Por Lucila Rolón

Ese día, era el comandante Soler. Estaba filmando una película y volaba en un avión de la Fuerza Aérea argentina. En pleno mediodía y a una distancia de mil metros vio lo que define como una “nave cigarro”, alargada, sin alas ni hélices. “Se movió sin hacer ruido y se detuvo sin caerse. Hizo un ángulo de 60 grados y se perdió hacia el norte argentino”, recuerda Fabio Zerpa. Esa vez, hace 50 años, fue su primera experiencia frente a un OVNI. A los 80 años, Zerpa se presenta como historiador, psicólogo, parapsicólogo, terapeuta de vidas pasadas, presidente de la Fundación Disciplinas de Apertura y autor de más de veinte libros. Sigue haciendo viajes energéticos, seminarios de metafísica y talleres de meditación. En una charla con Newsweek, pocos días después de un ciclo de conferencias en el Centro Cultural Borges, jura que todas las personas tienen poderes paranormales.

– ¿Por qué creemos?

– Porque es innato: el hombre necesita creer. Yo me crié como católico apostólico romano, hasta que me empecé a hacer muchas preguntas filosóficas que mi religión no saldaba. Desde hace 30 años no creo en Dios, afirmo que existe esa entidad, ese puntapié inicial. No lo tomo como una creencia sino como convicción. Existe un orden superior. Un organizador… Jesús, Buda, Mahoma, Krishna, Moisés, Abraham, todos los avatares que largó ese Gran Hacedor para que nos diéramos cuenta, hablaron del amor.

– Se lo conoce por su fuerte investigación sobre OVNIS, pero ¿en qué más cree?

– No lo creo, sino que lo comprobé. Investigué y sé que era verdad. En 17 de noviembre de este año se cumplirán 50 años de que vi un OVNI por primera vez. Desde entonces me puse a investigar. No me quedé con las dos opciones que se manejaban: un plato volador o el arma secreta de potencias mundiales.

– ¿Por qué cree que se le exige un sello científico a la existencia de OVNIs?

– ¡Pero los universitarios niegan a las naves y nunca las investigaron! No tienen nada para decir. Yo llevo 50 años de investigación que solventa que hay cosas extraterrestres, por fuera de la Tierra y de nuestro conocimiento.

– ¿Entonces Dios es extraterrestre?

– Sería.

– ¿Por qué relaciona a los OVNIs con la espiritualidad?

– En los primeros contactos del tercer o del cuarto tipo, siempre decían “no tengan miedo”. Yo pensaba que era una alerta normal para la época, eran los ‘60. Pero no. Lo mismo decían cuando concretaban abducciones. Nos expresan un mensaje de libertad, de evolución. Nos quieren transmitir que seamos libres del espíritu. Para lograrlo, hay que tener el gran poder del ser humano: la seguridad espiritual.

– ¿Cómo se logra?

– Con tranquilidad, confianza en uno mismo y conociendo la verdadera vocación. Yo nunca pensé que seria parapsicólogo… Me educaron para ser abogado o bancario.

– ¿Por qué los OVNIs no se muestran más fácilmente?

– ¡Sería un colapso cultural! Además, ése es un pensamiento ególatra: “¿No somos lo suficientemente importantes como para que se muestren más?”. No.

– ¿Qué es lo que estudia la parapsicología?

– Son sucesos que tienen un origen mental. Hay 63 fenómenos distintos, como la telepatía o la clarividencia. Todos tenemos condiciones paranormales. La precognición, por ejemplo, la podemos aplicar todos, y eso no significa que seamos videntes. El vidente, en parapsicología, es el que ve el mundo invisible.

– ¿Cómo define la intuición?

– Es espiritual. Ahora se viene el siglo en el que los hombres tenemos que aprender de las mujeres. Pero la intuición se puede desbordar y ahí sí hay que usar el razonamiento, como decía Descartes, que no dijo “Pienso, por lo tanto existo”. Es “cogito ergo sum” y “cogito” quiere decir medito, siento, percibo, no “pienso”. Meditar no es pensar, es meterse para adentro. Está mal traducido. Si se levantara Descartes, ¡mi Dios!..

Fuente
http://www.elargentino.com/nota-24389-El-hombre-necesita-creer.html