Pobre, pobre Albert Einstein.   Junto con el Che Guevara y Gandhi, es uno de los personajes más manoseados, impresos, citados, y peor que eso, mal citados.

Recuerdo la "guía para la vida" de Bart Simpson.  En ella sugería que uno de los requisitos para ser un genio poético es:

"Dedica tu poema a alguien famoso. De esta forma, todos se darán cuenta de que eres un pensador profundo e importante."

Él se lo dedicaba a Albert Einstein, personaje fuera de lugar por la naturaleza del poema, sin embargo suficientemente reconocido como para que todos, desde los niños de primaria a los abuelos, lo ubiquemos.

Albert Einstein, o simplemente "Einstein" es en nuestro imaginario colectivo y diccionario de cultura popular sinónimo de inteligencia, y con su nombre se han hecho desde bromas ingeniosas [Mi esposa tiene un gran físico – A.E.], hasta parábolas melosas, absurdas y fársicas, como esta que me llegó por correo hoy, pero que ya tiene rato circulando:

Durante una conferencia con varios universitarios, un profesor de la Universidad de Berlín, Alemania.

Inicio del siglo 20  (sic)

  … propuso un desafío a sus alumnos con la siguiente pregunta:  

“¿Dios creó todo lo que existe?"

Un alumno respondió, valientemente: 

Si, Él creó …

 ¿Dios realmente creó todo lo que existe?

Preguntó nuevamente el maestro.  

Si señor, respondió el joven.

El profesor respondió: “Si Dios creó todo lo que existe, ¡entonces Dios hizo el mal, ya que el mal existe! Y si establecemos que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, ¡entonces Dios es malo!!"

El joven se calló frente a la respuesta del maestro, que feliz, se regocijaba de haber probado, una vez más, que la fe era un mito.

Otro estudiante levantó la mano y dijo:

¿Puedo hacerle una pregunta, profesor? 

Lógico, fue la respuesta del profesor.

 El joven se paró y preguntó:

Profesor, ¿el frío existe?

¿Pero que pregunta es esa?… Lógico que existe, ¿o acaso nunca sentiste frío?

 El muchacho respondió: "En realidad, señor, el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en verdad es la ausencia de calor. Todo cuerpo o objeto es factible de estudio cuando posee o transmite energía; el calor es lo que hace que este cuerpo tenga o transmita energía”.

“El cero absoluto es la ausencia total de calor; todos los cuerpos quedan inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Nosotros creamos esa definición para describir de que manera nos sentimos cuando no tenemos calor."

 Y, ¿existe la oscuridad?  Continuó el estudiante. 

El profesor respondió:

Existe.

El estudiante respondió: 

La oscuridad tampoco existe.

La oscuridad, en realidad, es la ausencia de luz.

 “La luz la podemos estudiar, ¡la oscuridad, no! 

A través del prisma de Nichols, se puede descomponer la luz blanca en sus varios colores, con sus diferentes longitudes de ondas. 

¡La oscuridad, no!

… “¿Como se puede saber qué tan oscuro está un espacio determinado?

Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio.” 

“La oscuridad es una definición utilizada por el hombre para describir qué ocurre cuando hay ausencia de luz.”

Finalmente, el joven preguntó al profesor:

Señor, ¿EL MAL EXISTE?

 El profesor respondió: Como afirmé al inicio, vemos estupros, crímenes, violencia en todo el mundo. Esas cosas son del mal.

 El estudiante respondió:

“El mal no existe, Señor, o por lo menos no existe por sí mismo. El mal es simplemente la ausencia del bien…

De conformidad con los anteriores casos, el mal es una definición que el hombre inventó para describir la ausencia de Dios.”

 Dios no creó el mal.

… El mal es el resultado de la ausencia de Dios en el corazón de los seres humanos.  

Es igual a lo que ocurre con el frío cuando no hay calor, o con la oscuridad cuando no hay luz.

 El joven fue aplaudido de pié, y el maestro, moviendo la cabeza,

permaneció en silencio …

 El director de la Universidad, se dirigió al joven estudiante y le preguntó: 

¿Cuál es tu nombre?

Me llamo, ALBERT  EINSTEIN.  

Para refutar sencillamente este texto de autoayuda, sólo diré que Einstein nunca estudió en la nominalmente estereotípica "Universidad de Berlín", sino que hizo sus estudios de bachiller en Zurich, y no puso un pie en Berlín sino hasta 1914, cuando fue escogido miembro de la Academia Prusiana de Ciencias y director del Instituto de Física Káiser Wilhelm, lo que cierra el paso a la idea de que haya sido un novato y brillante estudiante que refutó a un profesor ateo, el villano de la comedia, a principios del "siglo 20" (requete sic).

Pobre, pobre Einstein, cuyo nombre ha sido usado para ilustrar una posmoderna versión del "patito feo":  Si él, que a los 4 años [según la fábula] no podía hablar, se había convertido en el científico más brillante de todos los tiempos, todos los niños tenían esperanza.  La vida, a estos niños, les ha demostrado que no.

Pobre Einstein, que tuvo el don de la ubicuidad y omnisicencia sin saberlo, hasta que hoy, gracias al internet, nos damos cuenta de la cantidad de conferencias que dio, seminarios a los que asistió, escritos sesudos que publicó y confrontaciones filosóficas que como estudiante sostuvo [a pesar de no haber pisado esa "universidad" en su vida].

Pobre Einstein, muerto en 1955, que no alcanzó a ver la masiva reproducción de la ecuación de la equivalencia de masa y energía [E=mc2], repetida hasta la náusea, y nunca bien entendida, en sudaderas, bolsas, playeras, grafittis y hasta edificios.

Ese es el precio que se paga por ser leyenda.  Einstein fue sólo un físico brillantísimo, impresionante, que publicó trabajos que cambiaron la forma de ver el mundo y estudiar la física moderna, pero eso no lo convirtió en gran filósofo, ni en garante de los valores de ninguna sociedad, ni en un gran consejero matrimonial o espiritual, pero aquellos que ignoran lo elemental de su biografía no escatimarán en ponerlo al pie de muchas citas, parábolas y anécdotas empalagosas, que tratan de legitimar su bobería incluyendo un nombre famoso, como Bart Simpson y su poema dedicado a Albert Einstein.

Gracias a Lalo Márquez por prestarme este espacio para divagar sobre asuntos de fe, ciencia y vida.  espero que esta experiencia sea, por lo menos, entretenida, y por lo más, enriquecedora.