El planeta Marte tuvo agua en abundancia hace 4.600 millones de años, un hecho determinante para la formación de minerales tanto en la superficie como en el subsuelo del planeta rojo.

Según investigadores de la Brown University de Estados Unidos, vastas regiones marcianas fueron ricas en agua durante el período Noachian, una época en la que hubo procesos hidrológicos dominantes en toda la corteza marciana, hasta los cinco kilómetros de profundidad.

Los expertos analizaron los últimos datos proporcionados por la nave Mars Reconnaissance Orbiter, y publicaron hoy sus conclusiones en la revista científica británica Nature.
De acuerdo a los científicos norteamericanos, los minerales que estuvieron en contacto con el agua son los que han permitido que Marte no fuera un “caldero a punto de ebullición”, sino un lugar “benigno” que pudo albergar vida microorgánica.

Dichos minerales son los filosilicatos, que han preservado la huella de la interacción con el agua y que fueron encontrados en restos del período Noachian de las regiones montañosas del sur del planeta. Los científicos sostuvieron en su informe que la temperatura a la que se formaron fue baja, de 100 a 200 grados centígrados, lo que mantiene abierta la posibilidad de que la vida de microorganismos fuera una realidad en Marte.

El agua era abundante y muy activa en el Marte de hace 4.000 millones de años

El agua fue un elemento abundante en el primer periodo geológico de Marte, hace entre 4.600 y 3.800 millones de años, cuando fue determinante para la formación de minerales tanto en la superficie como en el subsuelo del planeta rojo.

Después de analizar los últimos datos proporcionados por la nave Mars Reconnaissance Orbiter, investigadores de la Brown University (EEUU) publican hoy sus conclusiones en la revista científica británica “Nature”.

Vastas regiones marcianas fueron ricas en agua durante el periodo Noachian, una época en la que hubo procesos hidrológicos dominantes en toda la corteza marciana, hasta los 5 kilómetros de profundidad.

Los minerales que estuvieron en contacto con el agua son los que han permitido a los científicos comprender que Marte no era un “caldero a punto de ebullición”, sino un lugar “benigno” que pudo albergar vida microorgánica.

Estos minerales son los filosilicatos, una suerte de arcillas que se han encontrado en los restos del periodo Noachian de las regiones montañosas del sur del planeta y que han preservado la huella de la interacción con el agua.

La formación de los filosilicatos, o silicatos hidratados, necesitó una elevada acción del agua y un ambiente de pH de moderado a alto.

Además, los científicos aseguran que la temperatura a la que se formaron fue baja, de 100 a 200 grados centígrados, algo que mantiene abierta la posibilidad de que la vida de microorganismos fuera una realidad en Marte.

Un mapa del planeta rojo indica que hay regiones ricas en estos minerales, aunque se limitan a terrenos antiguos y a una banda estrecha de elementos: hierro, magnesio y esmectitas de aluminio.

Los estratos de la Nili Fossae -una de las fosas de Marte- muestran capas del mineral olivina por encima de estos filosilicatos, lo que indica el momento del cese de la actividad hidrológica antes de la formación volcánica de la olivina.

La Mars Reconnaissance Orbiter ha documentado cientos de muestras de filosilicatos de hierro y magnesio en cuencas, eyecciones y cimas de cráteres del sur del planeta.

Además, se han encontrado estos minerales en depósitos sedimentarios claramente transportados por el agua.

En concreto, en el cráter Jezero se han descubierto dos deltas y los científicos aseguran que existió un lago de grandes dimensiones y unas corrientes acuáticas de 15.000 kilómetros cuadrados.

Debido a la abundancia de agua y al transporte de sedimentos, los investigadores sugieren que, de existir la vida marciana, los deltas fueron el lugar idóneo para su desarrollo.

Nueva evidencia muestra que Marte estuvo cubierto por agua

Minerales en el suelo de Marte demuestran que en el pasado estuvo cubierto de lagos, ríos y otros cauces de agua que pudieron haber alojado vida, informaron el miércoles investigadores estadounidenses.

El mes pasado, la sonda Phoenix aterrizó en Marte y encontró hielo en la superficie del planeta, pero muy congelado y cubierto de polvo rojo. Un equipo de científicos señaló en la revista Nature que el hielo es un resto de épocas más cálidas y húmedas.

“Esto es realmente emocionante porque estamos encontrando decenas de sitios donde pueden aterrizar misiones futuras para entender si Marte alguna vez fue habitable y, si lo fue, buscar señales de vida pasada,” dijo John Mustard, de la Brown University en Providence, en Rhode Island, quien trabajó en el estudio.

“Los minerales presentes en la antigua corteza de Marte muestran una variedad de ambientes húmedos,” dijo Mustard.

Su equipo usó el Espectrómetro de Imágenes de Reconocimiento Compacto para Marte (CRISM, por sus siglas en inglés) y otros instrumentos a bordo del Orbitador de Reconocimiento de Marte de la NASA para mirar los colores reflejados por el sol. Esto ayuda a determinar qué tipo de minerales hay.

“El agua tiene que haber creado minerales a profundidad para obtener las marcas que vimos,” dijo Mustard en un comunicado.

Los minerales de arcilla debieron haberse formado a bajar temperaturas, dijeron los investigadores.

“¿Qué quiere decir esto acerca de la posibilidad de que haya habido vida? Es muy fuerte,” dijo Mustard. “No era así de caluroso, una caldera hirviendo. Fue un medio ambiente benigno y rico en agua durante un largo período.”

Los descubrimientos coinciden con los análisis de la misión de la nave Phoenix que, además de hielo, encontró suelo alcalino que pudo haber albergado vida.

“La gran sorpresa de estos nuevos resultados es qué omnipresente y duradera fue el agua en Marte, y cuán diversos fueron los ambientes húmedos,” dijo Scott Murchie, el principal investigador de CRISM en el Laboratorio de Física Aplicada de la Johns Hopkins University, en Laurel, Maryland.

Los minerales tipo arcilla, llamados filosilicatos, sugieren que el agua interactuó con rocas que datan del denominado período Noachian, hace alrededor de 4.600 a 3.800 millones de años.

“En la mayoría de los lugares, las rocas fueron levemente alteradas por el agua líquida, pero en unos pocos lugares sufrieron tantos cambios, que un gran caudal de agua debe haber pasado por las rocas y el suelo,” dijo Mustard.

Otro estudio, publicado en Nature Geosciences, descubrió que las condiciones húmedas persistieron un largo tiempo, hallando evidencia de canales de ríos que formaron un delta cuando el caudal se secó en el cráter de un lago.

“La distribución de arcilla en el antiguo lecho del río muestra que el agua debe haber persistido durante miles de años,” dijo Bethany Ehlmann, de la Brown University.

“La arcilla es genial para atrapar y preservar materia orgánica, por eso, si alguna vez existió vida en esta región, hay posibilidad de que su química esté preservada en el delta,” añadió.

(Reporte de Maggie Fox, editado en español por Gabriela Donoso)

Los altiplanos del sur de Marte estaban recubiertos de agua

Restos de filosilicatos, minerales del tipo de las arcillas que han sufrido la acción química del agua, fueron observados por un instrumento de la sonda estadounidense Mars Reconnaissance Orbiter en millones de puntos de los altiplanos del sur del planeta, en las dunas, en los valles o en los cráteres, precisaron los autores de estudio, de la Universidad Brown (Rhode Island, Estados Unidos).

“Estos resultados demuestran una rica diversidad del entorno, que permitiría eventualmente la vida, en la era Noachiana”, hace entre 4.600 y 3.800 millones de años, concluyeron los científicos.

“El agua tuvo que formar estos minerales (los filosilicatos) en profundidad, para que nosotros hayamos descubierto los restos observados” por la sonda, estimó en un comunicado el responsable del equipo John Mustard, profesor de geología planetaria.

Estos filosilicatos se formaron a temperaturas relativamente bajas, a unos 100 a 200 grados Celsius, lo que implica que la superficie de Marte, además de ser húmeda, era relativamente templada.

La presencia de agua en Marte en otra era ya se había comprobado en varias ocasiones gracias a robots depositados en la superficie del planeta rojo y a las observaciones de las sondas en órbita alrededor del planeta.

Respecto a la desaparición de estos océanos que habrían recubierto algunos altiplanos de Marte, los planetólogos estiman que fue por culpa de la degradación de la atmósfera y la consecuente evaporación del agua en el espacio.

Marte fue propicio para albergar vida

La presencia de agua en Marte en tiempos pasados parece ya aceptada por la corriente científica mayoritaria, pero subsisten las dudas sobre la magnitud de este fenómeno: ¿era una humedad dispersa o extendida, transitoria o permanente? Y sobre todo, ¿pudo sostener la vida?

Las arcillas (en verde) en el delta del antiguo lago marciano de Jezero podrían conservar restos de vida. NASA/JPL/JHUAPL/MSSS/Brown University (Ver imagen al calce derecho).

La última aportación se publica hoy en Nature. Un equipo de la Universidad de Brown (EEUU) ha emprendido un estudio de la mineralogía del planeta rojo, basándose en las imágenes espectrales tomadas por la sonda Mars Reconnaisance Orbiter. La conclusión es rotunda: la huella del agua está en todas partes. Los científicos han localizado un antiguo delta que sería el lugar ideal, dicen, para buscar posibles restos de vida pasada.

La clave está en un tipo particular de minerales que abundan en la Tierra, los filosilicatos. Este grupo incluye la mica, el talco o los minerales de arcilla. Su estructura en láminas y su composición los convierte en trampas para el agua, que deja su rastro en la roca.

¿Vidas paralelas?

En Marte, los filosilicatos se describieron por primera vez en 2005 gracias a las imágenes captadas por la sonda europea Mars Express. Los científicos mostraron entonces que estos minerales estaban muy extendidos en terrenos creados en el periodo más remoto de la historia marciana, el noaquiano, entre 4.600 y 3.800 millones de años atrás, precisamente cuando la vida en la Tierra daba sus primeros pasos. Sin embargo, era prematuro involucrar al agua en el origen de estos minerales, que podía ser, por ejemplo, volcánico.

Los nuevos datos han permitido al equipo de Brown, dirigido por el geólogo planetario John Mustard, comprobar que las variedades de estos minerales son mucho más ricas de lo sospechado, y sus ubicaciones, más extensas en superficie y profundidad. Además, han identificado algunos de estos yacimientos como sedimentarios, es decir, depositados por el agua. “Los resultados apuntan a una rica diversidad de ambientes noaquianos propicios para la vida”, concluyen. “No era la caldera hirviente de hoy. Fue un ambiente benigno y rico en agua”, añade Mustard.

¿Dónde residiría esta vida? Una estudiante de Mustard, Bethany Ehlmann, sugiere una pista en otro artículo en Nature Geoscience: en el cráter Jezero, un antiguo lago, se conservan deltas fluviales donde se depositaron silicatos parecidos a arcillas. Según Ehlmann, si hubo vida allí, este fango pudo ser un cementerio para toneladas de microorganismos cuya firma biológica aún podría detectarse.