Jaime Álvarez Jiménez
El Diario

Chihuahua— Cuando en 1969 todo el mundo esperaba el despegue de la nave Saturno V que transportaría la cápsula Apolo XI con el primer hombre que sería posado en la Luna, el 8 de febrero de ese año un fenómeno astronómico puso a Chihuahua en el centro del Sistema Solar y la ciencia humana.

Fue a la una de la mañana cuando un gran meteorito de casi dos toneladas atravesó la atmósfera, se fragmentó y dispersó en las inmediaciones del municipio de Allende, cercano a la ciudad de Parral, quedando piezas que al ser analizadas, cambiaron todas las teorías de la edad del Sistema Solar.

De acuerdo con el científico Carlos García Gutiérrez, en ese entonces se acababan de acondicionar modernos laboratorios para estudiar las primeras piedras lunares que traería la nave Apolo XI, de modo que las muestras del meteorito “Allende” fueron analizadas con toda la tecnología.

Esa madrugada, relata el investigador decano de la UACh, el meteorito de Allende redefinió las tesis sobre la gran explosión y la antigüedad del planeta Tierra, pues los análisis determinaron que estas piedras celestes tenían una antigüedad superior en 600 millones de años de lo estimado para el Sistema Solar.

“Es el material más antiguo que existe en la Tierra, luego de cuatro décadas y después de la investigación de las muestras lunares y lo analizado en Marte, Chihuahua se volvió el centro del Universo por el valor científico de este meteorito”, añade.

Con alto contenido de carbón, estas piedras denominadas “condorita carbonosa” (Carbono chondrite), contienen elementos que son esenciales para la formación de la vida, explica el investigador, quien coincide con Rodolfo Neri Vela, primer astronauta mexicano, al apuntar la posibilidad de vida en otros planetas.

Ambos destacan que a pesar de no existir aún validación de vida extraterrestre, todo indica que ésta puede darse de manera unicelular, sin aseverar que sea inteligente.

Pero más allá de estas teorías, el valor del “Meteorito Allende” (como se le conoce entre los científicos y la NASA), fue un parteaguas por la información contenida, que permitió explicar y modificar las investigaciones sobre la explosión de las supernovas y el aglutinamiento de polvo cósmico que formó el Sistema Solar.

Es así que luego de los estudios y de análisis por parte de laboratorios de la NASA, es que se estimó que la formación del Sistema Solar fue hace 4,610 millones de años (edad del meteorito Allende), mientras que la Tierra se formó hace 4,500 millones de años, con un margen de error del 1 por ciento.

Debido a que es un meteorito carbonoso, su peso específico es 3 a 1, comparado con los 8 a 1 de los meteoritos ferrosos y del peso específico de apenas 1 a 1 del agua, pero al tomarlo entre las manos, la sensación es de un trozo de carbón pesado, que a la vista muestra miles de granos de algún tipo de material brillante.

Investigación y la vida— Actualmente un equipo de científicos mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), continúa con los exámenes a fragmentos del meteorito Allende, con la pretensión de aportar a la ciencia datos sobre la antigüedad del Universo.

Los investigadores mexicanos que lo examinan, han descubierto que esa roca contuvo material condensado y poroso, lo que puede sugerir que en algún momento existió en ella hielo, hipótesis que permitiría precisar el proceso de evolución y la edad del Sistema Solar.

Considerada la roca más relevante para la ciencia mundial porque contiene materiales primitivos es también estudiada por investigadores de Estados Unidos y Europa, quienes llegaron a la población pocos meses después de la caída de la roca, alertados por el revuelo mundial que causó el acontecimiento.

Revistas científicas van más allá en sus teorías, pues han especulado que debido a que el carbono presente en este meteorito, es de alguna manera asociado con la vida extraterrestre, o con la llegada de la vida en la Tierra.

Análisis químicos del Carbono chondrites contenido, han puesto de manifiesto resultados tanto biológicos como no biológicos, de aminoácidos –esencial para la vida–, pero como el doctor García Gutiérrez, sin especular, únicamente manifestar que la presencia de estos aminoácidos sugiere que la vida extraterrestre es una posibilidad real.

El científico de la UACh indica que cuando se formó el universo, casi toda la materia se hallaba en la forma de los elementos hidrógeno y helio, por lo que cuando se formaron las galaxias y en ellas las primeras estrellas, no había condiciones para la aparición de la vida porque ésta requiere de muchos otros elementos químicos como carbón, nitrógeno, oxígeno, etc.

Pero el motivo de la conmemoración, finaliza el Dr. García Gutiérrez, son las cuatro décadas de la llegada de este meteorito a la Tierra, orgullosamente a Chihuahua, que la puso en los ojos del mundo y de la ciencia.

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