A través de una carta, que se leyó ayer en todas las iglesias católicas en Puerto Rico, la Conferencia Episcopal Puertorriqueña rechazó una vez más las prácticas acéticas y castigos a los que aparentemente han sido sometidos seguidores de la Misión de la Virgen del Pozo.En la misiva, los obispos también hicieron evidente el “dolor” que les han provocado las denuncias hechas y expresan su solidaridad con cada una de las víctimas.

La carta también salió publicada en el semanario de la Iglesia Católica, El Visitante.

En la pasada semana ex seguidores de la Misión denunciaron supuestamente ser sometidos a castigos corporales por orden del líder espiritual del grupo, Juan Ángel Collado Pinto

A Collado Pinto, de quien se desconoce su paradero hace un mes, también se le atribuye abusar sexualmente de mujeres.

Entre los castigos de “mortificación” impuestos por el supuesto vidente estaban arrodillarse o acostarse sobre chapas de botellas e ingerir alimentos crudos.

Las penitencias fueron descritas por los líderes religiosos como “prácticas humillantes para la dignidad humana”.

“Los obispos sentimos un dolor bien grande por todo lo ocurrido y nos solidarizamos con las víctimas a las que recordamos que el Decreto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, emitido en el 2002, liberó a todas las personas de las promesas (o juramentos religiosos) emitidos”, lee la misiva firmada por los obispos de Ponce, Arecibo, Mayagüez, Caguas y el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves.

Explica, además, que desde el 1952 la Conferencia Episcopal Puertorriqueña ha atendido las “pretendidas visiones y mensajes en Sabana Grande” y que después de un profundo estudio en varias ocasiones desautorizó su promulgación.

De hecho, el pasado noviembre la Conferencia publicó otra carta en la que reiteró no existir constancia del carácter sobrenatural de las apariciones y, que para efectos eclesiales, la llamada Misión había dejado de existir como asociación desde el 1987, un año después de que la propia Conferencia emitiera un decreto reconociendo a la Misión como una asociación católica privada sin personalidad jurídica.

“Los obispos siempre hemos deseado saber toda la verdad, y que se sepa toda completa por el bien de las almas, ejerciendo el deber de corregir y prevenir los abusos en la práctica religiosa, evitando extremismos y abusos contra las personas con la excusa de una falsa devoción”, reza la carta.

“Sólo el análisis sereno de los hechos a la luz de la fe y del Magisterio de la Iglesia, Madre y Maestra, acompañado de la oración, puede ayudar a que la genuina devoción a la Virgen, tan entrañable en la Iglesia, salga purificada y reforzada”, concluye la misiva.

Fuente:

http://www.primerahora.com/noticia/otras_panorama/noticias/reafirma_la_iglesia_su_rechazo/72293