A la mujer le dijo: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará.

Cuando me toco bautizar a mi hijo en el rito católico, estaba de moda recibir un curso para padres y padrinos sobre esta ceremonia, afortunadamente me toco la vía fast track y sólo tenía que estar una hora antes del ritual con mis próximos compadres, por desgracia la clase se alargo por horas debido que al padrecito se le junto el trabajo y estaba oficiando varios encargos más lucrativos, por lo cual, los que íbamos a  bautizar nos dejo al final, para colmo de males nos toco que la platica-curso nos lo diera el sacristán, que como muchos de ellos, era una especie de párroco frustrado, o mejor dicho, ya que no era párroco estaba frustrado y nos regalo una verborrea impresionante sobres sus conocimientos religiosos, que eran tanto del ritual como del dogma, en una de estas innumerables cortas lecciones, obviamente toco el tema del bautismo y de que tenía como objetivo librarnos del pecado original, y de ahí paso a una demostración palpable de la veracidad del Génesis Bíblico, ya para ese entonces mi hermano y próximo compadre estaba impresionado de todo lo que desconocía de su propia religión, en ese momento, el sacristán, con un aire doctoral soltó la prueba irrefutable de la veracidad del versículo 3:16 del Génesis que dice: “(Dios) a la mujer le dijo: con dolor parirás los hijos”, agregando el cuestionamiento de que sí los asistentes, que eran una nutrida concurrencia, sabían que el ser humano era el único animal que paría con dolor, mi hermano, un master en química lo ignoraba, y quedo sorprendido emitiendo pequeñas exclamaciones de asombro, yo, un tanto asustado en que cayera en esta  explicación mitológica, le informe a soto voce: es por la evolución, estúpido.

No resulta  extraño que las representaciones de los extraterrestres  por lo regular sean pequeños hombres delgados con enormes cabezas como si padecieran de  megaencefalia. No sería ilógico suponer que sea nuestro subconsciente quien proyecta, en estas representaciones superhumanas, nuestra diferencia más notables entre nosotros y los demás primates antropomorfos;  que como su nombre lo indica “tienen forma humana”, que es precisamente el cráneo,  y sea extrapolada esta diferencia a los “seres superiores del espacio”: Nuestro cráneo es más grande comparado  con los demás primates, por lo tanto seres más avanzados deben tener el cráneo más grande .

Hemos evolucionado desarrollando nuestra inteligencia, y para ello se requiere un cerebro grande, como muchos de los desarrollos evolutivos, se paga un precio, o mejor dicho, en muchos casos; una característica  evolutiva  exitosa conlleva un daño colateral, por ejemplo, el guepardo es el animal terrestre más veloz, pero el precio que ha pagado por esa especialización es enorme, muchas de las presas de sus cacerías las tiene que ceder a otros depredadores oportunistas ya que su grácil cuerpo no le ayuda en absoluto para repeler el ataque de otros carnívoros. Nosotros también pagamos un costo por nuestros cráneos grandes para una mayor  inteligencia y nuestra  posición erecta que es el dolor de parto dado que nuestra enorme y dura cabeza debe salir por un conducto que es estrecho debido a la posición bípeda. Pero quedaría inconclusa la respuesta si no se considerara una posible explicación antropológica al supuesto castigo divino: parirás con dolor.

Como regularmente pasa, las propias explicaciones mitológicas se encargan de transmutar la causa con el efecto. No parece muy errado pensar que los primeros hombres sedentarios y criadores de ganado notaran que los exclusivos dolores de parto de la mujer no eran observables  o perceptibles  en las otras especies del reino animal. El concluir que la mujer era la culpable de sus propios dolores ayudaba mucho al dominio que el varón ejercía sobre ella, es una excelente justificación a esa opresión, tal como la aprobación divina de la opresión por parte de la casta  sacerdotal o nobiliaria.

Ahora, el problema con las respuestas que nos proporciona la biología evolutiva, no provienen del doble cuento del creacionismo, y digo doble cuento porque el creacionismo es en si, un leyenda para niños, pero también es un fábula que tenga un alto impacto en al cultura, es un exclusivo y local problema estadounidense y aun dentro de EE UU es un problema bastante regional. El problema con la evolución esta más en nuestra ignorancia con respecto ella misma. Yo recuerdo que en secundaría, la maestra de biología apenas si toco el tema,  y no porque fuera muy católica, sino, que no tenía muchos conocimientos en la materia, y es una verdadera lastima que nuestra educación sea tan lasa en la lo que respecta a la biología evolutiva, porque, como toda explicación científica, las elegantes y sencillas respuestas que nos oferta la teoría de la evolución darviniana son, además de satisfactorias, exquisitas por su simplicidad y coherencia.

Nuestro analfabetismo con respecto a las soluciones que nos propone la evolución a los prodigios biológicos, nos priva del deleite de conocer las respuestas más hermosas que la biología nos puede brindar.