Para la mayoría de las personas, yo incluido, solo tres de las cuatro personas mencionadas en el titulo  resultan familiares. Lo cual resulta muy preocupante, ya que conocemos  más la vida de las tres jóvenes por su protagonismo en  supuestos escándalos, que no dejan de ser triviales asuntos de su vida privada, que el nombre y la obra del científico vivo que salvó la vida a mil millones de personas…sino es que más.

Sufriendo un trastorno obsesivo compulsivo, trato de vivir mi enfermedad alejándome de aquellas obsesiones que pueden minar mi salud mental y escogiendo aquellas que son inicuas o hasta provechosas, como la de escribir sobre toda clase de tonterías para que esas ideas no me estén martirizando  dentro de mi cerebro. Una de esas obsesiones de las cuales quiero librarme es la lectura de noticias sobre personas del “espectáculo”  o como se dice en España “noticias del corazón”, o que supongo que el nombre correcto es “noticias para el morbo”. Diariamente leo el periódico y existe toda una sección dedicada a ello, empecé a preocuparme cuando note que me estaba enterando de cuantas veces han salido y entrado de una clínica de rehabilitación las tres mujeres de marras, cuantos hijos tienen, y hasta el color de sus calzoncillos que son fotografiados por paparazzis. Eso es definitivamente enfermizo, supongo que es más cómodo echarle la culpa a los medios, y no tomar como nuestra responsabilidad de lo que queremos estar enterados. Me di cuenta de esta irresponsabilidad cuando este domingo 30 de Julio  me entere de la vida y obra de Norman Borlaug, el científico vivo más importante de nuestro tiempo. El cual desde la década de los 50 ha estado desarrollando importantes logros en agronomía que han salvado a naciones como México, India y China de la inanición, comparado con que sé que Paris Hilton  estuvo 23 días en prisión, es verdaderamente nefasto. Es ridículo que permita que este tipo de información  me sea más accesible que saber que el llamado padre la revolución verde y premio novel de la paz  es un científico que a sus 93 años y con un cáncer a cuestas  todavía piensa en los 850 millones de personas que sufren hambre. Para mi descargo,  por lo menos no he caído en la propaganda de los “ecologistas” y sus granjas orgánicas, y todas esas estupideces que dicen de los fertilizantes químicos, de cual  el propio Borlaug ha dicho que es una tontería.

Para saber más:

Para mexicanos patrioteros: Norman Ernest Borlaug

Más completo pero en ingles: Norman Ernest Borlaug

Una interesante reflexión: Diario de las Estrellas: Norman Borlaug

La fuente de mi reflexión: He Only Saved a Billion People