Cortesia NASA )La imagen que tenemos del sol, es el de una perfecta esfera gigantesca de gas, alrededor de la cual giramos, por lo menos hasta antes de que el satélite RHESSI de la NASA enviara nueva información que ha revelado la verdadera forma irregular del Sol.

“El sol es el más grande objeto en el sistema solar, perfecto a un nivel de 0,001 por ciento de esfericidad debido a su gravedad extremadamente fuerte”, señaló Hugh Hudson, uno de los científicos que realizó el descubrimiento.

La medición de su forma exacta no es tarea fácil, de acuerdo a los científicos. El equipo lo logró mediante el análisis de los datos de este satélite cuyas iniciales significan Espectroscopio solar de alta energía Reuven Ramaty (RHESSI).

Aunque nunca fue la intención medir la redondez del sol, este se ha convertido en un propósito ideal. RHESSI observa el disco solar a través de una estrecha ranura girando a 15 revoluciones por minuto. La nave espacial de rotación rápida y de alta velocidad de muestreo de datos (necesarios para la captura de las veloces erupciones solares) permiten a los investigadores ver la forma del sol con un menor margen de error, mucho menor que cualquier estudio anterior.

Su técnica es especialmente sensible a pequeñas diferencias entre el entorno polar y el diámetro ecuatorial, conocido como “oblicuidad”. Los científicos descubrieron la verdadera forma del Sol, eliminando el efecto del campo magnético, observando únicamente los efectos del campo gravitacional y el movimiento de nuestra estrella, que lo muestran achatado en los polos y estirado en el ecuador.

“Estos resultados tienen implicaciones que van mucho de la física solar y de las teorías de la gravedad”, comenta el físico solar David Hathaway de la NASA. “Ellos indican que el núcleo del sol no puede tener una rotación mucho más rápida que la superficie, y que la oblicuidad del sol es demasiado pequeña para cambiar la órbita de Mercurio fuera de los límites de la Teoría General de la Relatividad de Einstein”.

Un análisis más detallado de la oblicuidad por RHESSI, podría ayudar a los investigadores a detectar un tipo largamente buscado de onda sísmica a través del Sol haciendo eco en su interior, llamada oscilación gravitacional o “modos g”. La capacidad para detectar los “modos g” abriría una nueva frontera en la física solar, y el estudio del núcleo solar.

“Todo esto es una maravilla”, comenta Hathaway, “proviene del uso inteligente de los datos de un satélite diseñado para algo totalmente diferente. Felicitaciones al equipo de RHESSI!”.

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