Por: Ariel Palazzesi jueves, 04 de junio de 2009

La aparición de una serie de vídeos de la NASA en Youtube, en los que se pueden ver Objetos Voladores No Identificados (OVNI, para los amigos) ha revolucionado a los amantes de las teorías conspirativas. No es para menos, ya que el sello de la NASA le otorga una patina de credibilidad a cualquier cosa que tenga que ver con el espacio, y las imágenes publicadas son lo suficientemente inquietantes como para reavivar viejas cuestiones ¿Realmente el gobierno de EE.UU. encubre interacciones con seres extraterrestres?

Youtube convierte en popular cualquier cosa que se suba a su portal, y si el vídeo en cuestión trata algún tema más o menos espinoso, su éxito está asegurado. En los últimos días la NASA ha publicado unos vídeos construidos a partir de imágenes en bruto tomadas durante el transcurso de antiguas misiones de la agencia espacial, en las que pueden verse algunas luces, brillos y -supuestos- “objetos extraños” en el cielo. Como era de esperar, esto ha renovado las teorías conspirativas que aseguran que el gobierno de EE.UU. está ocultando información sobre las interacciones de la NASA con seres o vehículos extraterrestres.

http://www.youtube.com/watch?v=ezwBHgXMFmk&feature=player_embedded

El video anterior corresponde a la misión STS-77, lanzada en mayo de 1996. A pesar de lo que puede leerse en varios sitios de la red sobre la el par de luces brillantes que se mueven de un lado a otro de la imagen, y mal que les pese a los amantes de las conspiraciones, no se trata de una nave nodriza al estilo “V Invasión Extraterrestre”. Los mismos astronautas que participaron de la misión, como Mario Runco, explican de qué se trata. Uno de los trabajos que debía realizar la tripulación de STS-77 era colocar en órbita un satélite experimental, llamado Passive Aerodynamically Stabilized Magnetically Damped Satellite Test Unit (PAM-STU).

El cacharro tenía el tamaño aproximado de un cesto de papeles, y se diseñó para poner a prueba un mecanismo guiado de satélites utilizando el campo magnético del planeta como “motor” para ajustar su altitud, en un intento de reemplazar los propulsores habituales. La tripulación, obviamente, filmó al satélite durante todos los días que duró la misión, pero el clip subido a YouTube por Martyn Stubb contiene los peores segundos de todo el video: PAM-STU aparece pequeño, borroso, con poca luz y en blanco y negro. El “par de luces” son en realidad reflejos de la luz ambiente sobre dos paneles Stimsonite (el mismo tipo de materiales que se emplea para fabricar los reflectores de las carreteras) que parecen “cambiar de tamaño” a medida que el satélite gira. “Las luces que parecen moverse en el fondo son o bien luces de la Tierra o estrellas, creo que probablemente sea lo segundo”, dice Runco. Por supuesto, nada cuesta deslizar comentarios del tipo “el vídeo muestra un encuentro rutinario con seres extraterrestres, de eso que todos los días ocurren y la NASA nos oculta”, y dejar que otro se tome el trabajo de desmentirlo o explicarlo.

http://www.youtube.com/watch?v=oufEpzbnkRg&feature=player_embedded

El anterior es otro de los tantos vídeos que están recibiendo visitas en cantidades industriales.
La toma, realizada desde una de las ventanas del transbordador espacial en 1996, muestra una serie de luces cruzando el espacio. En un momento cambian de dirección y “aceleran” escapando del cuadro. El título del vídeo es -muy sugestivamente- “UFOs quickly take off on NASA video” (algo como “OVNI se escapa rápidamente en vídeo de NASA”). Sin embargo, tampoco estamos viendo a ET en esas imágenes. Thomas Jones, que es uno de los especialistas que participó de esa misión, la STS-80 de la NASA, explica que estamos viendo “un grupo de cristales de hielo o residuos del propulsor que están flotando cerca del transbordador y son golpeados por un penacho de humo del propulsor que los expulsa de la escena”. La explicación es mucho menos excitante que la alternativa conspirativa, pero mucho más realista.

Los defensores a ultranza de “la conspiración OVNI” tienen una especial habilidad para desestimar las respuestas que brindan los miembros de NASA, del Pentágono o de cualquier otra agencia gubernamental. Mario Runco, cuya supuesta participación en los planes de encubrimiento de la NASA y del gobierno es dada como algo seguro por parte de varios “especialistas en OVNI”, dice que sería muy difícil convencer a un astronauta (o a cualquier persona relacionada con las misiones espaciales) que contase a todo el mundo los detalles de un encuentro con naves extraterrestres. “Si creyese que he visto una nave extraterrestre, sería el primero en decirlo”, asegura Runco. “Querría el crédito: Mario Runco fue la primera persona en la historia en documentar fehacientemente la existencia de una civilización extraterrestre. ¿Por qué razón guardaría el secreto?”.

A pesar de todo, ni Runco ni Jones se hacen demasiadas ilusiones de que sus declaraciones explicando qué es lo que filmaron en el espacio puedan terminar con los mitos relacionados con OVNI y la NASA, sobre todo cuando los defensores de la conspiración pueden tomar vídeos de la agencia, adaptarlos y publicarlos con títulos amarillistas. “No hay forma de evitar que estas personas usen los medios de domino público para sus propósitos”, dice Jones.

El mismísimo Buzz Aldrin ha denunciado que declaraciones suyas, relacionadas con avisajes de OVNI, han sido citadas fuera de contexto en la televisión. Edgar Mitchell, también un ex astronauta, dijo alguna vez que creía en había alguna clase de encubrimiento sobre las actividades de Roswell, aunque nunca mencionó la palabra “extraterrestre”. En realidad, hoy se sabe que el gobierno norteamericano usó Rosswell para el desarrollo de aviones secretos, y seguramente Mitchell, que creció en Roswell, se refería a eso.

En la actualidad, nadie duda de que existan extraterrestres. Las probabilidades de que ET esté por ahí afuera son altísimas, en virtud de lo enorme del universo y la cantidad de estrellas que pueden hospedar planetas. Todos los cálculos indican que existen miles de millones de planetas habitables, y sería muy -pero muy- extraño que estemos solos en el universo. Pero interpretar cada par de luces u objetos voladores que no podemos identificar como algo muy distinto de lo que realmente son, es un error tan grande como una galaxia.

Visto en The Tech Herald

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