MarteDurante 30 años, los científicos han lidiado con uno de los mayores enigmas del sistema solar, las increíbles diferencias topógraficas entre las dos mitades del planeta Marte.Las fotos transmitidas por las sondas estadounidenses Viking a finales de los años 70 revelaron que el hemisferio norte del planeta era como una enorme cuenca que se creía que pudo albergar un océano, mientras el hemisferio sur era completa y extrañamente diferente, escarpado y con montañas que se elevaban hasta 8.000 metros por encima del nivel de la mitad norte.

Dos teorías rivales explicaban el enigma de “las dos caras de Marte”.

Una afirmaba que hace 3.800 años las fuerzas volcánicas internas entraron en erupción y vomitaron una gran cantidad de materia a la superficie marciana.

La gran descarga hizo que el planeta girase hasta que la protuberancia nacida de la erupción pudo descansar sobre el ecuador del planeta. Las tensiones titánicas asociadas a este giro hicieron aflorar grandes extensiones de tierra.

La teoría rival, esbozada en 1984, es que la cuenca del hemisferio norte fue el resultado del impacto de un gran meteórito.

Sin embargo, decían sus detractores, eso no podía ser porque la cuenca es oval, más que circular, y los bordes del cráter son irregulares y están a diferentes alturas.

Un grupo de investigadores de la NASA y el Instituto Tecnólogico de Massachusetts (Massachusetts Institute of Technology, MIT) creen disponer de evidencias de que la teoría del impacto es sólida.

Existen cráteres elípticos en otros sitios, como la cuenca del Polo Sur-Aitken en la Luna, que son el resultado del impacto de objetos inclinados, apuntan.

Las erupciones volcánicas en el contorno de la cuenca marciana explicarían las diferencias en la altura de los bordes, argumentan.

Usando datos de dos naves de exploración estadounidenses, la Mars Reconnaissance Orbiter y la Mars Global Surveyor, el equipo reconstruyó las elevaciones del planeta antes de las erupciones volcánicas y el resultado fue un cráter elíptico, el mayor visto en el sistema solar.

“El encaje entre la elipse perfecta y la línea fronteriza entre las dos regiones topográficas era asombrosa”, dijo Jeffrey Andrews-Hanna, del MIT, explicando que en torno al crácter hay signos de un segundo anillo, algo frecuente en las cuencas resultantes de grandes impactos.

Los resultados de la investigación aparecieron este jueves en el semanario británico Nature junto a otros dos estudios.

Uno de ellos calcula que el objeto que impactó en Marte debía tener 2.000 kilómetros de largo e impactó inclinado a unos 45 grados.

El nuevo estudio se suma a las evidencias colectadas en las dos últimas décadas que refuerzan la hipótesis de que el sistema solar quedó moldeado a partir de un bombardeo de escombros espaciales.

Así, por ejemplo, se cree que la Tierra fue alcanzada por un planeta del tamaño de Marte que hizo saltar una pieza de su corteza al espacio. Capturada y moldeada por la gravedad de la Tierra, este material acabó siendo la Luna, según esta hipótesis.

“El sistema solar joven era un lugar muy peligroso para los planetas”, dijo Andrews-Hanna. “Pero sin esos impactos, hoy los planetas no serían tal y como los conocemos”, agregó.

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