Pasadas las 20:30 del domingo, la Policía de Quimilí se vio alertada por un llamado anónimo, a través del cual se pedía ayuda para trasladar al Hospital Zonal a una mujer del barrio San Martín, quien se encontraba descontrolada, como si estuviera “endemoniada”. Dos agentes llegaron a la vivienda y vieron que unas personas mantenían a la mujer en el piso, tratando de controlarla.

Se trataba de Rufina, de 30 años, quien es oriunda de Taboada, pero que hace 6 meses está en Quimilí, quien gritaba: “Nadie me va a parar” y pedía a uno de sus primos que le “dé” a su hijo, que era menor de edad, para una especie de “sacrificio”.

A las 21 aproximadamente, la mujer arribó al hospital con los dos policías y sus dos primos. “Soy satanás”, vociferaba la mujer al llegar al nosocomio. Inclusive le hablaba al médico que la atendió y le predecía: “Vas a tener un accidente” y, en ese momento, a los dos policías que la sostenían los tiró al suelo. Lograron sujetarla, pero ni una mujer que estaba con su hijo en ese momento en la sala se salvó porque le dijo: “Tu hijo volará por el aire”. Efectivamente, la mujer asustada tomó a su bebé y cuando estaba saliendo tropezó y su hijo “voló”.

Voz de hombre

Es así que a la mujer la ataron en la camilla, mientras una fuerza sobrehumana atemorizaba a todos, al igual que su lenguaje. Su rostro se transformaba y su voz era la de un hombre. “Era muy similar a una película de terror, igual”, dijeron los testigos.

Desde las 21 hasta las dos de la mañana, la mujer estuvo en el nosocomio y era incontrolable. La higienizaron con agua bendita, pero se retorcía enloquecida, estaba autolesionada y lastimaba con sus uñas al médico y a quienes la sostenían.

Se debe indicar que durante las horas en las que estuvo en este estado, muy pocas veces volvía en ella, y preguntaba: “¿Dónde estoy?”. Nunca dejó de hablar y predecía accidentes y todo lo malo que les iba a suceder a todos los que estaban allí.

A las dos de la mañana, la mujer fue derivada al hospital Independencia y no tuvieron novedad. Sólo se sabe por sus familiares que es la primera vez que le pasa y que lo que les hizo vivir a los médicos y policías quedará grabado en la memoria.

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