Jueves 17 de Mayo de 2007
Fuente :La Estrella del Norte

Fue en el mes de abril y mayo del año pasado, durante las tomas que protagonizaron las escuelas de todo el país, que se hizo pública la presencia de una "aparición" que habitaba en el Colegio Providencia.Desde ese momento no han sido pocos los casos en que este fantasma, de aspecto amable y tranquilo, ha "visitado" a los ocupantes de este añoso edificio, ubicado en calle Matta frente a la Iglesia de la Providencia.

Monja

Eliana Olivares Parra, directora del plantel, entrega pistas acerca de quien puede ser esta mujer, que tanto intriga a la comunidad escolar de este Colegio. Se trataría de Frebonia, una antigua directora de este plantel que vivió durante más de treinta años en el edificio.

Y si bien, hay algunos que le temen a esta pequeña monja -que en la mayoría de los casos, ha sido vista en el ala norte del edificio donde están las salas de la Enseñanza Media- su presencia, según Eliana Olivares, protege a quienes laboran en el Colegio.

Estas apariciones, han sido registradas tanto desde dentro del edificio, como por fuera. Ventanas que se abren a media noche y el inconfundible hábito blanco, son sólo algunos de los elementos que han podido ser vistos y que ya forman parte de la historia de este colegio.

Por ahora, entre los añosos corredores de madera, sigue habitando Frebonia, que con los años se ha convertido, verdaderamente en la "guardiana de la Providencia".

Más apariciones

Otras de estas apariciones han afectado a antiguos edificios del centro de la ciudad. Uno de estos es el antiguo cuartel general de Bomberos, donde más de algún chico bueno se ha topado con un antiguo voluntario, que según cuentan se habría suicidado en la torre de este edificio.

Otro fenómeno paranormal se vive en la Segunda Compañía de Bomberos, donde cada cierto tiempo los muchachos "Salvadores y Guardias de Propiedad", se topan con el suave sonido de un piano que es tocado por un antiguo voluntario.

Sonido de violín

Otro fenómeno paranormal hace de las suyas en la vieja casona ubicada en avenida Argentina con Bolívar. Este inmueble fue habitado por un empresario de la familia Bustamante, dueño del desaparecido cine Imperio en Santiago.

La casa contruida en 1913 comenzó vivir extraños sucesos paranormales aproximadamente en la década de los años 40, cuando al igual que en el cuartel de la Segunda se sentía las hermosas notas que brotaban de un violín todas las noches, a las doce en punto, desde la habitación más alta de la casa.

En la población Matta

Otro de los hechos paranormales registrados por los antofagastinos, fue conocido por todo el país, cuando los vecinos de la población Matta comenzaron a sentir, ruidos y olores en sus casas. El hecho fue vinculado con el cementerios de los apestados, ubicado en esta zona y que acogió a los muertos que dejó la peste bubónica en la zona.

Como sea, estas apariciones seguirán estando presente en la comunidad antofagastina, quizá por la historia o por el hecho de que algo tienen que contar desde el más allá.

Fuente:

http://www.lasegunda.com/ediciononline/cronica/detalle/index.asp?idnoticia=344154

Viernes 18 de Mayo de 2007
Fuente :La Estrella del Norte

Tras leer la historia acerca de la aparición de una monja en el Colegio "Providencia", varios lectores de este Diario, vieron con interés el origen de estas manifestaciones.

Sin embargo, hay quienes conocieron de cerca a esta religiosa y supieron de su verdadera personalidad y el posible inicio de su legado, que más que tierno, es un legado de temor y terror.

Una lectora, que asistió a la antigua Escuela Nº16 durante el final de las años 50 y comienzos de la década del sesenta, aseveró que si existiese en ese lugar una aparición paranormal, no sería el fantasma de una monja buena, sino de una más que mala.

La vecina, asistió cuando esta escuela era regentada por las hermanas de La Providencia y conoció de cerca a esta religiosa. Mujer que definitivamente era tenebrosa.

Castigos

Frebonia, solía castigar a las niñas que iban a esta escuela-internado, con chicotazos en las piernas y cuando no se usaban ni medias ni pantalones.

La mujer transitaba por los pasillos de este añoso edificio con una campanilla, que era el terror de las pequeñas. Y que en cualquier momento dejaba caer sobre las cabezas de quien se le atravesara un castigo feroz propio de la forma en que se educaba en esos años.

El terror de las pequeñas iba en aumento durante las noches, cuando recorría los silenciosos pasillos del edificio en completa oscuridad. Siempre con su hábito blanco impecable, casi flotando sobre las escaleras.

Quizá el continuo terror de estas niñas y la increíble y fuerte presencia de la monja, hicieron que su espíritu se transformara en algo que pese a no existir en forma corporal, sigue asustando a quienes les tocó vivir esta experiencia o aquellos que pueden verla entre los pasillos, sonando su pequeña campanilla, como siempre en su perfecto hábito blanco.

Fuente:

http://www.lasegunda.com/ediciononline/cronica/detalle/index.asp?idnoticia=344385