formado una capa plana y se han conectado entre sí, como en el tejido cardiaco, la película se puede recortar, para darle formas diversas: tiras alargadas, triángulos, o formas ligeramente más complejas.
Lo interesante es que cuando se estimula eléctricamente a las células, éstas se contraen en forma sincronizada. Así, una tira larga puede enrollarse y formar un tubo en espiral; otra, en forma de serpentina, puede apretarse, lo cual permitiría aplicarla para formar conductos que muevan líquidos en su interior, en forma similar a las contracciones peristálticas que mueven el alimento dentro del intestino. Y una tira puntiaguda, con forma de hoja, se arquea hasta que sus extremos se tocan, formando el prototipo de unas pinzas sencillas.
Se diseñaron también artefactos sencillos, de unos cuantos milíme-tros, que pueden desplazarse: una tira enrollada en forma de clip que extiende un "pie" para impulsarse en una superficie, y un triángulo que puede "nadar" al contraer y extender sus puntas.
La técnica es aún primitiva, pero ¿quién sabe? Quizá con el tiempo se aprenda cómo mantener vivas y alimentar continuamente a películas musculares de este tipo para fabricar robots biomecánicos, que harán realidad las predicciones de los escritores de ciencia ficción.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
La columna "La ciencia por gusto", de Martín Bonfil Olivera, aparece todos los miércoles en el periódico Milenio Diario. Puedes leerla en http://lacienciaporgusto.blogspot.com/
Échale un ojo a ¡Mira!, el blog de Martín Bonfil Olivera con críticas, quejas, comentarios, fotos y otras cosas inútiles pero que sirven para platicar: http://mirabonfil.blogspot.com/
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les comparto la columna de esta semaniux. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Traficantes subterráneos
http://www.milenio.com/mexico/milenio/f ... ?id=552452
Martín Bonfil Olivera
26 de septiembre de 2007
La ciencia siempre sorprende. Una y otra vez, lo que se creía bien sabido resulta erróneo o incompleto.
Algo "que todos saben" es que las plantas producen su propio alimento por fotosíntesis, usando energía solar para convertir agua y dióxido del carbono en carbohidratos. Pero hoy se conocen plantas parásitas, como las orquídeas. que se alimentan de otras plantas.
Otra cosa que se "sabía" era que los hongos eran plantas... pero a pesar de su aspecto sugestivamente vegetal, resultan ser organismos parásitos, incapaces de fabricar sus alimentos.
Hoy los hongos tienen su propio apartado en el esquema de cinco reinos de seres vivos (plantas, animales, hongos, protozoarios y bacterias). Su cuerpo está constituido por filamentos microscópicos. En los bosques crecen bajo el suelo, formando extensas redes (los champiñones que vemos son sólo sus órganos reproductivos). Hay hongos individuales que llegan a pesar varias toneladas.
Algunos hongos viven estrechamente ligados a las raíces de plantas, formando simbiosis llamadas micorrizas ("raíz de hongo"). Los filamentos del hongo se unen a los pelillos de las raíces, aumentando su superficie y su capacidad de absorber agua y minerales. La planta, a su vez, proporciona al hongo hasta 40% de los nutrientes que fabrica. Así, ambas especies se benefician.
Pero en un reportaje de la revista Nature (13 de septiembre), John Whitfield comenta evidencia del caso inverso: plantas que se "comen" a los hongos de sus micorrizas. ¿De dónde saca el hongo los carbohidratos? La explicación es que las redes de micorrizas conectan muchas plantas de varias especies. Un árbol alto que recibe mucha luz puede donar carbohidratos a los hongos del subsuelo, que a su vez los movilizan hacia plantas que crecen en la sombra y no logran fabricar alimento suficiente.
El sentido evolutivo de este "tráfico ilegal" de carbohidratos es misterioso, pero podría explicarse si la plantita es un retoño del árbol maduro, que estaría así ayudando a sus descendientes. Otra posibilidad es que plantas que crecen rápido en primavera "subsidien" a las que crecen lento, y éstas les regresen el favor en otoño.
El descubrimiento, si se confirma, cambia nuestra concepción de las relaciones ecológicas que rigen el crecimiento de los bosques. Los hongos, con su tráfico subterráneo, ayudan a explicar la economía de la naturaleza.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Traficantes subterráneos
http://www.milenio.com/mexico/milenio/f ... ?id=552452
Martín Bonfil Olivera
26 de septiembre de 2007
La ciencia siempre sorprende. Una y otra vez, lo que se creía bien sabido resulta erróneo o incompleto.
Algo "que todos saben" es que las plantas producen su propio alimento por fotosíntesis, usando energía solar para convertir agua y dióxido del carbono en carbohidratos. Pero hoy se conocen plantas parásitas, como las orquídeas. que se alimentan de otras plantas.
Otra cosa que se "sabía" era que los hongos eran plantas... pero a pesar de su aspecto sugestivamente vegetal, resultan ser organismos parásitos, incapaces de fabricar sus alimentos.
Hoy los hongos tienen su propio apartado en el esquema de cinco reinos de seres vivos (plantas, animales, hongos, protozoarios y bacterias). Su cuerpo está constituido por filamentos microscópicos. En los bosques crecen bajo el suelo, formando extensas redes (los champiñones que vemos son sólo sus órganos reproductivos). Hay hongos individuales que llegan a pesar varias toneladas.
Algunos hongos viven estrechamente ligados a las raíces de plantas, formando simbiosis llamadas micorrizas ("raíz de hongo"). Los filamentos del hongo se unen a los pelillos de las raíces, aumentando su superficie y su capacidad de absorber agua y minerales. La planta, a su vez, proporciona al hongo hasta 40% de los nutrientes que fabrica. Así, ambas especies se benefician.
Pero en un reportaje de la revista Nature (13 de septiembre), John Whitfield comenta evidencia del caso inverso: plantas que se "comen" a los hongos de sus micorrizas. ¿De dónde saca el hongo los carbohidratos? La explicación es que las redes de micorrizas conectan muchas plantas de varias especies. Un árbol alto que recibe mucha luz puede donar carbohidratos a los hongos del subsuelo, que a su vez los movilizan hacia plantas que crecen en la sombra y no logran fabricar alimento suficiente.
El sentido evolutivo de este "tráfico ilegal" de carbohidratos es misterioso, pero podría explicarse si la plantita es un retoño del árbol maduro, que estaría así ayudando a sus descendientes. Otra posibilidad es que plantas que crecen rápido en primavera "subsidien" a las que crecen lento, y éstas les regresen el favor en otoño.
El descubrimiento, si se confirma, cambia nuestra concepción de las relaciones ecológicas que rigen el crecimiento de los bosques. Los hongos, con su tráfico subterráneo, ayudan a explicar la economía de la naturaleza.
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[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Bueno mi Robert la bronca es que hoy en día no tenemos un solo modelo efectivo de lo que es un ser vivo (una especie de "Teor´´ia del ser vivo") así que nadan por ahí efiniciones sobre si los virus son o no son vida.
Desde otros puntos de vista, os virus no podrían ser considerados como seres vivos, sino como sistemas que no pueden sobrevivir si no invaden una célula y manipulan su sistema de replicación para obligarla a producir más virus. Este es uno de los argumentos actuales por los cuales se considera a los virus como no vivos: Qu éstos no se pueden desarrollar ni reproducir ni sobvrevivir en el exterior mucho tiempo si o tienen un huésped al que infectar.
Saludos
Desde otros puntos de vista, os virus no podrían ser considerados como seres vivos, sino como sistemas que no pueden sobrevivir si no invaden una célula y manipulan su sistema de replicación para obligarla a producir más virus. Este es uno de los argumentos actuales por los cuales se considera a los virus como no vivos: Qu éstos no se pueden desarrollar ni reproducir ni sobvrevivir en el exterior mucho tiempo si o tienen un huésped al que infectar.
Saludos
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Bueno mi Robert la bronca es que hoy en día no tenemos un solo modelo efectivo de lo que es un ser vivo (una especie de "Teor´´ia del ser vivo") así que nadan por ahí efiniciones sobre si los virus son o no son vida.
Desde otros puntos de vista, os virus no podrían ser considerados como seres vivos, sino como sistemas que no pueden sobrevivir si no invaden una célula y manipulan su sistema de replicación para obligarla a producir más virus. Este es uno de los argumentos actuales por los cuales se considera a los virus como no vivos: Qu éstos no se pueden desarrollar ni reproducir ni sobvrevivir en el exterior mucho tiempo si o tienen un huésped al que infectar.
Saludos
Desde otros puntos de vista, os virus no podrían ser considerados como seres vivos, sino como sistemas que no pueden sobrevivir si no invaden una célula y manipulan su sistema de replicación para obligarla a producir más virus. Este es uno de los argumentos actuales por los cuales se considera a los virus como no vivos: Qu éstos no se pueden desarrollar ni reproducir ni sobvrevivir en el exterior mucho tiempo si o tienen un huésped al que infectar.
Saludos
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les comparto la columna de esta semaniux. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Ética y naturaleza
http://www.milenio.com/mexico/milenio/f ... ?id=554559
Martín Bonfil Olivera
3 de octubre de 2007
Hay unas avispas con una costumbre que a los humanos nos parece brutal: a la hora de reproducirse, buscan una oruga gorda y saludable, le caen encima y la paralizan con su aguijón. Luego depositan en ella sus huevecillos. Cuando las larvas nacen, se comen viva a la oruga que, inmóvil, se convierte en una fuente de carne fresca y abundante.
¿Monstruoso? Al respecto, Charles Darwin escribió: "No puedo convencerme de que un Dios benévolo y omnipotente hubiera creado a propósito a las [avispas] Ichneumonidae con la intención expresa de que se alimentaran con los cuerpos vivos de las orugas". Hoy diríamos que Dios, en caso de existir, no tuvo nada que ver. Pero ello no impide que nos horroricemos ante éste y otros ejemplos de lo despiadada que puede ser la naturaleza.
Y los ejemplos no escasean: otras orugas son parasitadas por una pequeña lombriz, o nematodo, en cuyo intestino a su vez vive la bacteria Photorhabdus luminiscens. Cuando el nematodo entra en la oruga, vomita a las bacterias, que liberan toxinas que la paralizan y literalmente la disuelven por dentro, convirtiéndola en un caldo nutritivo dentro de su propio pellejo. En ese caldo el nematodo se reproduce, y sus crías son a su vez infectadas por Photorhabdus, para luego salir a parasitar otras orugas, con lo que el ciclo se repite.
Luego está el fratricidio entre aves: los primeros polluelos que salen del cascarón agreden a picotazos a los más jóvenes, llegando a matarlos o a expulsarlos del nido.
Y entre leones, cuando los machos alfa destronan a un macho más viejo o enfermo, suelen matar a los cachorros que aquél haya procreado con las hembras de la manada, para luego fecundarlas y dejar su propia descendencia, eliminando a la de su antecesor, al más puro estilo de Shakespeare.
Uno podría, como Darwin, escandalizarse al ver que la naturaleza "tolera" estos comportamientos. Pero recordemos que la moral y la ética son fenómenos exclusivamente humanos. Así como no decimos que una supernova o un terremoto son "crueles", no tiene sentido juzgar el comportamiento animal con criterios humanos. La naturaleza, finalmente, no es moral ni inmoral: sólo es. En todo caso, podríamos decir que es amoral. Lo cual no quiere decir, claro, que el ser humano tenga que serlo.
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MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Ética y naturaleza
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Martín Bonfil Olivera
3 de octubre de 2007
Hay unas avispas con una costumbre que a los humanos nos parece brutal: a la hora de reproducirse, buscan una oruga gorda y saludable, le caen encima y la paralizan con su aguijón. Luego depositan en ella sus huevecillos. Cuando las larvas nacen, se comen viva a la oruga que, inmóvil, se convierte en una fuente de carne fresca y abundante.
¿Monstruoso? Al respecto, Charles Darwin escribió: "No puedo convencerme de que un Dios benévolo y omnipotente hubiera creado a propósito a las [avispas] Ichneumonidae con la intención expresa de que se alimentaran con los cuerpos vivos de las orugas". Hoy diríamos que Dios, en caso de existir, no tuvo nada que ver. Pero ello no impide que nos horroricemos ante éste y otros ejemplos de lo despiadada que puede ser la naturaleza.
Y los ejemplos no escasean: otras orugas son parasitadas por una pequeña lombriz, o nematodo, en cuyo intestino a su vez vive la bacteria Photorhabdus luminiscens. Cuando el nematodo entra en la oruga, vomita a las bacterias, que liberan toxinas que la paralizan y literalmente la disuelven por dentro, convirtiéndola en un caldo nutritivo dentro de su propio pellejo. En ese caldo el nematodo se reproduce, y sus crías son a su vez infectadas por Photorhabdus, para luego salir a parasitar otras orugas, con lo que el ciclo se repite.
Luego está el fratricidio entre aves: los primeros polluelos que salen del cascarón agreden a picotazos a los más jóvenes, llegando a matarlos o a expulsarlos del nido.
Y entre leones, cuando los machos alfa destronan a un macho más viejo o enfermo, suelen matar a los cachorros que aquél haya procreado con las hembras de la manada, para luego fecundarlas y dejar su propia descendencia, eliminando a la de su antecesor, al más puro estilo de Shakespeare.
Uno podría, como Darwin, escandalizarse al ver que la naturaleza "tolera" estos comportamientos. Pero recordemos que la moral y la ética son fenómenos exclusivamente humanos. Así como no decimos que una supernova o un terremoto son "crueles", no tiene sentido juzgar el comportamiento animal con criterios humanos. La naturaleza, finalmente, no es moral ni inmoral: sólo es. En todo caso, podríamos decir que es amoral. Lo cual no quiere decir, claro, que el ser humano tenga que serlo.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna