El mundo de lo inexistente

La alucinación es una falsa percepción sensorial en ausencia de un estímulo externo. En ese sentido, es distinta de la ilusión, que es una apreciación distorsionada de una incitación externa.

Las alucinaciones ocurren en cualquier modalidad sensorial – visual, auditiva, olfativa, gustatoria, táctil o varias mezcladas. Existe una clase de alucinación producida en un estado intermedio entre sueño y vigilia, es decir, ocurre cuando el sujeto se está despertando. Son percepciones que no se corresponden con la realidad objetiva, pero son vividas como tales, de manera que el individuo no las distingue de una experiencia normal acaecida mientras estaba completamente despierto.

El término alucinación proviene del latín "hallucinere" o "allucinere", que puede traducirse en un "divagar de la mente". En el sentido actual fue usada por primera vez por el psiquiatra Esquirol, en 1837.

Las alucinaciones floridas se asocian usualmente con el uso de drogas, privación de sueño, psicosis o trastornos neurológicos. Sin embargo, muchos estudios muestran que las experiencias alucinatorias son comunes en la población general.

Las confusiones auditivas (en particular las que incorporan una o más voces referidas al sujeto que las experimenta) están muy asociadas con la esquizofrenia y tienen un importante peso a la hora de hacer los diagnósticos. Naturalmente, ello no significa que la experiencia de “oír voces” sea signo de enfermedad mental.

Existen diferentes aproximaciones teóricas a la causa de las alucinaciones. Desde el psicoanálisis se fundamenta que estas son proyecciones de deseos inconscientes. El mayor peso lo tienen teorías de orden biológico, las cuales postulan deficiencias en el funcionamiento normal del cerebro.

Finalmente, también está la explicación paranormal de que las personas con esas alucinaciones en realidad reciben información de otros canales sensoriales, de modo que perciben la existencia de ángeles, demonios y otros fenómenos de debatida existencia y/o de percepción no natural.

Lógicamente, desde el punto de vista científico, la última hipótesis está errada; sin embargo, no es menos cierto que a los procesos catastróficos de la mente los humanos suelen darles interpretaciones mágicas que pueden crear confusión.

En realidad, quien experimente estos trastornos alucinatorios debe ser llevado a un hospital donde exista atención psiquiátrica, para que se le imponga tratamiento especializado y poder controlar la crisis, llevando al paciente a la inserción social.

Enviado por Dr. León Mármol Sóñora

Fuente:

http://www.radiosurco.cu/Salud.asp?newsid=1735&A=T