Por más de una semana, Ria Ramkissoon observó pasivamente mientras su hijo de un año de edad se moría, negándole comida y agua porque la anciana con quien vivía dijo que era la voluntad de Dios.

Javon Thompson estaba poseído por un espíritu maligno, se le dijo Ramkissoon, porque no decía “Amén” durante la oración de la comida. Javon no hablaba mucho, dada su edad, pero ya había dicho “Amén” anteriormente, testificó Ramkissoon en una corte estadounidense en Baltimore.

El día que Javon murió, Ramkisson se le dijo que lo “alimentara otra vez para reanimarlo”. Hizo puré con unas zanahorias para alimentar al niño, pero ya no podía tragar. Ramkissoon puso sus manos sobre el pecho del niño para confirmar que su corazón había dejado de latir.

Ramkissoon y otras personas se arrodillaron y oraron para que resucitara de entre los muertos. Semanas depsués, Ramkissoon pasó gran parte de su tiempo en una habitación donde esetaba el cuerpo de su hijo, hablándole, bailando, incluso dándole agua. Ella pensaba que lo podría resucitar.

Ramkissoon relató la historia de la dolorosa muerte de su hijo desde la banca de testigos el Miércoles, durante el juicio contra la mujer que le dijo que no alimentara al niño. De acuerdo a la policía y a la fiscalía, Queen Antoniette era la líder de un pequeño culto religioso, y ahora enfrenta cargos por asesinato junto con su hija, Trevia Williams, y otro seguidor, Marcus A. Cobbs.

Los tres decidieron llevar su caso como sus propios abogados.

Javon pudo haber muerto en Diciembre de 2006 o en Enero de 2007, Ramkissoon no está segura de la fecha exacta. Su cuerpo fue escondido en una maleta por más de un año y desde entonces ha sido enterrado. Pero incluso ahora, sigue manteniendo la fe en su resurrección.

“Todavía creo que mi hijo va a regresar”, dijo Ramkissoon. “No tengo problema al decir lo que realmente sucedió porque yo creo que va a regresar”.

“Queen dijo que Dios le dijo que él regresaría. Yo lo creo. Yo escojo creerlo”, dijo la madre. “Aún ahora, a pesar de todo, yo escojo creer por mis razones.”

Después, aceptó que su fe la hace sonar loca. “No tengo probema sonar loca en corte”, dijo.

Ramkissoon, de 23 años de edad, nació en Trinidad y se mudó a Baltimore a la edad de siete años. Mide 1.52 metros de estatura y pesa 45.4 kilogramos.

Vestía un sweater blanco y pantalones de mezclilla azules y estuvo calmada durante todo su testimonio, hablando en voz clara y tranquila. Pareció un poco agitada sobre ciertas preguntas pero por lo general mostró muy poca emoción, incluso cuando describió cómo su hijo hambriento perdió peso, se volvió letárgico, y perdió su voz.

Fue llevada a la corte esposada. Se declaró culpable el año pasado por abuso infantil que resultó en muerte, acordando al trato solo bajo la condición de que si Javon es resucitado, su declaración se anularía. Los fiscales y un juiez aceptaron esta condición extraordinaria, especificando que solo una “resurrección similar a la de Jesús” sería suficiente.

Como Antoniette se está representando a sí misma, pudo examinar a la mujer que vivió con ella por dos años, mucho de ese tiempo después de la muerte de su hijo.

Antoniette le preguntó si su afirmación sobre no dar de comer a Javon fue una orden o una “sugerencia”.

Ramkissoon dijo que ella le ha dicho consistentemente a los fiscales y a su abogado que no fue forzada a hambrear a su hijo, pero dejó claro que la idea era de Antoniette.

“Cuando estaba a punto de alimentarlo”, dijo Ramkissoon a Antoniette, “tú deciías, ‘No le deberías de dar de comer nada’, y luego me decías el por qué… y yo te creía”.

Williams y Cobbs también vivían en la misma casa, junto con otros tres niños de Antoniette y una amiga de la infancia de Ramkissoon. Ninguno cuestionó la afirmación de Antoniette de que el niño no debía alimentado, dijo Ramkissoon.

Ramkissoon detalló cómo el grupo se mudó a Filadelfia y se llevó el cuerpo de Javon en una maleta. Describió cómo Javon fue empacado con sábanas y cómo le roció el cuerpo con desinfectantes y rellenó la maleta con suavizador de ropa para enmascarar el olor.

La maleta fue escondida en un cobertizo en Filadelfia por más de un año antes que fuera descubierto por la policía, de acuerdo a un testimonio.

Se les pidió a los miembros de la casa de Antoniette que vistieran solo de blanco, azul, y khaki. Salieran de casa solo en parejas, y evitaran doctores y hospitales. Destruyeron todas las tarjetas de identificación y tenían poco contacto con sus familias.

Ramkissoon dijo que frecuentemente cuestionaba las reglas y las órdenes de Antoniette pero nunca la desobedeció porque creía que ella era “una mujer divina”.

“Viendo en retrospectiva”, dijo Ramkissoon a Antoniete, “no diré que todo lo que creí que era correcto, fue correcto”.