Aún así, no se puede asegurar que la criatura sea la responsable de la muerte de varios animales en Chiscas (Boyacá). Esta semana se analizará el cuerpo en la Universidad Nacional.

Con la muerte de dicha criatura el 2 de noviembre pasado, los ataques cesaron y la calma volvió. Pero la tranquilidad sólo duró cinco meses porque el pasado 13 de abril a la madrugada, en la parcela de María Helena Cuadros, se reanudaron los ataques.

En el pueblo se especula que el animal muerto no era el ‘chupacabras’, o que si lo era, dejó descendencia.

Volvió el ‘chupacabras’

David Ortiz piensa que este es un ‘chupacabras’ principiante porque arremete contra cabras y ovejas del mismo modo. En los primeros ataques nunca habían muerto ovejas. Sólo cabras. Además cuenta que este no es tan certero como el otro, pues otras tres ovejas y una cabra sobrevivieron y se recuperan lentamente.

A la noche siguiente volvió a atacar, esta vez donde Rufino Báez. Tres ovejas resultaron muertas. Minutos más tarde mató otros 10 animales donde Luis Toscano y Cristo Blanco. Desde ese entonces no ha vuelto a aparecer, pero todos temen que regrese.

http://www.eltiempo.com/nacion/boyaca/2007-04-27/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3531786.html

La población de 7.000 habitantes, a 300 kilómetros de Tunja, sufre estos misteriosos ataques a sus animales desde el 2005. Los pobladores están desconcertados.

Nadie sabe a ciencia cierta si se trata de un murciélago gigante, un extraterrestre, un demonio enviado desde el infierno, una plaga o una fiera salvaje. 
 
Según Eliécer Pérez, director de la Umata de Chiscas, hace rato descartaron que fuera un puma o un tigrillo; un perro, un zorro o una comadreja. Todo indica que lo que tiene desvelados a los pobladores es un ‘chupacabras’ o tal vez, varios. 

Los ataques se han presentado en dos épocas: de abril a noviembre de 2005, y se reanudaron hace poco, el pasado 13 de abril.

JOSÉ ALBERTO MOJICA PATIÑO.
Enviado especial Boyacá 7 días

Fuente:

http://www.eltiempo.com/nacion/boyaca/2007-04-27/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3531743.html

Por estos días, en Loma de Corderos, los labriegos alistan viejas escopetas de fisto y permanecen atentos a la más mínima señal de peligro.

En esa alejada zona de Chiscas, a 300 km. de Tunja, en inmediaciones del Nevado del Cocuy, nadie sabe qué ha matado 300 cabras, nueve ovejas y un ternero en los últimos doce meses.

Los ataques, que se han dado entre abril y noviembre del 2006, se reanudaron el pasado 13 de abril.

Eliécer Pérez, director de la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (Umata), descarta que se trate de un puma o un tigrillo. Tampoco cree que sea obra de un zorro o una comadreja, pues los animales aparecen con una perforación en el cuello y mueren desangrados.

En la madrugada del pasado 2 de noviembre, Jesús Antoniles y Narciso Galvis se extrañaron porque sus perros -‘Tarzán’ y ‘Toby’- ladraban con insistencia. Al asomarse vieron que devoraban a un bicho que no conocían.

"Tenía una cresta y parecía un monstruo de lo feo. Los perros lo mataron y se lo llevé a la Umata", comenta Jesús, de 65 años. Él y otros campesinos creen que es el misterioso ‘chupacabras’, una bestia de la que habla la mitología de México, Puerto Rico y Perú. Pero, su existencia no la ha probado la ciencia.

Sea un ser mitológico o un puma, lo cierto es que los siete mil pobladores de Chiscas están desvelados.

No dejan rastro

No terminan de entender por qué sus animales aparecen secos por dentro.

Solo saben que el que los mata actúa con sigilo y precisión: los toma por el cuello, les clava al parecer un colmillo y les succiona la sangre.

"Mis cuatro cabras amanecieron tendidas en el piso, solo con un hueco en el pescuezo. La carne estaba blanca por dentro, seca y sin una gota de sangre", contó Miguel León, el primer agricultor víctima de esa criatura.

Además, explica que si el depredador fuera un puma, se comería alguna presa.

Y mientras biólogos analizan los restos del supuesto atacante muerto, los campesinos han echado mano de escopetas y perros para buscar a uno nuevo que en dos ataques ya les mató a 10 animales. Los labriegos están convencidos de que a sus rebaños los está desangrando un engendro sobrenatural.

JOSÉ ALBERTO MOJICA P.
Enviado especial de EL TIEMPO
Chiscas (Boyacá)

Fuente:

http://www.eltiempo.com/nacion/boyaca/2007-05-02/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3539469.html