No cabe duda: en México aún no tenemos una idea clara de cómo hacer series de televisión; aunque no somos los únicos. Como bien apunta Álvaro Cueva, los italianos también están intentando hacer series, aunque claramente podemos apreciar el intento de imitar el estilo norteamericano.

   De manera particular, El Pantera me parece una mezcla de superhéroes gringos con un toque tepiteño; ¿Y ahora qué hago? demuestra que Adal Ramones es el peor cómico de todo México y que la gente que escribe cada episodio de ese programejo no tiene la menor idea de lo que es hacer reír a la gente; Sexo y otros secretos es un remedo burdísimo de aquella gran serie de Sex and the city sin una trama clara y legible; y por último, 13 miedos nos muestra que si los gringos ya no tienen calibre para contar historias de terror, mucho menor idea tienen los mexicanos. Eso sí: cada serie tiene actores de lujo y una edición y calidad de tomas fabulosa, pero si se tienen grandes estrellas y un gran equipo técnico junto con una mala historia, de nada habrá servido hacer la serie.

   No sólo en estos programas podemos encontrarnos con historias terroríficas: también las hay en los espacios televisivos de variedades.

   Debido a las broncas legales que ha tenido el magufo Carlos Trejo, ahora muchos de los espacios tipo magazine están dando oportunidad a otros “cazafantasmas” para ir a hablar sobre supuestos casos de fantasmas y demás cháchara comercial. Por ejemplo, es común ver en Tv. de Noche las seudo investigaciones de Víctor Camacho, un nuevo “especialista” de lo paranormal que hasta donde he visto, es bastante nuevo en eso de inventarse vídeos fantasmagóricos para mostrarlos en televisión como casos auténticos de actividad del más allá canalizada rumbo al más acá.

13 MIEDOS: LA SERIE

   ¿Por qué la gente se cree todo esto que ve en la televisión? ¿Por qué los chafísimos cazafantasmas que aparecen en los programas de variedades de Televisa jalan tanta gente? ¿Acaso nuestro mundo se está saturando de charlatanes que se aprovechan de la ignorancia de la gente? Contestando lo anterior, la falta de una cultura científica adecuada, de un curso de lógica y de una buena dosis de escepticismo aunado a los miedos y deseos personales más profundos en cada creyente son los factores que permiten que las televisoras comerciales sigan teniendo un elevado raiting aprovechando estas debilidades de la población. Si yo me acerco a un público crédulo y le vendo no la verdad, sino lo que quiere escuchar, quizás pueda hacer mi propio negocio y volverme rico. La mayoría de la población cree en todo este tipo de cosas, así que si me disfrazo de supuesto investigador y me fabrico unos cuantos vídeos más o menos ambiguos, cumpliré mi cometido.

   Nuestro mundo está saturado de estos individuos. Mientras la población se sugestione y autoengañe con sus propias fantasías y miedos, es probable que televisoras como Televisa sigan mostrando al público historias baratas de terror queriéndose hacer pasar como realidad.