Cuando comienzas a ver el mundo que nos rodea de manera racional y objetiva, te das cuenta que muchas cosas que creías, muchas veces a pies juntillas, resultan no encajar dentro de los nuevos parámetros que utilizas para filtrar lo que aceptas como real o como ficticio.
El movimiento escéptico ha ganado mucho terreno en los últimos años, quizá con la facilidad actual de conseguir información cada vez más y más personas comienzan a tomar al escepticismo como herramienta diaria.
Pero sucede que en un momento dado, parece ser que nos volvemos cínicos y hasta disfrutamos con hacer sentir a los demás que están equivocados y les restregamos en sus caras sus ideas erróneas. Eso me pasó a mí, y quizá me vuelve a pasar de vez en cuando aunque trate de no hacerlo. Quizá en ocasiones sea difícil evitarlo, sobre todo cuando alguna persona se aferra a una discusión sin sentido. Pero la mayoría de las veces pienso yo que no es necesario ni recomendable darnos esos aires de superioridad creyendo que sabemos algo que los demás desconocen. Esa es precisamente la actitud que toman muchos mísiticos que creen conocer los manejos que “solo unos elegidos” pueden accesar. ¿De verdad queremos vernos como los vemos a ellos?
Creo que la paciencia es una gran virtud, y claro, como dije, hay momentos en que la paciencia se agota y realmente parece como que no hay otra forma de darnos a entender. Pero creo firmemente que para dar a conocer e impulsar correctamente al movimiento escéptico, lo que menos necesitamos es que nos tilden de necios, cerrados, y cínicos.
Supongo que a ninguno de nosotros nos gustaría entrar a un gimnasio y que al comentar que tomamos ciertos suplementos alimenticios los fortachones asiduos nos hagan sentir que no solo estamos equivocados, sino hacernos ver como unos tontos frente a todos. Si esto sucediera cada vez que entráramos a un gimnasio, posiblemente tarde o temprano y con ese tipo de experiencias no volveríamos ni siquiera a considerar volver a poner el pie en uno.
Probablemente la manera correcta de promulgar la ciencia, la razón, y el escepticismo, es enseñando y ayudando. No criticando y con burlas. Y un poco de paciencia tal vez también ayudaría
¡Hasta la próxima!