La pregunta sobre ¿qué es el alma? es indubitablemente complicada, pues en su enunciación, ya acepta una existencia a priori de algo intangible e inmaterial que denominamos Alma. Pienso que una mejor formulación sería el planteamiento de la pregunta sobre: ¿Existe o no el Alma?

Aquí, la situación cambia pues, nos pone ante la posibilidad de la duda sobre la existencia o no existencia de este concepto sin afirmar de antemano su realidad.

La noción de alma aparece en toda la historia del pensamiento humano y en menor mayor grado en todas las culturas desde nuestros orígenes allá en el viejocontinente africano hasta la actualidad.

Gran parte de pueblos primitivos, com: los aborígenes australianos, las tribus de la amazonia o el pueblo de los Inuit en Groenlandia (Malaurie, 2007), mantienen viva sus tradiciones y poseen un pensamiento animista. Estas cosmovisiones singulares atribuyen al hombre un alma, y extienden esta noción a todos los fenómenos naturales, que además tienen un comportamiento similar al del hombre, por tanto están dotados de vida, sentimiento y voluntad propia.

Según la Enciclopedia Católica el alma corresponde al principio interno último por el cual pensamos, sentimos, tenemos voluntad y que anima nuestros cuerpos. Es de constitución única para cada persona, indivisible ,indestructible e integradora de todas las experiencias mentales como la conciencia, inteligencia, sentimientos y voluntad.

“Dios la crearía en la fecundación, y ésta abandonaría el cuerpo sólo al morir”.

En términos generales, el alma es considerada un principio de vida interno, que reside en todos los organismos vivos. Posibilita y regula, tanto las funciones físicas como internas, y en el caso de la psicología atribuye una psique, a los organismos con sistemas nerviosos complejos como los mamíferos, siendo la mente una derivación antropocéntrica, individual y derivativa, pues le otorga al otro la posesión de una mente; y en base a esta relación, yo asumo que también tengo una mente propia e individual. Esta interacción esta circunscrita al dominio del hombre, por la acción del lenguaje articulado.

Existe la idea de que el alma actúa sobre el cuerpo del hombre y existe independiente de él, por lo que puede separarse. Con la transición del animismo a una forma más organizada de pensamiento mágico, como la religión y la irrupción de la filosofía moderna, se despojará a los animales de un alma y solo los situará como entidades autómatas dejando la exclusividad del alma únicamente al hombre, que con su capacidad de razonar era el único que podía discriminar el bien del mal y salvar su alma para el paraíso o perderla en el infierno. (Descartes. R) Como los animales eran incapaces de hacer esta distinción, debido a que carecían del atributo de la razón que desde el punto de vista religioso era fundamental para distinguir el bien del mal y con esto salvar el alma se dedujo que necesariamente carecían de una.

Las ideas sobre la existencia de razón en los seres humanos y la fuerza del pensamiento mágico-religioso, condujeron a la elaboración de una teoría del alma o psique en el mundo griego que rápidamente impregnó todos los ámbitos del conocimiento helénico y se constituyó en una verdad incuestionable.

El Alma (psique) aparece como un aliento que mantiene la vida el cuerpo inanimado (Soma) y que se retira al mundo del Hades cuando el hombre muere.

Los dos principales filósofos de Grecia, Platón y Aristóteles, sostuvieron ideas contrapuestas en torno a la teoría del alma. (Martínez-Freire, 2002)

Para Platón el alma pertenece al mundo divino de las ideas, mientras que el cuerpo pertenece al mundo sensible sujeto a los cambios y la corrupción. Es de esta forma que asigna al alma y al cuerpo una naturaleza distinta, por lo que se produce una separación o dualismo cuerpo y alma que influye fuertemente el mundo cristiano y la filosofía moderna.

Para Aristóteles, todos los seres vivos tienen un alma, y él la entiende como forma del cuerpo, que es a su vez es materia del alma, dentro de su concepción hilemórfica. (Ortega y Gasset) Por ello para este filósofo la psicología es una rama de la biología. Esta alma es inteligente y puede separarse del cuerpo. Las facultades psicológicas son atributos de los cuerpos y en los cuerpos.

Frente al dualismo de Platón, Aristóteles sostiene preferentemente un monismo de cuerpo y alma, sentando las bases del dualismo y monismo que se convertirán en el problema mente-cuerpo que desarrollará posteriormente Descartes.

Los griegos no podían considerar algo, como realmente existente, si no estaba compuesto de algún tipo de materia o sustancia. La idea de sustancia es una teorización de la filosofía de la noción de cosa y vasta una breve mirada a nuestro lenguaje para percatarnos que muchas de nuestras definiciones utilizan los conceptos de cosa y sustancia. Es decir, el hombre actual, mantiene todavía una visión aristotélica primitiva al hablar de sustancias y cosas, aún considerando que esta noción es impensable dentro del mundo de las ciencias actuales, principalmentela física o matemáticas.

Esto resulta relevante cuando pretendemos en la actualidad fijar una falsa supremacía de las ideas, en relación a criterios de modernidad y sostener influidos por las ideas sobre la evolución, que nos encontramos en la cúspide de la cadena de la inteligenciade los seres vivos.

¿Es posible mantener la idea de la existencia del alma en el siglo XXI?

Todos los avances modernos en el mundo de las ciencias biológicas como la obstetricia, la neurología y otros campos demuestran que es innecesario mantener el mito del alma como fuente de explicación para la entender al hombre.

Si la base de la vida fuera un “soplo divino” que se otorga en la fecundación sería imposible lograr nuevos seres humanos, pues la vida sería un “Don de Dios”.

La refutación de esto se explica con los avances tecnológicos y la técnica de clonación, que han podido crear un organismo nuevo a partir de cualquier célula del cuerpo a través de las células madres y la modificación del ADN que posibilitan la creación de vida a partir de un organismo vivo, pero que está lejos de crear vida a partir de la materia inerte, por lo menos en este momento.

La bioquímica aporta evidencias contundentes contra la concepción del alma. Si se considera que el alma es un conductor, un piloto del cuerpo, ningún proceso bioquímico podría alterarla. Sólo se intervendría la respuesta del cuerpo ante nuestra voluntad espiritual. Por lo tanto el pensamiento, la conciencia y nuestros procesos psicológicos y/o afectivos no podrían alterarse. La evidencia de muestra que diversas sustancias como el alcohol, las drogas y algunos psicotrópicos generan estados alterados de conciencia, por lo que la distinción entre el alma y el cuerpo se acorta. (Crick, 2000)

La neurología refuta la idea de que la mente sea producto de un alma encarnada que usa al cerebro como interfaz con el universo.

Reflexiones finales

La esperanza de trascendencia, sienta las bases de creencias relacionadas con la muerte y algún tipo de inmortalidad que podrían explicar la existencia del concepto del alma.

Las creencias tienen un profundo componente emocional-afectivo que se basa en lo que se ha aprendido o experimentado en el grupo social de pertenencia y cultura en que se ha nacido. Habitualmente son una forma de mirar, observar y construir la realidad y por sobre todas las cosas se fundamentan en la fe, es decir, en aquella creencia incuestionable que ayuda a interpretar un contenido cognoscitivo de un hecho abstracto o concreto al cual no se le pide demostración ni se exige justificación o fundamento racional. Por lo que son una forma de conocimiento anterior al pensamiento racional.

Existe por tanto una transición de la noción de alma a mente y luego a conciencia, y por el lado del cuerpo, hay una transición del cuerpo a la noción de cerebro.

La influencia de la religiosidad, se ha hecho sentir en la historia del conocimiento construyendo una subjetividad y realidad que debe ser enjuiciada críticamente a la luz de la ciencia y la razón.

La creencia en esta alma inmortal es la más difundida y la más defendida por los creyentes. Estos preferirían renunciar a la existencia de Dios antes que a la inmortalidad del alma. La fuerza de esta creencia radica en su valor explicativo y enfoque argumental tranquilizador, pues resuelve y da esperanza a uno de los mayores problemas que ha enfrentado el hombre durante su historia y que es el encuentro con la muerte, la partida de un ser querido y el miedo a la soledad.

A modo de conclusión: Es en la seguridad de la caverna que imagino a nuestros antepasados acicalándose junto al fuego hecho de ramas y pequeños arbustos recolectados durante el día por las mujeres y niños mientras los hombres adultos enfrentaban un largo día en busca de alimentos en la sabana africana. De pronto uno de los niños que juega junto a sus pares, se da vuelta de improviso al percatase de la llegada de los hombres. Corre ágilmente a recibir a un padre que no llega, y entre la mirada obscura y triste de su madre, comprenden que ya no volverá jamás a ver a aquel hombre fuerte, cuyos brazos lo tomaban fuertemente brindándole seguridad que conoce desde siempre y que a contar de ese momento no va a estarmás. Una pequeña lágrima corre por su mejilla, mientras el corazón se lea prieta y una nueva sensación de soledad e incertidumbre inunda su joven vida.

Bibliografía

  • Crick, F. (2000). La búsquedad científica del Alma. Madrid, España: Debate.
  • Descartes, R. (1989). El discurso del Método. Barcelona, España: Planeta.
  • Malaurie, J. (2007). Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. v.27 n.2 Madrid. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría.
  • Martínez-Freire, P. (2002). La nueva Filosofía de la Mente. Barcelona, España: Gedisa.
  • Ortega y Gasset, J. (2006). Ideas y Creencias, obras completas, Vol. 5. Revista de Occidente, México.