En la Feria de Ciencias Canadienses en Waterloo, Ontario, Daniel Burd quien es estudiante en el Waterloo Collegiate Institute, presentó su investigación sobre microorganismos que pudieran biodegradar rápidamente el plástico.

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De hecho son dos estudiantes de bachillerato quienes han descubierto microorganismos que consumen plásticos. El primero fue Daniel Burd el año pasado, y el segundo fue Tseng I-Ching de Taiwan, el mes pasado.

Siendo el plástico uno de los materiales fabricados más indestructibles, aún así se descompone. Tarda 1,000 años en descomponerse, pero lo hace. Daniel pensó que esto significaba que deben existir microorganismos que hagan esa descomposición.

¿Podrían criarse estos organismos para que hagan el trabajo más rápidamente?

Esa fue la pregunta de Daniel la que puso a prueba por un proceso muy simple e ingenioso en el que sumergió plástico en una solución de levadura que fomenta el crecimiento de microbios, y luego comenzó a aislar los organismos más productivos.

Los resultados preliminares fueron bastante alentadores, de manera que siguió seleccionando las cepas más efectivas y comenzó a cruzarlas entre sí.

Después de varias semanas de experimentar y optimizar temperaturas, Burd logró un 43% de degradación de plástico en seis semanas, un logro casi inconcebible.

Anteriormente se han utilizado bacterias para solucionar el problema de la basura plástica, como las soluciones desarrolladas por el Departamento de Biotecnología de Tottori en Japón, y el Departamento de Microbiología de la Universidad Nacional de Irlanda, pero ambas solo se aplicaban a los compuesto de estireno.

También hay métodos actuales para descomponer plásticos, pero la mayoría son de naturaleza química, no orgánica, y requieren altas temperaturas y aditivos químicos que causan que los plásticos se evaporen.

De cualquier forma, todavía falta probar estos nuevos descubrimientos microbiológicos para verificar que, por ejemplo, los productos creados a partir de la descomposición orgánica no sean cancerígenos. De modo que todavía no podemos hablar de una panacea mágica o de un paraíso libre de plásticos. Sin embargo, estos nuevos descubrimientos nos preparan el camino hacia un muy buen futuro en este respecto.