ROMA, 27 Mar. 06 (ACI).- El postulador de la causa de canonización del Papa Juan Pablo II, P. Slawomir Oder, señaló que podría existir otro milagro atribuible a la intercesión del Pontífice polaco que partió a la Casa del Padre el pasado 2 de abril.Según declaró el sacerdote a Radio RAI de Italia, un hombre aquejado de una afección hepática incurable podría haberla superado gracias a la intervención del fallecido Pontífice.
El presbítero polaco, encargado por la diócesis de Roma para promover la causa de Juan Pablo II, señaló que el episodio, ocurrido en Estados Unidos, fue comunicado a través del sacerdote que atendía espiritualmente al enfermo.
“Se trata de un hecho aún no comprobado y se podrá hablar oficialmente de ‘milagro’ sólo al final de un proceso de confirmación”, explicó el P. Oder.
El proceso de beatificación de Juan Pablo II fue anunciado oficialmente por la diócesis de Roma el pasado 28 de junio.
Fuente:
http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=12074
APELACIÓN EN CONTRA DE LA BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II: Innumerables fueron los méritos de nuestro querido pontífice. Su mayor mérito fue su contribución al desmantelamiento de la Cortina de Hierro. En su peregrinaje trasmitió un mensaje de paz y esperanza a las multitudes de los pueblos cristianos que visitó. Sin embargo, estos méritos del mejor de los pontífices, no son suficientes para su beatificación, a pesar de haber llevado una vida virtuosa y ejemplar, a causa de haber promovido la judaización sutil del cristianismo. En estos momentos en los que la lucha intestina entre conservadores y modernistas, promovida encubiertamente por los esbirros de la Sinagoga, amenaza abrogar la doctrina milenaria y la autoridad pontificia, dejando intacto el profetismo judío. Las implicaciones judaizantes post Conciliares alcanzaron su clímax en el pontificado de Juan Pablo II y Benedicto XVI, causando la oposición de los sedevacantistas que desconocen los cambios modernistas tratando de evitar la abrogación sutil de los dogmas de la divinidad de Cristo, la divina Trinidad, la Nueva Alianza, y los Evangelios y Cánones antisemitas, y la liturgia tridentina, que convierten a la Iglesia Católica en una escuela bíblica portavoz de la moral natural dictada por Dios a Noe (noaquida) para gobernar a las bestias humanas (los pueblos no judíos). La opinión expresada ante los medios por Juan Pablo II de que “los judíos son nuestros hermanos mayores en la fe”, es una grave apostasía tendente a abrogar sutilmente la doctrina milenaria de la Iglesia, que a merita la revisión jurídica del diferendo pontificio {opuesto a la sentencia dictada por Cristo [Mateo XXIII, 1 al 35] en su diatriba contra el puritanismo hipócrita de los sacerdotes y escribas de la Sinagoga señalando como reos de castigo eterno a los seguidores de la doctrina (ethos supremaciíta) y la conducta (pathos criminal y genocida serial) de Israel. A la luz de los genocidios seriales bíblicos e históricos cometidos por el pueblo judío, a fin de determinar la vigencia del ad quem recurrido}. Y por tratarse de una gravísima apostasía, también amerita la objeción, apelación y revisión del procedimiento de beatificación que decidirá la victoria o derrota del judaísmo sobre el cristianismo y, la trascendencia o la involución de la humanidad.