Ante el descarado robo de nuestras antiguas civilizaciones por sinvergüenzas como Jetín Jetín Benítez, Von Däniken, Berlitz, B. Mieir, y ufólogos que los acompañan he decidido poner mi grano de arena para que dejen en paz, a todos esos hombres que nos antecedieron en cultura, en conocimientos, en riqueza espiritual. No más “Astronauta de Palenque” Señores, para ustedes, siempre será: “LA LAPIDA DEL REY PACAL. No más infames adjetivos calificativos a “nuestros” Reyes, a “nuestros” dioses…. ¡¡Basta!!
PALENQUE: CIUDAD SAGRADA (hoy profanada) DE LOS MAYAS”
Extracto del Artículo publicado en la revista “El Escéptico” núm.5
-Alfonso López Borgoñoz-
“Sobre la base de interpretaciones erróneas se da carta de normalidad (con una apariencia que trata de ser científica y racional, pero que sólo es una burla) a una mutación del cambio del paradigma celeste, transformando los antiguos dioses espirituales en nuevos y científicos (en realidad, pseudocientíficos) astronautas espirituales, a los que se supone cargados con una fuerte carga de racionalidad, y con una serie de mensajes para la humanidad descarriada. (…)
Este cambio de paradigma (de dioses a astronautas), no siempre claro en autores como Däniken o Berlitz, Benítez, en cuanto a sus posible consecuencias, al estar hábilmente barnizado con conceptos pseudocientíficos (tratamiento irracional de la teoría de la relatividad, de la cuántica, etc.) suele conllevar el que alguna gente acepte con mayor naturalidad ciertas propuestas éticas, fruto de la mentalidad de determinados guías espirituales.
SOBRE EL MUNDO MAYA
El mundo maya desde siempre ha ejercido una notable atracción sobre las mentes imaginativas. Frente al duro mundo azteca o inca, este pueblo que habitó la zona del Yucatán y su periferia ha aparecido siempre como una civilización delicada, artística y con un gran conocimiento de los movimientos de los astros en el cielo, que se ha visto rodeada de una romántica y oscura penumbra ante la dificultad de conocer las razones concretas de su colapso final.
Pese a que el misterio continúa en muchas cuestiones, en los últimos treinta años, tras las excavaciones que diferentes grupos de investigación de muchos países han realizado en la zona de Yucatán y tras el descubrimiento por investigadores rusos (como Knorosov o Proskouriakoff) de que los símbolos jeroglíficos de esta cultura no sólo representaban ideas (conceptos, palabras), sino que también muchos hacían referencia a sílabas, se tiene un mejor conocimiento de su mundo, cultura e historia, en la cual no aparece ningún tipo de testimonio sobre visitantes alienígenas o sobre naves tripuladas ni nada similar, sólo historias de dioses y hombres, como mucho (lo que por otro lado, tampoco es poco).
Continúa.
Lord Morgan
PALENQUE: CIUDAD SAGRADA (HOY PROFANADA) DE LOS MAYAS. LM I
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¿QUIÉN FUE EL REY PACAL? LM II
Pacal (el grande, para diferenciarlo de uno de sus tíos que no reinó) nació el 6 de marzo del año 603 (todas las fechas del presente trabajo son d. C.) y murió el 30 de agosto del año 684 (la exactitud de las fechas es normal en un mundo tan concienzudo astronómicamente como los mayas), siendo el rey o señor de la ciudad de Palenque (y de un amplio territorio a su alrededor) desde el año 615 hasta su muerte (Ciudad, 1992: 213 y Fiedel, 1996: 324). Era hijo de la reina Zac Kuk, que reinó entre los años 612 al 640, y nieto del rey que fundó su dinastía.
¿CÓMO, QUIÉN, CUÁNDO Y DÓNDE SE ENCONTRÓ SU TUMBA Y LA LOSA QUE LO TAPABA?
La losa sobre la que está esculpida esta figura fue descubierta en la ciudad maya de Palenque (en la zona de Chiapas -México-) por el arqueólogo mexicano Alberto Ruz Lhuillier, en el año 1949, en el interior de una pirámide escalonada de unos veinte metros de altura conocida como "Templo de las inscripciones
Alberto Ruz, el arqueólogo mexicano, encontró en dicha pirámide unas escaleras abovedadas, tardando casi cuatro años en llegar desde la entrada de esas escaleras hasta la tumba, a dos metros bajo el nivel del suelo, ya que tuvo que limpiar antes 25 metros de escalera rellenada, intencionalmente, con mampostería.
Finalmente alcanzó la antecámara (previa a la cámara sepulcral) en 1952, donde halló los esqueletos de cinco o seis jóvenes, aparentemente víctimas sacrificadas en honor del difunto allí inhumado. Una enorme laja de piedra triangular bloqueaba la puerta de dicha antecámara.
Tras ella, la cámara sepulcral, con unas medidas de 10 por 7 metros (Gutbrod, 1987: 345), cuyas paredes estaban decoradas con relieves de estuco. En la misma se hallaba un sarcófago monolítico, cerca de su centro, que contenía un esqueleto (caso no muy habitual en el mundo maya) de un ser humano normal (ningún ser extraterrestre), que según Gutbrod era alto para la altura media de los mayas (1987: 345).
El esqueleto fue encontrado en posición de decúbito supino, es decir, estirado y boca arriba, con su cara cubierta por una mascara de mosaicos de jade y con unas orejeras. Sobre el cuerpo, medio tapándolo, muchas joyas también de jade y madreperlas.
También se hallaron semillas en el interior del sarcófago, así como dos figuras de jade que ocupaban un lugar cerca del esqueleto, representando una al mismo Dios Sol.
Encima del sarcófago se halló una losa rectangular de 3,8 metros, con motivos esculpidos en bajorrelieve y con una larga inscripción alrededor, la cual hablaba acerca de las gestas del muerto, así como de sus fechas de nacimiento y muerte, así como las fechas de muerte de sus predecesores. Nada especialmente raro desde una perspectiva histórica.
En la cámara mortuoria se halló también una gran serpiente de terracota, símbolo del enlace entre los vivos y el más allá, que iba desde el sarcófago hasta la puerta (…)
Precisamente muchos de esos bajorrelieves son llamados de la "cruz" porque se asocia a Pacal con el árbol de la vida (en forma de cruz en amplias zonas de Mesoamérica). En el de la Cruz enramada, además, el árbol sagrado tiene dos brazos que terminan también, como veremos, con mazorcas de maíz antropomorfas.
Según Alberto Ruz, su descubridor, tanto el esqueleto como la figura humana, corresponden al rey Pacal de Palenque, sin duda. Para este autor mexicano, la figura epigráfica lo representa con todos los rasgos mayas posibles en su cara, apoyado, de espaldas, sobre el esqueleto del demonio de los cuatro puntos cardinales, bajo el árbol sagrado que corona el pájaro Quetzal, el cual es uno de los símbolos del Dios Sol
Parece claro, pues, por los datos que hemos ido examinando, y por los restos hallados, que de lo que se trata en esta losa es mostrar el cumplimiento de un rito de paso, de un rito de transición, por parte de un señor maya, Pacal, rey de la ciudad de Palenque, en su trance de la vida a la muerte, al tiempo que se inicia un proceso de divinización del mismo.
Creemos que lo esculpido en la losa nos habla, en todos sus símbolos, del proceso de divinización, tras su triunfo sobre la muerte, de Pacal.
¿CÓMO, QUIÉN, CUÁNDO Y DÓNDE SE ENCONTRÓ SU TUMBA Y LA LOSA QUE LO TAPABA?
La losa sobre la que está esculpida esta figura fue descubierta en la ciudad maya de Palenque (en la zona de Chiapas -México-) por el arqueólogo mexicano Alberto Ruz Lhuillier, en el año 1949, en el interior de una pirámide escalonada de unos veinte metros de altura conocida como "Templo de las inscripciones
Alberto Ruz, el arqueólogo mexicano, encontró en dicha pirámide unas escaleras abovedadas, tardando casi cuatro años en llegar desde la entrada de esas escaleras hasta la tumba, a dos metros bajo el nivel del suelo, ya que tuvo que limpiar antes 25 metros de escalera rellenada, intencionalmente, con mampostería.
Finalmente alcanzó la antecámara (previa a la cámara sepulcral) en 1952, donde halló los esqueletos de cinco o seis jóvenes, aparentemente víctimas sacrificadas en honor del difunto allí inhumado. Una enorme laja de piedra triangular bloqueaba la puerta de dicha antecámara.
Tras ella, la cámara sepulcral, con unas medidas de 10 por 7 metros (Gutbrod, 1987: 345), cuyas paredes estaban decoradas con relieves de estuco. En la misma se hallaba un sarcófago monolítico, cerca de su centro, que contenía un esqueleto (caso no muy habitual en el mundo maya) de un ser humano normal (ningún ser extraterrestre), que según Gutbrod era alto para la altura media de los mayas (1987: 345).
El esqueleto fue encontrado en posición de decúbito supino, es decir, estirado y boca arriba, con su cara cubierta por una mascara de mosaicos de jade y con unas orejeras. Sobre el cuerpo, medio tapándolo, muchas joyas también de jade y madreperlas.
También se hallaron semillas en el interior del sarcófago, así como dos figuras de jade que ocupaban un lugar cerca del esqueleto, representando una al mismo Dios Sol.
Encima del sarcófago se halló una losa rectangular de 3,8 metros, con motivos esculpidos en bajorrelieve y con una larga inscripción alrededor, la cual hablaba acerca de las gestas del muerto, así como de sus fechas de nacimiento y muerte, así como las fechas de muerte de sus predecesores. Nada especialmente raro desde una perspectiva histórica.
En la cámara mortuoria se halló también una gran serpiente de terracota, símbolo del enlace entre los vivos y el más allá, que iba desde el sarcófago hasta la puerta (…)
Precisamente muchos de esos bajorrelieves son llamados de la "cruz" porque se asocia a Pacal con el árbol de la vida (en forma de cruz en amplias zonas de Mesoamérica). En el de la Cruz enramada, además, el árbol sagrado tiene dos brazos que terminan también, como veremos, con mazorcas de maíz antropomorfas.
Según Alberto Ruz, su descubridor, tanto el esqueleto como la figura humana, corresponden al rey Pacal de Palenque, sin duda. Para este autor mexicano, la figura epigráfica lo representa con todos los rasgos mayas posibles en su cara, apoyado, de espaldas, sobre el esqueleto del demonio de los cuatro puntos cardinales, bajo el árbol sagrado que corona el pájaro Quetzal, el cual es uno de los símbolos del Dios Sol
Parece claro, pues, por los datos que hemos ido examinando, y por los restos hallados, que de lo que se trata en esta losa es mostrar el cumplimiento de un rito de paso, de un rito de transición, por parte de un señor maya, Pacal, rey de la ciudad de Palenque, en su trance de la vida a la muerte, al tiempo que se inicia un proceso de divinización del mismo.
Creemos que lo esculpido en la losa nos habla, en todos sus símbolos, del proceso de divinización, tras su triunfo sobre la muerte, de Pacal.
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LA LÁPIDA DEL SARGÓFAGO DEL REY PACAL
Alberto Ruz:
"Traté de verla con los mismos ojos con que la vieron los sacerdotes de Palenque al dejar la cripta: quería borrar los siglos y escuchar la vibración de las últimas voces humanas; me esforzaba en comprender el mensaje que los antiguos nos habían dejado inviolado. A través del impenetrable velo del tiempo, buscaba el imposible lazo de unión entre sus vidas y las nuestras".
"En el momento de franquear el umbral tuve la extraña sensación de penetrar en el tiempo, en un tiempo que se había detenido mil años, no era ajeno a esta sensación el hecho de que la cripta había permanecido igual a lo que era entonces, salvo las estalactitas y estalagmitas añadidas por los siglos, y que en ella nada se había movido ni nadie había entrado, y que lo que nuestros ojos eran los primeros en descubrir era lo mismo que había visto el último sacerdote maya al retirarse".
LA LÁPIDA DEL SARGÓFAGO DEL REY PACAL
EL NIVEL DE LOS CIELOS
1. En la parte superior de la lápida nivel de los cielos, o el mundo de una criatura en forma de pájaro una cruz central. Según apuntan estudiosos, el ave es en parte serpiente parte pájaro, con lo que representa intermedio entre los cielos y la de su cabeza y cola hay dos representaciones del dios sol.
2. La cruz es en realidad una ceiba, sagrado de los mayas, y se le considera doblemente sagrado cuando brota entrada de una cueva. En la lápida, es la ceiba y la tumba, la caverna, vez significa la entrada al inframundo.
EL MUNDO DE LOS VIVOS
3. La ceiba gigante tiene una serpiente dos cabezas que enreda su cuerpo las ramas. Estos elementos pertenecen al mundo de los vivos, o mundo.
4. De las fauces de la serpiente salen dos dioses del mundo medio: el “Llamarada”, del lado izquierdo, dios “Bufón”, del lado derecho.
5. El rey Pacal aparece esculpido su descenso al inframundo, camino que siguen todos los que pasan el mundo de los vivos. Para los mayas el inframundo era, en muchos aspectos, más importante que el mundo de los vivos.
EL INFRAMUNDO
6. El signo de cuatro partes sobre cual está sentado el rey simboliza su condición real. Este elemento es el “sombrero” en la cabeza del gran monstruo que se encuentra en la base de la lápida. Esta criatura es el dios sol del inframundo; su “sombrero” (muy hundido, a la altura de los ojos) muestra el signo Kin del sol, que es una flor de cuatro pétalos. La nariz del monstruo es la imagen de la del mono araña, que es el Ahau o dios solar. Las quijadas del monstruo son huesos descarnados.
7. El marco que sostiene la figura de Pacal, como si estuviera en las fauces, son las quijadas superiores de dos serpientes descarnadas. En el centro de éstas, desciende el rey al inframundo.
----------------------------------------------------------
Es bien sabido el gran conocimiento que sobre astronomía poseía nuestro pueblo maya. Conocimientos que adquirieron en sus largas… eternas horas contemplando las estrellas. Ojalà algún día estos charlatanes le devuelvan a todos los pueblos su patrimonio histórico… sus dioses… sus reyes… que los dejen morando en las estrellas a donde “ascendieron” algún día como “amos y señores” que eran del cielo (y de la tierra), y que no los bajen nunca de las estrellas para convertirlos…. en astronautas.
Lord Morgan
"Traté de verla con los mismos ojos con que la vieron los sacerdotes de Palenque al dejar la cripta: quería borrar los siglos y escuchar la vibración de las últimas voces humanas; me esforzaba en comprender el mensaje que los antiguos nos habían dejado inviolado. A través del impenetrable velo del tiempo, buscaba el imposible lazo de unión entre sus vidas y las nuestras".
"En el momento de franquear el umbral tuve la extraña sensación de penetrar en el tiempo, en un tiempo que se había detenido mil años, no era ajeno a esta sensación el hecho de que la cripta había permanecido igual a lo que era entonces, salvo las estalactitas y estalagmitas añadidas por los siglos, y que en ella nada se había movido ni nadie había entrado, y que lo que nuestros ojos eran los primeros en descubrir era lo mismo que había visto el último sacerdote maya al retirarse".
LA LÁPIDA DEL SARGÓFAGO DEL REY PACAL
EL NIVEL DE LOS CIELOS
1. En la parte superior de la lápida nivel de los cielos, o el mundo de una criatura en forma de pájaro una cruz central. Según apuntan estudiosos, el ave es en parte serpiente parte pájaro, con lo que representa intermedio entre los cielos y la de su cabeza y cola hay dos representaciones del dios sol.
2. La cruz es en realidad una ceiba, sagrado de los mayas, y se le considera doblemente sagrado cuando brota entrada de una cueva. En la lápida, es la ceiba y la tumba, la caverna, vez significa la entrada al inframundo.
EL MUNDO DE LOS VIVOS
3. La ceiba gigante tiene una serpiente dos cabezas que enreda su cuerpo las ramas. Estos elementos pertenecen al mundo de los vivos, o mundo.
4. De las fauces de la serpiente salen dos dioses del mundo medio: el “Llamarada”, del lado izquierdo, dios “Bufón”, del lado derecho.
5. El rey Pacal aparece esculpido su descenso al inframundo, camino que siguen todos los que pasan el mundo de los vivos. Para los mayas el inframundo era, en muchos aspectos, más importante que el mundo de los vivos.
EL INFRAMUNDO
6. El signo de cuatro partes sobre cual está sentado el rey simboliza su condición real. Este elemento es el “sombrero” en la cabeza del gran monstruo que se encuentra en la base de la lápida. Esta criatura es el dios sol del inframundo; su “sombrero” (muy hundido, a la altura de los ojos) muestra el signo Kin del sol, que es una flor de cuatro pétalos. La nariz del monstruo es la imagen de la del mono araña, que es el Ahau o dios solar. Las quijadas del monstruo son huesos descarnados.
7. El marco que sostiene la figura de Pacal, como si estuviera en las fauces, son las quijadas superiores de dos serpientes descarnadas. En el centro de éstas, desciende el rey al inframundo.
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Es bien sabido el gran conocimiento que sobre astronomía poseía nuestro pueblo maya. Conocimientos que adquirieron en sus largas… eternas horas contemplando las estrellas. Ojalà algún día estos charlatanes le devuelvan a todos los pueblos su patrimonio histórico… sus dioses… sus reyes… que los dejen morando en las estrellas a donde “ascendieron” algún día como “amos y señores” que eran del cielo (y de la tierra), y que no los bajen nunca de las estrellas para convertirlos…. en astronautas.
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Los anteriores escritos son una valiosísima colaboración por parte de Lord Morgan a este blog de nuestro, sea bienvenido cuantas veces quiera escribir aquí.
Saludos y felicitaciones por su excelente investigación y comentarios.
Moravec
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Moravec
Ipsa scientia potestas est.
Amicus Plato, sed magis amica veritas.
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