La mayoría conocemos la historia: “Dios hizo la Tierra y un lugar perfecto al que llamó Jardín del Edén. Luego hizo a Adán moldeándolo del barro y soplando sobre él para darle vida. Después lo durmió y le quitó una costilla y de ella creó a Eva. Les dijo que podían comer de todo excepto del fruto del árbol del bien y del mal porque morirían. Pero un día, la astuta serpiente engañó a Eva y ella y Adán comieron del fruto. Dios los expulsó del paraíso porque lo desobedecieron y de ahí surgió el pecado original.” ¿Es más o menos así como la recuerdas? Si tu respuesta es sí, quizá deberías leer esos primeros capítulos nuevamente, porque la historia es un poco distinta. Primeramente, la historia original no dice que era un árbol, sino que eran dos árboles. Uno de los árboles era efectivamente el llamado árbol del conocimiento del bien y del mal. El otro era el árbol de la vida.

Génesis 2:9 – En medio del jardín hizo crecer el árbol de la vida y también el árbol del conocimiento del bien y del mal.

La historia original cuenta que Eva le dice a Dios que fue engañada por la serpiente para que comiera del fruto prohibido, sin embargo, si leemos bien, la realidad es otra: Dios fue quien los engañó y la serpiente, astuta que era, les dijo la verdad. Voy a explicar esto primeramente citando lo que dice Dios a Adán:

Génesis 2:15-17 – Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara, y le dio este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás

Como vemos en la cita bíblica anterior, Dios afirma que al comer del fruto prohibido morirán. Sin embargo, Adán y Eva comieron, y de acuerdo a la narración, vivieron por muchos años, de hecho, de acuerdo a la narración, Adán vivió por 930 años más. Ahora vamos con la serpiente:

Génesis 3:1-5 – La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer: —¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? —Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán.” Pero la serpiente le dijo a la mujer: —¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.

¿Acaso mintió la serpiente? No. ¿Engañó a Eva? No. Le dijo la verdad: al comer del árbol conocerían, al igual que Dios, el bien y el mal. En cambio, Dios mintió diciendo que iban a morir. Cabe señalar aquí que en ningún lado de la historia dice que la serpiente haya sido satanás, como algunas personas suponen. Era una simple serpiente, y bastante honesta. ¿Por qué los expulsó del paraíso? La idea generalizada es porque desobedecieron a Dios al cometer el primer pecado, el pecado original, de no respetar una ley impuesta por Él. Pero la historia bíblica nos dice otra cosa distinta:

Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió. Y dijo: «El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre.» Entonces Dios el Señor expulsó al ser humano del jardín del Edén, para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho. Luego de expulsarlo, puso al oriente del jardín del Edén a los querubines, y una espada ardiente que se movía por todos lados, para custodiar el camino que lleva al árbol de la vida.

Como vemos en las partes señaladas con negro, Dios no expulsó a Adán y Eva por desobedecer, sino para que no comieran del árbol de la vida y vivieran para siempre, como Él, porque solo eso les faltaba, ya que conocían, al igual que Dios, la diferencia entre el bien y el mal. Entonces, realmente fueron expulsados porque Dios no quería que sus creaciones fueran como Él mismo. Noten también que habla de “nosotros”: «El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros». A lo largo de la Biblia encontrarán varias citas similares en las que Dios admite que hay varios dioses igual que Él. Una de estas citas es bastante conocida por la mayoría y está en los 10 mandamientos: “No tendrás dioses ajenos delante de mí.” Otras citas similares:

Génesis 1:26 – Y Dios consideró que esto era bueno, y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza.

Génesis 11:7 – Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos mismos.

Éxodo 12:12 – Esa misma noche pasaré por todo Egipto y heriré de muerte a todos los primogénitos, tanto de personas como de animales, y ejecutaré mi sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.

Éxodo 15:11 – ¿Quién como tú, Jehová, entre los dioses

Éxodo 18:11 – Ahora sé que el Señor es más grande que todos los dioses, por lo que hizo a quienes trataron a Israel con arrogancia.

Éxodo 22:20 – Todo el que ofrezca sacrificios a otros dioses, en vez de ofrecérselos al Señor, será condenado a muerte.

Y muchas más en Éxodo 22:28, 23:13, 23:24, 23:32, 34:14, Números 33:4, Deuteronomio 6:14-15, 10:17, 28:14, Josué 24:2, 24:14, Jueces 11:24, 1 Samuel 6:5, 28:13, 1 Crónicas 16:25, Salmos 82:1, 82:6, 86:8, 96:4, 97:7, 135:5, 136:2, Jeremías 1:16, 10:11, 25:6, 46:25, Juan 10:33-34, etc. Volviendo al tema principal, aunque Dios le dijo a Adán que no comiera del fruto del árbol del conocmiento del bien y del mal, jamás le dijo que no comieran del fruto del árbol de la vida.
 

Concluyo en esta ocasión señalando que todas estas historias bíblicas tienen sus raíces en historias más antiguas donde dioses como la de la diosa Ninti de la mitología mesopotámica, que fue una de las ocho divinidades creadas por Ninhursag para sanar al dios  Enki a quien previamente había matado por comer de unos vegetales prohibidos que había planatado en su huerto sagrado. Ninti sanó la costilla de Enki.  Por otro lado, Nintu, llamada la Señora del nacimiento o de la vida, fue quien creó a todos los humanos. Nintu, también llamada Antu, era considerada como la madre de todos los vivientes. En la narración bíblica, a la primera mujer se le da el nombre de Eva, que también significa “madre de todos los vivientes”, y fue creada de la costilla de Adán. Interesante ¿no es cierto? Si quieres saber más, puedes ir a este enlace o “googlear” los nombres de las diosas mencionadas.