Según dos nuevos estudios, las tormentas de polvo que periódicamente cubren todo el planeta Marte bajo un manto rojo, pueden estar generando nieve de compuestos químicos corrosivos, incluyendo peróxido de hidrógeno, lo que resultaría tóxico para la vida.
Basándose en estudios de campo realizados en la Tierra, experimentos de laboratorio, y modelos teóricos, unos investigadores defienden que se podrían producir productos químicos oxidantes debido a la electricidad estática generada en las violentas nubes de polvo que a menudo oscurecen la superficie de Marte durante meses. Si estos compuestos se han producido regularmente durante los últimos 3.000 millones años, periodo en el que Marte presumiblemente ha sido seco y polvoriento, el peróxido acumulado en la superficie podría haber alcanzado niveles que habrían matado la vida tal y como la conocemos.
El físico Gregory T. Delory, principal autor de uno de los estudios y trabajando en la Universidad de California en Berkeley, nos dice que la última palabra sobre si hay vida en Marte todavía está allá afuera, aunque señala que el planeta tiene condiciones químicamente muy reactivas en el suelo. Es posible incluso que pueda haber efectos corrosivos a largo plazo que impactarían sobre futuras expediciones tripuladas y equipamientos, debido a los oxidantes en el suelo y el polvo marcianos.
La intensa exposición ultravioleta, las temperaturas bajas, la falta de agua y los oxidantes en el suelo, harían difícil la vida para
cualquier microbio que tratase de sobrevivir en Marte.
El estudio, realizado por Delory y sus colegas, demuestra que los campos eléctricos generados en tormentas y en pequeños tornados podrían descomponer el dióxido de carbono y las moléculas de agua, permitiendo que se recombinasen como peróxido de hidrógeno o superóxidos más complejos. Todos estos oxidantes reaccionan rápidamente y destruyen a otras moléculas, incluyendo las orgánicas asociadas a la vida.
Un segundo estudio, en el que también participó Delory, demuestra que estos oxidantes pueden formarse y alcanzar tales concentraciones dañinas cerca del suelo, durante una tormenta en la que los compuestos se condensarían en la nieve descendente, contaminando las primeras capas del suelo. Según el principal autor, Sushil K. Atreya, del Departamento de Ciencias Atmosféricas, Oceánicas, y Espaciales en la Universidad de Michigan, los superoxidantes no sólo podrían destruir material orgánico en Marte, sino además acelerar la pérdida de metano de la atmósfera.
Los demás coautores de los dos estudios son de la NASA, la Universidad de Michigan, la Universidad Duke; la de Alaska en Fairbanks, la de Washington en Seattle, la de Bristol en el Reino Unido, el Instituto SETI y el Instituto de Investigación del Sudoeste.
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