La historia comenzó hace una semana. Los más pequeños de la familia Flores correteaban por el patio de su casa en el Barrio Alfonso, de La Toma. Eran poco más de las 20. Había oscurecido. Las risas y los juegos de la fiesta de cumpleaños todavía resonaban cuando, de repente, dicen que una estela iluminó el cielo.Tal vez haya sido una estrella fugaz, o simplemente la imaginación de los niños. Lo cierto es que fueron ellos quienes persiguieron el supuesto haz de luz hasta toparse con el muro de ladrillos que separa una casa de otra. Y lo que allí vieron los enmudeció. A través del espeso follaje de un duraznero, una lámpara del alumbrado público proyectaba una extraña imagen sobre el paredón. Conmocionados, buscaron a sus padres que charlaban dentro de la casa y los arrastraron hacia el patio. Todos compartieron la misma visión: un rostro similar al de Jesús se reflejaba en la pared.

A partir de ese momento, la voz se extendió por todo el pueblo y comenzaron a tejerse distintas versiones sobre la inusual sombra. El listado de vecinos que comenzó a arremolinarse en el lugar se inició con la presencia de Roberto Giuliani, el dueño de la medianera. Y el encargado de comunicárselo fue uno de los chicos que estaba en el festejo. Dice que ni bien vio la figura, se sintió seguro de que era Jesús y un escalofrío le recorrió el cuerpo. La emoción lo hizo llorar. Cada noche, Giuliani recibe y atiende a las decenas de vecinos que desfilan por su casa para ver la imagen, y permanecen allí hasta que las primeras luces del alba la borran.

Fuente:

http://www.eldiariodelarepublica.com/070417/um/uminterior.php?indice=2007-04-17-15-05-41