MOA-2007-BLG-192LbSe llama MOA-2007-BLG-192Lb. Está a unos tres mil años-luz de la Tierra y es el planeta más pequeño jamás hallado orbitando una estrella ordinaria.

Pero todo es relativo. El nuevo planeta tiene unas 3.3 masas terrestres, y su astro anfitrión (que lleva su mismo nombre quitando la “b” final) es estrella por un pelito: como su tamaño se estima en 0.6-0.8 masas solares, es un astro de tamaño tan reducido que ni siquiera está claro si es verdaderamente una estrella.

Y es que a esa distancia, no hay certidumbre sobre su tamaño real: puede que apenas tenga masa para que en su corazón se den las reacciones termonucleares propias de las estrellas, en cuyo caso sería una estrella de masa muy pequeña. También es probable que se trate de una enana café, justo bajo el límite.

Esto tiene implicaciones para MOA-2007-BLG-192Lb. Aunque su órbita tiene un tamaño equivalente a la del planeta Venus, el hecho de que su estrella sea tan pequeña permite estimar que su brillo es entre tres mil y un millón de veces más tenue que el del Sol.

O sea que para este planeta extrasolar, las capas más altas de la atmósfera son más frías que las de Plutón.

Los cálculos y las teorías actuales dicen sin embargo que este lejano objeto está hecho de rocas y hielo, y su masa debe ser suficiente para que en su núcleo ocurran reacciones de decaimiento radiactivo generadoras de calor. Es decir, que MOA-2007-BLG-192Lb podría tener en la superficie ¡temperaturas equivalentes a la terrestre! Pero lo más probable es que, según sus descubridores, este peculiar planeta, helado en la capa más externa, cálido a nivel superficie, esté cubierto por un océano de gran profundidad.

El descubrimiento de este nuevo planeta, tan pequeño, es un ejemplo claro de lo que puede hacer una combinación apropiada de teoría, colaboración internacional e instrumentos apropiados.

El hallazgo fue presentado este lunes en la reunión anual que sostiene en St. Louis, Missouri, la Sociedad Astronómica de Estados Unidos. El reporte del caso se publicará en la edición del 1 de septiembre del Astrophysical Journal.

En el trabajo, encabezado por David Bennett, de la Universidad de Notre Dame, participaron astrónomos de dos grandes grupos de trabajo, que en total comprenden científicos de cinco continentes: de Japón, Nueva Zelanda, Polonia, Chile, Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos.

“Nuestro descubrimiento indica que incluso las estrellas de masa más baja pueden tener planetas”, apuntó Bennett. “No se han hallado antes planetas orbitando estrellas con masas inferiores a cerca de 20 por ciento la masa solar, pero este hallazgo indica que incluso las más pequeñas pueden tener planetas”.

Para encontrar a MOA-2007-BLG-192Lb, el equipo utilizó técnicas que aprovechan un fenómeno llamado deflexión gravitacional, basado en la desviación que sufren los rayos de luz de un objeto lejano cuando pasan cerca de un objeto masivo.

Imaginemos una estrella muy lejana (“fuente”) a la que vemos en una línea de observación que pasa por una estrella más cercana (“lente”). La luz de la estrella fuente estará distorsionada por la gravedad de la estrella lente, y esta distorsión es calculable usando la Teoría General de la Relatividad.

¿Qué pasa si la estrella lente tiene a su alrededor un objeto orbital, como un planeta? Entonces su campo gravitacional distorsionará de otro modo la luz de la estrella fuente. Fue así como pudo captarse a MOA-2007-BLG-192Lb.

Hay al menos dos implicaciones contundentes. Para empezar, el hallazgo “implica que planetas de masa terrestre pueden formarse alrededor de estrellas de masa baja, que son muy comunes”, dijo Michael Briley, astrónomo de la Fundación Nacional de Ciencias.

Además, el hallazgo destaca el poder de la técnica de microlentes como herramienta para encontrar objetos pequeños a distancias estelares. Bennett se atrevió a apostar que el primer planeta de masa equivalente a la terrestre será encontrado por este método.

– Claves

Los fierros

• Los eventos de alineación de estrellas necesarios para aprovechar los microlentes gravitacionales son raros y breves. El evento que capturó a MOA-2007-BLG-192Lb fue captado por el telescopio MOA-II.

• Este aparato acaba de ser instalado en el observatorio Mount John, en Nueva Zelanda, y su cámara MOA-cam3 puede captar, en una sola imagen, una porción del cielo superior a 13 veces la Luna llena.

• Este sistema, dijo David Bennett, “nos permite monitorear virtualmente todos los eventos de microlente conocidos para buscar señales planetarias. No lo habríamos hallado sin él”.

Fuente: http://www.milenio.com/mexico/milenio/nota.asp?id=629394