Según una nota publicada por The New York Times, los incrementos del azúcar en la sangre podrían tener un grave efecto en la memoria al afectar el giro dentado, una parte del hipocampo relacionada con los recuerdos.

Investigadores indicaron que los efectos pueden observarse aún cuando los niveles de azúcar en la sangre- o glucosa- están moderadamente altos, hallazgo que podría ayudar a explicar el declive mental relacionado con el envejecimiento, debido a que la regulación de la glucosa empeora con la edad.

El estudio, realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia, fue publicado en el número de diciembre de la revista Anales de Neurología.

“”Si concluimos que este es un declive cognitivo relacionado con el envejecimiento normal, entonces nos afecta a todos”, indicó el doctor Scott Small, principal investigador del estudio y profesor adjunto de neurología del Centro Médico de la Universidad de Columbia. La capacidad de regular la glucosa comienza a deteriorarse en la tercera o cuarta década de vida, añadió.

Debido a que la regulación de la glucosa mejora con la actividad física, dijo el doctor Small, “tenemos una recomendación: es necesario hacer ejercicio”.

En el estudio, investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética de alta resolución para analizar regiones cerebrales de 240 adultos mayores. En la investigación se encontró una correlación entre los niveles elevados de glucosa en la sangre y un menor volumen de sangre en el giro dentado, lo que indica una actividad metabólica reducida y una función menor en esa región del cerebro.

Bruce S. McEwen, quien está a cargo del laboratorio de neuroendocrinología en la Universidad Rockefeller de Nueva York y que no estuvo involucrado en la investigación, mencionó que los hallazgos del estudio son “convincentes” y tienen importantes implicaciones no sólo para los adultos mayores sino para el creciente número de niños y adolescentes con sobrepeso y con riesgo de padecer diabetes Tipo 2.

“Cuando pensamos en la diabetes, generalmente pensamos en las cardiopatías y todas las consecuencias que ésta tiene en el resto del cuerpo pero no en el cerebro”, dijo.

“Esto es algo que debería preocuparnos. Necesitamos pensar en sus últimas consecuencias, no las relacionadas con cardiopatías y enfermedades metabólicas sino con las capacidades cognitivas que se ven afectadas”.

Estudios observacionales previos han demostrado que la actividad física reduce el riesgo de sufrir un declive cognitivo y otras investigaciones también han mostrado que la diabetes incrementa el riesgo de sufrir demencia.

Estudios recientes también han descubierto una relación entre la diabetes Tipo 2 y la disfunción en el giro dentado.

Sheri Colberg-Ochs, profesora adjunta de ciencias del ejercicio en la Universidad Old Dominion en Norfolk, Virginia, mencionó que sus investigaciones han arrojado que el ejercicio regular, e incluso la actividad física suave, puede contrarrestar los efectos negativos potenciales que tiene la diabetes Tipo 2 en la función cognitiva. Aún no está claro cuál es el mecanismo, dijo, pero podría estar relacionado con el efecto de la insulina, la cual no fue medida en esta investigación.

“Este estudio reciente es interesante debido a que ofrece un mayor entendimiento sobre qué región del hipocampo tiene mayores posibilidades de verse afectada con una diabetes mal cuidada”, señaló.