La creencia de que fumar en el coche es 23 veces más tóxico para los acompañantes que hacerlo en otros entornos cerrados carece de fundamento a pesar de que la han repetido desde 1998 numerosos medios, revistas científicas y organizaciones antitabaco, revela en su último número el Canadian Medical Association Journal (CMAJ). Dos investigadores australianos han revisado la bibliografía científica y comprobado que el dato no está basado en los resultados de ningún estudio, sino en una nota de prensa. “En una búsqueda exhaustiva de la literatura relevante, no hemos podido localizar ninguna fuente científica para esta comparación. Dado que la prohibición de fumar en los coches está ganando fuerza a escala internacional, el uso de este dato a favor del control del tabaco en los medios de comunicación presenta posibles problemas de credibilidad”, advierten Ross MacKenzie y Becky Freeman, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sydney y autores del trabajo. Aseguran que existen suficientes pruebas de los riesgos del tabaco en los coches para los fumadores pasivos como para no tener que recurrir a un dato sin base real a la hora de impulsar prohibiciones.

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