“La aplicación militar de la Meditación Trascendental (MT) está ganando aceptación”, según una nota de prensa publicada hace unos días en Eurekalert!, el servicio de información de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), la organización científica más importante del mundo. La información procedía del Centro para la Ciencia Militar Avanzada (CAMS) y se refería a un artículo recientemente publicado en “una importante revista científica de Pakistán, The Journal of Management & Social Science“, titulado “A new role for the military: preventing enemies from arising-reviving an ancient aproach to peace” (Un nuevo papel para los militares: como evitar la aparición de enemigos – reviviendo un antiguo enfoque para la paz). Según ese trabajo, firmado por David R. Leffler, director ejecutivo del CAMS, “los ejércitos de todo el mundo podrían usar la MT y el programa MT-Sidhi, creados por el Maharishi Mahesh Yogi, como un medio no religioso y científicamente probado para prevenir la guerra y el terrorismo. Cuando se emplean en un contexto militar, estas prácticas de meditación se denominan Tecnología de la Defensa Invencible (IDT)“. El efecto resultante de tanta meditación se conoce como efecto Maharishi, en honor al gurú de los Beatles.

La nota de prensa del CAMS es alucinante de principio a fin; pero se trata sólo la punta de un iceberg demencial que flota en la misma realidad paralela en la que Estados Unidos puso en marcha el Proyecto Jedi y el Ejército de la Nueva Tierra a mediados de los años 80 con supersoldados presuntamente dotados de poderes paranormales. (No dejen de leer Los hombres que miraban fijamente a las cabras, el magnífico libro de Jon Ronson que narra unos increíbles hechos reales que, lamentablemente, han sido llevado a la gran pantalla como una mera sucesión de gags.) Leffler propone que “la guerra, el terrorismo y la delincuencia son causados por la tensión social colectiva. La ausencia de tensión colectiva se traduce en ausencia de tensiones entre los países, entre los grupos religiosos e incluso entre los terroristas. Este estudio propone que, mediante la aplicación de esta tecnología no-letal y no destructiva [se refiere a la meditación], cualquier militar puede reducir la tensión de la sociedad y evitar la aparición de enemigos. Si la IDT previene la aparición de enemigos, los militares no tienen a nadie contra quien luchar, y la nación se vuelve invencible”.

La IDT se apoya, según Leffler, en unos 50 trabajos científicos que demuestran que, como apuntó Maharishi Mahesh Yogi, “cuando un 1% de una población dada practica la MT, o cuando grupos lo suficientemente grandes practican juntos el programa MT-Sidhi dos veces al día, tienen lugar cambios positivos mensurables en la sociedad en su conjunto. Los estudios muestran que desciende la violencia, el crimen, los accidentes de tráfico y los suicidios, y mejora la calidad de vida”. Asegura el autor, cuya web lleva el impagable título de Centro de Mando de la Tecnología de la Defensa Invencible, que esas investigaciones se han publicado en revistas científicas con revisión por pares y que, por consiguiente, está probada la efectividad de la creación en los ejércitos de Alas Preventivas que practicaran la MT. Asegura, además, que más de 26.000 policías militares brasileños fueron adiestrados hace dos décadas en IDT como parte de su entrenamiento y pueden verse fotos de los soldados meditando fusil en mano. Quizá lo llamaron en clave Proyecto Idiota, por eso de que casi encaja con las siglas de esta pseudotecnología mágica basada, según sus promotores, en la antigua tradición védica.

Física einsteniana

Leffler reconoce que “el mecanismo causal de la IDT no se entiende completamente”, pero añade que está relacionado con que la producción de serotonina por parte de los grupos de meditadores y su contagio a la sociedad. ¿Magia? No. “El estado de la conciencia trascendental produce la coherencia en el cerebro, y los científicos especulan que esto aumenta la coherencia dentro del campo unificado. Aparentemente, el efecto es amplificado por medio de la práctica en grupo. Los físicos teóricos aluden al campo unificado como la base de todas las leyes de la naturaleza”, escribe. ¡Zas!, ya tenemos una explicación vinculada a la física einsteniana que nos sirve para vender a los más ingenios la magia de la MT. Lástima que prácticamente todo lo que cuentan el artículo y la nota de prensa sea mentira.

Para empezar, The Journal of Management & Social Science es una publicación tan prestigiosa que ni siquiera figura en una relación de las revistas científicas de su país, lo que, visto el artículo de Leffler, no debería extrañar a nadie. Y, para seguir, es mentira que algún estudio científico haya demostrado la efectividad de la MT a la hora de solucionar conflictos. Evidentemente, los seguidores de Maharishi Mahesh Yogi a veces se la han colado a alguna revista científica, como pasó hace un año con una publicación de psicología, pero lo habitual es que sus artículos se los publiquen ellos mismos o aparezcan en cabeceras que sólo tienen de científicas la apariencia.

Me copio a mí mismo: los estudios imparciales han demostrado que la MT tiene los mismos efectos para el organismo que la relajación tumbado en un sofá en un ambiente agradable. Tras el 11-S, el gurú anunció que el antídoto contra el terrorismo islámico era la formación de 40.000 expertos en MT que levitaran y crearan un campo de paz y armonía mundial. Necesitaba 1.000 millones de dólares sólo para cubrir gastos. No debió conseguirlos, a tenor de los atentados terroristas posteriores. A escala local, en el verano de 1993, 5.000 miembros del grupo meditaron durante dos semanas en Washington para hacer descender el crimen en la ciudad un 20%. Los asesinatos aumentaron.

¿Cómo entonces se ha hecho eco de toda esta cháchara nada menos que el servicio de información de la AAAS? Se lo pregunté ayer a los responsables de Eurekalert! tras comprobar que la nota sobre el artículo de Leffler había desaparecido de su web. “El comunicado de prensa al que hace referencia fue publicado por error y ha sido eliminado de nuestro sitio web”, me respondió un portavoz al que seguidamente pregunté si se debía al contenido anticientífico del texto. “Hemos eliminado la nota de prensa porque no cumplían con nuestros criterios de selección”, añadió lacónicamente. Sería de desear que algo así no se repitiera en una web que es de referencia en la información científica y a la que los seguidores del gurú de los Beatles se la han dado con queso demasiadas veces en los últimos años como investigadores de Universidad Maharishi de Administración (MUM) o entidades afines al grupo.

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