La sábana santa vuelve a exhibirse en Turín desde hoy hasta el 23 de mayo. Aquí tienen un decálogo que les puede servir para hacerse una idea del estado de la cuestión en la polémica sobre la autenticidad del lienzo que, según la tradición, envolvió el cadáver de Jesús.

1. ¿Qué es la sábana santa y desde cuándo se conoce? La sábana santa es una pieza de lino de 4,32 metros de longitud y 1,10 de anchura. Se ven en ella la parte frontal y dorsal del cuerpo de un hombre barbado. No hay ninguna prueba de que existiera antes de su aparición en la localidad francesa de Lirey a mediados del siglo XIV de la mano del caballero Geoffroy de Charny, quien nunca aclaró cómo se había hecho con ella. La tela está depositada en la catedral de Turín desde 1578.

2. ¿Qué decía de la reliquia la Iglesia en el siglo XIV? Pierre d’Arcis, obispo de Troyes, alertó a Clemente VII, papa de Avignon, del origen fraudulento del sudario. D’Arcis escribió en 1389 al antipapa una carta en la que le explicaba que su antecesor, el obispo Henri de Poitiers, había descubierto quién había pintado la sábana, además de cómo los canónigos de Lirey simulaban milagros de lo que presentaban como la mortaja de Cristo. Una bula de Clemente VII autorizó en enero de 1389 la exhibición de la tela con, entre otras condiciones, la de que se advirtiera de que “la figura o representación no es el verdadero Sudario de Nuestro Señor, sino que se trata de una pintura o un cuadro de la Sábana Santa”.

3. ¿Es un negativo fotográfico? Secondo Pía la fotografió en 1898 y dijo que se trata de un negativo fotográfico. Pía pasó por alto que las manchas de sangre de la imagen son rojas -¿desde cuándo lo son en un negativo?- y la barba del personaje negra, lo que implicaría que el cuerpo original era de un anciano de barba blanca. La idea del negativo ganó, sin embargo, adeptos durante el siglo XX a pesar de su imposibilidad y todavía es del gusto de muchos sindonólogos, como se autodenominan los estudiosos de la reliquia.

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