Astronauta Jose Hernandez MorenoEl astronauta de origen mexicano José Hernández Moreno viajará el próximo año al espacio en una misión de la NASA, tras 12 años de perseverancia que lo llevó a aprender a pilotear, bucear y hasta hablar ruso, a fin de estar mejor preparado.“Llevaré tortillas y una bandera mexicana al espacio, y espero que haya muchos mexicanos apoyándome en el despegue en Cabo Cañaveral”, dijo a Notimex, Hernández Moreno.

La perseverancia fue su mejor aliada, porque en 2004 este ingeniero eléctrico de origen mexicano, nacido en Estados Unidos, se integró al Grupo 19 de la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA), y viajará al espacio en el segundo semestre de 2009.

Hernández Moreno, de 45 años, consideró que su misión en el espacio será la de entregar equipo para su instalación en la Estación Espacial Internacional, la cual está en labores de ampliación.

Manifestó que aún cuando él no puede llevar por propia cuenta una investigación al espacio, si sería posible que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) propusiera a la NASA algún proyecto para incluirlo en su viaje.

“Sería bueno que lo hiciera, sus investigadores pueden proponer experimentos, pero ésto no puede ser de un día para otro, deben seguir un proceso y estar avalados por otros científicos de que es algo que se puede hacer2, explicó.

Hernández Moreno es parte del grupo de especialistas que coordina desde tierra las actividades de la estación espacial, desde el lanzamiento de transbordadores hasta la comunicación permanente con los astronautas.

“Se está terminando de construir la estación, y cada viaje del trasbordador lleva un módulo de forma cilíndrica para hacer más grande la habitación donde viven los astronautas, y seguramente me tocará participar en esto”, detalló.

Aseguró que su “viaje a las estrellas” empezó con un sueño, pero se realizó sólo con esfuerzos personales y preparación a lo largo de su vida.

“No fue fácil, durante la espera me preparé aceptando proyectos que estaba seguro me servirían para alcanzar mi meta, entre ellos, uno de desarrollo de Rayos X y otro de medicina”, narró.

“Aprendí a pilotear aviones y a bucear, por que todos los astronautas lo hacen, y hablo ruso porque acepté un trabajo para verificar el desmantelamiento de armas nucleares2, subrayó.

“Sabía que si viajaba a la estación internacional era una ventaja manejar ese idioma”, dijo.

Hernández Moreno logró primero entrar como ingeniero a la NASA en el año 2000, al Centro Espacial Johnson, y cuatro años más tarde como astronauta, lo que le costó 12 años de espera, durante los cuales presentó su solicitud puntualmente cada año.

“Está muy competitivo querer ser astronauta, porque cada dos o cuatro años seleccionan una nueva generación, aproximadamente 10 a 15 astronautas de un grupo de cuatro mil aspirantes”, explicó.

El ingeniero, nacido en French Camp, California, de padres originarios de Michoacán, se siente cien por ciento mexicano, y está casado con una mexicana, originaria de Cotija, también en Michoacán, con quien tiene cinco hijos.

“Nací en Estados Unidos por accidente, ya que era la época de verano cuando la familia entera trabajaba en los campos de pepino y uva, pero mis hermanos que nacieron en invierno son de México2, dijo entre risas.

Vivió con sus cinco hermanos y sus padres, Julia y Salvador, la historia de la inmigración temporal, la cual le resultó divertida en su niñez, pese a compartir el trabajo duro de la cosecha.

Su disciplina en el estudio la aprendió de sus padres, quienes aunque cursaron sólo hasta el tercer año de la educación elemental, siempre se preocuparon por que sus hijos se prepararan.

“Ellos le daban mucha importancia a la educación, no entendían las tareas de sus hijos, pero se sentaban en la cocina hasta que terminábamos de hacerlas’, recordó Hernández Moreno.

Así fue como este mexico-estadounidense llegó a la Universidad del Pacífico a estudiar Ingeniería Eléctrica y en 1986 obtuvo su maestría en Ingeniería Electrónica en la Universidad de California.
Cuando cursaba el último año de la high school escuchó por la radio que el costarricense Franklin Chang era el primer astronauta hispano, lo que lo hizo retomar su sueño.

“Porque yo soñaba desde los ocho años con ser astronauta, pero cuando supe que un hispano ya lo había logrado, me decidí a perseguir mi sueño poniendo todo mi empeño en ello”, agregó.

Hernández Moreno dijo que está dispuesto a responder a todas las invitaciones que le hagan de México siempre y cuando tenga la oportunidad de llevar un mensaje a la juventud.

“Yo le doy prioridad a las actividades que tengan que ver con jóvenes, porque es mi inquietud motivarlos a que sigan adelante, que se preparen y luchen por alcanzar sus metas”, señaló.

El astronauta visitó Chicago para recibir de la Federación de Clubes Michoacanos en Illinois, el premio “Siervo de la Nación”, por sus logros en la NASA.