Junio 7 de 2007

Ataque con jeringa dejó a transportador en coma 16 horas

Sólo unos segundos John Jairo Ramírez Giraldo tuvo conciencia de que le habían inyectado una sustancia extraña. Dio unos pasos y pidió ayuda antes de caer. ‘Reviví de milagro 16 horas después", dice.

"Si él se salva es un milagro" le dijeron a Lucila Giraldo los médicos que atendían a su hijo John Jairo, víctima de un ataque con jeringa el pasado viernes.

Un hombre desconocido y que iba a pie le aplicó una sustancia extraña en la espalda.

"Di unos cuantos pasos y le dije a unos muchachos que jugaban fútbol ‘Me chuzaron’ y luego perdí el conocimiento. Fue un efecto inmediato" recalca este hombre de 40 años que se gana la vida como conductor en un transporte escolar.

La agresión se produjo el viernes a las 7:30 cuando llegaba con su hijo de 8 años a su casa en el barrio Playa Rica, sector popular de Dosquebradas (Risaralda).

Ramírez dice que debe la vida a la rápida reacción de los muchachos que llamaron una ambulancia para que lo llevaran al hospital, a la oportuna atención médica y las cadenas de oración de su familia, vecinos y compañeros de trabajo.

Fue llevado al Hospital Santa Mónica de Dosquebradas y luego a la Clínica Los Rosales. "Estuvo en paro respiratorio, no daban nada por él. Pidieron unas firmas para aplicarle unos medicamentos más fuertes. Le pedí a la Virgen que como madre intercediera ante su Divino hijo y me salvara al mío", dice la señora Lucila.

Ni él ni la familia se explican el ataque, pues dice que no tiene enemigos ni ha recibido amenazas. Solo sabe que esta vivo de milagro, como le dijeron los médicos. 

Jhon Jairo está a la espera del resultado de exámenes enviados a Medicina Legal en Bogotá para determinar qué sustancia le aplicaron y pide a las autoridades investigar y capturar al responsable -un hombre de mediana edad pues aparecía ligeramente calvo, bajito y con buzo negro y cuello amarillo-según las descripciones de personas del sector.

Este es el segundo caso de ataque con jeringa que se registra en Risaralda. El 25 de abril, en Santa Rosa de Cabal, dos hombres que se movilizaben en moto llamaron al dirigente conservador Darío García García y le inyectaron una sustancia extraña que le produjo paro respiratorio y le causó la muerte a los pocos minutos, cuando era atendido en el hospital local.

PEREIRA

Fuente:

http://www.eltiempo.com/nacion/cafe/2007-06-07/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3587488.html