Un estudio sugiere que casi todos los hombres vivos pueden rastrear sus orígenes a un hombre que vivió hace unos 135,000 años atrás. Y que ese hombre ancestral probablemente compartió el planeta con la madre de todas las mujeres.

Los hallazgos, detallados el 1ro de agosto en el diario Science, vienen del que a la fecha es el análisis  más completo de cromosoma sexual masculino, o el cromosoma Y. Los resultados anulan las investigaciones anteriores que sugerían que el antepasado común más reciente del hombre vivió apenas entre 50,000 y 60,000 años atrás.

A pesar de su superposición temporal, el “Adán” y “Eva” ancenstrales probablemente ni siquiera vivieron uno cerca del otro, mucho menos aparearse.

“Aquellas dos personas no se conocieron”, dijo Melissa wilson Sayres, una genetista de la Universidad de California, en Berkeley, quien no participó en el estudio.

Rastreando la Historia

Los investigadores creen que los humanos modernos salieron de África entre 60 mil y 200 mil años atrás y que la madre de todas las mujeres probablemente emergió de África del Este. Pero aparte de eso, los detalles son confusos.

El cromosoma Y son transmitidos idénticamente de padre a hijo, de manera que las mutaciones, o cambios puntuales, en el cromosoma de sexo masculina pueden rastrear la línea masculina hasta el padre de todos los humanos. Por contraste, el ADN de la mitocondria, el centro de energía de la célula, se lleva dentro del óvulo, de modo que sólo las mujeres lo transmiten a sus descendientes. Entonces el ADN escondido dentro de la mitocondria puede revelar el linaje maternal a una Eva ancestral.

Pero al paso del tiempo, el cromosoma masculino se atiborra con un revoltijo de tramos de ADN duplicados, dice el co-autor del estudio, Carlos Bustamante, quien es genetista de la Universidad de Stanford en California. Como resultado, reunir los fragmentos de ADN de una secuencia genética era como tratar de ensamblar un rompecabezas sin la imagen en la tapa de la caja, haciendo que los análisis a fondo sean muy difíciles.

El Cromosoma Y

Bustamante y sus colegas ensamblaron una pieza mucho mayor del rompecabezas mediante la secuenciación de un genoma completo del cromosoma Y de 69 hombres de siete poblaciones globales, desde Boquimanos Africanos hasta los Yakut de Siberia.

Asumiendo una tasa de mutación vinculada a eventos arqueológicos (tales como la migración de gente a través del Estrecho de Bering), el equipo concluyó que todos los hombres en su muestra global compartieron un sólo ancestro masculino en África entre 125,000 a 156,000 años atrás.

Además, el ADN mitocondrial de loshombres, así como muestras similares de 24 mujeres, revelaron que todas las mujeres en el planeta pueden rastrearse hasta una Eva mitocondrial quien vivió en África entre 99,000 y 148,000 años atrás – casi el mismo periodo durante el que vivió el Adán del cromosoma Y.

Más Adanes Ancestrales

Pero los resultados, aunque fascintantes, sólo son parte de la historia, dijo Michael Hammer, un genetista evolucionista de la Universidad de Arizona quien no estuvo involucrado en el estudio.

Un estudio separado en la misma edición del diario Science encontró que los hombres compartían un ancestro común entre 180,000 y 200,000 años atrás.

Y en un estudio detallado en Marzo en el American Journal of Human Genetics, el grupo de Hammer mostró que varios hombres en África tienen cromosomas Y divergentes y singulares que pueden rastrearse a un hombre incluso más antiguo que vivió entre 237,000 y 581,000 años atrás.

“Ni siquiera encaja en el árbol genealógico que el laboratorio de Bustamante ha construido – es más antiguo”, dijo Hammer.

Los estudios genéticos siempre se basan en una muestra de ADN y, por eso, proveen una imagen incompleta de la historia humana. Por ejemplo, el grupo de Hammer muestreó a un grupo diferente de hombres del que el laboratorio de Bustamante utilizó, llevando a estimaciones diferentes de cómo son realmente los ancestros comunes.

¿Adán y Eva?

Estas personas primitivas no son paralelas al Adán y Eva bíblicos. Estos no fueron los primeros humanos modernos en el planeta, sino sólo dos de las miles de personas vivas en aquel tiempo con linajes masculinos o femeninos intactos que continúan a la fecha.

El resto del genoma humano contiene pequeños rastros de ADN de muchos otros ancestros – sólo que no aparecen en el ADN mitocondrial o en el ADN del cromosoma Y, dijo Hammer. Por ejemplo, si una mujer ancestral tenía sólo dos hijos, entonces su ADN mitocondrial desaparecería, aún cuando el hijo transmitiría un cuarto del ADN de ella por medio del resto de su genoma.

Como seguimiento, el laboratorio de Bustamante está secuenciando cromosomas Y de cerca de otros 2,000 hombres. Esa información pudiera ayudar a identificar con más precisión en qué parte de África vivieron estos humanos ancestrales.

“Es muy excitante”, dijo Wilson Sayres. “Mientras obtenemos más poblaciones alrededor del mundo, podemos comenzar a comprender exactamente de dónde venimos físicamente.”

Fuente: http://www.livescience.com/38613-genetic-adam-and-eve-uncovered.html